✧CAPITULO 12: SENTIRES DE CORAZONES ENCARCELADOS✧

Era fin de semana, los elementales habían aceptado un trabajo de parte de Luna. Agatha y Winder debían vigilar la zona por agua y aire mientras Liam y Merry lo hacían por tierra.

Este trabajo tenia dos objetivos, uno de ellos era prevenir más víctimas y recolectar información al respecto. Así mismo encontrar al elemental de la tierra quien llevaba siglos sin ser visto y ninguno de sus compañeros; incluyendo Luna, había sabido de él o en donde se encontraba.

Había pasado una semana de todos los acontecimientos y a decir verdad San Francisco estaba bastante tranquilo. El cadáver fue encontrado y entregado a las autoridades, la noticia corrió por toda la ciudad en los noticieros, alertando al pacifico lugar donde vivía la azabache.

Durante esta semana Merry se dedicó a salir por las mañanas para vigilar la zona. Alice y Mike habían estado tratando de comunicarse con ella por su teléfono y aunque Merry estaba consciente de eso decidía no contestar.

De nada había servido la disculpa ya que se volvió a alejar de sus amigos, había perdido comunicación y de nuevo su mente volvía a divagar. A estas alturas todo era un riesgo, un riesgo que Merry no estaba dispuesta a correr si tenia que involucrar a sus amigos.

Merry había hablado con Agatha y Winder y las dos le dieron un consejo. Tenia que desprenderse de cualquier emoción, incluso del miedo a la muerte. Definitivamente a ella le aterraba la idea de morir, la idea de tener que dejar todo atrás, a pesar de que ya lo había hecho.

Ambas le advirtieron que tomando el camino de ser elemental iba a perder muchas cosas y que en cualquier momento tendría que aceptar su destino sin importar que tan terrible fuera.

Los pasos de la azabache sonaban en la cálida acera mientras caminaba por ella, el vestido blanco que se había comprado tiempo atrás ondeaba con suavidad justo como lo hacía el de Winder el día que la conoció.

Iba cabizbaja perdida en sus pensamientos, ni siquiera sabia que hacer con los elementales o con sus amigos. Varias veces quiso voltear hacia atrás y regresar a su pasado; sin embargo, eso ya no era una posibilidad. También pensaba en la propuesta de Liam y a veces se lamentaba por no haberla aceptado.

La gente caminaba tranquila sobre la calle poco transitada, Merry miraba a su alrededor tratando de identificar algo anormal o alguna otra víctima como la de hace una semana. Suspiró con desdén mientras caminaba al lado de un profundo callejón cuando sintió que alguien tomó su muñeca y la jaló hacia este.

Ella no alcanzó a reaccionar por lo rápido que el contrario había actuado, pero en cuanto estuvo adentro se separó de él, tomó una postura defensiva y un pequeño pulso salió de ella.

– ¡¿Qué mierda te sucede?! – exclamó furiosa.

Aquel sujeto se dejo ver, Merry lo identificó al instante, era Mike.

El castaño la miró asustado causando un suspiro de alivio en Merry. Se relajó y bajó la guardia, miró por un momento más a Mike, quien a decir verdad jamás lo había visto tan asustado o preocupado.

– ¡Discúlpame! – Dijo Mike asustado – no era mi intención, iba para tu casa, de repente te vi y no supe cómo reaccionar y…

Mike empezó a tartamudear, Merry se dio cuenta de que algo no andaba bien y temía que hubiera pasado lo peor. En ese momento Merry se tensó miró a Mike firme y después pronunció.

– ¿Qué sucede Mike?, te veo bastante preocupado.

El rostro del castaño enrojeció completamente, esto desconcertó a Merry quien no hizo nada más que levantar una de sus oscuras cejas, supo que Mike se estaba consumiendo en la desesperación y en sus propios nervios.

– Eso es lo que yo debía preguntar – exclamó – hace una semana nos citaste a Alice y a mi para disculparte y hoy haces lo mismo. De nuevo no contestas los mensajes ni llamadas, vamos a tu casa y no estas, te buscamos y no encontramos nada – las mejillas de Merry enrojecieron levemente y su mirada no se despegó de los orbes de Mike quien solo la miro confundido – ¿Qué sucede Merry? ¿Qué estas ocultando?

Merry suspiró, sabía que Mike tenía razón, no estaba siendo congruente en como estaba llevando la situación.

– Hay muchas cosas que simplemente no puedo contarte

– ¿Por qué no? – preguntó Mike histérico – se supone que somos amigos, yo te conté muchos de mis secretos ¡¿Por qué no puedes confiar en mí?!

