✧CAPÍTULO 19: DEJA TODO EN MIS MANOS✧
Liam y Merry sabían que no podían esconder por mucho tiempo lo que ambos eran y mucho menos a los seres humanos que ahora los conocían. Aquel encuentro; Desafortunado para Liam, desencadenó un malestar en el elemental del fuego, quien a duras penas pudo dormir aquella noche. Nunca había tenido la oportunidad de conocer a Mike y deseaba no haberlo hecho, sabía que el castaño no tenía ninguna mala intención con Merry, pero había algo que lo caracterizaba a él entre tantas personas a las cuales Liam le llamaba la atención.
No todas las personas poseían alguna energía como el poder elemental o el núcleo del elemento. Los elementales podrían encontrarse entre ellos mismos debido a la localización de su energía. Un elemental podía sentir la energía del otro a varios kilómetros de su estancia actual.
Liam no había sentido nada en Mike y por lo poco que convivió con él en aquella noche supo que no presentaba una amenaza. Aun así, él era un desconfiado, se podía decir que ni siquiera confiaba del todo en sus amigos elementales y mucho menos en Luna, así que no se podía esperar menos de su encuentro con Mike.
Como era de esperarse Luna los llamó para tratar el asunto de Cirinia y lo que había pasado en la batalla.
Estaba nervioso por el asunto, el hecho de que una amenaza que estaban buscando apareciera de repente siempre la preocupaba y no solo a ella sino también al resto del equipo.
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– ¿Qué haces Merry? – preguntó Winder.
El problema que se les presentaba solo los incitaba y los motivaba para hacerse más fuertes. El entrenamiento se había hecho parte de la vida de cada uno y desarrollaron un gusto en especial por entrenar juntos, compartir poderes, momentos y consejos para mejorar en cada batalla.
Merry estaba a las afueras del coliseo junto con Winder, ambas entrenaban y esta última le enseñaba a Merry como la ligereza de su propio cuerpo hacía que fuera más ágil al momento de una batalla o por si de nuevo tuviera que enfrentarse a Cirinia.
– Estoy trabajando en un nuevo ataque – dijo Merry mientras sonreía – tener solo seis poderes es muy poco, sé que puedo obtener más.
Winder se asombró por lo dicho, adquirir nuevos poderes y nuevas transformaciones era algo sumamente difícil. Todos sus compañeros se habían acostumbrado y se habían adaptado a solo tener ciertos poderes y mantenerse con lo estándar.
Aun así, nadie de los elementos ejecutaba más de cuatro técnicas, el hecho de que Merry hubiera desarrollado seis en un lapso de cinco meses era algo verdaderamente extraño y que a su vez llamaba la atención tanto de Luna como la de sus compañeros.
– ¿Y tienes algún concepto para crearlo? – preguntó Winder.
- ¡Si! – respondió con entusiasmo – el rayo violeta es muy poderoso, pero quiero hacer algo más, quiero que el nuevo ataque sea más poderoso que la luz violeta, así tendré más oportunidades de ganar.
Merry sabía que si Cirinia volvía a aparecer ella no podría vencerla, ahora su enemiga conocía su técnica más fuerte y si no tenía algo más para atacarla estaba perdida.
Cirinia conoció cinco de los seis ataques que Merry había desarrollado. No podía perder el tiempo, debía dedicar su esfuerzo a hacerse más fuerte y así construir una esperanza para poder vencerle.
Ambas elementales prestaron atención a los gritos de Ahmed quien se encontraba debatiendo contra Liam en una pequeña batalla "amistosa".
– ¡Quédate quieto! – exclamó Ahmed.
Liam le sonreía mientras esquivaba con demasiada facilidad los ataques de su contrincante. Ahmed seguía siendo el mismo hombre tosco que no pensaba antes de atacar.
– ¿Qué pasa?, ¿tanto te cuesta seguirme el paso? – dijo Liam mientras se burlaba del otro.
Ahmed jaló sus cabellos, estaba demasiado frustrado y cansado de las burlas de su compañero, al parecer se llevaban bastante mal en el aspecto de las batallas y a Ahmed le frustraba demasiado el hecho de que su compañero no fuera un blanco fácil como otras víctimas de él que si lo eran.
