Johnny llegó al trabajo más temprano de lo normal, su asistente lo siguió hasta su oficina leyendo los últimos mensajes para él.

-El señor Wilson le informa que mañana a las ocho en punto debe presentarse en el juzgado para firmar los papeles del divorcio, su espo... disculpe, el señor LaRusso los firmará esta tarde y la nueva abogada lo espera

-Gracias, pídale que me espere un momento debo realizar una llamada importante

-Por supuesto

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-Estamos encantados de recibirla en nuestra firma abogada Diaz, tenemos las mejores referencias de usted

-Es un placer trabajar con ustedes, ¿Qué puedo decir? He ganado la mayoría de mis casos, pero mi especialidad son los divorcios – Johnny rio ante la ironía de la vida

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- ¿Tienes hijos? – preguntó Johnny

-No y tampoco he estado casada – respondió – aunque no me molesta la idea del matrimonio – Carmen bajo la mirada – es nuestra primera cita, acabas de pasar por un divorcio y estoy hablando de matrimonio lo siento mucho

-Está bien, en algún momento tendré que rehacer mi vida

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-Samantha y Robby son lo mejor de mi vida y si nos vamos a arriesgar a vivir juntos quiero que sepas lo importantes que son para mí – advirtió el ojiazul a Carmen

-Lo entiendo Johnny, eres su padre y se que darías todo por ellos, respetare eso

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- ¿Enserio iras a vivir a casa de mi ex esposo? Dijiste que respetarías la relación con mis hijos – Johnny pensó que Carmen no se atrevería a poner un pie en la casa del pelinegro, pero las maletas casi hechas lo convencieron de lo contrario – deja de empacar y préstame atención – Carmen dejo los ganchos sobre la cama – te pedí paciencia

-Tu entiéndeme a mí, eres mi pareja y no permitiré que los cuatro intente jugar a la familia feliz mientras me ves la cara de idiota

- ¿No confías en mí?

-Si confió en ti, pero no en tus hijos ellos harán cualquier cosa para que regreses con su padre

-Está bien – Johnny se rindió, no tenía ánimos de pelear – eso sí, más te vale quedarte callada porque si Lucille nos descubre no volverás a verme

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Daniel esperaba recibir a su nueva socia, el concesionario iba tan bien que necesitaba una persona que pudiera ayudarlo a mejorar. Recibió un sinfín de propuestas, pero sin duda Amanda Miller les gano a todos.

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-Amanda – el pelinegro abrazo a su socia – nos aceptaron, Johnny y yo seremos padres de dos hermosos bebés

-Te dije que lo lograrían, ustedes han esperado mucho por esto felicidades a los dos

-Lo primero que haré será traerlos aquí, pasarán la mayor parte del tiempo aquí antes de ir a la escuela así que deberán acostumbrarse

-No te aseguro trabajar igual, estoy segura que tus hijos se robarán toda mi atención

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-Díganle hola a la tía Amanda – Daniel empujaba una carriola doble y tras el iba Johnny con las pañaleras

-Oh por dios son los bebés más adorables que he visto – regreso su vista al matrimonio – felicidades de nuevo, señor Lawrence la paternidad le sienta bien

-Gracias Amanda, deja de decirme señor ¿No escuchaste que eres su tía? Deja las formalidades

-Acércate que los presentare – así lo hizo – mellizos, les presento a Amanda Miller, Amanda ellos son Samantha y Robby Lawrence – LaRusso

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- ¿Puedes creerlo? Me pidió el divorcio y ni siquiera se molestó en decírmelo de frente

-Lo siento mucho Daniel, me gustaría hacer algo para hacerte sentir mejor

-Tu compañía me sirve de mucho

-Daniel, eres mi mejor amigo, nunca te dejaría solo

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-Daniel, tu abogado llamó, esta tarde deberás presentarte a firmas los papeles del divorcio

-Gracias – contestó inexpresivo

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-No sé qué más hacer, los chicos no soportan a Carmen

-Tal vez necesitan tiempo, el divorcio es reciente y que se fueran a vivir juntos fue algo precipitado

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-Podemos intentarlo, sé que lo lograremos tu me conoces a la perfección y yo a ti, en este tiempo he sentido algo más allá de la amistad por ti

-Está bien – sonrió Amanda – solo te pido ir despacio, por ti, por mi y por los mellizos

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No había nada que pudiera consolar a Daniel, al principio no creyó que las cosas se tornaran complicada, pero con la actitud pasiva de Johnny ante las exigencias de Carmen lo alteraron más. ¿Por qué no le ponía límites? A ella la conoció hace 10 meses y los mellizos eran sus hijos.

-Daniel – la dulce voz de Amanda logro calmarlo un poco – creo que yo debo explicarles a los chicos lo que pasara

-Yo lo haré

-Estás alterado, si los mellizos te ven en ese estado solo se pondrán más nerviosos, si ellos ven a Johnny y a ti decaídos ellos también se desanimaran – masajeo las espalda del pelinegro – tranquilízate, piensa las cosas y come un poco, no querrás que Lucille note que has llorado – Daniel asintió, ella tenía razón a Lucille LaRusso nada se le escapa, amargamente recordó la paliza que Johnny le dio en la playa el día que se conocieron, Daniel intentó esconder los moretones con unos lentes de sol y su madre lo descubrió "déjame ver tus hermosos ojos" como si a su mamá le importara mucho ver sus ojos

-Nos conoces tan bien a todos, gracias por apoyarme, nunca me cansare de agradecerte

-Lo hago porque te amo – Daniel se quedó callado – iré con los mellizos

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El camino a casa fue silencioso, Sam y Robby jugaban con sus dedos tratando de recordar todo el plan, dejaron los dedos y se tomaron de la mano cuando Daniel se estaciono en señal de apoyo, debían permanecer serenos o levantarían las sospechas de su abuela.

