✧CAPITULO 13: NO DEJES QUE LA FLAMA SE APAGUE✧
Liam sabía que le costaría salir mucho de la situación en donde estaba, porque, a pesar de estar entrenando con Merry, hacia ya muchos años que no luchaba contra alguien que lo pusiera en apuros.
El rubio sonrió y se lanzó contra Liam quien pudo desviarlo con un golpe en el estómago, tuvo que recomponerse rápidamente para esquivar los golpes del hombre de cabellos negros.
Ambos lo hacían retroceder y lo único que podía hacer Liam era esquivarlos.
Merry se dio cuenta de uno de los puntos débiles más grandes de su antiguo maestro. Cuando se ve en una situación difícil no puede pensar y tampoco puede actuar rápido. Una enorme desventaja que habían aprovechado sus contrincantes.
– ¡Fuego fatuo!
Por primera vez Merry había presenciado uno más de los ataques de Liam. Una llamarada oscura que cubrió por completo el cuerpo del de cabellos negros, el cual fue impactado de lleno por el ataque, sus gritos grotescos expresaban el terrible dolor que sentía. La energía de Liam iba en aumento.
Se había deshecho de uno de sus enemigos por algunos momentos, pero el rubio seguía siendo un problema. Se le abalanzó a Liam y este lo detuvo con sus manos, estuvieron forcejeando poco tiempo, la frente de Liam empezaba a sudar, su mandíbula estaba tan apretada que podía jurar que se iba a romper y sus facciones estaban bastante tensas.
Sus manos se encendieron en un fuego intenso y a “puño limpio” se debatió con su contrincante.
Merry jamás había atacado de una forma tan rápida con sus puños, el miedo la invadió cuando supo que el rubio le estaba superando.
A Liam no le quedaba nada más. Tuvo que separarse del otro por varios metros atrás; como pudo, se reincorporó. Respiraba con agresividad y la sangre brotaba de su frente y su ojo izquierdo. No podría vencerlos o por lo menos no en su forma actual.
Cerró los ojos y su energía estalló; Merry pudo sentirlo, la energía de Liam era mucho más intensa de lo que alguna vez ella había sendido, nuevamente una llama brillante envolvió al elemental durante su transición. Cuando esta se extinguió dejó en la espalda de Liam unas hermosas alas naranjas, mismas que brillaban con la luz intensa del sol poniéndose.
Liam se levantó, sus ojos mostraban un aura naranja e intensa que lo hacía ver más intimidante. Había un olor en el aire, como el olor de la ceniza y el calor se volvía sofocante.
Merry miraba desde su lugar, impactada por lo que Liam le había ocultado hacia tanto tiempo, se veía como un ángel, como alguien realmente poderoso.
Tenía una oportunidad para vencer y debía usarla de la mejor forma posible. Se lanzó en contra del rubio lanzándole rápidas y poderosas ráfagas de fuego, parecía que este resistía sus ataques, su sonrisa jamás se borró.
Nuevamente se debatieron a puño limpio, esta vez de forma más rápida e impactante. Cada vez que Liam lo golpeaba destellaban en el aire pequeñas cenizas ardientes. Como si fuera un volcán erupción su ira era irracional y sus ataques eran temibles e imposibles de esquivar.
Él sabía que el rubio no podía resistir por mucho tiempo y cuando supo que todo estaba perdido levantó la mirada para observar a Liam quien se impulsó con sus propios pies abrió sus alas en el aire y de un golpe fuerte y tajante logró noquearlo.
Las venas del rubio empezaron a tornearse negras y su respiración era agitada. Igual que la de Liam. Mostrarse de aquella manera agotaba de forma abismal su energía y su resistencia.
Suspiró para relajarse, estaba muy cansado y su cuerpo le dolía. Bufó levemente para liberar el dolor intenso que sentía y el mismo que le pedía descansar.
Merry seguía mirando desde donde estaba, al parecer todo había acabado. El olor era bastante molesto, como si de azufre se tratara, plantó su mirada en el rubio y en sus venas ennegrecidas, dedujo que tal vez de allí venia ese repulsivo olor.
Liam también había pensado que todo había terminado y que a pesar de estar cansado y malherido todo estaría bien.
No podía estar más equivocado.
Sin que él lo notara una lanza negra atravesó su hombro haciéndolo caer hacia atrás. Sus alas desaparecieron y su energía se desplomó rápidamente.