– ¡Eres un maldito insolente! – gritó, empuñó sus manos y estas fueron forradas por grandes cantidades de arena que no hicieron más que reforzar sus puños – ¡Vas a ver estrellitas cuando te atrape!
Liam era perseguido por un Ahmed furioso, no era como si le importara mucho y era sabido que Ahmed no era el más veloz de todos. Se le perdió de vista y ni siquiera sacó las manos de su pantalón.
– ¿Por qué Ahmed y Liam pelean tanto? – preguntó Merry sin dejar de mirar la graciosa escena.
– No es que peleen, ambos siempre han tenido una rivalidad, a veces gana Liam ya veces Ahmed – dijo Winder – deberás acostumbrarte, siempre actuar así.
La naturaleza de ambos elementales era un misterio para Merry, pero a la vez era emocionante investigar y convivir con esa clase de personas. La semilla del conocimiento de Agatha, la sinceridad de Liam, el orgullo y esfuerzo de Ahmed y la versatilidad de Winder eran puntos positivos y de referencias que siempre tomaba para mejorar en sus combates contra estos mismos sujetos.
– De hecho ¿Cómo sigue Luna? – preguntó Merry.
Winder suspiró y despues se rascó la nuca mientras le dirigía la mirada a su compañera.
A decir verdad, la noticia había afectado mucho a Luna, a tal grado de que la pobrecita casi sufría de un desmayo causado por lo que había pasado entre sus soldados.
– Si, sobre eso – dijo Winder – parece que Luna y Agatha siguen investigando de quien se pudo haber tratado. Aunque estamos seguros de que eso fue lo que se escabulló en la Tierra y empezó a contaminar a las personas.
Merry suspiró, el sentimiento de culpa seguía floreciendo en su corazón. El hecho de haber atacado a Cirinia sin meditarlo y darle lo que ella buscaba la tenía asustada; pero, era eso o la vida de las dos personas a las que había amenazado, sin contar todos los daños que pudo haber causado y la vida de otras personas en el proceso, incluyendo la de Mike.
– No he podido verla porque sigue con Agatha – dijo Merry – ¿Sabes qué opina de la voz que le comenté?
– Solo sé que eso es lo que la tiene más preocupada – dijo Winder – no sabe tampoco de quien se trata, nuestra información es muy limitada ya pesar de que luchaste contra Cirinia no se consiguió mucho.
Ella lo sabía, las cosas se podrían más intensas de lo que ya estaban y que no les quedaba más que dejarlo todo en manos de Luna y Agatha y esperar a que apareciera otra pista que les pudiera ayudar. Debía pelear y todos lo sabían, no tenía otra alternativa tampoco y desde tiempo atrás había aceptado su destino.
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El sonido de las gotas impactando la ventana de la sala en la casa de Merry provocaban un sonido verdaderamente relajante y ameno para la chica que estaba contemplando la lluvia torrencial que se vivía afuera.
El tiempo había pasado tan rápido que de nueva cuenta el temporal de lluvias volvió a azotar la zona donde Merry vivía. Justo en esos tiempos la vida de Merry se tornaba triste y gris, justo como el paisaje que podía observarse desde adentro.
Siempre había estado sola desde que ella tenía memoria y no era algo de lo que pudiera quejarse ya que le ayudaba a pensar ya ser un poco más independiente.
– Qué día tan triste – decía mientras se asomaba por la misma ventana donde las gotas se impactaban con fuerza – me preguntó si la lluvia haría feliz a Agatha.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta siendo golpeada sutilmente. No esperaba ninguna visita de parte de nadie a esa hora o al menos con esa lluvia.
Caminó hacia el marco de la puerta, la abrió despacio y con cuidado, provocando un pequeño rechinido de parte de esta, se sorprendió al ver a Mike empapado detrás de la puerta, temblando de frío y con el rostro preocupado.
– Hola – dijo el castaño – ¿puedo pasar?
Merry lo miró un momento más, asintió dejándole un espacio y Mike entró a su reconfortante hogar, suspiró al no sentir más el frío provocado por la lluvia que yacía afuera.
– Sabes que está lloviendo ¿No? – dijo Merry mientras le acercaba una toalla seca a Mike – ¿Por qué viniste?
