𝙿𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚊 𝙲𝚒𝚝𝚊
A la noche, llegamos a la cabaña. Era un lugar muy lindo, mágico. Sentíamos una muy buena vibra al entrar allí de hecho. Cuando entramos, estábamos muy agotados por todo lo sucedido durante el transcurso del viaje y de la caminata. Sin embargo, a Julieta la prometí una noche mágica y se la voy a cumplir, porque a parte de ser una promesa, es algo que también quiero hacer a pesar del cansancio.
- Entonces tu dejas esto aquí.-Julieta señala la cama que tenia una almohada violeta y una sábana de color celeste agua. Donde apoyaríamos nuestras mochilas en primer lugar-. Y yo le iré a avisar a Marilla que hemos llegado bien. Recuerda que cada uno de nuestros compañeros, tienen cabañas compartidas, y a ella la encontraríamos en frente, donde ella se va a hospedar durante las próximas semanas ¿si?. Dame un segundo, que le aviso para dejarla tranquila y ya vuelvo.
- No te hagas problema. Anda tranquila, ve y avísale que hemos llegado bien. Mientras tanto ¿quieres que vaya pidiendo la pizza? O ¿espero a que vuelvas y ahí vemos?.-Le consulté-.
- Como tu quieras mi amor. Si quieres llama a tu amigo, así se queda tranquilo y en cuanto venga vemos...pero como quieras, me da totalmente igual.
En ese instante, Julieta se dirigió hacia la cabaña de enfrente. Donde la señorita Marilla ya se encontraba lo suficientemente relajada acostada en un sofá leyendo el periódico. En aquel lugar había aroma de jazmín y un sector de flores rosas, muy bellas por cierto.
- ¡Buenas noches Marilla!. Disculpa lo molestia, no quería interrumpirte. Solamente quería avisarte que con Bryan hemos llegado bien, sanos y salvos.
- Hola Julieta, que lindo verte por aquí. No es problema alguno, al contrario. Me has dejado aliviada ahora que me avisas de que llegaron bien. ¡Te lo agradezco!.
- No hay problema.- Le respondió Julieta-.
- Entonces..-Marilla hace un respiro y continuó- ¿te puedo ayudar en algo más? ¿Quieres un té o algo?
- En verdad eres muy amable, pero creo que debería marcharme. Ya sabes...estoy con Bryan en una...-En ese momento ella frenó antes de hablar de más-. Estamos en una... cabaña, de hecho la que está en frente, y le dije que al llegar ordenaríamos nuestras cosas.
- ¿Estas segura que solo eso harán?- La interrogó inesperadamente-.
- Más que segura Marilla. Pero te agradezco por tu invitación al té, será pronto lo prometo. ¡Que tengas una bonita noche! Me voy...
Mientras tanto, mientras Julieta volvía para nuestra cabaña, llamé por teléfono a Valiente. Para avisarle que ya había llegado, y de que probablemente hablaría con él pronto, en cuanto no estuviera tan activo con las actividades que realizaré junto a mis compañeros durante las próximas semanas.
- ¡Hey Valiente! Buenas noches. Llamaba para avisarte que hemos llegado al campamento. Estoy aquí con Julieta en una cabaña. Y no te imaginas lo hermosa que es. Seguramente mañana empezaremos a conocer la zona y pasar la tarde realizando actividades súper entretenidas. ¡Nunca he estado tan entusiasmado!. Pero bueno...-hago una pequeña pausa antes de volver a hablar-. Llamaba para avisarte eso, y de que los próximos días seguramente no esté tan activo como lo he estado hasta ahora, con lo cual, no estaré atendiendo llamados ni mensajes, excepto que sean urgentes o de suma importancia.
- Entiendo. Me alegra mucho saber que el lugar es tan maravilloso como dices y de que hayan superado tus expectativas. Y si es por los mensajes o los llamados, no te preocupes. Intentaré no ser tan pesado.
- Es que enserio.. no lo eres. Pero necesito tomarme este tiempo para descansar y disfrutar.-Le respondí-.
- Lo entiendo en verdad. Si quieres hablamos mañana
- Gracias por entender. Si mañana antes de irnos para visitar y conocer la zona, te llamo. Abrazo.
- ¡Abrazo amigo!.
En ese entonces, Julieta entró por la puerta delantera. Estaba bellísima, la veía más bella de lo habitual. Quizás porque esa ropa que llevaba puesta, le hacía combinación con el color de sus ojos, o más bien por esa sonrisa tan blanca y tan brillante.
- ¡Hola amor, ya he vuelto!. Marilla estaba súper tranquila, haciendo de las suyas. Se encontraba acostada en un sofá leyendo el periódico, ni siquiera estaba intranquila por nosotros y por nuestros compañeros. De hecho me ofreció tomar el té con ella, pero le dije que pronto, que hoy estaba ocupada realizando un par de cosas. ¿Y tú que tal? ¿Has podido pedir la pizza? O ¿que estuviste haciendo durante el tiempo que yo no estuve presente?.- Me consultó Julieta-.
