Especial.

🐾

Jungkookie, baja de ahí.

El pequeño niño sonrió travieso y al instante comenzó a negar con diversión.

SeokJin inhaló profundamente.

— Por favor, baja. Acabo de cambiar tu ropa, no quiero que la ensucies. — Intentó Jin de nuevo.

Su pequeño hijo mostró la sombra de sus dientitos frontales y riendo bajo, comenzó a dar saltos felices sobre el refrigerador.

SeokJin chilló histérico.

Asustado ante la posibilidad de verle caer maldijo fuertemente antes de darse cuenta de su inapropiado vocabulario.

El niño de tres años abrió la boca sorprendido al escuchar a uno de sus papás decir malas palabras y achicó su mirada hacia él.

Papi, no. — Le regañó el pequeño híbrido.

SeokJin se sonrojó hasta las orejas y suspirando en un pobre intento de calmarse talló su rostro antes de plantarse firme frente a su hijo.

Iba a morir de un paro cardíaco si seguía viendo a su hijo montado en ese enorme refrigerador.

Inhaló lentamente con las manos sobre su estómago.

— Min Jungkook es la última vez que te lo digo. O te bajas o...

El niño ni siquiera esperó a que su papá terminara de amenazarlo cuando un pequeño maullido asustado salió de su boca y estremeciendose en sus tiernas ropas se convirtió en una fiel pero diminuta copia de su papá Yoongi.

El pequeño gatito salió corriendo de su vestimenta y brincando agilmente, bajó de la cima del refrigerador.

SeokJin no lo pudo atrapar en su huida.

Kookie... — Se lamentó Jin al ver a su hijo escapar de él y dejar botadas sus ropas encima de su escondite.

Ni siquiera se molesto en correr detrás de él.

Parándose de puntitas miró encima del refrigerador e intentó acercarse lo más que pudo para tomar la ropa que su bebé había abandonado, pero ni aún con su altura podía tomarla para ir en busca de él otra vez.

Y ni siquiera consideró la idea de subirse sobre algún objeto para alcanzar su objetivo.

No iba a arriesgarse.

— Yo la bajo.

SeokJin olvidó su misión y de inmediato giró su rostro hacia la entrada de la cocina cuando escuchó su voz.

Sonrió directamente hacia él.

Yoongi sostenía en ambos brazos a unos sonrientes y bien arreglados niños.

Hoseok y Taehyung estiraron sus bracitos hacia él tan pronto lo vieron.

— Su papá ahora no puede cargarlos, bodoques. — Les tranquilizó Yoongi con voz suave y ambos niños suspiraron rendidos en sus brazos.

Y a pesar de no protestar, sus pequeños rostros se fruncieron a la par con sus labios.

SeokJin sonrió enternecido al ver a sus bebés imitar sus gestos y pucherear hacia su otro papá.

Él se acercó y besó con dulzura las esponjosas mejillas de sus dos hijos.

Taehyung y Hoseok sonrieron melosos e hicieron vibrar sus pequeños pechitos con alegría.

Yoongi fingió ofenderse cuando su pareja ignoró sus labios también fruncidos y en cambio besó la punta de su pequeña nariz.

SeokJin le sonrió inocentemente..

— Jungkook escapó otra vez. — Le dijo Jin y Yoongi asintió sonriendo también.

— Lo vi esconderse debajo del sofá mientras me dirigía aquí.

SeokJin ahogó una risita y se inclinó para tomar las manos de sus bebés cuando Yoongi con cuidado les puso de pie en el suelo.

La cadera de Jin punzó por el esfuerzo pero por nada del mundo dejaría de tomar aunque sea de esa forma a sus pequeños bebés.

Los niños ya peinados y vestidos en conjunto, rieron cómplices al ver a su papá Yoongi hacer malabares y subir a la encimera de la cocina intentando bajar la ropa que Jungkook abandonó.

Y ambos sonrieron traviesos entre sí.

Asintieron en silencio y sonriendo inocentes hacia sus papás, se soltaron del agarre de Jin y a la vez, se convieron en otro par de diminutos y esponjosos gatitos.

SeokJin al instante quiso lanzarse a llorar de la frustración.