Mike estornudó, tomó la toalla que le era proporcionada y secó el cabello rápidamente sin dirigirle la mirada a Merry.
– Quería saber cómo estabas, pero de camino a tu casa comenzó a llover.
No pudo evitar ruborizarse, eran estos tipos de sacrificios que hacían que Merry ser enamorara más de él a pesar de las circunstancias que siempre se le presentaban y aquejaban. En medio de todo el caos de su vida Mike era una pequeña estela de luz que le daba paz y tranquilidad.
– Ya veo, siéntate, te haré un té.
No era la primera vez que Mike estaba en la casa de Merry, así como ella a veces entraba en la casa de Mike o ambos iban a la casa de Alice.
– Aun no puedo creer lo que vi – dijo Mike luego de suspirar.
Era lógico, procesar todo lo que había visto era algo difícil y que no lo creería en poco tiempo. Merry giró los ojos sin dejar de hacer su acción tampoco le dirigió la mirada.
– Lo sé, pero no te preocupes, ya te lo dije deja todo en mis manos – Merry contestó.
– ¡Maldición, es que todo fue tan irreal! ¡Tú con alas, tu espada, la chica de los ojos negros! – se ruborizo por un segundo – tu vestido rojo.
Las mejillas de Merry ardieron de nueva cuenta, pero de una forma bastante notoria, seguía dándole la espalda y con toda la razón, no quería que Mike se diera cuenta de su situación.
– Si, ya entendí – dijo Merry nerviosa mientras servía el agua hirviendo en una pequeña taza – no te culpo, jamás habías visto algo así y no podría pedirte que lo olvidaras o hicieras como si no existiera.
Merry se acercó a Mike con cuidado y la taza en sus manos, se las paso con cuidado y este la recibió con una sonrisa en su rostro. Sus manos apenas y se rozaron, pero fue suficiente para hacer sentir bien al otro.
– Lo entiendo perfectamente y también me preocupa – bebió de su té no sin antes soplarle un poco dejando que el vapor que este tenía rozara con los labios rosados del castaño – bueno, no solo vine a eso.
Mike metió su mano a la bolsa derecha de su pantalón para sacar su celular, Merry alzó una ceja y la extrañeza le invadió por completo. El dedo de Mike se deslizaba sobre el dispositivo mientras su otra mano sostenía la taza. Luego, lo giró para mostrarle a Merry una foto.
En cuanto vio la foto su sangre se congeló y sus manos empezaron a temblar. La foto le mostraba a Merry transformada, al parecer en su batalla con Cirinia y aunque todo se veía algo borroso se podía divisar lo suficiente para saber que quizás se trataba de Merry.
– ¡¿Quién tomó esa foto?! – Exclamó causándole un escalofrío a Mike.
– No lo sé, un amigo me lo compartió – dijo Mike tembloroso – voy a preguntarle quien se la mandó.
Merry tenso la quijada y sus manos fueron directo a su cabeza debido a la desesperación. Durante varios minutos la azabache caminaba de un lado al otro en su sala, estaba bastante alterada, lo que estaba pasando era algo grave y entendía el descuido de su parte en ese aspecto. Mike enmudeció de repente, Merry lo miró con temor. Los ojos de Mike se clavaron en los de Merry y tragando grueso, dijo con dureza.
– Fue Gloria.
Merry se quedó quieta durante unos segundos más, luego soltó una fuerte carcajada después de pequeñas y sonoras risillas haciendo confundir a su invitado.
– Ya veo, ahora entiendo – de nueva cuenta esa sonrisa macabra se había apoderado del rostro de Merry – esta era la señal que necesitaba.
– ¿Qué vas a hacer? – preguntó Mike sin despegarle la mirada, aún tembloroso y con miedo por el actuar de su compañera.
– No te preocupes, ya te lo he dicho varias veces, deja todo en mis manos.
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Los pasillos de la preparatoria donde Merry estudiaba eran bastante grandes y consigo los escondites eran de las mismas dimensiones. No era un secreto que los alumnos a veces se quedaban en ellos para contrabandear cosas o a veces drogarse.
Que Merry conociera esto era bastante importante para su nuevo objetivo.
