✧CAPITULO 10: LA MAGIA EN EL AGUA✧
– ¡Liam, es bellísimo!
Merry estaba fascinada por los diseños y la arquitectura de Londres, aunque su misión era encontrar a otro de sus aliados convenció a Liam a duras penas de que pasaran un rato en el país británico para relajarse un poco, este aceptó con la condición de sólo atravesar la ciudad, no detenerse a ningún lugar.
Mientras Merry estaba maravillada por todo lo que observaba Liam se mantenía cohibido, su color de ojos y cabello además de su vestimenta resaltaba de sobremanera entre la gente.
– Maldición, debí de haberla matado cuando tuve oportunidad – se decía así mismo a regañadientes y molesto mientras miraba a Merry quien estaba corriendo de un lado al otro – parece una niña.
La cabeza le dolía bastante, Luna era una verdadera molestia para él y sus pequeños conflictos siempre lo ponían de mal humor.
– ¡Liam, es el palacio de Buckingham! – decía Merry mientras se aferraba a los barrotes de la gran puerta donde era la residencia de la monarca británica – ¡Hay que esperar a que la reina salga!
– No, claro que no – cuando Liam pasó detrás de ella tomó su brazo y la arrastró sin dejar de caminar para impedir que se fuera lejos.
– Pero yo quiero verla – decía Merry a modo de puchero.
– No me interesa, no vinimos a eso y lo sabes.
Personas que transitaban por allí reían al ver la graciosa escena que ambos estaban protagonizando, aunque ninguno de los dos podía negar que era un lugar hermoso y que fue una buena idea cruzar brevemente por él.
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– ¡Espera! – decía Merry cansada mientras corría detrás de Liam.
Se habían alejado lo suficiente de la civilización mientras seguían el rio, sabían que la elemental del agua no se haría presente en un lugar con tantas personas a su alrededor.
Liam la conocía y sabía que ella era una estratega brillante y su ubicación era bastante difícil de encontrar, además el rio Támesis era bastante grande, sería una búsqueda verdaderamente larga.
En medio de su búsqueda Liam se detuvo en seco, el agua que corría del rio hacia un sonido bastante relajante contradictorio a lo que Liam sentía, preocupación.
– Merry debo preguntarte algo.
Merry se detuvo detrás de él, observando su espalda y como el aire movía sus cabellos, sólo se mantuvo callada.
– ¿Sabes lo que significa ser elemental? – Liam volvió a preguntar – deberás acabar con muchos seres malvados y personas de este mundo. También deberás enfrentarte a cosas que jamás has visto y puede que mueras en el intento.
Liam volteó a ver a una Merry bastante asustada, este suspiró intranquilo; después de todo, no era el indicado para darle ese tipo de platica luego de todo lo que vivió con ella.
– También tus seres queridos estarán en peligro constante ¿sabes lo que realmente significa mancharte las manos de sangre? – Liam pausó un momento – Luna no se detendrá por eso, si ella da la orden de que asesines a personas que se vieron envueltas en este tipo de situación lo tendrás que hacer y si quiere que arriesgues tu vida por ella lo vas a tener que hacer. Es por eso que yo te voy a dar una oportunidad.
El viento soplaba lentamente y a Merry se le revolvía el estómago a cada palabra que salía de la boca de su superior.
– Te daré la oportunidad de que, si quieres dar vuelta atrás, si quieres dejar de ser elemental… dejaré que lo hagas, no voy a matarte y cualquier consecuencia yo la voy a asumir. No quiero que te veas envuelta en una guerra en la que no deseas ganar y tampoco voy a arriesgar a las personas que amas.
Merry tragó grueso, era tal vez el dilema más difícil que había tenido en la vida. Estaba asustada, la opción de huir se había tornado como una esperanza y a decir verdad quería aprovechar esa oportunidad.
No sabía cuándo la vida le pondría una oportunidad así de nuevo, tal vez Liam tenía razón, pero ¿Valía la pena sacrificar a alguien más para su propio beneficio?
– No me contestes aho…
– Quiero ser una elemental.
La respuesta que obtuvo de Merry realmente le asombró, muy en los adentros de Liam deseaba que ella se diera la vuelta y aceptara su propuesta.
– ¿Estás segura? A ninguno de nosotros se nos dió la opción de escoger y te la estoy dando a ti. A decir verdad, yo la hubiera aceptado.
