✧CAPITULO 20: SEGUNDA LEYENDA: EL RADON✧

– ¿Qué es eso? – preguntó Liam sorprendido luego se giró hacia Merry – ¿será Cirinia?

– No – respondió Merry con temor – La energía de Cirinia es mucho más débil.

El corazón de Merry empezó a latir con fuerza, nuevamente se llenó de miedo e incertidumbre como aquella vez que se enfrentó a la elemental del boro, era una energía similar y por ende los sentimientos de Merry eran similares a las de aquella ocasión.

Una vez que localizaron la poderosa energía ambos corrieron hacia aquel sitio, eran rápidos y agiles, llegarían en poco tiempo de seguir en esta forma.

– ¿Se parece a una energía de alguna sombra? – preguntó Liam con la voz agitada de tanto correr, pero sin dejar de hacerlo.

– No – dijo Merry de la misma forma – es una energía superior a la de Cirinia, se parece, pero estoy segura que no se trata de ella – pausó un momento, sabía que no podría contenerlo mucho – Liam, tengo miedo.

– Descuida – le sonrió con confianza – estaremos bien.

Merry suspiró ligeramente y volvió a mirar hacia adelante sin dejar de correr. Aquellas situaciones le llenaban de miedo, pero a su vez le hacían sentir con vida, era por este mismo motivo que la idea de dejar de ser una elemental ya no era una opción y que si eso le costaba la vida, la daría con gusto. Sin importar con cuantas heridas saliese o cuantos de sus huesos se rompieran.

En un sitio bastante alejado del instituto, cerca del Mile rock a la cosa de la playa yacía un pequeño sendero lleno de vegetación. Entre más avanzaban los dos elementales podían sentir con más claridad el poder de su enemigo; y no solo eso, sino que también sintieron el poder de una aliada.

Ambos sonrieron aliviados al sentir aquello, conocían aquella energía y sabían que no todo estaba perdido, que por lo menos alguien más le daría oportunidad de ganar.

– Estoy seguro que se trata de Winder – dijo Liam.

– Siento como las dos energías estén chocando, ella está peleando – dijo Merry.

Llegaron a un campo abierto, podía divisarse una gran nube de humo y delante de ella una Winder agotada y en posición defensiva.

Merry nunca había visto las alas de Winder. Unas alas enormes parecidas a las de las mariposas monarcas de un color rosa, como la pequeña corona de flores que llevaba en su cabeza, su vestido blanco se había convertido en un saco elegante blanco y un pantalón entallado negro, sus botas hacían ver sus piernas más largas y en ambas manos traía dos cuchillos. Su energía empezaba a disminuir rápidamente, esto alteró a sus dos compañeros que apenas llegaron cuando ya se habían puesto a su lado.

Merry se transformó al igual que Liam. Winder dejó escapar un suspiro cuando pudo sentir la energía de sus compañeros, habían llegado para ayudarle.

– Ya estamos aquí – dijo Merry poniéndose a su lado y sujetando su espada dorada.

– ¿Cuál es el problema? – preguntó Liam – ¿de quién se trata?

– Gracias por venir chicos – dijo Winder – es alguien muy fuerte, apenas y puedo acercarme a él.

La frente de Winder estaba llena de sangre al igual que sus brazos. Merry dedujo que no pudieron haber sido provocadas por golpes; sino, por alguna arma filosa.

– ¿Qué tan fuerte es? – preguntó Liam.

El elemental del fuego hizo arder sus manos haciendo aparecer una espada negra con un mango color naranja intenso parecía ser un cristal al rojo vivo que por muy difícil que pareciese no lastimaba a su portador.

Esto provocó que el ambiente se sintiera más caliente y que las energías de los tres elementales se sintieran como una sola.

– Bastante – respondió Winder – me cuesta mucho seguirle el paso.

Los tres fueron interrumpidos y se vieron obligados a tensarse y mantenerse firmes en cuanto sintieron emanar el poder de aquel hombre.

Cuando la nube de humo pudo desvanecerse por completo dejo ver a un hombre alto de cabellos negros y violetas que combinaban con los iris de sus ojos. Parecía un príncipe con su traje azul marino y sus múltiples insignias en este mismo. Sus botas largas daban a entender que era bastante ágil y su tez blanca lo hacía ver muy hermoso. Lo más extravagante era su capa negra que ondeaba por la cálida brisa marina y su sonrisa, que solo hacia confirmar lo apuesto que era.

