9. Ese Extraño Sentimiento. Parte 1
lo siento!!! la semana pasada se suponía descansaba pero no pude, pero hoy les traigo capítulo doble!!!
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9. Ese extraño sentimiento part. 1
Y ahí estaba Sanji, rojo hasta las orejas y con el espadachín medio muerto a sus pies... ¿la razón? Todo había comenzado hace apenas unos momentos...
—Sanji Flash Back—
Caminaba despreocupadamente por las calles de Arlong Park, a pesar de que ya era más de media noche, éstas aún seguían repletas de gente. Observó a su alrededor, tratando de reconocer en dónde estaba, y siguió su camino; vio el hotel en donde él y el marimo estaban hospedados, así que aceleró el paso, en cuanto encontrara a ese idiota lo primero que haría sería patearle el culo no sólo por abandonarlo a su suerte, sino también por exponer a unas bellas chicas a un verdadero problema.
Subió por el ascensor hasta uno de los últimos pisos del edificio; recorrió los pasillos y, al llegar al apartamento, se dio cuenta de un minúsculo detalle, no tenía llaves. Posó una de sus manos en la manija de la puerta y la giró hacia abajo
- [[qué raro]]- pensó- [[está abierto...]]- decidió no darle mucha importancia, seguramente el peliverde, con lo despistado que era, la había dejado abierta. Se llevó un cigarro a la boca y entró al lugar, el cual parecía inusualmente vacío y callado. Caminó por la estancia mientras intentaba encender su cigarro, mas al llegar a la sala, tanto el mechero como el tabaco se le cayeron de pura impresión... sentados en el piso de la sala estaban Zoro y Ace, concentrados en un ardiente beso- ¿pero qué...?- se quedó inmóvil, mirando la comprometedora escena frente a él.
Pensó que lo mejor era marcharse de ahí, después de todo no era su asunto, nada tenía que ver con él, y sin embargo, seguía de pie mirándolos, sin mover un sólo músculo. Le ordenó a su cuerpo dar la media vuelta e irse, mas éste hizo exactamente lo contrario... aunque Sanji no se lo propusiera realmente, avanzó con paso firme hacia los otros dos...
- ¡¡¡ALÉJATE DE ÉL GRANDÍSIMO CABRÓN!!!- gritó de pronto el rubio, totalmente enfadado. Estiró una de sus piernas en el aire y, sin darle un solo instante, dejó caer todo su peso y fuerza en la cabeza del pelinegro, dejándolo inconsciente sobre el piso.
Sanji tomó al espadachín del brazo y prácticamente lo arrastró hacia la habitación, cerrándola de un portazo. Recargó su frente en la pared y aspiró profundo, intentando sosegar el mar de sentimientos que azotaban contra su pecho...
- ¿Sanji?...- escuchó un susurro detrás de él; lo había olvidado, Zoro estaba ahí. Se viró a ver al susodicho, el cual no podía hacer otra cosa que mirarlo sorprendido- ¿qué estás haciendo aquí?
- ...- no respondió, pues ni siquiera él estaba seguro del por qué había regresado, desvió su mirada hacia el piso, y en cuestión de segundos, todo quedó en un mortal silencio.
- bien- bufó molesto el peliverde, harto de esperar alguna explicación- voy a ver cómo está Ace- estuvo a punto de abrir la puerta mas el rubio se lo impidió, empujó la puerta con su mano y volvió a cerrarla
- ¿es por eso que me dejaste con Nami-san, verdad?- reclamó, levantando la mirada
- ¿de qué estás hablando?
- ¡me abandonaste a propósito para que pudieras hacer tus mariconadas con ese tipo!
- ¡¿qué?!- la indignación se apoderó de él- ¡te deje porque tú quisiste! ¡No me vengas con reclamaciones estúpidas, cocinero de mierda!
- ¡ah! ¡Ahora sí me escuchas, ¿verdad?!
- ¡¿qué cojones te pasa?! ¡Te molestas cuando estoy contigo, te molestas cuando te alejo de mí, ¿qué diablos quieres entonces?!
