Nuevo comienzo
─ ¿Una cerveza? ─ preguntó Kreese cerrando las persianas de su oficina
─ Si, gracias. ─ Kreese le tendió una para sentarse después ─ No vi a los chicos
─ El sensei de los niños enfermo y como tus hijos son los más avanzados los envié a dar la clase, además los he visto algo preocupados eso los distraerá
─ Por eso estoy aquí ─ Johnny suspiro y dio un trago a la cerveza ─ Lucille llegó de visita y nos dimos que cuenta que nos pueden quitar la custodia de los chicos por estar separados, así que estamos fingiendo ser una familia
─ Por tu expresión y la actitud de los chicos debo suponer que va todo mal
─ No ha pasado ni un día y ya pasamos por grandes dramas ─ terminó de beber el contenido de la botella ─ Daniel por fin aceptó parte de la culpa
─ Pueden ser los mejores estudiantes, pero en algunas cosas siguen siendo ... ¿Como decía Miyagi? Ah sí, unos cabezas duras. Señor Lawrence desde joven se dejó llevar por sus impulsos ¿Por qué justo en este momentos no le haces caso a tus instintos?
─ Porque muchos de esos impulsos acabaron en tragedia
─ No generalices, ─ endureció su voz ─ tus impulsos te llevaron a LaRusso o ¿acaso de arrepientes?
─ Por supuesto que no, nunca me arrepentiría de Daniel ni de mis hijos
─ ¿Todavía amas a Daniel?
─ Ahora estoy confundido, él me hizo una pregunta que me confundió
─ ¿Qué te pregunto?
─ Si volvería a darle una oportunidad y yo no supe qué decir
─ Yo no voy a decir lo que tienes que hacer, pero nadie enfrenta a dos hombres o simular amnesia solo para proteger a una persona insignificante. ¿Recuerdas como ese tal Mike Barnes casi te devuelve al hospital? ¿Recuerdas cómo me confesaste tu amor por LaRusso?
Johnny se quedó callado haciendo el recuento de las cosas arriesgadas a las que se atrevió solo por proteger a Daniel, no importaba si él salía lastimado en el proceso porque proteger a ese pelinegro importaba más que su propia vida. Incluso si pudiera volver en el tiempo, volvería a pasar por lo mismo con tal de ser feliz a lado de Daniel.
─ La última palabra es tuya Johnny, lo que decidas tiene que ser lo mejor para ti, no lo hagas por Daniel, Carmen o cualquier otra persona. El estar bien contigo mismo y con tus hijos es lo más importante
[.]
Daniel tomó el ramo de flores y cerró la puerta del auto. Camino despacio disfrutando del raro, pero tranquilizador silencio. Unos segundo después se detuvo frente a una tumba donde se leía el nombre Miyagi.
─ Señor Miyagi ─ el pelinegro se hinco y depósito las flores sobre la tierra ─ ha pasado tiempo, perdón por no venir ─ suspiro ─ como sabe mi vida no va de lo mejor, ahuyenté al amor de mi vida y puedo perder a mis hijos. Es curioso como puedes darte cuenta de las cosas demasiado tarde, daría todo por volver a tener a mi familia a cambio del dinero, el club entre otras cosas. Pero como no puedo regresar el tiempo, me propuse cambiar las cosas mientras pueda. Amanda es una gran mujer, ella me dejo libre para jugarme todo por Johnny
[.]
─ Buen día Amanda ─ como cada mañana Daniel la saludaba antes de iniciar con el trabajo
─ Daniel necesito hablar contigo
─ Eso no suena nada bien
─ Dany tu siempre serás mi mejor amigo, te quiero y desearía poder desaparecer tu sufrimiento
─ Lo se
─ Me entere de tu ataque de pánico nocturno y también que Johnny se quedó contigo
─ Ayudo bastante
─ Es el único que puede ayudarte. ─ suspiro ─ Daniel, nuestra relación no está bien y lo sabes. Al principio pensé que si tu y yo nos volvíamos pareja en algún momento nos amaríamos de esa forma, pero solo nos amamos como amigos, dime la verdad ¿estas enamorado de mí? ─ el pelinegro negó ─ terminemos y sigamos siendo esos amigos inseparables
─ Tienes razón, es lo mejor
─ Bien ahora que eres un hombre sin compromiso ─ Amanda sonrió ─ ve por ese rubio tonto y vuélvelo loco otra vez ─ Daniel se sonrojo ─ ayer por la noche que los vi juntos ... wow ustedes irradian amor y cuando eso ocurre solo un par de tontos como ustedes no lo notan
[.]
─ ¿Cree que pueda ganarme su amor de nuevo? ─ una suave brisa movió su cabello ─ tomare eso como un sí ─ rio - le prometo que la próxima visita será con mi familia completa
Daniel se despidió y volvió al auto.
[.]
