Capitulo 1: "Pasado."


Al igual que cada día, estaba esperando a Dayeon, esperando para poder acompañarla a su salón y quizá poder conversar un rato con ella. Mientras esperaba, sostuve un cigarro entre mis labios, aún pensativo después de mi charla de ayer con Huijin.

No pude evitar recordar sus palabras y pensarlas, buscando una manera en la cual darles sentido y demostrarle que no era verdad lo que me había dicho.

Más tarde perdido en mi mundo, que en lo que me acabé el cigarro. Suspire molesto y tiré la colilla, para después pisarlo con la suela de mi zapato. Mire la hora, diez minutos tarde. Suspire y decidí comenzar a llamarla, esperando me atendiera.

Cuando contesto, sonreí y saludé, aunque al instante mi sonrisa se borró al escucharla sollozar y quejarse.

—Dayeon... ¿dónde estás?— pregunté, apretando el aparato en mi mano.

Su voz débil y rota me hizo enfurecer. Apenas escuché la dirección, me puse en camino para encontrarla.
















—¡Huijin!— exclamé molesto, irrumpiendo en su plática con la otra estúpida.

—Oye, no entres de esa manera.— bufa la rubia, mirándome con molestia.

—Que perra tan cínica debes ser... ¿cómo se te ocurre golpear a Dayeon?— pregunté, caminando hacia ella con rapidez.

Las ví a ambas encogerse en su lugar, ambas aterradas con cada paso que di. Sentí una extraña satisfacción al verla así, temerosas como viles lombrices retorciéndose en sal.

Cuando estuve a punto de llegar frente a ellas, una mano me detuvo, sosteniendo mi brazo y haciendo que me diera la vuelta para verlo. Molesto, lo vi... era Gisu.

—Sabes que no me gusta que causes alboroto, perra. Mucho menos aquí, menos si se trata de la moribunda y huérfana de Dayeon.

—Apártate, este asunto es entre tu hermana y yo.

—Te equivocas, este asunto es entre Dayeon y Huijin.

Lo miré molesto, apretando mis manos en un puño mientras lo sentía apretar su agarre en su brazos.

—Además... ¿por qué te atreves a gritarle a Huijin? Tu puta hermana aún no le paga a mi padre, y tú te crees con el derecho de venir a causar un escándalo... ja, que perra tan estúpida eres...

Fruncí el ceño, sintiendo como mi cuerpo se tensaba por sus palabras.

—Vamos Seok, no pongas esa carita. Eres muy lindo como para arrugarte tan rápido por ese ceño fruncido.—murmura, acercándose y pasando su pulgar por mis labios.

Intenté apartarme, pero mi cuerpo no respondía.

—No me toques...—murmure como pude, intentando mantener mi voz clara y estable.

—Shh~ no querrás que algo malo le pase a tu bonita amiga, ¿verdad?

—¡apártate de Dayeon, idiota!— dije, y sin pensarlo un segundo, le empuje lejos.

Él frunció el ceño molesto, se acercó y levantó su mano hacia mi.

—¡Que no se te ocurra volver a empujarme!— gritó.

Prontamente, sentía mi mejilla caliente y ardiente. Jadee ligeramente, sintiendo como un nudo se hacía en mi garganta.

—Te lo advierto, vuelves a amenazarme y te irá mal... o... le irá mal a Dayeon.

—Déjala... que el problema sea conmigo y no con ella... por favor, haré lo que sea pero no le hagas nada a ella...

Dije como pude. Él me vio con atención, terminando por sonreír de una manera que me hizo temblar.

Sentía mi cuerpo temblar, sentía mis piernas temblando mientras miraba al techo. Lo escuché alejarse, viéndolo de reojo lo vi cambiarse para después dejarme ahí, con mi cuerpo adolorido y solo pensando en lo que me dijo.

"esta es la única forma en la que podrás ayudarla."

No pude evitar sollozar, sintiendo mis labios tiritar mientras cubría mi rostro con ambas manos. Me hice bolita sobre el colchón, sintiéndome sucio y usado, no sintiéndome igual que antes.

Me abracé a mí mismo, buscando algún tipo de consuelo para calmar este sentimiento, deseando cerrar los ojos y nunca más abrirlos.

Solté un suspiro ahogado al recordar. Para este punto no pude evitar sentirme tranquilo, libre después de tanto tiempo. Hace algún tiempo que el salir a las calles había dejado de ser una rutina para callar mis propios pensamientos.

Aunque ahora había un nuevo monstruo en mi cabeza, un con cara de ángel y cuerpo de perdición. Ijin Yu era el nuevo dueño de mi cabeza. No sabía cómo sentirme al respecto, quizá era que me sentía agradecido... quizá era que gracias a él el padre de Gisu había perdonado la deuda de mi familia.

—Debería hablar con él...






































































¡Hey! ¿Cómo están? Espero bien. He aquí el nuevo capítulo de este fic. Espero les guste <3

Denle mucho amor si les a gustado. Si notan algún error háganmelo saber para corregirlo, muchas gracias.

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