– Ya veo – resonó una voz gentil y suave – Así que llamaste a tus amigos, Winder.

Esta misma se puso tensa sin dejar de mirarlo y estando en guardia para esperar el siguiente movimiento.

Aquel apuesto sujeto miró a los otros dos sin borrar su sonrisa y como si tratara de examinarlos. Una suave risita se escapó de sus labios luego de pocos segundos, tal vez había encontrado algo que le gustaba.

– Pero por favor – volvió a hablar – ya se de quien se trata, elemental del fuego y elemental de la luz. ¡Por las lunas de Júpiter esto es grandioso!

La risa de aquel sujeto llenaba el ambiente, aunque confundía a sus contrincantes y enfurecía a Liam. Se podía decir que; junto con él, su risa era preciosa.

– ¿Quién eres tú? – preguntó Merry.

– Oh es cierto, disculpa mis modales – aquel sujeto desenvainó una espada de plata radiante con un mango de diamantes sumamente fino, brillaba con intensidad a causa de la luz del sol – Soy Kriotoro, elemental del Radón. Uno de los tres guerreros de la oscuridad.

Los tres estaban confundidos, no sabían si lanzarse a combatir, esperar o tratar de entablar algo con Kriotoro.

A decir verdad, parecía bastante noble y aunque su energía era diferente, poderosa y atemorizaba a todos también les transmitía algo de bondad. Ninguno de los tres sabía cómo reaccionar ante la situación ni tampoco que hacer con su nuevo enemigo.

– Soy Merry, elemental de la luz – dijo poniéndose tensa – ¿Qué es lo que quieres aquí?, ¿a qué has venido?

De nueva cuenta una sonrisa se le asomó en el rostro a Kriotoro, su espada empezó a soltar una vibración extraña y junto con eso un sonido casi imperceptible y molesto, desviándose de la pregunta que la elemental de la luz le había dicho.

– Mi espada reacciona a las energías de mis adversarios, tengo a tres hermosos y poderosos especímenes adelante – Kriotoro levantó su espada apuntando a los tres – Es un honor combatir contra ustedes.

– No se confíen – susurró Winder – este hombre es muy veloz y es ágil con la espada, no dejen que ni siquiera los ro...

Winder fue interrumpida por una fuerte ráfaga que la hizo volar lejos de donde ya estaban y la hizo estrellar contra un par de rocas que se encontraban metros atrás.

– ¡Winder! – gritaron Merry y Liam casi al unisonó.

Ninguno de los tres había visto la ráfaga, había sido tan rápida que ni siquiera los dejo reaccionar. Ambos se giraron hacia Kriotoro que seguía portando una sonrisa y una mirada confiada de sus despampanantes ojos violetas.

– Bien, es uno menos.

Liam blandió su espada y se apresuró para ir en contra de Kriotoro de frente, con Merry detrás de él. Este no se movió, esperó a que Liam llegara para detenerlo con su misma espada.

Ambos forcejeaban con sus espadas y el sonido de estas mismas se hacía cada vez más insoportable haciéndole doler los tímpanos a ambos elementales.

Merry llegó para atacar a Kriotoro y dejar que Liam descansase un poco, pero en cuanto trató de atacarlo este mismo desapareció de sus ojos y apareció más atrás aun empuñando su espada. Merry miró desconcertada al sujeto debido a la velocidad con la que se movió.

– Voy a explicarles algunas cosas – dijo Kriotoro.

Su espada seguía llamando la atención de sus contrincantes por su sonido y sus filosas hojas. De la nada, una fuerte corriente de aire se hizo presente, haciendo ondear la capa de Kriotoro de forma majestuosa al igual que su cabello. Se aproximó a sus víctimas con su espada en la mano izquierda, el filo de esta se vio en contra de la espada dorada de Merry, giró levemente y golpeó la hoja de la espada de Liam.

El sonido de los metales era bastante agudo y bastante difícil de ignorar, ninguno de los dos sabía cómo hacer para parar aquel sonido tan molesto que de alguna forma los hacia temblar con cada ataque.

– El radón es un gas noble – dijo con toda tranquilidad sin dejar de atacar a sus adversarios, Merry movía con agilidad su espada tratando de contrarrestar los ataques de Kriotoro mientras Liam servía de defensa para ambos – es un gas inodoro, insípido e incoloro, pero altamente radioactivo, claramente solo puede manipularlo alguien tan poderoso como yo.