– Claro que estoy segura, nunca he hecho nada por este mundo, quiero que mi vida valga de algo, quiero salvar a más personas de las que tengo que matar y aunque después me arrepienta de ello, cargaré con el peso. No desecharé nada a la basura y menos todo el entrenamiento y la confianza que has puesto en mi – dijo Merry con convicción.
Liam sonrió leve, se dio la vuelta y continuó su camino, a pesar de la decisión que había tomado su exalumna estaba orgulloso de ella.
– Bien, entiendo a la perfección, andando que se nos hace tarde.
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– ¡Agatha!, ¡Agatha! – gritaba Liam mientras caminaba por la orilla del rio con sus manos alrededor de su boca.
– ¿Ella se llama así? – preguntó Merry.
– ¡Agatha! – Liam seguía gritando.
Al no obtener respuesta, Merry decidió gritar junto a Liam, pensaba que tal vez así encontrarían a quien estaba buscando y por alguna razón ella confiaba en Liam.
Ambos le gritaban al rio y sus voces se podían escuchar varios metros atrás y delante de este. Luego Liam dejó de gritar y dejo que Merry lo hiciera.
– ¡Agatha! ¡Aga… – Merry calló cuando empezó a escuchar la risa de Liam.
Era la primera vez que lo escuchaba reír y debía admitir que tenía una risa realmente bella. Sus mejillas se ruborizaron de vergüenza y no le quedó más que reclamarle a Liam, quien no paraba de reír.
– ¿Enserio pensaste que así encontraremos a Agatha? – dijo Liam mientras se limpiaba una de sus lágrimas causada por la risa.
– Bu-bueno, ¡yo solo te seguía a ti! – decía Merry con su rostro totalmente enrojecido y su ceño fruncido causándole otra carcajada a su mayor.
Liam se tomó un momento más para suspirar y tratar de calmarse, luego sin decir nada y volviendo a su típica mirada fría seguía su camino con Merry atrás de él.
Caminaron otro tramo del rio, era de admitir que estaba bastante sucio, a pesar de ser uno de los ríos más famosos del mundo, el Támesis estaba bastante contaminado.
Llegaron a un punto donde el agua estaba limpia y se dividía con el agua que estaba contaminada. A Merry le extrañó este hecho tan parecido con los océanos que no se mezclaban entre sí.
Liam se puso de cuclillas frente a esta parte del rio, puso sus manos en la orilla del agua, cerró los ojos y uso sus poderes para causar una leve vibración en esta.
Las ondas en el rio se veían tan armoniosas y equilibradas, parecían que ni siquiera iban a chocar entre ellas. Por un segundo el flujo de este se detuvo por completo, Merry observó todo con detenimiento, le parecía increíble como los elementos podían manipular la naturaleza a su voluntad y como las “reglas” que se habían establecido desde un principio se estaban rompiendo.
Liam se levantó y miró el rio, los ojos de Merry se posaron en este también. De repente varias burbujas salieron de en medio del Támesis y justo como el pasaje bíblico este se abrió a la mitad para que dejara pasar a una chica esbelta de cabellos celestes y mirada fría quien camino hacia la orilla donde estaban Liam y Merr.
Cuando los pies de la joven pisaron tierra las dos partes del rio chocaron entre sí y este volvió a fluir como de costumbre.
– ¿Qué? – dijo aquella joven.
– Vaya forma de saludar Agatha – dijo Liam de forma un tanto burlona.
Merry se sentía intimidada, la energía que Agatha tenía era comparable con la de Liam y a decir verdad era sumamente bella. A pesar de haber salido de las profundidades del rio no tenía ni una sola gota de agua encima. Su blusón azul estaba completamente seco al igual que su pequeño pantalón que tenía debajo. En sus brazos tenía mangas traslucidas y estas se movían a pesar de la carencia del aire, su movimiento solo podía recordarles a las corrientes marinas, este mismo fenómeno estaba presente en su falda corta que era parte de su blusón.
En su cabello yacía una peineta en forma de concha que sostenía la parte izquierda de su cabello y que a su vez confirmaba su pálida tez blanca y sus incandescentes ojos azules que podían hacer que te perdieras en ellos.
– ¿Ahora qué? – Agatha volvió a preguntar – te conozco y sé que no viniste a saludar.
La mirada de Agatha se plantó en Merry, quien observó con detenimiento mientras esta última se cohibida en sí misma.
– Y tienes toda la razón – comentó Liam – ella es Merry, es la siguiente elemental de la luz.