- ¡Hola mi princesita!. Primero, quiero agradecerte por ir a hablar con ella. Y segundo, me encontraba aquí hablando con Valiente. Todavía no pedí la pizza.
- Ahhh...ya veo.-Ella se quedó observando por un instante, el menú que estaba arriba de la mesa-. Entonces...¿porque tienes esto aquí?.
- Lo deje aquí en la mesa así para ir viendo que había de comida para pedir mi amor. Tu vete a cambiar que yo me encargo del resto ¿si?
- ¿Pero no requieres ayuda?. -Me consultaba-.
- Para nada. Yo estaré aquí mientras tú te vas a bañar. Pero escúchame, luego de que termines de bañarte te espero afuera. Y por nada del mundo salgas antes de aquí hasta que yo te avise ¿esta bien?.
- Claro. Me iré a bañar, me cambiaré y luego cuando tú me dices saldré de aquí ¿dale?
- Trato hecho.
Era una mentira lo que le acababa de decir. Más bien, le estaba preparando la cena como sorpresa. Por ello, le saqué el celular que había dejado en el bolsillo de su buzo, para que evitara llamarme o tener algún tipo de contacto. Me prometio de corazón, que no saldría de la cabaña y ella le cumpliría con su palabra, siempre lo hace. Mientras yo me encargo de pedir su pizza favorita de Pepperoni, también de traer dos garras; una de agua con gas, que era su bebida favorita, y una que contenía jugo de limón, para también darme mi gusto propio, entre otras tantas sorpresas. Para eso requería de ayuda, por lo tanto fui directo a la cabaña de enfrente y me contacté con Marilla.
- ¡Buenas Noches Bryan! Hace un ratito pasó Julieta por aquí. Ya me avisó que llegaron bien ¿te podré ayudar en algo?. -Me decía con una cara de muy agotada y agobiada-.
- Buenas noches Marilla. Si mira... seguramente ella no te lo habrá dicho, porque aún no lo sabe nadie pero...-Me interrumpió ella-.
- Adivino...¿están en algo? ¿En algún tipo de relación? Los he notado muy cercanos últimamente.
- Exacto. Lamento si ella no te lo dijo, pero esta apenas va a ser nuestra primera cita y queremos que sea soñada, mágica. -Le respondí-.
- Entiendo Bryan, me encantaría ayudarte pero ¿Que puedo hacer por ti, cariño?.
- Necesitaría que me consigas cuatro cosas solamente.. tampoco es tanto...
- Haber decime.
- Necesitaría dos velas, un proyector y su respectiva pantalla. Nada más. Del resto de las cosas yo me encargo.
- Creo que podría ayudarte. Tengo cuatro velas de las cuales con mucho gusto, te podré regalar dos. Y las otras dos cosas faltantes, le tendrías que pedir prestado a uno de tus compañeros...
- Entiendo. Veré que puedo hacer. Y si ¡te acepto las velas! Desde ya Marilla ¡sos una genia! Me salvaste la vida, en verdad.
- No hay de que. Anda y disfrutá de la noche jovencito. Que la vida es una sola. Hasta pronto. Adiós....
Al notar que me faltaban el proyector y la pantalla, había decidió ir a tocarle la puerta a la cabaña de Lily. Quien a pesar de vivir en una fantasía, es una gran admiradora del arte y de la cinematografía. Quizás por esas casualidades de la vida... tenía eso encima como para prestármelo por una noche.
Ton tin ton tin- Le había tocado el timbre-.
- ¿Quien es?-Consultó ella-.
- Soy yo Bryan tu compañero del instituto y de cabaña también. Necesito tu ayuda,
- Dime ¿en que te puedo ayudar?
- Necesito un proyector y la pantalla. Y no se a quien más pedirle. Intenté consultarle a Marilla, pero ella no tenía. Y pensé en ti, que tal vez podrías llegar a tener. Es solo por esta noche, lo prometo.
- Ven..adelante.-Me invitó a pasar-. Claro que tengo, pero devuélvemelo mañana a más tardar. Que aquí con Valentina estaremos viendo una película de estreno y no la quisiéramos perder.
- Te la devuelvo mañana. Olvídate. ¡Muchas gracias! Te lo agradezco.
- ¡Que disfrutes de mi proyector y de la pantalla! Nos vemos, ¡bye!.