- ¡quiero que este asunto de Crocodile se termine de una maldita vez! ¡Desde aquella noche, mi vida se tornó un infierno! ¡No quiero seguir así!
- ¡no debiste involucrarte en primer lugar!
- ¡¿cómo no iba a hacerlo?! ¡Esa chica estaba en peligro!
- ¡pudieron matarte, maldita sea!- el espadachín vio cómo el otro parecía serenarse, al parecer, se había quedado sin armas para seguir discutiendo- aún no me respondes...- habló, esta vez en tono más suave- ¿qué estás haciendo aquí?
- ¿quién hace las preguntas estúpidas ahora?- dijo casi en murmuro, sin atreverse a mirar al otro- si me quedaba con ellas, solamente les causaría problemas innecesarios
- pudiste ir a otro lado
- ¿a dónde se supone que fuera? No quiero que nadie más salga herido por mi culpa...- tragó saliva, esperando así poder contener sus lágrimas- El viejo, mis amigos, Vivi-chan, incluso Conis-chan... ya no quiero lastimar a nadie... y lo peor de todo, es que ni siquiera puedo hacerles justicia por mí mismo...
- hey, el único que trae la justicia aquí soy yo. Soy policía, ¿recuerdas?- se acercó al rubio y lo rodeó con sus brazos. Esperaba que, de un momento a otro, el cocinero lo golpeara y lo apartara de sí, mas eso jamás ocurrió. Lo sabía de antemano desde aquella vez que lo vio llorar en el Baratie, Sanji estaba destrozado por dentro... ¿qué otra cosa podía hacer sino reconfortarlo un poco? Aprovechándose de la momentánea docilidad del cocinero, lo abrazó con más fuerza, deseando no soltarlo jamás
- un marimo policía- bromeó con una pequeña risita- y un bruto espadachín- continuó- que además está borracho- dijo al percatarse del aroma a alcohol que desprendía el peliverde. Sin embargo, aquel abrazo le hizo sentir tan tranquilo, tan a gusto... hace tiempo que no sentía una calidez como esa- pero aún así, no creo que haya alguien más fuerte que tú...-
- yo no soy fuerte- exclamó con pesadez
- claro que lo eres. De lo contrario, no hubiera regresado contigo...- aquello se estaba tornando por demás extraño para el rubio, pero aún así, había algo en su interior que le incitaba a seguir, curiosidad, tal vez... o quizá algo más- sólo tú puedes cuidar de mí...
- estúpido- dijo más con cariño que como un insulto. Apoyó su mentón sobre el hombro del rubio, deleitándose con su embriagadora esencia- siempre hueles tan bien- comentó con una media sonrisa.
- ¿q...?- el corazón de Sanji se aceleró de pronto al sentir la nariz de Zoro haciéndole cosquillas sobre su cuello- ¿qué haces?- lo empujó un poco, sólo para descubrir la mirada descaradamente lasciva que le dirigía el peliverde. Éste colocó uno de sus dedos sobre su pecho, subiéndolo lentamente hasta llegar a la barbilla, para luego, poco a poco, acercarse al rostro del otro... el rubio se quedó inmóvil, con un intenso escarlata sobre su rostro...- ¡deja de jugar conmigo, bastardo!- flexionó una de sus piernas y, sin tener la intención, golpeó a Zoro justo en el lugar más delicado del cuerpo de un hombre.
La mirada del espadachín quedó en blanco y se desplomó en el suelo a causa del dolor...
—End Flash Back—
No tenía ni la más mínima idea de lo que acababa de pasar... ¿a caso el marimo había intentado... besarlo?... entre más pensaba en ello, más quería negarlo. Seguramente era el alcohol quien había hablado y actuado, ese no podía ser Zoro... se golpeó suavemente las mejillas con sus manos para despejar su mente y se sentó a la orilla de la cama; miró una última vez al peliverde y se recostó, mañana podría aclarar todo...
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La mañana del día siguiente...