El joven de cabellos oscuros seguía con vida y Liam ya no tenía fuerzas para pelear.
Liam jadeaba de dolor y por mucho que tratara de defenderse o por lo menos ponerse de pie no podía, la lanza le estaba prohibiendo usar sus poderes y lo debilitaba de sobre manera.
Aun así, el azabache no se quedaba atrás, tenia varias partes del cuerpo con quemaduras provocadas por el ataque anterior de Liam; sin embargo, no dejaba de reír, tenia al elemental contra la pared y el en un movimiento desesperado trató de sacar la lanza de su hombro causando un dolor mayor.
No podría sacarla a tiempo ni tampoco de forma rápida para no sentir tanto dolor. El otro aprovechó para usar otra de sus lanzas oscuras. Soltó una carcajada nuevamente y con todas sus fuerzas la lanzó.
Liam cerró los ojos aceptando su destino y solo esperando que esta atravesara su cuerpo.
Sin embargo, el ataque jamás llegó.
Luego de un par de segundos Liam se dio cuenta que la lanza jamás llego hasta el, abrió los ojos lentamente y frente a él yacía una mujer que le daba la espalda, su vestido rojo ondeaba suavemente con el aire que provocaba su energía. Miró hacia su lado izquierdo, percatándose que la lanza estaba clavada en una de las paredes cercanas a ellos.
Liam conocía a la perfección esa energía, era alguien con quien estuvo conviviendo durante mucho tiempo y le ayudo a ser la persona que estaba enfrente.
Esa mujer era Merry.
Su mirada se desvió levemente al brazo derecho de la chica que empezó a sangrar. Merry había desviado la lanza con destreza sin embargo esta alcanzó a cortar levemente su brazo.
– ¿Estas bien? – Merry miró de reojo a Liam sin dejar de bajar la guardia. Liam solo asintió ya que ninguna palabra salió de su boca.
– ¡Maldita zorra! – gritó el contrario – ¡Sabia que te estabas escondiendo! ¡Eres una cobarde!
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Merry sonrió de lado, abrió su mano y en esta apareció una espada dorada, la movió con destreza sin dejar de mirar a su enemigo y después se lanzó contra él. No era sorpresa para Liam que luego de aquello Merry comenzara a cantar de forma eufórica y alegre. Instantáneamente él supo de qué canción se trataba.
El primer corte fue claro y preciso, le había cortado cerca de la frente haciéndolo sangrar y provocando una furia incontrolable de parte del mismo individuo.
Liam miraba y calculaba con precisión cada movimiento de Merry y le impresionaba lo ágil que era para manipular esa arma, para saltar grandes alturas y la precisión que tenia al atacar. Sin dudas ella había cambiado mucho, ahora hasta tenia una sonrisa mientras atacaba a su contrincante. De hecho, parecía que lo estaba disfrutando.
Merry retrocedió algunos metros debido a una ráfaga que el contrario le había lanzado, esto no la detuvo e instantáneamente se abalanzó contra el otro nuevamente.
Liam seguía sin poder levantarse de donde estaba ya que la lanza se lo estaba impidiendo.
El sonido del metal se hacia presente en sus ataques que coincidía al ritmo de la canción, esto desconcertó al otro a quien le fue imposible seguir con los movimientos de la joven.
El azabache atacó nuevamente a Merry y acertó. Le había golpeado en la cien haciéndola sangrar igual. Sus rodillas estaban raspadas y su brazo aún seguía lastimado pero ella sonrió nuevamente.
Su intención no era asesinar a su enemigo, si no acercarse lo suficientemente a él para poder sanarlo.
Entre golpes y ráfagas esquivaba lo mejor que podía recibiendo uno que otro acierto por parte del contrario. La batalla comenzó a desviarse hasta el final de la calle cuando el azabache chocó con una pared causa a una ráfaga de Merry.
La respiración de la fémina estaba agitada, misma que le obligó a dejar de cantar, ella estaba cansada por la pelea, pero no podía dejar que se escapara con la suya. Empuñó su espada nuevamente mientras se acercaba a su enemigo.
Liam también había logrado moverse para poder ir a donde Merry había llevado la pelea. Se movía con dificultar ya que la lanza seguía atorada en su hombro.
Era sabido que Merry era más veloz que Liam y el mismo podía confirmarlo por su batalla anterior. Pero definitivamente Liam le ganaba en fuerza.