Agatha sonrió de forma sincera y se acercó a Merry con cuidado, hizo una pequeña reverencia sin perder la sonrisa en sus finos labios rosados. Luego de eso la azabache sintió un pulso de energía salir de Agatha quien se reincorporó luego de unos segundos.
– Yo soy Agatha, la elemental del agua, mi misión aquí es preservar este recurso tan preciado y defender la tierra de todo aquel que se quiera pasar de listo – Agatha se presentó al igual que Liam lo había hecho en un principio.
Merry confirmó. Realmente se había convertido en una tradición.
Ella también soltó un pulso dejando en claro su poder, se puso firme con las piernas abiertas y los puños cerca del pecho.
– Yo soy Merry, elemental de la luz, aun no se mi misión ni mi destino, pero una vez que lo sepa daré todo y cada parte de mi para cumplirla de la mejor forma posible.
Agatha parpadeó varias veces después del discurso de Merry, luego volteó a ver a Liam.
– Vaya, aun no lo tiene claro.
– Lo sé, pero no es algo que yo le pueda enseñar – dijo Liam mientras se cruzaba de brazos.
– ¡Es cierto! – dijo Agatha a la vez que golpeaba su puño con su mano abierta – Luna había dicho que tú la estabas entrenando.
– ¿Desde cuando tienes comunicación con Luna? – preguntó Liam alzando una ceja.
–Desde que empecé a sentir unas vibraciones extrañas en varios de los cuerpos de agua más visitados. La contaminación está avanzando y he estado examinando varias corrientes oceánicas, hay algo que debo decirle a Luna respecto a todo lo que he estado investigando.
Merry sólo miraba a los otros dos con expectación mientras Liam mantenía una mirada preocupada y Agatha le explicaba todo con lujo de detalle. Realmente pocas cosas entendía, pero había un algo que le susurraba al oído y le decía que nada de lo que hablaban era bueno.
Ambos elementales suspiraron, todos sabían que tenían que regresar donde Luna y más que hacerla reencontrar con la guardiana le llevarían malas noticias.
Apenas volvieron a aquel campo de flores rosas y amarillas Agatha se aventuró con prisa al interior del coliseo, Liam había comentado que hacía muchos años que Agatha no veía Luna, pero mantuvieron comunicación por vía telepática.
Luna siempre estuvo pendiente de sus elementos y siempre les estuvo dando misiones y trabajos que ella no quería hacer. O por lo menos, era lo que Liam argumentaba.
Era por este motivo que la guardiana casi siempre sabia donde se encontraban sus guerreros pero que al parecer convencerlos de regresar a donde ella y encomendarles algo más sería bastante difícil.
Agatha parecía ser alguien apacible, un poco más sonriente y animada que Liam, no sabía si porque también era una mujer, pero Merry se sentía bastante bien al lado de la presencia de la fémina de hebras azules.
Cuando uno de los pies de Agatha había pisado el coliseo corrió hacia Luna con emoción y con toda la intención de abrazarla. Ella correspondió gustosa. Parecía que ambas eran buenas amigas y todo el tiempo que habían estado lejanas les había afectado. Tal vez la aspereza que tenía con Liam solo la tenía con él y no con nadie más del equipo.
– Me sorprenden – dijo Luna – eso fue bastante rápido, aunque sabía que alguien como Agatha entendería la importancia de esta misión.
Agatha sonrió nuevamente, aunque esta vez de una forma bastante orgullosa. Liam solo giró los ojos ante el gesto de ambas en su adelante, Merry aún se sentía cohibida.
– He estado al pendiente de todas las corrientes oceánicas y siento varias vibraciones – decía Agatha mientras estaba enfrente de su superior – no solo en el mar; si no también, en algunos ríos.
– De acuerdo – decía Luna pensativa – y supongo que esas vibraciones provienen de una energía elemental mayor ¿verdad?
– En efecto – contestó Agatha – siempre siento vibraciones en el agua, pero esta vez son totalmente diferentes.
– Muy bien, más tarde hablamos de eso – Luna se dirigió a los otros – veo que ya conoces a Merry, ella será la nueva elemental de la luz, me gustaría que todos la ayudáramos a entrenar.
A este punto Merry sabía que su entrenamiento no concluiría solo con haber entrenado con Liam, si no también sabía que iba a tener que entrenar con Luna y eso sumado a entrenar con los elementos restantes le causaba algo de temor.