- ¿eh?- Zoro abrió pesadamente los ojos, descubriéndose tirado en el piso de la habitación. Se levantó despacio y se giró hacia la cama; al no encontrar a Sanji ahí ni en ninguna parte de la alcoba, salió de ésta y fue a la cocina. Para su alegría, el rubio estaba ahí, haciendo lo mejor que sabía... cocinar- buenos días- saludó sentándose frente a la mesa, pero Sanji ni siquiera se molestó en mirarlo
- buenos días- dijo Ace con un gran bostezo al entrar a la cocina- oh, Zoro. Ya despertaste
- hola Ace- el mencionado se sentó a su lado y recargó su cabeza sobre la mesa
- Dios, aún me siento mareado...- se quitó el sombrero y se sobó su dolorida cabeza- es un...- observó a su compañero, quien parecía un poco extrañado- [[¿lo habrá olvidado?]]- se preguntó- [[no me sorprendería, bebió mucho anoche...]]- un golpe sin importancia, jeje
- eso veo- bostezó también- creo que bebí demasiado, me duele la cabeza
- espera un momento- salió de la cocina para regresar un rato después. Llenó una jarra con agua fresca y se la puso enfrente con un vaso y un par de pastillas- asegúrate de beberla toda (N/A ¬¬ sinceramente, no sé cómo curar la resaca, así que no sé qué tan correcto sea el método de Ace)
- gracias- bebió un vaso entero de agua junto con su pastilla. En tanto, Sanji comenzó a servir el desayuno; primero colocó el suyo, un plato de arroz con verduras, un trozo de humeante carne acompañada con una ensalada y una jarra con zumo de naranja. Tomó otro par de platos y los puso frente a los otros dos
- que aproveche- dijo el rubio antes de empezar a comer
- ¿pero qué...?- los ojos del espadachín se abrieron cual platos al ver su desayuno, sólo un grano de arroz. Miró el del pelinegro, e igualmente había un diminuto grano de arroz en el suyo- ¡¿qué clase de broma es esta?!
- te dije que sólo cocino para mis damas- aclaró Sanji y siguió comiendo. El espadachín le miró con ira mal disimulada antes de regresar la vista a su plato, mas su "desayuno" había desaparecido
- #¬¬ A-C-E- esta vez su fiera mirada se dirigió al pecoso
- tranquilo hombre. De todos modos tu hambre no desaparecería con sólo eso- explicó nervioso- luego te compro el almuerzo, ¿vale?- Zoro suspiró en señal de aprobación- bueno, dejando la comida de lado, ¿qué haremos ahora?
- ¿sobre qué?- el peliverde parecía no entender
- hablo de cómo encontraremos a Crocodile. Nuestra única pista decente se esfumó
- puede que haya olvidado el rostro de Crocodile, pero no hay duda de que lo seguirán buscando. Además, hay una alta posibilidad de que su amnesia sea temporal; lo único que nos queda por hacer es esperar... aunque...
- ¿aunque...?- le incitó a continuar
- Smoker también dijo que podemos recuperar esos recuerdos si ve algo relacionado con el incidente...
- en ese caso, tengo una idea; ¿qué te parece si le mostramos algunas fotografías? Quizá reconozca a alguien, y con algo de suerte, incluso podemos tener a nuestro sospechoso en el registro de la policía
- ¿a qué te refieres?
- nadie conoce el rostro de Crocodile, ¿cierto?- el espadachín asintió- ¿entonces cómo estás seguro de que no lo has visto ya?
- es un buen punto...
- está decidido entonces- dijo, ensanchando una de sus características sonrisas- voy al Departamento por unas cosas
- no olvides traer comida- le recordó el peliverde antes de que Ace abandonara la suite...
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Después de que el pelinegro regresara con una laptop, un gran paquete de expedientes y su almuerzo, se pusieron a revisar una a una las imágenes de cada delincuente, estafador o cualquier otra escoria de la que la policía tuviera archivo. Mientras Zoro y Sanji revisaban los documentos, Ace montaba vigilancia desde la ventana de la suite.
- ... no...- era la rotunda respuesta del rubio después de que el espadachín le mostraba la enésima fotografía de un tipo que no conocía. La labor era por demás tediosa y aburrida, pero quería ser de utilidad.