Ella sabía que no podría vencerlo y tampoco quería matarlo de esa forma. Había una forma en la que quizá pudiera salvarlo, pero ¿el dejaría que lo hiciera?
Merry se acercó lentamente a él sin soltar su espada y bajó a su altura. El contrario estaba nervioso y asustado por ella sabia que la muerte era lo único que le quedaba y que no se podría resistir a su destino.
La azabache le regalo una sonrisa, tomó al contrario por el cuello para evitar que escapase. Él tenia miedo, tanto que sus lagrimas comenzaron a salir de sus negros ojos. Merry se pudo percatar que también tenia varias de las manchas negras que el cadáver de hace una semana tenía.
– Acepta por favor esta ofrenda de paz – susurró.
Un aura blanca cubrió el sitio y en primer lugar al enemigo, sus quejidos cesaron al igual que sus lágrimas, sus ojos comenzaron a aclararse mostrando unos bellos orbes azules, sus marcas desaparecieron y Merry lo dejo caer cuando se dio cuenta que ya no había nada que sanar. Cuando supo que todo estaba bien.
Sin decir nada lo dejó allí y salió para poder sanar al rubio quien seguía inconsciente por el golpe de Liam.
– Bien, creo que es todo – Merry susurró y cuando estuvo lista para ir a encontrarse con Liam pudo escuchar varias sirenas de policía acercarse.
Tragó grueso y corrió hacia donde su amigo se encontraba. Saltó del susto cuando pudo divisarlo. Liam estaba de rodillas sobre la acera. La lanza seguía en su lugar provocándole una fuerte hemorragia, apenas y podía respirar.
Merry se acercó rápidamente. Lo subió a su espalda y empezó a correr como podía. Liam iba quejándose sutilmente del dolor y Merry iba sudando de los nervios que se le acumulaban.
Por poco eran descubiertos. Cuando pudo estar lo suficientemente lejos se desplomó en el piso, a decir verdad, Liam no era nada ligero y más allá de sus heridas el cansancio hizo que ambos perdieran la fuerza.
– ¡Liam! – gritó cuando escuchó el jadeo de dolor del joven cuando este cayó al piso – ¡Mierda!
Merry se acercó a el y trató de sacar la lanza de su hombro, Liam se quejó ante esto y empezó a gritar de dolor.
– ¡Merry no hagas eso! – exclamó – tal vez Luna pueda… hacer algo.
Ella estaba asustada por la situación, realmente no sabía que hacer por Liam, el estaba gravemente herido y ella no sabia nada de primeros auxilios, tampoco podía llevarlo a un hospital. ¿Cómo los doctores se harían cargo de algo tan raro como un elemental herido a causa de una lanza mágica?
Se le acababan las opciones y solo con Liam ya que ella también estaba lastimada. Sin embargo, su dolor no le importaba y la verdad era que ni siquiera lo sentía por culpa de la enorme preocupación que le aquejaba.
– ¡Liam!, ¡Merry!
Para su fortuna Winder apareció, había sido mandada por Luna cuando esta sintió una anormalidad donde estaban ambos elementos.
Winder se acercó rápidamente a ellos, cargó a Liam en su espalda y como pudo llevó a los dos frente a Luna.
Merry se había desmayado en el trayecto, todo el uso de su energía la dejo agotada. Se dio cuenta de su error, al no estar entrenando con su transformación jamás pudo adaptarla a una pelea.
Cuando llegaron ante Luna, Winder le entregó un Liam moribundo pero consciente y una Merry destransformada e inconsciente.
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Horas después Merry despertó. Miró hacia arriba por unos segundos hasta que pudo recobrar la memoria, hasta el momento en donde ella se había desmayado.
– ¿Eran muy fuertes? – preguntó Agatha quien estaba con Liam hablando.
– Bastante, además tenían las marcas del cadáver de hace una semana. – Liam contestó.
– Es muy probable que todo esto este pasando por una contaminación y que alguien esté detrás de todo esto. Pero primero necesito hablar con Merry.
Liam y Agatha estuvieron hablando al respecto mientras Merry seguía inconsciente y sus heridas eran tratadas por Luna y por Winder.
Para cuando Merry había terminado de recordar lo que paso era bastante tarde ya que se había dado cuenta que se encontraba en el coliseo de Luna.
