No recordaba como, ni siquiera en que momento había sido llevado a ese gran lugar, obligándolo a que hubiese alguien vigilándolo, mientras aquel niño se le quedaba viendo de arriba a abajo, haciendo que temblara y enterrara sus uñas en sus rodillas golpeadas y rasguñadas.

Estaba dispuesto a salir corriendo apenas tuviera oportunidad, apenas el ojiazul dejara de verlo.

En su trance, sintió un agarre en su muñeca, haciendo que apartara sus dedos de su rodilla.

—Deja de hacerlo, te vas a lastimar.—murmuró, viéndolo a los ojos y haciendo que el más bajo dejara de temblar.

Seok solo asintió y después apartó su mirada, al igual su mano, haciendo que se viera un poco brusco ese movimiento.

El más alto le miró con seriedad y curiosidad, viéndolo atentamente. Era muy delgado, su piel era pálida y estaba ojeroso, nunca había visto a alguien así. Se corrigió a sí mismo ante ese pensamiento, nunca había visto a alguien así por su clase social, claro que el más pequeño no tenía la misma suerte que él.

—¿Tienes hambre?—le pregunta con un tono comprensivo mientras sacaba una bolsita de galletas de su bolsillo.

El menor al ver la bolsa solo pudo tragar la saliva que se había acumulado en su boca. Entreabrió sus labios, dispuesto a aceptarlas, aunque al instante se encogió en su lugar, poniendo sus manos contra sus rodillas. Niega levemente, volviendo su mirada al piso. Cerró sus ojos con fuerza al sentir el rugir de su panza, sintiendo un vacío por el hambre que sentía.

— Niño... no soy tu enemigo, soy un amigo...

Dijo el oji azul, para después arrodillarse frente al niño y poner una mano sobre su rodilla, para después extenderle la galleta.

—Anda, come...— dice con suavidad, no queriendo asustar al más pequeño por su tono tosco.

El pequeño asiente, tomando la galleta y mordiendo un pequeño trozo. Al instante, no pudo evitar soltar un jadeo de satisfacción al sentir y delicioso sabor a vainilla y canela impregnarse en su lengua y su paladar.

—¿Cómo te llamas?

—Seok Kang.

—Un gusto Seok, yo soy Seokju.       

Fin...

Ay, no se crean. Final de la primer parte de esta historia.

Espero les guste tanto como a mí me está gustando regresar a este hermoso pasatiempo que es leer y escribir.

I love you my beautiful readers!