Las espadas seguían chocando entre sí, los iris de Merry volvieron a ese alarmante color amarillo intenso que solo podía significar una cosa, ella iba a perder el control dentro de poco.

– ¡No alardees pedazo de mierda! – gritó Merry, sus ataques se iban intensificando mientras Liam trataba de resistir bloqueando los rápidos ataques de Kriotoro.

Solo bastó una palabra para que ambos elementales gritaran de dolor y se vieran obligados a alejarse del príncipe.

– Radón.

Una vez que Kriotoro pronunció aquello soltó una fuerte descarga sobre Merry y Liam, tardaron en reaccionar, pero en cuanto pudieron ambos saltaron hacia atrás, respirando agitadamente.

Sus cuerpos empezaron a sangrar por culpa de pequeñas cortadas que el contrario les había provocado. Aquello no era una descarga, fue un ataque de Kriotoro, pero fue tan rápido que ni siquiera pudieron darse cuenta.

Las cortadas eran profundas y dolorosas, Merry se quejaba levemente y Liam solo trataba de mantenerse en pie y firme.

La azabache blandió su espada nuevamente, sus ojos volvieron a brillar y en cuando pudo se lanzó de nuevo en contra de Kriotoro, de forma más frenética y rápida que antes.

– ¡Merry! – Liam la llamó en cuanto la vio partir – ¡Maldición! ¡¿Qué demonios le pasa?!

Kriotoro suspiró levemente al verla llegar, de nuevo la detuvo con su espada y trató de atacarla para hacerla retroceder. Los pies de Merry se resbalaban por la arena cada vez que Kriotoro la alejaba de el usando su espada.

No entendía el por qué Kriotoro la alejaba de él, desde que había comenzado la batalla parecía estar repeliendo a ambos elementales, pero a su vez también los atacaba cuando los tenía cerca.

– ¡¿Por qué no dejas que te mate?! – gritó Merry furiosa ganándose una risita de parte de Kriotoro.

– ¿Piensas que será así de fácil?, se me encomendó la misión de asesinarlos ya que presentan una amenaza para Markland, no podemos permitir su existencia.

– ¡Merry retrocede! – gritó Liam desde su posición – ¡Su espada! ¡Aléjate!

Merry fijó la mirada en la espada de su contrincante, esta empezaba a tintinear en un color verde intenso, los ojos de la azabache se abrieron abruptamente y solo le quedó alejarse nuevamente.

– ¿Qué es eso? – preguntó.

– ¿Sorprendida?, preciosa – dijo Kriotoro, el Radón proviene del Uranio y al igual que este su toxicidad es bastante alta. Mientras ustedes peleaban contra mí, sus cuerpos fueron contaminados con este material, en los humanos es bastante peligroso y aunque un elemental es un poco más resistente este elemento drenará sus energías y poderes en cuestión de minutos.

Liam y Merry se miraron mutuamente, asustados y sorprendidos mientras que a su vez Kriotoro sólo sonreía con gusto.

– ¡Eso es no es jugar limpio! – reclamó Liam molesto.

– ¿Y eso que? Poco importará, ya que van a morir en mis manos – Kriotoro levantó su espada apuntando hacia el cielo y el aire que antes había soplado regresó con un ligero color verdoso – ¡Van a morir a manos del guerrero de la oscuridad más fuerte!

Por primera vez se borró de su rostro la sonrisa que había portado desde que inició la batalla. Las energías de Merry y Liam se vieron afectadas, a medida que pasaba el tiempo aquella nube se apoderaba de las energías de ambos, era cuestión de tiempo para que Kriotoro ganara la batalla.

– ¡No lo respires! – gritó Merry.

Liam la miró por un corto tiempo bufando y con sus cejas encontradas en su frente mientras que a su vez pensaba en como escaparse de la situación.

– ¡Imbécil!, ¡No lo puedo ver ni oler, es imposible que no lo respire! – Exclamó – maldición, tampoco sé si es inflamable.

– Mejor no lo intentes – dijo Merry.

Suspiró, cerró los ojos y de su espalda nuevamente aparecieron aquellas alas celestes traslucidas que solo la hacían ver más majestuosa y poderosa. Su energía empezaba a elevarse a pesar del aire que la estaba afectando y la estaba adsorbiendo poco a poco.