Con las ropas de Hoseok y Taehyung en el suelo y Yoongi por fin recuperando la de Jungkook, ambos padres desearon tomarse unas vacaciones libres de sus hijos al verle correr lejos de ellos.

Un par de años tal vez hasta que los trillizos ingresaran a la universidad.

Risas traviesas y chillidos emocionados resonaron desde la sala y los Min se miraron en silencio sin saber qué más hacer.

Yoongi bufó una cansada risa y se acercó hacia un derrotado Jin.

— Los cazo desde el pasillo y tú bloqueales el acceso a la cocina. — Planeó con voz baja y sin esperar un asentimiento juntó sus labios y le besó.

SeokJin sonrió en medio del beso y suspiró divertido cuando vio a su pareja encabezar decidido la cacería a sus crías mayores.

Sin embargo, ambos híbridos se paralizaron al ver la escena tan pronto salieron de la cocina.

La sala entera era un caos.

Sus trillizos corrían desnudos alrededor de los juguetes esparcidos en el centro de la sala y al instante en que los miraron, vieron sus ojitos oscuros brillar en peligrosa emoción y desafío.

Lo peor fue escuchar un par de gritos de Jimin provenir desde la puerta que daba al jardín.

Supieron que la situación empeorará tan pronto les vieron a ellos también.

Tres bolitas de pelo oscuro corrieron dentro de la casa y encima de ellos, dos bolitas color miel se aferraron con sus patitas al espeso y suave pelaje de sus hermanos.

Los pequeños Kim también se unirían a la ya cansada cacería.

El par de conejitos saltaron fuera de los cachorros mayores y viendose libres de ser atrapados por los brazos de su papá Jimin, los pequeños niños cambiaron en el aire y cayeron desnudos sobre uno de los sofás.

Soobin rodó de lado directo hacia el suelo y el grito histérico de Jimin aturdió incluso a su pequeño bebé.

Beomgyu comenzó a reír al ver a su hermano pararse torpe y desorientado por el golpe, pero al ver a su papá acercarse a ellos olvidaron la caída y ellos también comenzaron a correr en círculos.

De pronto, ya no sólo eran tres pequeños niños desnudos corriendo alrededor de la sala.

Se habían sumado dos hiperactivos más.

Y a juzgar por las colitas agitadas de los otros mini Kim, pudieron deducir que Kai, Taehyun y Yeonjun, también se les iban a unir.

— No puedo. Me rindo. — Casi sollozó una voz cansada desde la puerta del jardín y los Min miraron con diversión a Jimin caer frente a ellos derrotado.

Los tres cachorros de pastor alemán cambiaron y riendo, comenzaron a correr frente a él.

— Los quiero regresar. No puedo con ellos. — Se quejó Park abatido, exagerado como sólo él podía ser y entrando con pasos lentos y cansados a la sala de estar se derrumbó en el reposabrazos de un sofá.

Sus cinco hijos de inmediato se lanzaron eufóricos sobre él.

— Su papá Nam también quiere un abrazo. Vayan con él... — Les alentó Jimin con falso disgusto.

Y riéndose por los bracitos cortos de sus bebés intentando rodearlo, Jimin se dejó besar y mimar.

Los Min aprovecharon la baja en el escuadrón y rodeando a sus propios hijos en el centro de la sala, asintieron cómplices para atraparlos.

Los trillizos se rindieron entre risas tan pronto Yoongi se inclinó sonriendo triunfal sobre ellos.

— Los tengo. — Susurró Yoongi victorioso. Abrazando los tres cuerpecitos desnudos para acercarlos a Jin.

SeokJin suspiró agradecido y les miró falsamente enojado cuando Yoongi los puso de pie sobre el sofá.

Los mini Min les miraron con inocencentes sonrisitas en sus labios.

Repartieron las vestimentas de los niños y con paciencia comenzaron a vestirlos nuevamente, acomodando sus cabellos rebeldes, que aún si los habían peinado meticulosamente minutos atrás, ahora parecían haber sido alborotados con todo el afán de hacerles verse como un trio de pequeños delincuentes.

Una vez listos y decentemente arreglados, ambos padres inhalaron satisfechos de ver a sus hijos listos para salir.

Se sentían cansados, pero sumamente satisfechos también.