Sus compañeros no eran tontos, la foto se había difundido por toda la escuela y sabia con quién ir a ajustar cuentas sobre lo que había pasado. Merry era consciente del dolor que sentía Gloria con toda la situación ya que también ella era consciente de lo que Merry era capaz, tenía dos formas de arreglar las cosas en aquella situación. Podía dejar pasar todo y solo ignorarlo o, hacer que Gloria se arrepintiera de lo que había hecho para prevenir que aquello volviera a suceder.
A pesar de solo ser una foto, había creado un conflicto realmente complejo. Un conflicto que había puesto en peligro la reputación de Merry y su identidad, además de también destapar varias mentiras que esta misma había escondido de una forma impecable.
Pero la verdad era que Merry seguía odiándola y no le importaba tener que pisotearla no una sino varias veces para que ella se diera cuenta de con quien estaba tratando.
Merry entró con una sonrisa a su instituto, sus sentidos estaban al cien por ciento tratando de notar alguna extrañeza y como lo presagió varios de sus compañeros se acercaron a ella en cuanto la vieron llegar para consultar lo de la foto, la situación era un poco más delicada de lo que ella había previsto y aunque dudaba de su elección se mantenía firme y serena.
Ella siempre respondía lo mismo a todas las interrogantes que sus compañeros de hacían con una sonrisa en su rostro.
– No sé de qué hablas, esta borroso y no se alcanza a distinguir de quién se trata.
La mayoría de las veces lograba convencer a su audiencia. La imagen se asimilaba a varias chicas que había en el instituto, ¿Por qué todos llegaban con Merry? La respuesta era sencilla, Gloria lo había difundido.
Encontró a la chica de hebras plateadas hablando con uno de sus amigos y alardeando sobre la foto que ella había tomado.
Su sonrisa se borró al igual que la de sus compañeros cuando vieron llegar a Merry, un silencio se hizo presente y con toda la tranquilidad que podía poseer en ese momento la azabache se acercó a Gloria para poder entablar una conversación leve.
– Buen día Gloria ¿podemos hablar?
Esta último titubeo, más que por voluntad propia accedió por la presión que sus compañeros le estaban poniendo en los hombros. Sin decir ni una sola palabra y con solo el acentuar con la cabeza acompañó a Merry a uno de los muchos escondites que había en la institución.
Merry jamás había borrado su sonrisa serena, Gloria no lo notaba, pero la energía elemental de su enemiga no desprendía otra cosa que no fuera odio en su máxima expresión, odio cubierto con una fachada falsa de amabilidad.
Gloria suspiró, miró a Merry con seriedad, tal vez si mantenía esa faceta la haría sentir intimidada como otras veces anteriores lo haba hecho. Estaba en un error.
– ¿Qué es lo que quieres? – preguntó Gloria.
– Sabes por qué te traje hasta aquí – Merry le seguía sonriendo mientras se le ponía enfrente y poco a poco la acorralaba al final de aquel pasillo solitario – Nunca he entendido tu sentido del humor, ¿te pareció gracioso difundir esa foto?
Gloria la miró con sorpresa, su garganta tragó saliva; Sin embargo, no se dejó intimidar por la azabache ni tampoco cambiar su gesto.
– ¿A ti en que te afecta? ¿No se supone que esa no eras tú? – preguntó Gloria.
– ¿Dónde estabas cuando tomaste esa foto? – preguntó Merry. Su voz se había tornado un poco más gruesa y un pequeño resplandor amarillo irradiaba en sus ojos llamando la atención de Gloria.
– No te interesa saber eso.
– Me sorprende tu forma de actuar – dijo Merry manteniendo la mirada en ella – ¿sacaste algo de provecho de esto?
– Ni siquiera estas segura de que fui yo – trató de defenderse – y si fuera así no tiene por qué importarte.
Gloria cruzó los brazos causándole una molestia a la chica de su enfrente. El evadir las preguntas que la contraria le hacía no ocultaba el temor que sentía y que Merry aprovechó para hacer de las suyas.
– Lo diré de otra forma.
La mano de Merry se estrelló en la pared a pocos milímetros de la cabeza de Gloria quien yacía recargada en esta misma.
Una gota de sudor se resbaló desde la cien de Gloria hasta su mentón, sus ojos se abrieron con sorpresa y un suspiró intenso de sorpresa se le escapó de los labios por el susto que le había provocado.