- ¿cómo va?- inquirió Ace desde su puesto, sin dejar de mirar con sus binoculares hacia afuera
- nada aún- profirió con pesadez Zoro, llevándose un emparedado a la boca- ¿qué hay de ti?
- igual. Unos cuantos autos estacionados enfrente, pe...- despegó la vista de su punto de vigilancia para responderle cuando lo vio- ¡¡¡kyaaaa!! ¡¡Ese es el último!!- dijo preocupado al ver cómo el emparedado desaparecía entre los labios del peliverde- ¡¡devuélvelo!!- corrió hacia su compañero y lo tomó de los hombros, dispuesto a arrebatarle el bocadillo de la boca si fuera necesario... y de paso, podría saborear otra cosa más.
Sin embargo, antes de que pudiese acercarse siquiera a su meta, un enfadado Sanji tiró del espadachín, impidiéndole cualquier contacto. Después de la escena de anoche, lo menos que quería era verlos besándose de nuevo, esta vez con pleno uso de sus facultades. Además, no entendía el por qué exactamente, pero la presencia del pecoso le molestaba con demasía, incluso más que la del mismo Zoro, pero le molestaba aún más cuando estaban juntos...
- ¿quieres un emparedado, no?- exclamó entre dientes el rubio- bien, te daré tu jodido emparedado- se levantó, mas al hacerlo, golpeó la mesa donde se encontraban los documentos, haciendo que éstos cayeran- mierda- su enfado crecía a velocidad incalculable, sentía que explotaría en cualquier momento, hasta que...- espera un momento... ese hombre...- decía sin despegar la vista de una de las fotografías que habían quedado esparcidas por el suelo. Se inclinó a recogerla y la observó nuevamente- ¡yo he visto a este tipo!
- ¿qué?- hablaron los otros dos al unísono, mirando la imagen
- ¿Crocodile?- preguntó el peliverde
- no, pero estaba con él aquella noche. Estoy seguro- Ace tomó la fotografía y la analizó detenidamente
- también lo conozco- su mirada pareció cambiar, ya no tenía aquel aspecto infantil y juguetón, esta vez se notaba más serio; incluso Sanji sintió un breve escalofrío al verlo- pertenece a Baroque Works, una organización especial que creó Crocodile para borrar sus huellas. Se le conoce como Mr. 5; es dueño de uno de los centros nocturnos más populares en Arlong Park.
- ¿en dónde está?- terció el espadachín
- no me digas que... ¿tienes pensado ir?- la determinación en la mirada de Zoro le dio la afirmativa- ¡¿estás loco?! ¡Ese lugar es un nido de ratas! ¿Qué crees que pasaría si se dan cuenta que eres policía? Será mejor que yo vaya a investigar
- ¿y no eres policía también?- le recriminó a su compañero- además, es mucho más probable que te descubran a ti que a mí.
- bien- suspiró- pero promete que tendrás cuidado...
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Parecía que aquellos dos sólo vivían para molestar a Sanji, pues desde hace ya horas, cuando decidieron que Zoro se infiltraría en aquel centro nocturno, lo habían vuelto a ignorar descomunalmente. Por más que se recriminara mentalmente que no debería importarle, no podía evitar seguirlos con la mirada; no sabía si eran imaginaciones suyas, pero parecía que cada vez que Ace se acercaba peligrosamente al espadachín, le miraba desafiante, como diciendo "¿qué harás al respecto?" y eso, sin duda, le estaba colmando la paciencia.
Justo en esos momentos, cuando el reloj de la estancia marcaba poco más de 10pm, el rubio no dejaba de preguntarse qué harían esos dos, metidos en la alcoba de Zoro desde hace media hora. Caminaba de esquina a esquina por toda la sala, buscando una forma de no pensar en ello, pero le fue imposible, la duda lo estaba matando por dentro. Se encaminó sigilosamente hacia la puerta de la alcoba y pegó su oreja a la puerta...