Merry estaba sorprendida por lo que Mike le estaba reclamando, nunca había visto esa faceta de él, le lastimaba verlo tan preocupado, pero el pequeño color rojo que pintaba sus pómulos le parecía realmente lindo.

– No es que no confié en ti, pero se que no vas a creerme.

Los pómulos de Merry también enrojecieron, tuvo que desviar la mirada por unos segundos ya que le era imposible mantener la vista puesta en sus bellos ojos color ámbar.

Mike suspiró cansado mientras revolvía sus oscuros cabellos.

– ¿Por qué piensas eso de mí?, ¿Qué te hice para que no me digas que está pasando?

Mike no lo quería admitir, pero la situación lo ponía muy nervioso. Tener a Merry acorralada de esa forma mientras claramente ella estaba nerviosa hacia que su pulso se acelerara, que sus manos sudaran y que fuera imposible pensar con claridad.

– No es que me hicieras algo – dijo nerviosa – pero de verdad no puedo contártelo. Solo te pido que esperes un poco.

El castaño se acercó a ella sutilmente, quería tensar un poco las cosas. Sin despegar su mirada notó que el rojo se hizo más intenso y los labios de Merry empezaron a temblar.

– Seguramente es algo malo ¿No es cierto? – la insinuación de Mike hizo estremecer a Merry, quería contarle la verdad, pero sabía que lo pondría en peligro.

– N-no – titubeó – creo.

Mike puso un pie al frente y Merry retrocedió uno también. A pesar de ser una guerrera entrenada aquel hombre la ponía bastante nerviosa. Intento ponerse firme ante él, no quería verse débil ante el castaño porque sencillamente no lo era.

El rostro de Mike seguía totalmente rojo y pasaba saliva con brusquedad por su garganta, no le ganaría a Merry, pero su instinto le pedía continuar con aquel tortuoso encuentro.

– ¿Por qué tan nerviosa? – cuestionó – tus acciones me cuentan lo contrario, me dicen que no estas totalmente segura de lo que estas haciendo y es por eso que no quieres decirme ¿cierto?

– Es tan difícil tratar de explicártelo – Merry tragó grueso. No sabia como quitarse a Mike de encima y la verdad era que estaba bastante cerca, tan cerca que podía sentir su respiración y el leve sonido de su saliva pasar por su garganta – no importa cuanto lo intentes, ahora no es momento para decirte la verdad.

La mano de Mike se fue directamente a la mejilla de la azabache logrando que su sonrojo se intensificara de sobre manera. Merry no lo apartó, al contrario, su mano se posó encima de la de Mike causándole otro ataque de nervios.

Su tacto era suave y delicado tan solo interrumpido por pequeños callos productos de sus brutales entrenamientos.

Ambas miradas se cruzaron como siempre lo hacían, pero esta vez fue diferente, ambas transmitían un sentimiento mutuo, un nerviosismo intenso y una tensión inexplicable.

– ¿Y cuando será un buen momento?  – dijo en un susurro.

Sus labios se acercaron a los de Merry con sutileza y lo suficiente para sentir su cálida respiración haciendo estremecer a la chica de su adelante nuevamente.

Merry entrecerró los ojos y se puso sobre sus puntas para poder alcanzar a Mike. Mientras este solo mantenía sus ojos cerrados, concentrándose en las acciones de su compañera y en sus mismos sentires.

–Yo… no lo sé – Merry les susurró a los labios contrarios.

Mike tomó fuerzas desde lo más profundo de su ser y cuando estuvo listo la unió a él con un lindo y cálido beso.

Merry se estremeció una vez más al sentir el contacto con el chico que le gustaba, de tal forma que un leve jadeo se le escapó. Un jadeo que a Mike le había gustado y que le incitaba a seguir con su acción.

Sus palmas rodearon la cintura de la azabache haciendo que estuviera cercana a él y los brazos de Merry rodearon el cuello del castaño.

Era realmente tierno, dos almas que escondían sus sentimientos por fin dejaban florecer todo lo que sentían, haciendo tranquilizar al otro y haciéndolo sentir amado.

Los labios bailaban como si estuvieran danzando, danzando una dulce canción. Los labios de Mike eran salados y los de Merry eran dulces, era imposible que ella abriera los ojos, pensaba que estaba soñando mientras Mike los abrió lenta y sutilmente para comprobar que ella seguía unida a el por medio del beso.

Ni en las más recónditas fantasías de Merry se imaginaba algo así, era como conocer una faceta más de Mike y no podía negar que le gustaba.