Carmen no dejaba de recordar su charla con Amanda, ella lo sabía siempre lo supo y seguir negándolo era absurdo. Johnny nunca dejaría de amar a Daniel y ni siquiera se molestaba en ocultarlo, cada cosa que hacía siempre iba ligado al pelinegro. El Karate, la comida que preparaba, las canciones que cantaba, en todo Daniel LaRusso estaba presente. Se iría porque Johnny y ella merecían amar y ser amados de verdad.
Con el tiempo encima regreso al departamento que compartía con Johnny, en varias maletas colocó sus pertenencias. Antes de irse escribió una carta donde explicaba los motivos de su huida sin dar explicaciones frente a frente, dejo el sobre la cama y salió de esa casa extrañada por el sentimiento de liberación que experimentaba, una clara señal que le decía que hacia lo correcto.
[.]
Johnny regresó a la casa de Daniel, llevaba la carta de Carmen en la mano. Iba dispuesto a decírselo al pelinegro, le diría que haría de todo por volver a enamorarlo y que no se rendiría tan fácil.
─ Volviste temprano ─ Lucille lo sacó de su burbuja de añoranza y amor
─ Tome unos días libres
─ Es bueno apartarse de las obligaciones por un rato, ya sabes lo que dicen hay que "trabajar para vivir y no vivir para trabajar"
─ Concuerdo totalmente
─ Daniel está arriba, visitó al señor Miyagi creo que te necesita
─ Cada vez que la visita se pone muy triste iré a verlo ─ Lucille vio a Johnny alejarse, agarró su bolso y guardó las llaves
Johnny tocó la puerta y entró al recibir respuesta de Daniel quien reposaba en la cama boca arriba. Ver el techo le ayudaba a pensar, muchos le decían que era una tontería, aunque si le funciona.
─ ¿En qué piensas?
─ En lo bien que me conoces ─ sonrió. Johnny se recostó a su lado
─ Siempre pareció funcionarte así que debe ayudarme también, las personas normales se tumbarían en el pasto a observar las estrellas y luego estamos nosotros que nos acostamos en la cama mirando el techo blanco ─ el pelinegro rio
─ Tu y yo seremos de todo menos normales ─ Daniel suspiro ─ Amanda y yo terminamos
─ Lo siento ─ respondió Johnny tratando de esconder la sonrisa traviesa que se formó en su rostro porque de verdad no lo sentía
─ Esta bien, entendimos que funcionamos mejor como amigos. Llegaste temprano ─ cambio de tema
─ Fui a mi departamento para buscar a Carmen ─ Daniel sintió un nudo en el estómago
─ Oh ya veo, siento que pase por esta situación tan incómoda
─ Es por eso que quería hablar con ella para acabar con lo nuestro y descubrí una carta de despedida, amm creo que me dejó el camino libre ─ Daniel giró su cabeza viendo con sorpresa a Johnny ─ fue la mejor decisión, no era justo tenerla conmigo si sigo amando a alguien más ─ el ojiazul también volteo ─ ¿todavía sigue en pie la segunda oportunidad? ─ a Daniel se le escapo una lagrima ─ no importa si dices que no porque te haré cambiar de opinión aun si me lleva toda la vida en ello, te amo Dany y ... ─ el pelinegro se canso de oír tantas palabras así que tomó la iniciativa rompiendo su discurso
Besar a Daniel siempre sería su actividad favorita en el mundo, no entendía cómo pudo ser capaz de sobrevivir tanto tiempo sin probar esos dulces labios. Sin ser consiente el rubio empezó a llorar mientras sostenía al pelinegro entre sus brazos asegurándose de no dejarlo escapar, no otra vez.
Al separarse unieron sus frentes, Daniel parecía volar, Johnny parecía tener la capacidad de elevarlo al cielo teniendo los pies en la tierra con tan solo un roce.
Entonces todos los problemas se volvieron estúpidos ¿Por qué se privaron de amarse por cosas tan banales? Se odiaban por dejar vencerse tan rápido, pero no lo harían más ninguno volvería a cometer los mismo errores.
─ ¿Quisieras ir a una cita conmigo? ─ Johnny y Daniel nunca tuvieron una primera cita se la debían ─ iniciemos de nuevo permíteme conocerte, enamorarme y alucinarme por ti de nuevo ─ Daniel se derretía con cada palabra dicha por el rubio ─ quiero llegar a tu casa con las flores y los dulces que tanto te gustan, saludar a tu madre y prometerle que te traeré de regreso antes de las 12 ─ rio ─ verte sonrojar luego de decirte que eres el hombre más hermoso sobre la faz de la tierra
─ Si, si a todo mientras sea contigo ─ Daniel y Johnny volvieron a besarse
Pasaron la noche entre besos, caricias, miradas y suspiros, no hubo de necesidad de llegar a más, simplemente disfrutaron de ese momento, de su nuevo comienzo.
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