Vieja historia de amor

-Bajen ya, no volveré a calentar sus panqueques


Dos adolescentes bajaron mientras se daban algunos empujones o manotazos, Daniel suspiro y fue hasta el pie de la escalera.


-Dejen de pelearse en las escaleras se pueden lastimar – el pelinegro guardo algunos folders en su portafolio – no se les olvide que hoy van a casa de su padre – volteo a verlos, sus hijos tenían la boca llena de panqueques y en las comisuras escurría un poco de chocolate – por favor no más bromas a Carmen, ella ya no puede ver ranas sin gritar – los mellizos rieron

-Ella empezó cuando nos desconectó el internet – dijo Robby

-Por su culpa no pude seguir hablando con mis amigas – continuó Sam

-Eran las 2 de la mañana, yo le pedí que se los apagara para que pudieran dormir – suspiro – denle una oportunidad al igual que se la están dando a Amanda

-Nos la presentaste hace un mes, nos cae bien porque no se mete en nuestros asuntos y no vive aquí

-Su padre la quiere por favor háganlo por él

-Papá prometió amarte siempre a ti – Robby se levantó – los espero en el auto

-Rob

-No seguiré con ese tema – salió de la casa

- ¿Lo arruine? – Daniel preguntó a su hija

-Dale tiempo, él aún está triste por la separación yo lo cuidare no te preocupes por algo soy la hermana mayor

-Tienen la misma edad

-Nací dos minutos antes que él claro que soy la mayor – Daniel rio sin ánimo – él adoraba su relación de pareja, ¿recuerdas cómo disfrutaba que nos contaran su historia de amor? Para mí también fue decepcionante saber que después de enfrentar tantas con la ayuda del abuelo Miyagi y el tío Kreese pues se separan tan fácil


Daniel por mucho tiempo ha guardado el secreto de su divorcio, el pelinegro nunca quiso separarse ¿Por qué lo haría? Si amaba con toda su vida a Johnny, pero el ya no amaba a Daniel. Su vieja historia de amor parecía un cuento de hadas donde los dos amantes luchaban contra todo y todos para estar juntos y vivir su final feliz. Todo lo contrario, a su actual historia.

Después de graduarse Johnny y Daniel consiguieron mejores por consiguiente tenían más dinero, dejaron su pequeño departamento en Reseda y se mudaron a una casa más grande. Con el tiempo acordaron ahorrar con el objetivo de comprar una mucho más grande y bonita donde pudieran criar a sus futuros hijos. Las horas extras, cubrir turnos y no verse mucho valió la pena en cuanto recibieron las llaves de su nuevo hogar pudieron bajar el ritmo de trabajo para de nuevo concentrarse en ellos como pareja.

Poco a poco compraron sillones, mesas, sillas, estufa, refrigerador, lavadora, secadora, entre otras cosas. Su casa comenzaba tomar forma y los dos estaban orgullosos por ir cumpliendo sus sueños. En ese momento Johnny acababa de cumplir los 30 años así que lo siguiente fue viajar por el mundo.

Dos años después Johnny abrió su despacho mientras Daniel inauguraba su propia concesionaria. A ambos les iba muy bien y tuvieron la suficientes solidez económica para iniciar un proceso de adopción. Lucille al enterarse de sus intenciones de ser padres les contó sobre la hija de una vecina suya. La joven estaba embarazada, su novio no quiso hacerse cargo y buscaba una buena familia que podría cuidar de sus futuros mellizos.

El proceso de adopción fue rápido pues gracias a la firma de abogados de Johnny varias personas le debían favores así que le regresaron el favor acelerando el papeleo. Aunque eso no los salvó de una cláusula por petición de la madre biológica. Johnny y Daniel firmaron sin prestar atención a aquello, sus ganas por ya tener a sus hijos en casa no les permitió pensar en nada más.

Al principio las cosas eran un sueño, los bebés crecieron siendo unos niños saludables e inteligentes. La pareja se amaba más que cuando eran jóvenes.

Su aniversario como pareja se acercaba y Johnny no lo dejo pasar, acudió a la mejor joyería de la ciudad y en compañía de sus hijos compró un anillo de compromiso para Daniel.

Frente al mar Johnny se hinco y le pidió al pelinegro matrimonio. Daniel gritó fuertemente "si" abrazando con fuerza al rubio y llorando por lo hermoso del momento.

Pasaron los años en calma, ellos vivían la vida perfecta y que algunos envidiaban. Sus hijos cumplieron 12 años y ahí comenzó a irse todo en picada.