Sus bebés eran preciosos en la misma medida que lo eran traviesos, pero de verdad esperaban que fuese sólo cosa de la edad.

Porque si  todos los bebés iban a ser así hasta la adolescencia, entonces no sabían qué rayos iban a hacer.

Yoongi arregló un mechón rebelde de los cabellos de Tae, y con un último beso en la coronilla por parte de él y otro en la mejilla como regalo de Jin, los trillizos por fin quedaron listos para su salida familiar.

— Ya no cambien por favor... — Suplicó Jimin desde el sofá y los pequeños Min le miraron curiosos.

— Su papi Jin se cansa mucho, piensen en él. — Continuó Yoongi intentando persuadirlos.

Los trillizos miraron a SeokJin de inmediato.

Perdón papi. — Susurraron los pequeños a la vez y SeokJin al instante se derritió.

Jimin sonrió amplio desde su lugar y suspirando abatido cuando vio a Namjoon llegar con una montaña de ropa, miró fijamente a sus cinco hijos.

La camada entera le sonrió inocente.

— Ustedes tampoco cambien, cachorros. — Les pidió Nam con dulzura.

Jimin sonrió dentro de él con malicia, y sintiendo un poco de sed de venganza crecer en sus entrañas, les guiñó un ojo a sus bebés y en silencio asintió.

Los cinco niños se lanzaron de un eufórico salto hacia su papá.

Y Namjoon aún si hubiese querido detenerlos a todos en el aire, fue imposible de hacer. Así que cayendo sobre el suelo con todos sus hijos sobre él, rió ahogado y con cuidado les sostuvo.

Jimin se recargó satisfecho en el sofá.

— Me van a matar... — Se quejó falsamente Nam.

Jimin sonrió ampliamente y disfrutando ver la escena de sus hijos sobre su pareja se permitió observar cada pequeño besito que los quintillizos amorosamente dejaron sobre el rostro de su papá.

Park también pudo escuchar las risitas combinadas con las de los Min.

— Vayan con el tío Nam... — Les susurró Yoongi a sus trillizos con malicia y los pequeños Min ni lentos ni perezosos se lanzaron también emocionados sobre el pobre híbrido de pastor alemán.

Namjoon se derrumbó derrotado bajo el peso de ocho niños eufóricos y amorosos sobre él.

Y Jimin inconscientemente sonrió.

Sus pequeños niños estaba próximos a cumplir tres años y él aún no podía creer lo rápido que pasaba el tiempo.

Veía en sus recuerdos, momentos inolvidables que parecían estragos de un precioso sueño o alguna fantasía creada solo en las paredes de su imaginación. Sin embargo bastaba escuchar las risitas de sus pequeños niños para confirmar que todo eso era real.

Aún si a veces se le hacia difícil escuchar tantas voces infantiles llamarle papá.

Y otras tres más decirle dulcemente "tío Chim".

Era más de lo que él alguna vez pudo soñar.

Mirando con nostalgia hacia SeokJin y Yoongi los descubrió teniendo su momento de mimos habitual, tan melosos y cursis como sólo ellos dos podían serlo.

SeokJin que aún a tantos años de estar emparejado con Min, seguía sonrojadose como adolescente en su primera declaración de amor.

Y Yoongi amaba hacerlo sonrojar.

Los Min frotaban con dulzura las puntitas de sus narices, friccionando de forma tan melosa sus rostros que Jimin suspiró de ternura.

Yoongi acunó su estómago y le sonrió.

SeokJin robó un par de besos en sus labios, pero a Yoongi no le importó y tomando su rostro con ambas manos, Yoongi susurró algunas cosas sobre sus manos y dulcemente le besó.

Jimin apartó la mirada de ellos y olvidó sus pensamientos tan pronto el más cálido y conocido tacto de Namjoon acarició sus cabellos alborotados.

— ¿Cansado? — Le preguntó él con ternura.

Jimin sonrió ligeramente y negó.

— Sólo me siento nostálgico. — Respondió con simpleza.

La firme y cálida mano de Namjoon acunó su mejilla, acariciando con los pulgares sus labios con tanta delicadeza y amor, como si temiese reventar la piel que le cubría y que muchas veces el reclamaba con devoción.