Mike la acercó más a él adentrando su lengua en la joven que tenía enfrente, un jadeo un poco más intenso salió de ella y no le quedó más que corresponder aquella invitación.

El castaño se dio cuenta del rumbo que le hacía tomar su instinto y a su vez un miedo le invadió el alma. Su objetivo era transmitirle lo que sentía por medio de besos y hacerla sentir lo más cómoda posible para que recuperar aquella confianza que había entre ambos.

Mike se separó muy lentamente provocando otro ligero jadeo en la menor y que un brillante hilo de saliva resaltara entre los dos, dando fin a su tan tierno contacto.

Merry levantó la mirada para encontrarse con el rostro sonrojado de Mike, un rostro que a pesar de no sonreír transmitía una alegría intensa.

La respiración de Merry se calmaba lentamente y su mirada se desviaba para evitar encarar a su compañero. Mike no sabía por qué, pero siempre le había gustado ver la faceta nerviosa de Merry, era bastante tierna a sus ojos y nada se comparaba a sus rojas mejillas.

Sus manos se pasaron por las mejillas de la chica dándole leves caricias que la obligaron a mirarlo y a su vez aprovechando para limpiar los pequeños rastros de saliva que el dejo en los labios.

– Me preocupas Merry – le susurró.

Merry suspiró, amaba a Mike y eso le impedía ponerlo en peligro, no le importaba por lo que ella tenia que pasar si eso le aseguraba que su amor estaría a salvo.

– Lo sé – contestó – pero se que a pesar de que me vuelva a disculpar, ya no puedo dar marcha atrás.

Las manos de Merry acariciaron los pómulos de Mike, estos seguían sonrojados y su rostro cambió a uno de decepción.

– De verdad quiero que confíes en mi – dijo Mike abatido.

– Confió en ti, pero también necesito que tu confíes en mí, estaré bien – Merry sonrió y le plantó un beso en la mejilla de forma cálida mientras sus brazos rodeaban el cuerpo del otro en un cálido abrazo – se que tienes muchas dudas al igual que Alice, pero sé paciente, te lo voy a explicar todo después.

Mike suspiró. Sabía que no podría ganarle a Merry y que tal vez Alice tenía razón, debía darle su espacio y dejar que ella hiciera sus labores y esperar a entenderlas más tarde.

– ¿Nos vas a dejar atrás a Alice y a mí? – Mike se aferró a la chica, no sabia como actuar, no quería mostrarse débil ante ella.

– No, claro que no – le susurró – quiero que estén conmigo más que nunca, solo que el tiempo no me alcanza para hacer todo lo que hacíamos antes.

Merry se separó del castaño antes de lo que este quisiera, tomó sus manos con cariño y después le regalo una sonrisa tranquila.

– Te prometo que te lo voy a recompensar.

Mike le sonrió y después soltó una pequeña risa sonora. La calidez que tenía Merry era única y le había gustado bastante. A fin de cuentas, Mike sentía lo mismo por Merry, lo sabia y siempre lo tuvo bien claro.

El castaño era un capullo, era un chico que guardaba todo tipo de secretos en su interior. Sabia lo que Merry sentía por el desde hace bastante tiempo, pero tenia miedo. Tenia miedo a no ser lo que ella quería, tenía miedo de que Merry se diera cuenta con el chico con quien estaba. Se sentía insuficiente ante ella y Merry, se sentía completa a su lado.

Al final no le quedo nada más que aceptar el destino que Merry le proveía como una opción. Tendría que seguir con el miedo de saber si ella estaba bien, si no era victima de aun tipo de maltrato o si lo que decía era verídicamente cierto. Pero por ella esperaría y se consumiría en su propia angustia con tal de tenerla a su lado de la forma que fuera.

╔╦══• •✠•❀•✠ • •══╦╗

╚╩══• •✠•❀•✠ • •══╩╝

Merry suspiró nuevamente tratando de tranquilizarse después de la explosión de emociones que había sentido hacia unos momentos.

Mike partió a su casa y Merry se dedicó a cumplir su labor.

Era tarde y la gente comenzó a dispersarse para marcharse a su casa.

A pesar de no estar lo suficientemente concentrada determino que el día había sido tranquilo, justo como los días anteriores a ese.

Dispuesta a regresar, caminaba por la misma acera donde había andado en un inicio, concentrada en sus pensamientos y a la vez divagando en la situación.

– ¿Y te gustó el beso?

Soltó un grito y dio un salto hacia atrás en cuanto escucho aquello tan de repente. Cuando pudo recapacitar reconoció la voz de Liam y lo que este había dicho.