– Claro, Liam me dijo que es la nueva elemental de la Luz – la mirada de Agatha se plantó en la de Merry – tendrás mucho en que trabajar, ese elemento es bastante difícil de controlar.
– Lo sabe – dijo Liam – me sorprende que hasta ahora no haya ocasionado algún problema.
Una imagen de Gloria vestida de demonio se le vino a la mente a Merry, esta última tragó grueso y empezó a sudar frio mientras mantenía una risa nerviosa y sus manos se frotaban entre sí.
– Je, je, s-sí, claro – dijo Merry nerviosa.
Liam le lanzó una mirada asesina a su compañera, supo al instante que estaba mintiendo debido a su nerviosismo. Se cruzó de brazos mientras Merry se consumía en sus propios nervios, se acercó a ella con una mirada intimidante y una voz demasiado profunda.
– ¿Qué fue lo que hiciste? – dijo de forma amenazante, provocando que Merry se hiciera dos pasos hacia atrás.
– Pu-pues… este… – Merry empezó a titubear mientras reía nerviosa – mira, te explicaré.
Liam encendió su mano en un fuego ardiente sin dejar de mirar a la contraria que tuvo que luchar consigo misma para no gritar enfrente de él.
– ¿Quién fue?, ¿Quién te descubrió?
Merry se puso firme, respiró profundo y por primera vez encaró a su exmaestro.
– Ya me encargué yo del asunto, no tienes que preocuparte por eso.
Liam hirvió de furia, la situación le parecería bastante compleja para que una novata como ella se hiciera cargo de algo tan grave como la demostración de sus poderes.
– ¡¿Y eso que?! – gritó Liam furioso y a la vez de forma cómica – ¡vas a arriesgarnos a todos si sigues con tus estupideces!
– Pero nadie va a creerle – Merry soltó una carcajada.
– ¡¿Qué te hace pensar eso?!
Agatha y Luna solo miraban aquella escena graciosa mientras ladeaban levemente sus cabezas.
– ¿Crees que deberíamos intervenir? – preguntó Agatha.
– Realmente no – dijo Luna con una sonrisa – Liam nunca va a cambiar.
Luna se acercó a estos dos y los separó. A este punto ambos elementales estaban discutiendo con palabras altisonantes y poco les faltó para que concluyeran en golpes. Le asombraba a Liam que Merry ya no se dejara intimidar por él; y si así era, ya no se dejaría intimidar por nadie. Su fuerza de voluntad y la forma en que enfrentaba sus miedos era verdaderamente admirable.
– Creo que ella ya lo tiene bajo control Liam – Luna dirigió su mirada hacia Merry – si algo llega a salirse de control solo avísame, ¿de acuerdo?
Merry asintió y Liam se consumía en su propia frustración. A decir verdad, se sentía un poco celoso de Merry, la forma en la que había madurado le decía que ya no era la misma niña llorona con la que comenzó a entrenar y sabía que si seguía este camino iba a derrotarlo de nuevo y no solo a él, sino también a los demás elementos.
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Las risas de Agatha y Merry resonaban por todo el coliseo. Luna se había ido a observar las estrellas y Liam esperaba a que su compañera dejara de hablar con la elemental del agua.
– Claro, vas a acostumbrarte a todo esto y después lo verás como algo normal – decía Agatha quien estaba sentada en el borde de una de las enormes paredes del coliseo junto con Merry.
–Lo sé, me alegra que nos entendamos bien – dijo Merry con una sonrisa en sus rosados labios.
Ambas elementales se habían llevado bien; de hecho, Agatha empezó a explicarle un poco de su nuevo trabajo y de lo que iba a tener que empezar a hacer. Aunque claro, de forma mucho más calmada que la forma en la que Liam actuaba.
– La antigua elemental de la luz y yo éramos grandes amigas – decía Agatha.
Aquel comentario llamó la atención de Merry. No era un misterio que ella no fuera la primer elemental de la luz, ya que Liam le había contado que con el pasar de los años los elementos tomaban posesión de otras personas cuando estos morían en batallas.
Merry suspiró con melancolía, a pesar de no conocer su pasado no podía evitar sentirse menos ya que tanto Agatha como Luna la habían estado comparando desde que ella piso territorio de la guía.
– Siento que un poco de ella aún vive en ti – dijo Agatha sin despegar la mirada de la puesta del sol – eres muy parecida a ella, tanto física como emocionalmente, puedo sentir que la energía de tu elemento es muy pura y eso me alegra bastante.