Jimin se regocijó en el tacto y aún con la diferencia de tamaños, cubrió sobre las manos de Namjoon con las suyas.

Tiró de ellas suavemente y plantó un pequeño beso sobre sus grandes palmas cálidas.

Y habrían seguido con su sesión de mimos, pero cinco diminutos pares de ojos les hicieron volver a la realidad.

Cinco niños que desnudos y sonrientes les veían con sonriente curiosidad.

Namjoon bufó una pequeña risita avergonzado y se inclinó sobre ellos. Alzandolos en conjunto y con cuidado, los acomodó sobre Jimin y entre los dos, los comenzaron a vestir también.

La emoción de salir en familia era palpable y los niños innecesariamente habían decidido demostrarlo con travesuras.

Pero estaba bien en realidad.

Porque aún si tuviesen que perseguir a los ocho juntos para poderles cambiar, las risitas de los niños y los momentos que grababan era algo que jamás podrían olvidar.

Jimin agradecía cada momento que había tenido que vivir con tal de estar nuevamente ahí.

Repetiría las mismas acciones. Aún si no recordara mucho de que había hecho con exactitud.

Él sinceramente no sabía que había hecho para merecer una hermosa y enorme familia.

Una pareja extraordinaria que día a día le recordaba el porqué quería vivir a su lado por el resto de sus días. Dos mejores amigos que tan diferentes y similares entre sí, le enseñaban que a pesar de defectos y errores siempre se tendrían el uno al otro incondicionalmente y hasta el fin.

Y con casi tres camadas de niños que llenaban con luz y amor su precioso hogar, él se sentía el más afortunado hombre que pudiese existir.

La emoción de una nueva llegada les tenía nostálgicos incluso a los niños también.

Jimin agradecía haber olvidado las llaves en la puerta de su automóvil aquella lluviosa noche en que les vio.

Esa misma noche en que en el estacionamiento de su edificio vio tres animalitos cubrirse del agua y frío. Y que dejando de lado la minúscula confusión inicial, se habían convertido en más que tres híbridos a lo que había tenido la suerte de conocer.

Esos tres híbridos que se habían vuelto en lo más importante para él.

Bueno, sin contar a todas las motitas de pelos que habían llegado a sus vidas un par de años atrás.

Y unas cuantas más motitas que aún faltaban por conocer.

Jimin agradecía al destino el haberlo puesto en el camino de ellos tres.

Y con solo ver la escena frente a él lo podía jurar.

Y-Yoongichi...

Jimin alzó la vista alarmado por el repentino tono asustado de su amigo y cualquier pensamiento en su mente se borró cuando vio a SeokJin alzarse del sillón con dificultad.

Un déjà vu reproduciéndose en su mente le hizo saber que debía entrar en pánico.

Pero Jimin intentó concentrarse en la voz que de pronto comenzó a sollozar.

Y el pánico que entre todos comenzó a brotar.

Sus cinco hijos se pegaron de inmediato a Nam y a él, y Yoongi maldijo duro y fuerte sin importar los ocho pares de orejitas inocentes que le escuchaban sin realmente escuchar.

Yoongi se alzó con sus tres niños en brazos y entrando en pánico casi le vio perder el conocimiento frente a él.

SeokJin comenzó a inhalar pausadamente, profundo y controlado en un pobre intento de mantener la calma a su alrededor.

— Ya vienen... — Susurró SeokJin a punto de romper su voz y el pánico de golpe se extendió.

— Llama a Kang... — Indicó Jin con falsa tranquilidad, cerrando los ojos con fuerza y sosteniendo su barriga con dolor.

Jimin se quedó petrificado y sintió a los trillizos correr y también aferrarse a él.

— ¡MIN YOONGI, LLAMA AL MALDITO DOCTOR! — Chilló SeokJin perdiendo su forzada tranquilidad y la sala entera se agitó a la vez.

Yoongi perdió el escaso color de su rostro e histérico comenzó a correr y seguir su instinto e indicaciones que Jin amablemente le gritó hacia él.

Namjoon torpe e inseguro corrió detrás de Min.

Jimin inhaló lentamente y sintiéndose inútil se acercó a SeokJin con ocho niños preocupados refugiandose detrás de él.

Papi... — Sollozaron los trillizos asustados y SeokJin suavizó su rostro al verles así.