Tiempo atrás Johnny prometió a Daniel trabajar hasta conseguir mucho dinero para darle a él y a sus hijos todo lo que merecían. El pelinegro no lo veía necesarios pues a ambos les iban bien en sus respectivos negocios, el dinero no era problema tenían lo necesario y más, pero Johnny se obsesionó con tener más y más al punto de pasar todo el día en su despacho ampliando la firma, contratando más gente y no hablar del sin fin de casos que aceptaba llevar.

Sam y Robby amaban salir en obras de teatro, recitales, jugar en partidos de fútbol y tener presentaciones de Karate. Daniel asistió a cada evento orgulloso de lo talentosos que eran sus hijos, aunque ellos siempre terminaban con caras tristes porque Johnny no llegaba a verlos. Daniel como siempre lo justificaba diciéndoles que su padre tenía mucho trabajo.

El pelinegro aguanto todas esas situaciones en nombre de su amor por Johnny, hasta que los mellizos cumplieron 15 años. El ojiazul no apareció en la fiesta, a Sam y Robby no pareció afectarles en sus propias palabras ellos estaban acostumbrados a no ver a Johnny en días importantes. Daniel sabía que los dos mentían, lo vio en sus ojos cuando partieron el pastel y él único presente era el pelinegro. Notó la decepción en su hijos esa misma noche con la llegada de Johnny con aliento alcohólico, el traje arrugado, pero con dos grandes regalos; un auto para cada hijo. Robby con los ojos llorosos tomó las llaves del auto, agradeció y se fue a dormir.


-Hubiera preferido tu presencia a esto – sin querer hacer más drama aceptó el regalo y regresó a su habitación


Daniel explotó toda su ira contenida, el pudo perdonar todos esos aniversarios, eventos y recitales olvidado, pero jamás le perdonaría que no asistiría al cumpleaños de sus hijos.


-Odiabas tanto a tu padrastro por ser un obsesivo con el dinero, decías que él te compensaba con cosas económicas cuando tu solo querías sentir amor

-Ellos aceptaron sus regalos no los vi tan afligidos – respondió el rubio masajeando sus sienes – deja de hacer de todo un drama estoy cansado tuve mucho trabajo hoy

-Eres igual a Sid, te estas convirtiendo en su asqueroso reflejo

-No me compares con ese idiota yo no soy igual que él

-Sí lo eres y yo no pienso ser el esposo callado, doblegado que te aceptas todas tus estupideces – Johnny alzó su puño y Daniel también

-Basta – apareció Robby por la puerta y Johnny se fue


Daniel pidió perdón a sus hijos por actuar de la forma que actuó en especial siendo su cumpleaños. Sam y Robby se encargaron de pasar mucho tiempo con él.

Una semana después Johnny regresó a casa. Durante un tiempo durmió en el cuarto de invitados, se iba temprano y regresaba muy tarde por lo que sus hijos no notaban que seguían enojados. Gracias a eso, Sam y Robby pensaron que sus padres se habían reconciliado y se sentían más aliviados.

Daniel lo amaba todavía que no podía con el sentimiento de soledad que lo embargaba. Motivado por la nostalgia de su aniversario de bodas quiso hablar con Johnny para arreglar su matrimonio.

Daniel lloraba desconsolado en el piso con una demanda de divorcio en la mano.

La vida pasa casi sin darnos cuenta, lo que un día era lo más importante puede convertirse en algo sin valor. Algunas personas dicen que nada es para siempre, todo por servir se acaba y que el amor se desvanece. La monotonía irrumpe en el día a día terminando con tus pocas esperanzas hasta que te deja sin nada.


-Señor LaRusso – el abogado llamó a su cliente – la junta de conciliación va a iniciar es momento de entrar

-Claro, pero antes quiero saber ¿Qué pasaría si no llegamos a un acuerdo?

-Lo inevitable señor, ya nada quedaría por hacer

-Bien – suspiro – entremos y acabemos con esto de una vez


Daniel nunca imaginó pasar por esto ¿Qué ocurrió? ¿En qué momento lo perdió? Lo vio ahí, al amor de su vida junto a su abogado esperando ansioso por firma su sentencia de muerte.

Los abogados expusieron los puntos de vista de sus clientes, las peleas eran constantes, sus dos hijos no sabían la realidad de las cosas y Johnny hace mucho dejó de vivir en la misma casa con la que tanto soñaron en su juventud. La situación era muy clara ya no existía la posibilidad de regresar.