- me siento extraño usando esto- escuchó hablar al espadachín, despertando aún más su curiosidad
- no sería extraño si lo utilizaras más seguido- le respondió el otro
- ¡Ace, no aprietes tanto!
- ¡deja de quejarte!- una venita comenzó a brincar en la frente del cocinero- ¡oi, no la saques!- apretó fuertemente sus puños, levantó una de sus piernas y derribó la puerta de una patada.
Mas la escena que vio no era ni remotamente parecida a la que se había imaginado; en medio de la alcoba estaba Ace, tratándole de fajar una elegante camisa blanca a Zoro, quien parecía negarse a cooperar... un pantalón negro con zapatos que le hacían juego, la desordenada camisa y una corbata mal ajustada era lo que vestía el peliverde en esos momentos... pronto Sanji empezó a atar cabos y al darse cuenta que tenía la mentalidad de un pervertido no pudo hacer otra cosa más que sonrojarse. Sin embargo, lo que en verdad le había dejado sin aliento fue el aspecto que tenía Zoro, si puños de fuego lograba su cometido y terminaba de vestirlo, no cabía la menor duda de que se vería tremendamente atractivo... ¡un momento! ¿A caso acababa de...?
- [[Dios, debe haber algo malo conmigo...]]- pensaba el rubio, siendo observado por los otros dos con asombro.
- ¡¿por qué te la pasas tirando puertas ajenas estúpido cocinero?!- le gritó Zoro al ver la mencionada puerta bajo los pies del rubio. Ace, aprovechando la distracción del peliverde, le acomodó la camisa dentro del pantalón y le ajustó la corbata al cuello- ¡te dije que no apretaras tanto!- se quejó tratando de quitarse la corbata
- ¿quieres quedarte quieto al menos cinco minutos? Se está haciendo tarde- reprochó volviendo a colocar la corbata en su lugar. Zoro chasqueó la lengua con fastidio y se dejó hacer; el pelinegro le tendió un chaleco y un saco del mismo color que el pantalón, dejando que esta vez el espadachín terminara de vestirse solo. Una vez colocado su atuendo, Zoro se pasó la mano por su cabello y se aflojó un poco la corbata, quedando al fin arreglado- ¡oh! ¡Te ves muy bien!- le alagó Ace con una sonrisa- ¿no es verdad, Sanji-kun?
- ...- el rubio parpadeó un par de veces, despertando de su ensimismamiento. Lo miró de pies a cabeza, no cabía duda que Zoro cambiaba mucho arreglándose de esa manera. El rubio les dio la espalda y se dignó a contestar- un marimo siempre será un marimo- encendió uno de sus cigarrillos y salió del lugar, tratando de no darle más valor de la necesario al asunto. Tras él salieron los otros dos, al parecer, los preparativos habían terminado
- ten- Zoro le entregó sus tres katanas al pecoso- guárdamelas un rato
- está bien. Pero tendrás que llevarte esto- dijo tendiéndole el revólver que le había entregado Tashigi- sé que no te gusta, pero aún así...
- como quieras- suspiró molesto y guardó el arma en su saco- me voy. Te encargo al cejas de sushi- y dicho lo último, salió de la suite, dejando solos a los otros dos.
- ese traje realmente le sienta muy bien- comentó el moreno al aire
- como si me importara- apagó su cigarrillo en el suelo y miró hacia la misma dirección que Ace, la puerta principal de la habitación, por donde había desaparecido el espadachín
- qué extraño. Anoche parecía importarte mucho- se viró hacia donde estaba el cocinero, el cual se puso de mil colores- ¿a qué se debió esa patada, Sanji-kun?
- ¿Que a qué se debió?- puso cara de fastidio- su escenita casi me deja ciego
- ¿sólo eso?
- ¿a caso debería haber otro motivo?
- no, no es nada- sonrió con astucia- ¿quieres jugar póker?- de pronto volvía a ser el chico juguetón de antes... Sanji no pudo evitar preguntarse qué pasaba por la mente de puños de fuego al ver su repentino cambio de humor...