Merry se había movido tan rápido que Gloria no logró ver su puño, Merry mantuvo su puño, de la pared salieron pequeños pedazos causados por el gran golpe y en esta misma quedó la marca del puño de la elemental. Otro golpe de esos y lograría atravesar la pared de concreto.
– Me parece que no entiendes la gravedad de la situación – Merry volvió a sonreírle con aquel resplandor amarillo en sus ojos – estás jugando con cosas que no entiendes y lo que acabas de hacer es razón suficiente para que yo te asesine aquí mismo. Pero sería muy aburrido hacerlo ahora, así que escúchame con atención.
El puño de Merry no se había movido de su lugar, su energía estaba desprendiendo odio puro hacia Gloria, contrario a la última quien se consumía en nervios y su boca temblaba por la amenaza de la azabache.
– N-no sé por qué estas molesta – titubeó – ni siquiera puede apreciarse que eres tú.
– ¡Cállate y escúchame! – Merry interrumpió causando un pequeño jadeo de miedo por parte de Gloria – Vas a decirle a todos que editaste esa foto para hacerme quedar mal y que todo en ella es falsa, al igual que tú.
Durante sus entrenamientos había momentos en los que los elementos desconocían a Merry, se había expuesto a tantos sentimientos intensos en tan poco tiempo que estos mismos hacían corromper su mente causándole ira y el descontrol de sus poderes frente a diversas situaciones.
– No puedo hacer eso – dijo Gloria tratando de mantener la postura.
De la mano derecha de Merry apareció su espada dorada, los nervios de Gloria empezaban a traicionarle en cuanto vio aquella arma. No tardó mucho cuando Merry la puso en el cuello de su víctima haciendo que la contraria recargara la cabeza en la pared para tener el mínimo contacto con aquella arma. Gloria no sabía si tenía que hacer algo o simplemente esperar paciente a que el destino hiciera su trabajo.
– No es cuestión de que puedas, debes hacerlo. No te olvides de quien soy Gloria y de lo que soy capaz de hacer – presionó un poco más el filo de la espada contra el cuello de Gloria – y es por eso que no dudaría de acabar con tu mísera existencia ahora. Si me entero de que volviste a hacer algo así voy a... – pausó un momento y le mostró una gran sonrisa macabra nuevamente haciendo que los ojos de Gloria temblaran debido a la impresión – no solo te mataré a ti, sino también mataré a todos los que amas.
Merry se separó de Gloria, hizo desaparecer la espada y poco a poco se dirigió a la salida de aquel estrecho callejón. Antes de salir se dio la vuelta, le sonrió a Gloria y después dijo con una extraña amabilidad.
– Espero que haya quedado claro.
Finalmente salió. Gloria se desplomó en el piso, sus piernas no tenían fuerza para levantarse y sus manos temblaban con brusquedad.
Había jugado mal sus cartas, sabía que Merry no tendría reparos de pisotearla cuantas veces pudiera a pesar de ser amigas o no. Se había adelantado tanto que por primera vez había obtenido un ultimátum tan fuerte como el que Merry le había dado.
Pero ella la conocía, aunque no esperaba aquel desafortunado encuentro sabía que Merry perdería los estribos de la situación y pondría especial atención a Gloria, teniéndola en el punto donde la quería.
A pesar de que se jugó el pellejo para demostrar su inocencia logró descubrir algo más en Merry y no dudaría en volver a usarlo.
– ¿Qué fue lo que ocurrió? – preguntó Alice, quien apenas pudo visualizar a Merry se le lanzó para abrazarla y examinarla asegurándose que todo estaba bien – Escuché el rumor de la foto y después me dijeron que estabas con Gloria ¿te hizo daño?
Merry sonrió con gentileza al escuchar a Alice preocupándose por ella, su amiga no había cambiado ni un poco.
– No te preocupes, la foto es falsa – dijo Merry – y no me hizo absolutamente nada.
– ¿Segura? Digo, sé que la foto es falsa, pero, ¿segura que tu estás bien?, ¿todo está bien?
– Claro, deja todo en mis manos.
