Relación


E-Espe... — Se estremeció al sentir como su miembro era acariciado por sobre su pantalón —Ki... Kirishima-kun...

Su suave y apagada voz no fue escuchada por el pelirrojo, quien estaba perdido en sentir nuevamente el sabor de la piel ajena, lamiendo nuevamente su cuello para después pasar a su barbilla y a su boca.

Introdujo su lengua para jugar con la contraria, al tiempo que empezaba a bajar la cremallera del pantalón ajeno para poder sentir en carne aquel miembro duro y pegajoso.

Esta muy húmedo... — Susurró, exaltando al pecoso, quien sin aviso lo apartó un poco —¿Midoriya...? — Lo miró extrañado.

Se mantuvo en silencio por un par de segundos, con su respiración acelerada, sus mejillas sonrojadas y sus manos temblorosas.

Ki... Kirishima-kun... — Desvío su mirada completamente avergonzado —De... Detengamos esto... — Mencionó con una decaída mueca en su rostro.

¿¡Eh!? ¿Por qué? — Preguntó sorprendido.

Calló nuevamente, moviendo sus ojos alrededor de toda la habitación, como si buscase en ella una respuesta.

No... No deberíamos estar... Haciendo esto... — Murmuró.

¿Te disgusta...? — Cuestionó el pelirrojo, viendo como el peliverde le negaba con la cabeza —¿Te asusta? — Otra vez recibió una señal negativa —Es porque... ¿No estamos saliendo...? — Pudo ver como el delgado cuerpo de su acompañante se estremecía.

Por un momento el pelirrojo se quedó pensando, recién se daba cuenta que a pesar de todo lo que le había hecho anteriormente, nunca le dijo las cosas para que el pecoso le entendiera.

Midoriya... — Tomó una de las manos ajenas y la colocó en su boca, al tiempo que besaba los nudillos de esta —Me gustas... — Dijo de forma suave, para luego acercar su cara a la del peliverde —¿Quieres ser mi novio...?

Al instante el rostro de Midoriya enrojeció hasta su máximo punto, sin creer del todo lo que estaba escuchando.

So-so-solo lo di-dices pa-para...

Tras aquello ninguno habló por varios segundos, Midoriya no sabia que mas decir y Kirishima quería hacerle entender que iba en serio.

Midoriya... — Llamó su atención, al tiempo que sin aviso juntaba sus labios con los ajenos.

Sin esperar un segundo introdujo su lengua para explorar la cavidad bucal del otro, moviéndola con rapidez y algo de fuerza para jugar con la lengua ajena, succionando cada vez que podía sus suaves y tiernos labios.

Aquel lujurioso beso que hacia al peliverde retorcerse ligeramente, no se detuvo hasta pasados un par de minutos, en los cuales el pecoso perdió por completo la capacidad para pensar correctamente.

No haría... — Comenzó a decir, apenas separándose un par de milímetros —No haría esto... Con nadie mas... Midoriya... — dio un ligero toque a los labios del otro —En verdad me gustas...

Era aterrador, para Midoriya le asustaba mas que nada, como esas simples palabras emitidas por el pelirrojo, lo hacían sentir tan feliz e indefenso, como si no pudiese hacer nada en su contra aunque lo quisiera.

Lamento — Continuó —Haberte pedido que... Tuviéramos sexo... Así de la nada... — Bajó su mirada avergonzado —Pero... Cuando estoy contigo... Solo quiero sentir que eres mio en todo sentido... — Mordió su labio inferior —Lo siento si... Te exigí demasiado...

No lo entendía, aquel sentimiento que lo recorría, que le gritaba y dolía cada vez que estaba con Kirishima, y ahora ese sentimiento era reconfortante, cálido, agradable, lo hacía preguntarse si el pelirrojo se sentía de igual manera.

Sin saber porque, rodeo su cuello con sus brazos y hundió su cabeza en el cuello ajeno y, aunque no supiera muy bien que es lo que significaba, repitió aquellas palabras que lo hicieron feliz.

Ta... También me gustas... Ki-Kirishima-kun... — Le susurró en su oído.

¿Lo... Lo dices en serio...? — Preguntó con un ligero brillo en sus ojos, mientras rodeaba la cintura de su acompañante con un abrazo.

Se mantuvieron así por largos segundos, solo sintiendo la fragancia y respiración del otro.

Pe... Pero el sexo... — Dijo Midoriya separándose lentamente con una preocupada mirada.