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Después de un rato, el taxi lo dejó por fin frente a su destino, el cual era muy fácil de distinguir debido a su nombre "Mr. Five". Zoro enarcó una sonrisa y se encaminó a la entrada; realmente era uno de los centros nocturnos más populares, pues había una enorme fila esperando poder entrar al menos dos minutos. Se acercó a uno de los guardias, y por una módica cantidad, pudo pasar sin tener que esperar tanto.
Al ingresar se percató que no era un centro nocturno normal; además de personas bailando frenéticamente al ritmo de la ensordecedora música, algunos bebían y fumaban algo que no era precisamente alcohol o tabaco; había un olor extraño en el ambiente y algunos parecían más animados que otros. La mayoría de las chicas, de exageradas proporciones y reducido atuendo, bailaban para cualquier chico que les pagara la suma adecuada.
Ignorando a toda la gente ahí reunida, el espadachín se acercó a la barra, pidió un trago y se dedicó a observar. Perdió la cuenta de cuántos delitos e ilegalidades se llevaban a cabo ahí, y no llevaba ni cinco minutos. Tuvo que hacerse el ciego ante todo aquello y siguió observando mientras recordaba una conversación que había tenido con Ace....
—Zoro Flash Back—
- escucha Zoro- el pecoso comenzó a rebuscar entre los archivos de la computadora y le mostró una lista- Baroque Works se encuentra distribuido por todo el país en las cinco ciudades más importantes. Hay diez personas a cargo de cada sector, dos por ciudad, y se distribuyen del 1 al 5, según su posición en la organización. Cada uno va acompañado de una chica, a excepción de Mr. 2, que trabaja solo. Debajo de ellos hay cientos de subordinados, así que ten cuidado con quién te mezclas. Tus objetivos son dos, Mr. 5- dijo mostrándole la fotografía en la pantalla de la computadora, un hombre alto, de piel oscura, gafas negras y cabellos ébano atados en pequeñas trenzas- y Miss Valentine- mostró la imagen de una chica rubia, de ojos claros y vestido amarillo- si quieres salir de ahí sin mayor problema, limítate a conseguir información...
—End Flash Back—
Al terminar su bebida pidió más, una tras otra, su paciencia comenzaba a extinguirse. Una vez que se hartó del alcohol, recorrió el lugar sin rumbo fijo, siendo empujado más de una vez por las eufóricas personas que brincaban de un lado a otro. Sin saber cómo, terminó en los sanitarios, y después de hacer una breve escala en éstos, siguió su camino de regreso a la pista... mas no volvió a encontrarla. Podía jurar que había regresado por el mismo camino, pero el lugar en donde se encontraba le decía exactamente lo contrario; un largo pasillo iluminado con una tenue luz violeta, con varias puertas a cada lado.
Recorrió sigiloso aquel camino, escuchando nada más que quejidos y gritos provenientes de todas esas habitaciones... otro infracción que agregar a tan repulsivo sitio. Al llegar al fondo del pasillo encontró otra puerta que tenía la leyenda "Sólo personal" escrita en un pequeño cartel, un intento de desviar a los curiosos, pensó Roronoa Zoro, así que abrió la puerta y continuó. Se encontró con un largo corredor que le daba a escoger entre dos caminos, seguir derecho o subir, así que tomó las escaleras... una sola puerta al final. La abrió y se encontró con una amplia oficina; y al fondo, un enorme cristal que permitía ver la barra del bar, la pista de baile y prácticamente cualquier rincón de aquel centro nocturno.
No tenía duda alguna, desde ahí Mr. 5 podía vigilarlo y verlo todo sin que nadie se percatase; aquel vidrio era traslúcido de un lado, pero del otro era oscuro. Se alejó del ventanal y fue hasta el lujoso escritorio que estaba en medio de la habitación. Abrió uno por uno los cajones, buscando algo que pudiese servir... al fondo de uno de ellos encontró una fotografía de Sanji mientras caminaba por una transitada avenida de Arlong Park... al parecer también tendrían problemas en esa ciudad... escuchó pasos aproximándose, por lo que buscó con la mirada algún lugar para ocultarse... por un momento pensó que no tenía escapatoria hasta que vio su única ruta de escape posible, un ducto de ventilación. Trepó hasta ella, quitó la rejilla y se introdujo en el reducido espacio, colocando la reja antes de que la puerta se abriera.