— E-estoy bien... — Les tranquilizó.

Jimin tomó sus manos e inhalando profundamente como él le sonrió a los niños para también tranquilizarlos...

— Sus hermanitos ya vienen... — Susurró Jin.

Los niños chillaron emocionados y brincaron felices en su lugar.

Jimin quiso llorar al ver los ojos de su amigo nublarse por el dolor.

— Juro que voy a castrar a Min. — Susurró SeokJin entre dientes, demasiado bajo para que ningún niño le pudiese escuchar.

Jimin sonrió entre lágrimas y asintió.

No entendía como habían concebido seis bebés en una misma camada. Jimin en su lugar ya hubiese desistido de la vida.

Porque se suponía que el que portaba genes de conejo era él y no su amigo, pero cuando el doctor Kang explicó la razón Jimin había perdido el conocimiento a la par que Yoongi.

Ninguno de los dos preguntó el porqué después.

Ya estaba hecho y solo quedaba prepararse para cuando el momento llegara.

Para cuando justamente ese momento llegara.

Yoongi regresó a la sala entre jadeos y balbuceos torpes, cargando de inmediato a un jadeante SeokJin en brazos y siendo seguido por una fila de ocho niños se dirigieron a la habitación.

Jimin también les siguió.

Quería llorar por la emoción que le golpeaba.

Pero tenía que hacerse cargo de todos los niños hasta que los bebés nacieran.

Tendría que buscar el modo de distraerles o incluso salir de casa para que no presenciaran ningún escenario de esos.

Tal vez podría les contar por enésima la vez la historia de como se conocieron.

Exagerando algunas partes para ponerse él como héroe. O tal vez contando la historia de cómo los tres híbridos se habían conocido también antes de encontrarlo a él.

Omitiría las partes tristes y aquellas que no sabía, porque Nam jamás había querido decirselas.

O podría llevarlos al parque, aunque eso sería difícil si los ocho niños se ponían de acuerdo en hacerle enloquecer.

Tres gatitos, tres perritos y dos conejitos eran una mala combinación cuando se disponían a hacer travesuras aún a su corta edad.

Mejor los llevaría a comer o ver una película...

No.

Jimin ya sabía exactamente qué hacer para distraerlos.

Llamaría a su despistada abuela para que ella les cuidara mientras los seis bebés nacían.

Eso sería lo mejor, porque sinceramente él quería estar junto a Jin cuando los bebés conocieran la familia en la que iban a crecer.

Jimin parpadeo aturdido cuando un pequeño cojín dio de golpe en su rostro.

— ¡No te distraigas Jimin! — Le gritó Yoongi desde algún punto cerca de él.

Y Park sintió de pronto la urgencia de correr con él.

Porque Jaehyung, Sungjin, Younghyun, Wonpil, Dowoon y Junhyeok ya iban a nacer.

   
    
     
   
      
        
     
      
   
         
    
   
    
   
   
   
    
   
    
      
         
      
      
           
         
       
       
        
      
        
         
         
          

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Ahora si, esto fue todo de la historia.

Aunque el final oficial fue el capítulo anterior, este fue un extra en agradecimiento por todo

Este capítulo estuvo de más, lo sé, pero lo hice con mucho amor para despedirme de Meow Meow. Espero que la hayan disfrutado tanto como yo ♡

Había pensado contar la historia de cómo se conocieron Namjoon, Yoongi y SeokJin, pero la historia completa es soft, y si contaba su historia iba a haber un momento triste.

Así que quédense con el pensamiento de que se encontraron en el momento indicado, Yoongi y Jin fueron una gran ayuda para Namjoon cuando este creía que su destino sería uno muy distinto al que ahora vive.

Ellos tres contra todo pronóstico pudieron formar una rara pero sólida familia pequeña, y que por gracia del destino, años después se les unió un despistado y tierno humano llamado Park Jimin.

Ahora tienen un par de bares por las mejores zonas de la ciudad y una enorme casa para poder cuidar a todo el mini ejército de traviesos híbridos que sin intención están creando.

Y bueno, eso es todo.

Nuevamente gracias, de verdad

Nos leemos pronto.

Los quiero como no tienen idea ♡ ♡

Minn 🐾

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