-Antes de bajar – Daniel suspiro – recuerden que los amo – dijo nervioso

-Tranquilízate papá – hablo Sam – mentiremos lo mejor posible

-Eso me preocupa – contestó Daniel – su padre y yo les dijimos por años que mentir era malo y por nuestra culpa tienen que engañar a su abuela

-Serán mentiras piadosas y con una buena intención, supongo que eso aminora la gravedad de la acción – Robby trato de mostrarle el lado positivo de la situación a su papá

Daniel les sonrió y los mellizos corrieron a la casa, a pesar no ser un buen momento ellos estaban emocionados de ver por fin a su abuela.

-Oh por dios Samy luces hermosa y Robby te ves muy guapo – Lucille abrazo a los mellizos – dejen que crecer tan rápido

-Abuela te extrañamos – dijo Robby

- ¿Por qué no nos dijiste que vendrías? Robby y yo te hubiéramos preparado una bienvenida

-No importa, los extrañaba tanto que compre el primer boleto de avión

-Papá se enteró de tu llegada – los tres volvieron a sentarse y Daniel fue a la cocina por agua – nos dijo que regresaría temprano para cenar todos juntos

-El vendrá con alguien – gritó desde la cocina, no había manera de decírselo de frente, esa mujer podía leer la verdad en los ojos de las personas – un familiar lejano vendrá a vivir con nosotros en lo que consigue un nuevo departamento, ella empezó a trabajar con Johnny hace poco – los mellizos también intentaron no verla a los ojos

-Me encantará conocer a ese familiar

-Invitamos a la tía Amanda para cenar – dijo Sam – sabemos que la tía no te agrada mucho, pero con nosotros no es mala persona, al contrario, ella nos quiere mucho

-No hablemos de eso mejor dejen sus cosas y luego me acompañan a comprar las cosas para cena

- ¿Vas a cocinar? – preguntó Daniel

-Claro que lo haré, vengo a consentirte

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La cena estaba casi lista, Daniel veía cada 5 minuto su celular esperando por Johnny, Carmen y Amanda, todo debía salir bien era su única oportunidad. Escucho el timbre sonar y sus piernas temblaron, Robby lo noto así que él abrió.

- ¿Vinieron todos juntos? – rio tratando de aliviar la tensión al ver a las tres personas tras la puerta – será mejor que pasen

-Gracias Rob – saludo Amanda y Lucille se aproximó a recibirlos – señora LaRusso me alegra verla – extendió sus manos entregándole un pastel de chocolate – traje esto para el postre

-Oh un pastel comprado en el supermercado, gracias

-Yo también traje uno – interrumpió Carmen – lo preparé yo misma, es de fresa – Lucille miró con desconfianza a Carmen, ¿Por qué interrumpía de esa manera? Ni siquiera se había presentando

-No me gustan las fresas prefiero el chocolate, el que compra Amanda sabe muy bien luego de tantos años siendo casi de la familia me conoce bien – todos se quedaron confundidos con la actitud de Lucille pues ella criticaba casi todo lo que hacía la pobre de Amanda – pasen por favor la cena está casi lista

Daniel y Johnny suspiraron, sería una larga noche.

Ya que no faltaba nadie todos se sentaron alrededor de la mesa para empezar a comer, durante ese tiempo cada uno ponía al día a Lucille. Sam contó que salía con un chico llamado Miguel quien tenía una hermana llamada Tory y era novia de Robby. Daniel habló sobre la gran venta que logró pactar junto con Amanda luego de un mes tratando de ganar a los compradores. Al Final, Johnny platico sobre su reciente caso ganado y presentó a Carmen.

-Ella ... ella es hija de una de las mejores amigas de mi mamá, acaba de llegar a la ciudad ahora trabaja con nosotros para ahorrar algo de dinero y buscar un departamento ¿No es así?

-Sí, no quisiera pasar mucho tiempo aquí y causarles molestias – respondió entre dientes

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Como solía hacerse en cada visita de la abuela, después de la cena en familia se reunían en la sala a ver las fotos en un álbum. Carmen sentía una extraña combinación entre tristeza, enojo y angustia porque se veía como una desconocida, una intrusa, incluso Amanda salía en algunas fotos cargando a Sam o Robby. Su mirada se posó en Johnny y Daniel sosteniendo el álbum, el ojiazul le sonreía a Daniel mientras contaba una anécdota graciosa sobre la historia de la foto que señalaba.

Por otra parte, Amanda disfrutaba del momento, a pesar de que Lucille no le tenia un gran aprecio, siempre la incluía, esas fotografías de ella pasando algunas navidades con la familia eran la prueba. Amanda ama a Daniel con su vida y no solo como pareja, también como amigo. Ella sabía que el pelinegro jamás dejaría de amar a Johnny y eso la dejaba tranquilaba pues le servía para no hacerse tan altas esperanzas y respetaría el preciado lugar del que era dueño en el corazón del pelinegro.

En ese momento Carmen y Amanda pensaron lo mismo, no eran ellas los grandes amores en la vida de los hombres, la castaña podía lidiar con eso, pero Carmen no estaba segura.