Mr. 5 entró a la oficina seguido de cuatro hombres y una bella rubia con un vestido amarillo brillante, rotando la sombrilla que traía en sus manos. Aquella mujer parecía demasiado refinada para ese lugar, pero las apariencias muchas veces son engañosas, así que decidió ignorar aquel hecho y siguió observando. Mr. 5 se sentó tras su escritorio y abrió un cajón, sacando la imagen que había visto Zoro momentos antes...
- ¿es él?- colocó la fotografía sobre la mesa y se la enseñó a sus acompañantes
- sí, no hay duda- habló uno de ellos, los demás sólo asintieron- está en un hotel en el centro de Arlong Park justo ahora, ¿quiere que procedamos?- al peliverde pareció cortársele la respiración al escuchar la breve conversación. Sacó su teléfono móvil y marcó...
- Ace- mencionó en voz baja- tienen que salir de ahí...
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- full house*- dijo Sanji, mostrando su mano a su contrincante. El otro sonrió altivo y mostró su mano, escalera de color**.
- creo que gano de nuevo, Sanji-kun
- una más- tomó las cartas y comenzó a barajarlas; no se daría por vencido hasta vencerlo al menos una vez. En ese instante el celular de Ace sonó
- ¿hola?- contestó alegre al ver de quién era la llamada
- Ace...- apenas y logró escuchar a Zoro del otro lado de la línea- tienen que salir de ahí...
- ¿uh?-enarcó una ceja- ¿ocurrió algo?
- los están vigilando. Tienen que abandonar ese sitio ¡YA!- el moreno se levantó de su lugar y fue hasta la ventana; afuera no veía más que un solo auto; si mal no recordaba, ese auto tenía ahí todo el día- ¡maldita sea!
- empaquen todo y salgan del hotel. Nos veremos frente a la estación del tren en una hora...
- ¿qué harás tú?
- no te preocupes, est...- se escuchó un disparo que hasta el rubio fue capaz de oír
- ¿Zoro?- nada, la línea estaba muerta- ¡Zoro!- guardó su teléfono en el bolsillo- ¡maldición, maldición!
- no te preocupes, estará bien- dijo el rubio más para sí que para Ace- es fuerte...
- lo sé, pero está desarmado. Si no nos apresuramos...
- se llevó un revólver, claro que no está desarmado
- no lo usará- sentenció con cetrina voz- bueno, no hay tiempo para conversaciones, debemos irnos- esta vez no hubo ningún tipo de reproches por parte de Sanji; guardaron el equipaje tan rápido y tan bien como pudieron y abandonaron el hotel antes de que alguien lo notara.
Tomaron el auto del peliverde, siendo Ace el que conducía. Sus miedos crecían conforme se acercaban a su destino, tenían un mal presentimiento...
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La bala pasó rozando su rostro, destruyendo el celular que tenía en su mano.
- parece que tenemos una rata- dijo Mr. 5, apuntando hacia el ducto de ventilación. Se escuchó un sonido metálico y cómo algo o alguien se deslizaba por los ductos.
Mr.5 dio una orden silenciosa y pronto una ráfaga de disparos se impactó contra el techo; gracias a las gruesas paredes y al intenso ruido del lugar, nadie se percató de lo que sucedía. No dejaron de disparar hasta que sus armas se quedaron sin balas; otro movimiento de manos y Mr. 5 cesó el fuego; todos los presentes miraron hacia arriba, no se escuchaba nada...
Unas gotas carmesí cayeron sobre el rostro de Miss Valentine, la cual, sonriente, se apresuró a limpiar la mancha de su inmaculado rostro con un pañuelo.
- saquen a la rata- ordenó la chica, a lo que sus subordinados se apresuraron a obedecer. Sin embargo, al revisar, lo único que encontraron fue un rastro rojo que les indicaba a dónde se había dirigido el intruso...