Liam la miró por varios segundos, luego agitó la cabeza para regresar en sí, empuño su espada y se puso a la defensiva nuevamente.

– Bien – dijo Liam – atacaré por la izquierda, tú por la derecha, luego nos alejaremos y atacaremos a distancia ¿de acuerdo?

Merry solo pudo asentir, empuño su espada y corrió cuando Liam le indicó. El primer ataque lo proporcionó él y fue contrarrestado con uno de Kriotoro, luego fue atacado por Merry y de la misma forma la alejó.

– ¡Fuego Fatuo! – Liam lanzó su ataque, este fue repelido por los gases invisibles de Kriotoro.

– ¡Luz naranja! – Merry a su vez atacó a Kriotoro, este esquivó su ataque a excepción de una navaja que se incrustó en su hombro izquierdo. No le afectó en lo absoluto.

Ninguna de las heridas de Merry o Liam dejaban de sangrar, su energía drenada los hacía sentir cansados y débiles, las opciones poco a poco se le acababan.

– Admiro la resistencia de ustedes dos, de haber sido otros guerreros ya estarían muertos; aun así, empiezan a aburrirme – Kriotoro alzó su espada nuevamente – ¡Voy a matarlos de una vez!

– ¡Tornado!

Winder apareció y atacó a Kriotoro, su tornado potente había desviado el gas invisible del lugar y lo repelió lo suficiente como para detener la drenación de la energía de sus compañeros.

– ¡Winder! – Gritó Merry con alegría.

Winder estaba herida, la sangre brotaba de su frente hasta su mentón, pero aún podía mantenerse en pie. En sus dos manos yacían los cuchillos que traía desde un principio, se posicionó en medio de ellos y los tres se pusieron a la defensiva nuevamente.

– Escúchenme – dijo Winder – el punto fuerte de Kriotoro es el ataque a larga distancia gracias al radón que le da una ventaja, pero también es fuerte en el combate con su espada, debemos deshacernos de ella.

– ¿Qué hacemos? – preguntó Merry.

– Liam y yo lo vamos a distraer y a tratar de debilitar, cuando te lo indique vas a tratar de quitarle su espada ¿está claro?

Merry se dio cuenta de las estrategias simples de Winder, que a pesar de ser obvias siempre le proporcionaron sus numerosas victorias.

Ella se estaba arriesgando con esa estrategia, pero tampoco era como si Merry tuviera una opción mejor para atacar a Kriotoro, debía confiar en Winder y en la nueva oportunidad que les había regalado.

Sin avisar nada se dirigió hacia Kriotoro con Liam a su lado, ambos empuñando sus armas y en cuanto estuvieron lo suficientemente cerca empezaron a debatirse.

– Parece que no lo entienden – dijo Kriotoro mientras se defendía ágilmente de los dos elementales – no pueden usar un mismo ataque dos veces.

A pesar de que Kriotoro hacia todo lo posible para defenderse, los ataques de Winder lo ponían entre la espada y la pared. El hecho de que tuviera armas cortas hacía que fuera más fácil atacarlo y aunque se exponía a recibir varios cortes y heridas de parte del elemental del Radón estaba logrando haciéndolo retroceder.

Winder empezó a atacarlo de frente, tratando de esquivar la espada brillante que se movía con rapidez, causándole varias cortadas en todo su cuerpo. Durante este tiempo la espada no había dejado de sonar, pero los elementales lo habían asimilado y no le ponían atención.

En un movimiento rápido la navaja derecha de Winder cortó el pómulo de Kriotoro, bastante cerca del ojo, apenas y pudo reaccionar para tratar de esquivarlo, pero en ese momento Liam atacó.

– ¡Fuego Fatuo! – una llamarada oscura envolvió por primera vez el cuerpo de Kriotoro, este soltó un grito exasperado de dolor y ambos elementales se vieron obligados a retroceder nuevamente.

Merry no encontraba un espacio para poder arrebatarle la espada a su enemigo, las piernas le temblaban y aquel brillo en sus ojos había desaparecido.

– ¿Por qué me aterra? – susurró Merry para sí misma – maldita sea, ¿Por qué las piernas no me responden? Debo quitarle su espada, pero ¿Cómo voy a hacer eso?

Sus manos empuñaban con fuerza el mango de su espada mientras veía a sus compañeros recomponerse y ponerse lado a lado para volver a combatir.

Kriotoro gritaba con desesperación, aquel fuego le hacia arder la piel y lo hacía sangrar, se podía deducir que era sumamente doloroso por sus alaridos grotescos.