-Su matrimonio no pude continuar y escuchando a ambas partes no veo una intención por alguno de reparar lo que está roto – Daniel no debía llorar, antes de salir de su hogar prometió no mostrarse débil – firmaran los papeles de divorcio


La custodia se dividió, algunos días irían con Johnny y el resto de la semana vivían con Daniel.

Medio años después de la separación, Johnny inició una nueva relación y a los tres meses su nueva pareja llamada Carmen se mudó con él. A los ahora adolescentes les seguía costando aceptar a esa nueva persona, en especial porque se comportaba tan amorosa y comprensiva que Sam y Robby creían que quería ocupar el lugar de una madre, eso los enfurecía más.

Al poco tiempo Daniel accedió a salir con su socia, de nuevo volvió a la vida. Amanda era la favorita de Sam y Robby, ella respetaba su espacio, no pretendía comportarse como una madre era más bien como su amiga y por si fuera poco le regresó la alegría a su padre.

Su celular vibrando lo hizo volver a la realidad. Era Ali


-Sam – le entregó las llaves – no poder llevarlos hoy

- ¿Y cómo regresarás a la casa?

-A la salida de la escuela voy por él antes de que llegue tu padre – Sam asintió y se retiró

-Ali con i latina – contestó como siempre

-Daniel no hay tiempo para eso

- ¿Esta todo bien?

-Tu madre va para tu casa, Daniel la mentira se te cayó, el iba a responder cuando el sonido del timbre se escuchó por toda la casa

-Ella está aquí – colgó


Se preguntarán ¿Por qué le ocultó su divorcio? Por qué Lucille LaRusso es una mujer de mucho carácter. La última vez que los visitó el matrimonio comenzaba a tambalear. Ella se dio cuenta de la tensión y amenazó a su hijo con llegar a medidas extremas si decidían divorciarse.


-Ma ... mamá que alegría verte

-Daniel cariño estás pálido ¿te encuentras bien? – Lucille abrazo a su hijo

-Sí, pasa por favor – Daniel se hizo a un lado y Lucille entró a la casa

- ¿Dónde está Johnny?

-Ah Johnny, el ... el esta en ... en el trabajo si el esta en un caso muy importante y tuvo que irse temprano junto con los chicos

-Puedo estar más tranquila, escuche que tu matrimonio terminó y seria una lastima en especial por la cláusula de la adopción porque yo misma la haría valer

- ¿A qué te refieres?

-La cláusula que puso la madre biológica

-Debes estar exhausta por favor sube a descansar

[.]

Lucille se quedo dormida y Daniel aprovechó para buscar los papeles de adopción. Una infinidad de sobres con documentos que ya no servían le dificultaron la búsqueda y varios folders después por fin encontró lo que buscaba.

"... La condición que pone la madre biológica para ceder sus derechos es que la pareja no se disuelva, en caso que ambos decidan divorciarse y si los niños siguen siendo menores de edad ellos volverán con la madre".

[.]

Sam y Robby esperaban a Daniel para entregarle la llave del auto y así poderse ir con Johnny.


- ¿Te gustaría que regresaran?

-No, ellos primero necesitan perdonarme y eso no pasará ni siquiera se han visto desde el divorcio


Johnny se acercó a sus hijos y los saludo.


-Es hora de ir a casa

-Espera un poco más, papá vendrá por las llaves de su auto

-Los espero en ...

-Estuvieron casados mucho tiempo deja de huir – dijo Robby ya cansado del infantilismo de su padre


Daniel logró ver a Johnny juntos a sus hijos y corrió a él.


-Johnny necesitamos hablar por favor – Sam y Robby se sorprendieron – chicos pueden darnos un momento

-Sí, de hecho tengo antojo de una malteada

-Yo también, iremos por una ustedes conversen con calma – los mellizos se despidieron y se perdieron entre los demás estudiantes

-No tenemos nada de qué hablar

-Deja tu orgullo para después mi madre llegó de sorpresa y está en mi casa

- ¿Por qué no me dijiste? – pregunto asustado

- ¿Qué parte de llego de sorpresa no entiendes?

-Es hora de decirle la verdad

-No – gritó Daniel – primero mira esto, los papeles de adopción debes leer la cláusula

Johnny no creía lo que estaba leyendo.

-Ellos tienen 16 años

-Mi mamá escuchó rumores de nuestro divorcio, si lo confirma ten por seguro que nos va a echar de cabeza

- ¿Qué vamos a hacer? No podemos dejar que nos los quiten   

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