Tomo fuerzas para poder levantarse de la cama, todo el cuerpo le dolía de forma similar a cuando entrenaba con Liam. Suspiró con alivio cuando sintió la energía de Liam y supo que estaba bien.
Al poco tiempo llegó Agatha para interrogarla. Había muchas cosas útiles para ella ya que estaba completando su teoría y su estrategia para detener lo que sea que estuviera pasando de la forma más rápida posible.
– ¿Cómo te encuentras? – preguntó Agatha una vez que estuvo lo suficientemente cerca de Merry.
– ¿Uh?, estoy bien, muchas gracias.
– Eso me alegra, Luna y Winder estaban preocupadas por ti, sabían que habías perdido mucha sangre y mucha energía en esa batalla. Aún si, debo decir que me siento orgullosa.
Agatha le sonrió a la menor provocándole un leve sonrojo en sus pómulos.
– Muchas gracias, pero también Liam nos ayudó bastante, él acabó con el más fuerte. Por cierto, ¿Cómo está él?
– No te preocupes, la mayoría de sus heridas fueron sanadas por Luna solo es cuestión que él tome reposo y en unos días estará como nuevo.
Merry sonrió, estaba aliviada de que todo terminara por el momento y que ambos aun seguirían con vida.
– Muchas gracias, enserio pensé que moriríamos, no conocíamos a esos tipos ni sabíamos de lo que eran capaces de hacer.
– Respecto a eso – Agatha suspiró – quiero saber más sobre esos sujetos. Dice Liam que tenían unas manchas muy similares a las que tenía el cadáver del otro día y que al parecer estaban siendo controlados por alguien.
– ¡Si! – Dijo Merry con entusiasmo – sus ojos eran totalmente negros y sus venas también, de hecho cuando sangraban la sangre era muy oscura y tenía un olor repulsivo.
Agatha estuvo pensando durante algunos segundos lo que Merry le había dicho y sorprendentemente varias de las cosas coincidían con su investigación.
– Ya veo – dijo tranquila – es bastante probable que alguien muy fuerte este detrás de todo eso. ¿Notaste algo más?
– Si – Merry pausó un momento – traté de sanarlos para que no tuvieran que morir. Y resultó, en cuanto me deshice de su “oscuridad” – se detuvo nuevamente para hacer comillas con sus dedos – volvieron a la normalidad. A decir verdad, el de cabello negro era bastante atractivo.
– Ya lo creo – Agatha soltó una leve risita – entonces así debe ser. Alguien se está apoderando de las personas y las esta convirtiendo en sus aliados. ¿pero quién podría ser?
Ambas quedaron en silencio un momento más, tratando de analizar las posibles personas que podían ser. Claramente no había mucho material con el cual trabajar y tal vez la amenaza con la que se estaban enfrentando era algo desconocido.
Luna se hizo presente frente a ellas, su miraba les transmitía preocupación y con toda la razón. Ella sabia que las cosas se pondrían difíciles.
– Merry, me alegro que estés mejor – se acercó a ellas – hiciste un buen trabajo Agatha. Tengo noticias para ambas.
El ambiente se tensó. Luna tenía habilidades únicas, podía predecir cosas, leer las estrellas y determinar ciertos factores que ningún otro elemento era capaz de saber.
– ¿Qué sucede Luna? – preguntó Agatha.
– Lo que sucedió hoy no fue alguna casualidad, alguien esta detrás de todo esto y me temo decirles que esa persona se encuentra aquí. Pero nunca ha vivido aquí.
Agatha y Merry se miraron entre si algo confundidas al respecto. No sabían que era de lo que Luna estaba hablando o que quería dar a entender.
– Es decir – continuó – lo que sea que esté detrás de lo que ocurrió se escabulló y permaneció en la Tierra sin que nosotros nos diéramos cuenta e hizo de las suyas bajo nuestras narices. Es extraño porque no sentí su energía.
El rostro de Agatha palideció, sabia lo que significaba y aunque Merry estaba más y más confundida pudo notar que no era nada bueno.
– ¿Quieres decir que ellos van a volver? – preguntó Agatha.
– Es muy probable que se trate de alguno de ellos. Bien, les explicaré mejor luego. Deben buscar a Ahmed lo más rápido posible, es el único que nos falta.
– Pero ni siquiera sabemos dónde está – dijo Liam quien se acercó sigilosamente hacia ellas.