Al tener todo lo necesario para la primera cita, comencé a organizar todo. Prepare la película versión muda de "Romeo y Julieta", la favorita de Julieta. Pedí su pizza favorita de pepperoni y también traje un mantel en donde apoyaríamos las velas, los platos, los tenedores y las jarras con las bebidas. Nada podía salir mal. Era noche de luna llena, y había luciérnagas muy bonitas por mi alrededor. Mientras preparaba todo lo necesario, Julieta terminó de ducharse y notó mi ausencia en la cabaña.
- Bryan, ¿donde estas? ¿En donde te has metido tú? ¡Te estoy buscando y no te encuentro por ningún lado!. -En ese instante Julieta buscaba su teléfono celular para marcar mi número, pero no lo encontró donde lo había dejado por última vez-.
- Esto debe de ser una broma..o tal vez es una cámara oculta, no lo sé. Pero ...¡Necesito a Bryan y a mi celular!. ¿Sabes qué? Si Bryan no aparece de inmediato comenzaré a gritar como una loca o me iré de acá hacia la comisaría- empezaba a pensar y a hablar en voz alta-.
En ese momento, agarré la llave que había dejado en mi bolsillo del pantalón y entré allí. Ya listo y elegante para nuestra cita, listo para una noche mágica.
- Oye Julieta...-La interrumpí mientras seguí hablando sola-. Ya estoy aquí amor. Lamento que te haya dejado aquí a solas y sin tu celular. Por cierto, fui yo quien te lo saco para evitar que llamaras a alguien. Pero ya está todo listo y espero que tu igual aunque...te veo muy guapa hoy.
- ¡Bryan! Menos mal que has vuelto, me tenías preocupada. Y gracias tú igual, estás muy bonito hoy. ¿Y que esperas? Llévame contigo y comencemos la noche.
- A comenzar la noche se ha dicho. Adelante -Le hice el gesto para que ella pasara primero al salir por la puerta-. Espero que te guste.
- Bryan..¿como no podría gustarme?- comenzó a romper el llanto-. Nadie ha hecho algo tan lindo y tan mágico para mi. Aún no puedo creer que este a punto de comenzar a vivir esto contigo y de que esté todo tan..fabuloso. Agradezco tu gesto, te lo agradezco en verdad.
- No hay nada de que agradecer, todo lo que sea por ti amor. Ahora dejémonos de los lloriqueos y comencemos a cenar pero antes...-Enciendo el proyector- ¡sorpresa! Prepararé tu película favorita.
- ¡Wow! Muchas pero muchas gracias. Créeme que nunca me olvidare de esta noche y de estos gestos tan románticos, pero....espera. -Hace una pequeña pausa-. Yo no tengo nada, no he preparado nada para traerte a ti.
- Amor no me tendrías tampoco porque traer, en verdad no te preocupes. Tu solo relájate y disfruta de esta noche.
- Bueno, dale. Empecemos a ver la película, pero antes...
- Sabia que lo querrías....aquí tienes los pochoclos, dulces como a ti te gustan. -La interrumpí antes de continuar-.
- Esta bien. Ahora si estamos más que listos.
Por fin, el tiempo ha pasado volando. Al terminar la película, nos pasamos la noche riendo a carcajadas hasta no dar más. Incluso, nos salían lágrimas de los ojos por reírnos tanto. Ahora que habíamos terminado de ver su película favorita, ahora pasaríamos a lo último y más esperado de la cita; la pizza.
- Ahora que ya nos hemos divertido, quiero que cierres los ojos.
- ¿Para que? - dice ella-.
- Créeme, confía en mi... tu solo cierra los ojos y ya.
- Okey.
- ¡La cena ha llegado! - digo mientras a Julieta se le escapa una sonrisa nervioso e inquieta.
- A ver...-en ese momento ella abre los ojos-. ¡Wow! ¡Mi pizza favorita! ¿Como la has conseguido?.
- Tengo a mis contactos. Pero esa no es la cuestión. Estamos aquí tu y yo a solas para disfrutar de este momento.
- Es cierto. Mejor empecemos a comer la pizza antes de que nos arrepintamos jajaja.
La noche era mágica. A la luz de las velas, el sabor exquisito de la pizza, y a puras risas. Era una noche magnífica en verdad. En cuanto terminamos la pizza recogimos las cosas para dirigirnos a la cabaña a nuevamente, pero antes, había algo que quería hacer hace mucho tiempo.
- Espera Juli..amor. ¡No te vayas aún! Cuando nos vamos, volvemos juntos. Pero antes quiero que cierres por última vez los ojos y ya no molestaré más.
- No es molestia, pero...¿para que?
- Tu solo ciérralos...
- Ok, confió en tu palabra.
Al cerrar su ojos yo me acerqué hacia ella y tomé acción. Sus labios tan rosas y tan hermosas como las flores, me aceleraban el corazón. Por ello, con una mano agarre de su cuello, la traje hacia mi cuerpo y finalmente....la besé como a nadie había besado antes.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top