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Liam estaba afuera del instituto, como siempre recargado en uno de los grandes árboles de aquella zona esperando a Merry, estaba angustiado por diversas cosas, entre ellas, Mike.
Merry lo miró cuando iba saliendo, le extrañaba que estuviera afuera de su escuela al igual que la faceta que demostraba a lo lejos.
– Hola Liam – se acercó a él y este solo saludo con la cabeza – ¿Qué haces aquí?
– Estaba revisando la ciudad, siento una energía intensa y quería saber de qué se trataba – se puso enfrente de la azabache – y también quería hablar contigo.
Ella alzó una ceja, era extraño que Liam quisiera hablar de aquella forma, a pesar de ser frío y serio en todo momento aquel muchacho no se interesaba por cosas; a menos que fueran realmente importantes, como para tratar de hablarlas con alguien.
– ¿Qué sucede? – preguntó la azabache.
– Es respecto a tu amigo.
La sangre se le heló a Merry, tragó saliva y sus ojos no se le despegaron del mayor quien la veía con serenidad, pero a la vez con rudeza el primer pensamiento que se le cruzó por la mente era que algo le había pasado al castaño y que Liam de alguna forma lo sabía.
– ¿Mike? ¿Qué sucede con él? – preguntó nerviosa.
– ¿Él sabe que eres un elemental? – Liam esperaba una respuesta congruente después de ver a Merry consumiéndose en su propio miedo. Podía leerla fácilmente, no había forma de que pudiera mentirle. Merry suspiró luego de algunos segundos de espera, después habló. En cierta forma, se sintió aliviada de que no era lo que su primera teoría le había dicho.
– Si – dijo firme.
La mirada de Liam no cambió ni un poco, se esperaba aquella respuesta, pero a su vez deseaba que fuese todo lo contrario.
– ¿Por qué lo sabe?
– Fue durante la batalla pasada, traté de alejarme de él y le dije que no me siguiera, no podía enfocarme solo en él, debía ir tras Cirinia – dijo desesperada provocando un suspiro de parte de Liam.
– Recuerdas nuestro acuerdo ¿No es así? – preguntó Liam – y conoces las consecuencias.
– Claro, pero no debes preocuparte, tengo todo bajo control, el no dirá nada – Merry trató de negociar con él.
Liam se fue acercando a Merry lentamente hasta que estuvo enfrente de ella, de forma amenazante y con su energía intensificándose, preguntó.
– ¿Quién más lo sabe?
Merry enmudeció, trataba de hacerse hacia atrás, pero las piernas no le respondían, su mente se nublaba, pero en cuanto pensó que Liam le haría algo todo estaba claro. Ella también era una elemental, no tenía por qué tenerle miedo.
– No importa cuantos lo sepan – dijo firme – voy a encargarme de esas personas yo sola, no necesito que estés detrás de esto. Mike es mi amigo y yo más que nadie lo conozco y sé que no dirá nada.
Liam admiraba que Merry se comportara de aquella forma, el hecho de que tomara su rol de elemental lo hacía sentir verdaderamente orgulloso de haberla entrenado. Aun así, el hecho de que alguien más supiera de sus poderes era un peligro que él no correría.
Suspiró y se relajó, devolvió la mirada hacia Merry y solo le asintió con la cabeza.
– Está bien, parece que lo tienes todo bajo control, solo no dejes que se salga de allí – dijo Liam – y no confíes mucho en las personas aunque las conozcas, después pueden sorprenderte.
– Lo sé y lo entiendo – Merry le sonriendo – descuida, deja todo en mis manos.
La búsqueda de Liam para tratar de calmar su corazón con la respuesta de Merry resultó ser una pérdida de tiempo. Liam no confiaba tanto en las personas como lo hacía la azabache, tampoco sabía por qué, pero no podía dejar de pensar que tal vez Mike tenía otras intenciones.
Aquellos sentimientos plenos se vieron interrumpidos por algo más.
Merry y Liam se tensaron casi al mismo tiempo al sentir una energía sumamente poderosa azotando todo el lugar.
No sabían de dónde provenía o de quien se trataba, ambos se llenaron de miedo y sorpresa, se vieron mutuamente y después miraron a todos lados tratando de localizar aquello.
¿También era necesario dejar aquello en las manos de Merry?
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