Si te asusta... No te obligare... Lo haremos cuando estés listo... — Mencionó con una amable sonrisa.

Gra... Gracias... — Apegó su cabeza en el hombro del otro, al tiempo que sintió un gran escalofrío recorrer su cuerpo —¿¡E-eh...!?

Tienes mucha stamina... Midoriya... — Movió su mano a ese trozo de carne palpitante —Haz estado duro... Todo este tiempo... — Murmuró dirigiendo su mirada hasta el miembro del pecoso.

Ki-Kirishima-kun... — Se estremeció al ver como empezaba a ser masturbado por la mano contraria.

Tranquilo... solo voy a tocarte... — Con suavidad acariciaba la punta ya húmeda y pegajosa —Te será difícil dormir... Con una erección...

No se escuchó ninguna queja o reclamo, por lo que asumió que tenía vía libre para poder sentir el cuerpo del peliverde como quisiera.

Sin demora lo comenzó a besar nuevamente, sin dejar de mover su mano por el miembro ajeno, sintiendo su dureza, las venas que se extendían por éste y su rosado glande, suave y apetitoso.

Sus movimientos eran variados, no había parte que él no quisiera tocar o probar.

Ki... Kiri... — Cuando su boca fue liberada los gemidos y jadeos se apoderaron de ésta, a lo que de inmediato la tapó con sus manos, no obstante estas fueron retiradas al instante por el pelirrojo.

Midoriya... No escondas tu voz... — Le pidió para luego dirigir una de las manos del pecoso al bulto de su pantalón —También puedes tocarme... — Mas que una sugerencia, parecía una petición, la cual fue cumplida por la tímida y temblorosa mano del peliverde, quien de inmediato lo retiro de aquella prisión de cuero para poder verlo con sus propios ojos.

E... Es grande... — Dijo cuando lo tuvo entre sus manos, sintiendo su calor, humedad y como este palpitaba por atención.

Mi... Midoriya... — Empezó a jadear mientras sentía las pequeñas manos de su compañero acariciarlo de una forma tan suave y delicada.

Ambos se proporcionaban placer mutuo, acelerando sus movimientos ante las adictivas sensaciones que los estremecía como si una ligera descarga eléctrica recorriera sus cuerpo.

Ki... Kirishima-kun... Ya... Ya voy... —Dio a entender, entre gemidos, que estaba llegando a su limite.

Di mi nombre...

¿E-eh...?

Llámame por mi nombre... — Se calló por un segundo, para dirigir sus labios al oído del otro —Izuku...

No es como si fuese la primera vez que le llamaban por su nombre, pero que el pelirrojo lo hiciese con una voz tan profunda, lo exaltó en gran medida.

E... — No alcanzó a terminar, puesto que su voz fue callada por un gran gemido al sentir como su miembro expulsaba su esencia sin previó aviso.

¿Estas bien...? Izuku... — Preguntó preocupado al ver la acelerada y entrecortada respiración del pecoso.

E... Eijirō... kun... — Murmuró completamente avergonzado, viendo la ligera y tierna sonrisa de Kirishima dibujarse en su rostro, al tiempo que le daba un suave beso en sus labios.

Se quedaron en silencio por un par de segundos, solo dándose pequeños y cortos besos.

A... Aun no... Eyaculas... — Susurró Midoriya volviendo a tocar el pene del pelirrojo, exaltándolo.

Izu...

Izuku, la cena esta... — La puerta de su habitación se abrió de golpe, dejando ver a la robusta peliverde aquella pecaminosa escena —Lista...

Por varios minutos reino el silencio, nadie dijo nada, Midoriya y Kirishima querían que la tierra los tragase o hiciera desaparecer en ese instante, mientras Inko parecía buscar algo entre los bolsillos de su blusa.

Iré por la cámara... — Mencionó la mujer saliendo de la habitación sin cerrar la puerta de ésta.

¿¡Ma-mamá!? — Exclamó completamente en shock.

Lo siento... Izuku... — Murmuró el de afilados dientes, tratando de buscar alguna excusa que los pudiera sacar de aquel vergonzoso escenario.

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Hola, disculpen la demora, lo muy feo del capítulo y lo inesperado de este 😅

No soy para nada bueno en esto de describir relaciones sexuales, así que doy una gran disculpa de antemano.

Espero sea de su agrado >///////<

Gracias por  votos y/o comentarios, los quiero mucho >///////<

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