– ¿Qué? – titubeó nerviosa– ¿De que beso hablas?

– Del beso con ese chico castaño en el callejón – dijo sin emoción alguna.

Merry enrojeció por completo, tartamudeo un par de veces, busco una entre sus muchas excusas y cuando por fin pudo hablar se puso frente a Liam.

– ¡¿Por qué demonios nos estabas mirando?!

– Yo no tengo la culpa, sabes que tengo que vigilar esta zona, solo los encontré por casualidad – dijo tranquilo y sereno – pero al aparecer pareció gustarte.

Merry suspiró con sorpresa mientras le seguía reclamando a Liam. No podía negar que era un chismoso y que iba a aprovechar cualquier oportunidad para burlarse de ella.

– ¿Por qué dices eso?

– Si no te hubiera gustado te hubieras separado, además– una sonrisa siniestra se formo en su rostro – si no te hubiera gustado ni te hubieras puesto de puntillas.

Bufó molesta y siguió reclamándole, Liam empezó a reír a causa de las reacciones que tenía su exalumna.

– No puedes estar cuidándome todo el tiempo.

Merry se cruzó de brazos y Liam borró su sonrisa lentamente. La mente de Liam también le jugaba malas pasadas a veces.

“No necesito que me cuides hermano”.

Liam suspiró, miró a Merry y con toda la serenidad que había en su alma le dijo.

– Claro que puedo y es mi deber hacerlo hasta que estés lista para cuidarte tu sola.

Ella alzó una ceja, seguía molesta por las acciones que tomaba su compañero.

– ¿Quién te dijo que no me puedo cuidar sola?

– Yo se bien que aun no puedes hacer y además…

Liam quiso continuar con su discurso, pero fue interrumpido. Se quedó estático mientras prestaba atención a sus propios sentires.

– ¿Qué sucede? – preguntó Merry al notar que Liam había callado de repente. Pasaron unos pocos segundos cuando Merry sintió lo mismo, se quedó estática.

¿De dónde venía esa energía tan poderosa?

Ambos recapacitaron cuando sintieron las energías acercarse rápidamente a ellos. Liam tomó la mano de Merry y la obligó a esconderse detrás de unos contenedores de basura. Luego de segundos el yacía a su lado.

Ambos esperaron escondidos y Liam sólo se dedicaba a observar por encima del contenedor para tratar de no ser descubierto.

Dos hombres aparecieron. Su aura era completamente oscura al igual que sus ojos y su saliva. Su actitud era bastante agresiva. El primero tenía cabellos dorados y ondulados, era un hombre alto y fornido. El segundo tenia cabellos negros y cortos, eran muy parecidos, aunque el azabache no era tan fornido o alto como su compañero.

– ¿Dónde están? – preguntó el de cabellos dorados.

– Puedo sentir su energía – dijo el otro – son dos.

Ambos soltaron una carcajada mientras seguían buscando desesperados.

– ¡Se que estas allí! ¡No seas cobarde!

Liam suspiró, sabía que eran ellos a quienes buscaban.

– Quédate aquí Merry – dijo Liam en voz baja y sin despegar la mirada de aquellos dos.

– Pero su energía es bastante fuerte – contestó Merry en el mismo tono – déjame ayudarte.

– No, ni siquiera sabes transformarte, no puedo dejar que pelees contra ellos, quédate aquí.

Merry miró a Liam con tristeza mientras este solo le miraba con enojo. Le había lastimado lo que Liam le había dicho a pesar de saber que era una mentira.

El hermoso atardecer azotó la calle vacía donde yacía Liam y los otros dos sujetos de ojos negros. Liam los miraba con desdén, serio y sin decir absolutamente nada.

– Vaya, parece que no eras tan cobarde como pensé – comentó el más alto.

Liam empezó a calcular la energía de ambos y la duda lo invadió cuando se dio cuenta que eran más poderosos de lo que imaginaban y que le costaría bastante poder vencer a los dos.

Varias preguntas le cruzaron por la mente y desgraciadamente para él, quería resolverlas todas. ¿De donde venían? Y más importante ¿Por qué eran tan poderosos?

Luego de un suspiro las flamas cubrieron el cuerpo de Liam haciéndolo portar su característico traje de batalla. Sacó las manos de sus bolsillos, tronó sus nudillos y las sacudió. Puso un pie atrás del otro y con sus puños cerca de su pecho manteniendo la guardia espero a que los otros dos se abalanzaran contra él mientras Merry solo se había convertido en una espectadora.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top