Agatha le sonrió a la chica quien solo pudo apartar la mirada a la puesta de sol. Merry soltó un suspiro intranquilo y el rostro de la chica de hebras azules se relajó, al grado de hacer desaparecer su sonrisa y en su lugar una mirada de preocupación tomó posesión de la misma.
– ¿Estas bien? – se atrevió a preguntar.
– No lo sé, estoy muy confundida – respondió Merry para después soltar un suspiro. Ella dudó de lo que iba a decir, había comprobado que realmente sabía muy poco sobre los seres que ahora eran sus compañeros y no sabía que tan malo era el que ella no supiera muchas cosas al respecto – Yo no recuerdo mi vida pasada.
Agatha calló al instante y se mantuvo callada un buen rato sin despegarle la mirada a su compañera. Merry mantenía un perfil nervioso, no pudo decir nada tampoco pero el hecho de que Agatha tomara esa postura con ella no era señal de buenas noticias.
– Oh, es bastante extraño – dijo Agatha después de ese eterno silencio – aunque, no creo que sea malo, tal vez Luna podría ayudarte con eso.
Merry se relajó y una leve sonrisa se asomó en su rostro, de nuevo miró el atardecer en silencio junto con Agatha hasta que este desapareció y dejó en su lugar una hermosa noche estrellada.
– Gracias por aceptarme como elemental.
– No es algo que deberías agradecerme – El semblante de Agatha volvió a cambiar. Merry la miró nuevamente con algo de temor – ¿sabes cómo se hacen los elementos?
Sabía a lo que Agatha se refería, a la forma en la que una persona normal abandona todo lo que conoce y se convierte en un ser extraordinario.
– ¿Te refieres a la muerte de una persona?
Agatha asintió.
– Si, la forma en la que nos desprendemos de este mundo para tratar de defenderlo – la voz de Agatha sonaba bastante apacible – ¿recuerdas la forma en la que moriste?
Merry tragó grueso, a pesar de que el elemento le había otorgado otra vida el hecho de que dejó atrás todo lo era antes y la posibilidad de que todo fuera un sueño eran pensamientos que no la dejaban descansar por las noches.
– Por lo que Liam me dijo, solamente morí por un relámpago que me cayó – dijo Merry con timidez.
– Je, tuviste suerte – Agatha masculló una risa serena para volver a tomar su faceta melancólica – yo y muchas personas más perecimos a causa de el tsunami que me convirtió en elemental.
Merry abrió los ojos con sorpresa, pero no se atrevió a decir absolutamente nada, sabía que era algo que le dolía a su compañera, pero no sabía que había perdido todo de tal forma.
– Eso fue hace muchos años, tantos que ya ni siquiera lo recuerdo con claridad – Agatha suspiró y continuó – Era un día nublado, las tormentas no habían parado en días en la costa donde vivíamos, habían empezado a desalojar a la gente que vivía en la comunidad, pero mi familia y yo teníamos esperanzas de que todo pasaría rápido. Ni siquiera lo vimos venir. Solo pude sentir el frio del agua engulléndome hacia el fondo, no había dolor, no había tristeza, no sabía que estaba pasado. Cuando desperté lo único que pude ver eran los cuerpos de las personas que más había amado flotar. Sin vida.
Merry sólo la miraba con una profunda tristeza, Agatha tenía razón, ella tenía mucha suerte en sólo haber perecido y poder recuperar en parte su vida.
– ¿Y qué hiciste? – preguntó Merry tímida nuevamente. Luego de un momento de silencio su pregunta fue respondida.
– No pude hacer nada, el agua me arrastró hacia el mar mientras se llevaba los cadáveres de mi familia lejos de mí y por si fuera poco me tuvo cautiva. Descubrí que podía respirar bajo el agua y estuve vagando por las profundidades de este. Hasta que la elemental de la luz me encontró.
– ¿Mi vida pasada? – Merry volvió a preguntar.
– Si, ella – el pulgar de Agatha se había ido a su rostro limpiando la lagrima cristalina que había rodado hasta su mentón. Se levantó de su estadía mientras el viento que soplaba movía sus finos cabellos celestes – así como yo los demás elementos han perdido a alguien por esta situación. Tienes mucha suerte Merry, así que por favor lucha por quienes han dado su vida para que nosotros seamos elementos ¿De acuerdo?
Agatha le sonrió a Merry quien solo asintió a lo dicho por su ahora compañera. Era increíble como a pesar de cargar con un dolor tan grande ella aun podía sonreír.
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