Su brazo estaba a pocos centímetros de perforar el pecho de Todoroki, pero antes de que pudiera hacerle algo, pudo ver como el de cabellos bicolor era agarrado con fuerza del cuello de su ropa por Bakugou.

—¿¡Que mierda crees que estas haciendo!? ¡Miserable! — Exclamó el rubio completamente furioso, exaltando a los presentes —¡No te atrevas a tocar a Deku de esa forma! —

De inmediato sus compañeros trataron de separarlos, temían que el rubio pudiera lastimar de gravedad a Todoroki o peor, que lo intentara asesinar.

—¡Suelten me maldición! — Gritó con fuerza apartando a aquellos que lo retenían, no obstante fue detenido por completo por Shouji —Maldito pulpo... — Gruñó entre dientes, soltando maldiciones a todo aquel que lo miraba con miedo y despreció.

—Ey... ¿Que haces...? Kirishima... — Preguntó Kaminari al ver como el pelirrojo comenzaba a vestir a Midoriya con una mirada muy seria.

—Ya esta bien... Lo llevaré a su casa... — Murmuró con una voz fría, seca, como si estuviese enojado en ese momento.

No lo sabía muy bien, pero en ese momento le hervía la sangre de rabia, molestia, ira... Siempre se había considerado alguien amistoso, alegre, sociable y comprensivo y ahora, el ver como alguien tocaba de manera tan indiscriminada a Midoriya lo cambiaba por completo.

Se sentía ligeramente confuso, creía que estar celoso era normal, pero le preocupaba ese instinto asesino que sintió por un segundo en contra de su compañero de cabello bicolor.

Por un instante tuvo miedo, pensó que si Bakugou no hubiera agarrado a Todoroki de su ropa, él lo hubiera atravesado de verdad, lo hubiera asesinado en frente de todos.

Ya habiendo terminado de vestir al pecoso, lo tomó entre sus brazos y se dirigió a la salida, no sin antes dirigirles una amenazante mirada a todos los que estaban a su espalda.

—Él que se atreva a hacerle algo a Izuku... Lo haré pedazos... — Mencionó con sus ojos brillando en ira y una oscura determinación, asustando a sus compañeros.

Dicho aquello salió de la tienda de campaña, dejando a sus amigos con un aire frío recorriendo su espina dorsal y con una atónita y asustada expresión en sus caras.

(...)

Caminaba de manera rápida, apresurado, no sentía confianza de nadie a su alrededor, todos le parecían enemigos, contrincantes que iban tras su preciado novio.

Sin aviso cambió el curso, el destino al que se debía dirigir fue traspasado a uno nuevo, su propia casa.

Cuando llego a su casa no emitió sonido alguno, giro su rostro hasta la pequeña pizarra que estaba colgada en la pared, dándose cuenta que en esta había pegada una pequeña nota que tenia escrito:

"Ocurrió una emergencia, volveremos en mañana en la noche, cuidate Eijirō"

"Mamá y papá no están..." Se sintió alegre, no había nadie en casa, no había ningún estorbo u obstáculo para agasajar a Midoriya para él solo, podía tenerlo hasta mañana sin que fuesen a ser molestados.

Rápidamente se dirigió a su habitación, abriendo la puerta de una simple patada para luego dejar al peliverde sobre su cama, para luego sentarse a su lado.

Por varios minutos se le quedo observando, le fascinaba su adorable rostro mientras estaba inconsciente, su suave cabello verde era algo que le encantaba tocar, le parecía realmente hermoso, un ángel.

En ese momento, el recuerdo de Todoroki tocando a Midoriya surco su cabeza, llenándolo nuevamente de rabia.

Apretó sus puños y dientes con fuerza, sintiendo unas incontenibles ganas de golpear su cara y romperle los dientes, sentía como su cuerpo comenzaba a endurecerse ante ese oscuro sentimiento.

—Él es mio... — Sin darse cuenta se aferró a la ropa de Midoriya —Si te atreves a tocarlo... Te mataré... — Miraba a un punto muerto, imaginándose al de cabello bicolor completamente asustado...

(...)

En la lujosa barra, una dama de rubios cabellos y tentadora figura revisaba un pequeño cuaderno.

—Oh ¿Que haces? Minerva — Preguntó un hombre con negra gabardina.