– Descubrimos su ubicación – dijo Winder quien también se acercaba a ellos. – Esta en el Sahara, del lado oeste cerca de la frontera con Libia, al parecer no se moverá de allí en unos cuantos días. Tal vez podamos enfrentarle.
Liam asintió junto con Agatha. Merry apenas y podía moverse así que sería muy difícil ir en aquel momento.
– Probablemente tengan un poco más de tres días para encontrarlo – dijo Luna – y estoy segura que ella ya localizó y sintió las energías de los que los atacaron. Esperemos dos días a que se sientan mejor y aprovecharemos para traerlo.
– Conoces a Ahmed – dijo Liam – sabes que no será tan fácil hacer que venga.
– No me importa, si tienen que hacer que el venga a la fuerza van a tener traerlo pero no podemos dejar que pase más tiempo.
Merry confirmó lo que Liam le había dicho. A Luna no le importaba sacrificar a alguien más para obtener lo que quería o para no desperdiciar este tipo de oportunidades.
– Ahmed ¿es fuerte? – preguntó Merry.
Agatha suspiró, acomodó sus lentes y después la miró.
– Sí, es de los elementos más viejos que hay y de los más testarudos, es obvio que no será nada fácil enfrentarnos a él y mucho menos será traerlo.
– Pero – dijo Winder con una sonrisa – no es imposible, tal vez podamos convencerlo.
Si había algo que caracterizaba a Winder era su optimismo y aunque se trataba de alguien que podía asesinar a sangre fría siempre se mantenía positiva y siempre sonreía.
– Si seguro – dijo Liam con sarcasmo, luego suspiró – tengo varias preguntas, una de ellas ¿desde cuándo Agatha usa lentes?
– Desde que el agua salada del mar empezó a dañarme la vista. – contestó Agatha mientras se cruzaba de brazos.
– Bien – Liam volteó a ver a Merry – ¡¿Desde cuándo puedes transformarte?!
Merry tragó grueso cuando sintió la mirada curiosa de todos sobre ella, quería hacerse pequeña y desaparecer en ese momento. Liam estaba molesto, Luna y Winder parecían curiosas y Agatha dijo.
– ¿Enserio? Quiero verlo – le sonrió.
Merry empezó a titubear, sabía que había metido la pata y que ya no podría esconderlo más.
– Bueno… creo que desde hace alrededor de dos meses – dijo nerviosa.
Liam enmudeció y sus ojos se encendieron de rabia.
– ¡¿Y por qué carajo no me dijiste?! ¡Pudimos evitarnos muchas cosas si me lo hubieras dicho!
– Ibas a juzgarme, además quería trabajar en algo que me quedara mejor por eso aún no estaba lista – Merry se cruzó de brazos – pero alguien se puso en problemas y tuve que salvarlo.
Liam gritó de rabia.
– ¡Tenía una lanza atravesada en el hombro! – Liam suspiró – bueno, es un avance aun debes aprender a usar tus alas.
Merry se sonrojó y mientras luchaba con ella misma para no reír Liam bufó molesto.
– No me digas, también puedes usar tus alas ¿cierto?
– Je, je… si… – dijo Merry tímidamente – pero esas puedo usarlas apenas desde hace un mes.
Liam volvió a gritar, sabía que Merry era más fuerte de lo que aparentaba pero de cierta forma le irritaba que su alumna no le hubiera comentado nada al respecto.
– ¡¿Qué otras cosas me escondes?!
– Creo que es todo.
Las demás chicas trataban de calmar a su compañero quien poco le faltaba para hervir en furia, su piel se había tornado roja de tal forma que parecía que en cualquier momento iba a incendiarse.
Agatha suspiró y dejó caer un chorro de agua sobre él.
– Gracias – dijo Liam y de su cabeza salía una gran cantidad de humo producto del enojo de hace apenas unos momentos.
A Merry le pareció curioso el hecho de que cuando se enojaba de sobre manera podía arder. Literalmente.
– Lo siento – dijo Merry luego de que se le escapara una risa.
– No puedes culparla Liam – dijo Agatha – es normal en los elementales que no digamos o confesemos varios de nuestros poderes. Es una estrategia.
Liam volvió a suspirar. Más que estar molesto con Merry estaba molesto consigo mismo. Merry había mostrado un desempeño extraordinario en batalla y eso que no había usado todo su poder. Había determinado que siempre tenía un truco bajo la manga por si las cosas se ponían difíciles.
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