Los tres elementales esperaron hasta que el fuego se disipara, dejando ver un Kriotoro cansado, con heridas en todo su cuerpo y su traje dañado.

– Él tenía razón – dijo Kriotoro, sus manos empuñaron su espada y se recompuso mirando a los demás con sus incandescentes ojos – ustedes no son más que una repulsiva plaga, ¡Debo acabar con ustedes! ¡Navajas de Radón!

Kriotoro levantó su mano y la dirigió hacia los demás lanzándoles espinas de color rojizo, su filo se podía comparar fácilmente con el de una navaja. A pesar de que los elementos trataron de esquivarlas varias de estas se clavaron en sus cuerpos.

– ¡Maldición! – gritó Winder furiosa y retrayendo su rostro de dolor, una en particular le estaba provocando un dolor insoportable, la que tenía en el hombro.

– Agh... – Liam se quejó, una se había clavado en su pierna y alrededor de la herida empezaba a ennegrecerse.

Como pudieron sacaron aquellas navajas de sus cuerpos las cuales parecía estar arraigadas a las pieles de sus portadores, sus heridas dolían y podían sentir como por su sangre corría algo extraño que los hacia más débiles de lo que ya estaban, era como si sus cuerpos comenzaran a contaminarse junto con el miedo de no poder hacer nada para frenar aquel proceso.

Kriotoro se aproximó a Winder aprovechando el poder que su enemiga había perdido, claramente esta se trató de defender con sus cuchillos, ambos se debatían con furia y rapidez, los dos desprendían odio, el mismo que llenaba el ambiente y hacían temblar a Liam y a Merry.

En un tajante y rápido movimiento su codo golpeó el cuello de Winder dejándola inconsciente, esta se desvaneció en el piso con una sutileza increíble mientras su sangre empapaba la arena de su alrededor.

Liam y Merry se tensaron al ver la escena, la energía de Winder empezaba a decaer rápidamente al igual que los latidos de su corazón. Los dos sintieron este cambio casi al mismo tiempo y todo estuvo presente cuando la corona de flores que yacía en su cabeza empezó a marchitarse.

– ¡Se los dije! – gritó Kriotoro con alegría mientras levantaba su espada justo arriba del cuello de Winder – ¡Esto mismo les pasara a todos ustedes!

Kriotoro bajó la espada rápidamente para darle; el que se suponía, el tiro de gracia. Durante esos pocos segundos quedó en claro lo filoso que eran las hojas de su espada, ya que al bajarla provoco un pequeño silbido por el aire que estaba siendo cortado por este. La sonrisa en Kriotoro era más ancha de lo normal y la energía que desprendía seguía siendo odio en su máxima expresión.

Pero el golpe jamás llegó.

Al igual que con Cirinia y antes de que pudiera acertar recibió un golpe de parte de Merry quien lo hizo retroceder y caer metros más atrás. Sin embargo, esta vez ella no se detuvo y continuó golpeándolo luego de que Kriotoro cayó, él se levantó y ambas espadas se debatieron mutuamente, el brillo amarillento de los ojos de Merry había regresado y junto con eso un aura roja que al igual que Kriotoro solo desprendía odio y desprecio junto con la ira que la azotaba en aquel instante.

– ¡¿Por qué te esfuerzas tanto?! ¡Deja que te asesine rápido para que no sufras! – exclamó Kriotoro, su mandíbula temblaba de tanta presión que su portador le estaba poniendo al igual que su espada la cual estaba forcejeando con la de Merry y ambos iris se encontraban entre sí, expresando lo que cada uno sentía en su corazón.

Ganas de ganar.

–¡No lo entiendes tampoco! – gritó Merry – ¡Eres una amenaza! ¡No vamos a permitir que hagas de las tuyas!

Merry gritó, gritó tan alto como jamás lo había hecho su energía elemental empezaba a explotar y su fuerza empezaba a sobrepasar la de Kriotoro, ella sentía que en cualquier momento las venas le iban a explotar por el flujo tan agresivo que estaba experimentado.

La tensión se rompió de pronto y una nueva danza de espadas comenzó entre los dos rivales, el sonido del metal se hizo más agudo y llamativo al igual que las pequeñas estelas de sangre que volaban por el aire, los gritos desesperados y un pequeño sentimiento en el corazón de Merry. La esperanza.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top