—Marco... — Sonrió ligeramente sin despegar su vista de aquellas hojas —Estoy echándole un ojo al registro de quirks que posee Izu-chan —

—Oh... — Se acercó con cautela, fijándose antes que nada de tener sus guantes puestos —¿Y cuantos tiene hasta el momento? — Cuestionó curioso.

—Por el momento van ocho... — Volvió a la primera página, donde estaba escrito todas las especificaciones del primer quirk —Su primera adquisición, el rayo, conocido como Lightning God — Pasó una página a la vez —El segundo, Ice Queen... New life es el tercero —

Uno a uno los fue nombrando, sin detenerse en mayores detalles, no obstante, detuvo su avance al ver uno en específico.

—Este es mi favorito... — Sonrió ligeramente.

—¿Cual es ése? —

—Su ultima adquisición, el quirk del pecado y los deseos carnales, Carnival of the Lust — Mostró sus dientes en una maliciosa sonrisa.

—Oh... Parece interesante ¿Como funciona? — Preguntó ansioso por oír la respuesta.

—La sangre de quien posee este quirk tiene un fuerte efecto afrodisíaco e hipnótico, cuando la saliva de otra persona se mezcla con su sangre, crea una reacción química que la transforma en un gas que nubla los sentidos de quienes la huelen, transformándolos en animales que solo desean placer —

Hizo una ligera pausa para recordar a la adolescente a quien le extrajo su sangre para dársela al peliverde.

—Quien bebe de su sangre se vuelve un esclavo de sus deseos, sintiendo unas incontenibles ansias de monopolizar al portador —

—Pero Izuku-kun... — La interrumpió, fijándose en que Midoriya no mostraba ese tipo de actitud.

—El efecto desaparece cuando él usuario muere, y ya que esa pobre chica ya estaba muerta, no tuvo efecto en Izu-chan — Aclaró sintiéndose ligeramente irritada de ser molestada en medio de su relato.

—El novio de Izuku-kun... ¿Ésta bajo ese efecto...? — Se sintió un poco mal ante esa posibilidad, puesto que el pecoso sentía algo genuino por el pelirrojo, eso lo supo desde el día en que lo vio pensativo.

—Si y no... —

—¿Eh...? —

—Este quirk tiene una debilidad, irónicamente y siendo casi una broma, toma en cuenta los sentimientos de sus víctimas... —

—¿Es eso posible...? — Pensó en voz alta, algo desconcertado.

—Según Ritsu-chan si... — Suspiró ligeramente —Ante alguien que siente un deseo carnal, aumentará enormemente ese deseo, volviéndolo una bestia lujuriosa... ante alguien que sienta amor, incrementará ese sentimiento, volviéndolo mas fuerte y también mas peligroso, dándole un deseo de monopolización y ante quienes no sienten nada... Lo deja a placer del usuario... —

Por un momento reinó el silencio, parecía algo irónico que una particularidad así existiera, pero si existía una habilidad que permite controlar a otros solo si responden a una de sus preguntas, aquello no sonaba tan descabellado.

—Suena complicado... — Cerró ligeramente sus ojos el de cabellos avellana, analizando la información —¿Cuándo le dio de su sangre Izuku-kun a su novio? —

—Izu-chan no se la dio —

—¿Que...? —

—Quien le dio la sangre de Izu-chan a Kirishima Eijirō-kun fui yo —

—No es bueno que juegues con ese pobre joven Minerva, es la única persona que Izuku-kun ama de ese modo... ¿Y como se lo diste a fin de cuentas? —

—En su té — Sonrió satisfecha.

—¿Eh? —

—La última vez que fue al departamento de Izu-chan, coloqué un poco de sangre de Izu-chan que mantenía guardada en su té y se la di... — Vio como él adulto se disponía a hablar, pero lo calló poniendo su mano sobre su gabardina —La sangre de Izu-chan tiene un sabor y olor dulce gracias a ese quirk... Así que nunca se dio cuenta... —

—Si Izuku-kun se entera... Creerá que lo estamos engañando... — Murmuró preocupado Marco.

—No te preocupes, no se enterara... Además, ahora nos hemos asegurado que Eijirō-chan siga a Izu-chan a todos lados... Hasta a nuestro lado... — Una ligera y malvada sonrisa surco sus labios.

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Hola, disculpen la demora, lo muy feo del cap y la extrema ida de olla >//////<

Espero les sea de su agrado, gracias por sus votos y/o comentarios, los quiero mucho >//////<