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Ace se estacionó un par de calles antes de llegar a Mr. Five. Sacó unas esposas y, con rápidos movimientos, esposó las muñecas del rubio tras su espalda.
- ¿qué haces imbécil?- bramó Sanji intentando zafarse
- no puedo llevarte ahí, Zoro me dijo que te cuidara- contestó simplemente, guardando su par de pistolas en unas fundas azules que tenía ceñidas justo arriba de las rodillas.
- ¡quiero ayudar!
- Zoro ya ha tenido suficiente de ti- y sin decir más, salió del auto. Una recia lluvia comenzó a caer, dándole un aire más tétrico e inquietante a las calles. Por más que tragaba saliva, Sanji no podía deshacer el nudo en su garganta, cada vez se sentía más nervioso, y el recordar aquel disparo lo desesperaba más. Pasó sus brazos por debajo de las piernas, de tal forma que sus manos esposadas quedaron al frente otra vez. Quitó el seguro manualmente y salió del automóvil, dirigiéndose a donde escuchaba la música y se veían las estrambóticas luces.
Resbaló un par de veces con la lluvia, pero logró levantarse y llegar a Mr. Five. Sabía que era estúpido entrar por la puerta principal, así que rodeó el edificio, buscando alguna otra entrada; debido a la lluvia y a la oscuridad no veía lo suficientemente claro, pero alcanzaba a distinguir un camino de sangre saliendo del ducto de ventilación y que llevaba hacia un callejón. Recordando la noche en que habían asesinado a aquella chica delante de sus ojos, siguió el rastro, rogando poder ayudar a la persona que, por la cantidad de sangre, debía estar muy mal herida.
La mancha terminaba en donde estaba una gran pila de basura, se acercó un poco, haciendo que lo que fuera que estuviera ahí se moviera... se puso en guardia, temiendo algún ataque enemigo, mas el enfocar mejor aquella silueta, distinguió una cabellera verde entre los desperdicios.
- n... no es...- su corazón pareció detenerse, entre aquel montón de basura estaba Zoro, cubierto de sangre. Al escuchar la voz del cocinero, el peliverde abrió los ojos con dificultad
- oh... eres tú, cocinerucho- musitó forzando una sonrisa. Apoyó sus brazos en la basura y lentamente se puso de pie, tambaleándose más de una vez en el proceso- mira cómo estás...- se quitó la chaqueta y la puso sobre la cabeza de Sanji, intentándole proteger de la lluvia- puedes... resfriarte...
- ¡no digas tonterías!- exclamó el rubio en cuanto pudo proferir palabra- ¡estás malherido, lo menos que debería preocuparte es un resfriado!- las piernas del espadachín empezaron a flaquear y pronto terminó de rodillas en el suelo. Sanji se puso a su altura para evaluar las heridas; la sangre seguía fluyendo mientras la desesperación del otro aumentaba, casi al punto de llorar...- tienes que resistir marimo... por favor...- a pesar de la lluvia, podía escuchar su temblorosa voz- alguien vendrá a ayudar, estarás bien...- se acercó para ayudarlo de alguna forma, sin embargo, de improviso, Zoro lo empujó, apartándole de él y poniéndose de pie nuevamente, sacando el revólver que le había dado Tashigi. Sanji no pudo hacer otra cosa más que observar la situación, Zoro y otro sujeto apuntándose con un arma directo a la cabeza... un solo error y alguno de ellos moriría...
- perdónenme...- escuchó murmurar al peliverde justo antes de que éste soltara la pistola, la cual cayó estrepitosamente al suelo. Sencillamente, Zoro era incapaz de usar un arma de fuego, no importando la situación... el espadachín esbozó una sonrisa de resignación, justo antes de que un disparo resonara en aquella lluviosa noche...
Continued...
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*En el póker, un full house es cuando se tienen tres cartas del mismo valor y dos cartas de un valor distinto, pero coincidentes entre ellas.
**Una escalera de color son cinco cartas consecutivas del mismo palo; es una mano más alta que el full house.
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