𝙷𝚘𝚗𝚎𝚜𝚝𝚒𝚍𝚊𝚍
Bryan Kendall
Le agradezco a nuestro creador y le estaré agradecido por siempre. Gracias a él Valiente va evolucionando poco a poco. Incluso le realizaron un par de estudios más que les faltaba para poder terminar con las sesiones medicas más importantes. Y en verdad que le veo una leve mejora. Recuerdo que la nona se encontraba nerviosa, asustada y triste también por como estaba su nieto. Pero ahora que lo vio con sus propios ojos, su rostro a cambiado completamente. Valiente se encontraba en la sala, con la ropa quirúrgica que llevaba puesta desde anoche, desde aquel momento en el que ocurrió el accidente, junto con sus pantuflas blancas lisas y básicas. Tenia la cara morada y un poco lastimada, pero aún así su aspecto podría haber sido mucho peor.
- ¡Hola amigo! te habla Bryan. No se si me llegaras a oír con claridad. Pero quiero que sepas que me he venido hasta aquí con Julieta por ti. Tu abuela estaría muy orgullosa de todo lo que estas logrando, de cada paso que das y de cada esfuerzo tuyo. Se que saldrás de esta y que seguirás para adelante, estoy más que seguro que así será. Gracias por haberme enseñado muchas cosas durante estos últimos años. Me has ayudado en las buenas y en las malas, y eso no es algo que hace todo el mundo. Quiero que sepas que nunca perderemos las esperanzas. Antes hace rato vino la medica y nos ha dicho que vas evolucionando ¡eso es más que bueno!, así que se que vas por muy buen camino. Ahora si me permites, te dejare con tu abuela ¿si?, estuvo bueno y fue bonito hablar contigo, pero ella te esta esperando hace tiempo y ya es hora de dejarla entrar a la sala. Te quiero mucho mi amigo, te veré luego. Adiós. -Lo salude mientras le di un cálido abrazo de despedida-.
La abuela de Valiente
- ¡Gracias por haberme dejado pasar Bryan querido! Te veo después. Hasta luego. -Le dije cuando lo vi salir tras la puerta-.
- No hay de que, ya era tu turno así que es lo menos que pude hacer por ti. Hasta pronto. -Se despidió y se fue alejando lentamente-.
- Bueno... ¡Buenos días cariño! ya llegó el mediodía y recién ahora he podido comenzar a platicar contigo. No se si lograras oírme pero te habla tu nona, tu abuela tan querida por ti. No sabes lo divinos que son tus amigos, realmente lo son. Julieta muy bonita por cierto, tiene una dulzura única y me enamore de sus bellos ojos. Y Bryan igual me sorprendió. A él ya la conocía a comparación de la chica, pero es un buen muchacho. No quiero abrir mucho la boca porque no me corresponde, pero creo que te ha escrito una carta. Me lo hizo leer y realmente me encantó, tiene una facilidad única para trasmitir las cosas y es tan encantador, que me alegra mucho saber que tienes aquellos amigos con los cuales contar. Cuando salgas del coma no te sorprendas, estamos nosotros tres acompañadas de Nicole, una amiga de Julieta pero que también parece una buena mujer, ya que es muy educada y también muy sencilla. De todas formas quiero que sepas que te extraño mucho y que te necesito aquí conmigo. ¡Resiste por favor! ¡resiste!. No se lo que ocurrió, sin embargo cuando estés consciente quiero que me cuentes lo que sucedió, lo apreciaría en verdad. Ahora te dejaré platicar con Julieta ¿te parece?. Te mando un abrazo en donde quiera que estés y que Dios te bendiga. -Le dije para saludarlo con un enorme beso en la mejilla izquierda-.
Julieta
- Hola corazón ¿cómo estas?. Te habla Julieta por si no reconoces mi voz. No se si hay mucho que pueda decir al respecto. Tu eres más amigo de Bryan que mío y no se si hay algo que te pueda decir que no te hayan dicho antes tu nona y tu gran amigo. Por mi cuenta casi no te conozco y lo sabes bien. Pero he visto a Bryan pensando y llorando por ti, y se que eres un buen chico lo noto en el rostro de tu abuela y también en la de él. Simplemente quiero agradecerte por ser como eres tu. Me hubiera gustado charlar contigo y conocerte más. Aún así te agradezco porque tu has estado siempre para el y se que es dado todo de ti para hallarme junto con él en esa misión que ambos se propusieron en su entonces. También has logrado grandes cosas y se que las seguirás alcanzando cuando regreses a tu hogar y puedas continuar con tu vida merecedora. Ojala luego de esta fea y mala experiencia podamos ir a cenar los tres junto con tu abuela o realizar algún picnic, seria un gusto para mi y también aprovecharía a conocerte mas como me hubiera gustado hacerlo antes. Te quiero y te veré más tarde, no nos iremos de aquí, quédate mas que tranquilo. Un beso.
Cuando terminamos de charlar con Valiente, me dirigí para la sala de estar. Allí estaban Bryan, la nona y Karimolta. Sentados y esperando a que un milagro suceda hasta que de repente una mujer alta, delgada, de pelo morocho y delicada apareció tras las puertas. Y no podíamos creer quien era en realidad, nos parecía extraño que ella este aquí con nosotros. Era nada más y nada menos que la propia Marilla.
- ¡Hola a todos! ¿Cómo están?.
- Hola ¿Marilla? ¿Qué haces tu aquí?. -Le pregunto Bryan porque le dio curiosidad-.
- Si soy yo. Me he tomado el tren para llegar ¿llegue muy tarde?. Vine porque quería saber como estaban y además quería ver a Valiente. ¿Sabes donde esta la señora que me llamo a la mañana? me encantaría conocerla y saludarla.
- Buenos días ¿Qué tal? si hablas de la abuela del joven que esta en coma si soy yo ¿Con quien tengo el gusto de hablar?.
- Las presento..-Les dije a ambas-. Nona de Valiente, ella es Marilla. Marilla, ella es su nona.
- Un gusto conocerte. -Le dijo Marilla-. Y por cierto ¡que encantadora eres!.
- Gracias querida el gusto es mío. Tu eres con quien hable hoy a la mañana ¿Cierto? te reconocí por la voz. Y te agradezco por el alago linda, tú también lo eres.
- ¡Es verdad! si he hablado contigo. Y como bien te ha dicho Julieta, soy Marilla la nueva directora del instituto. No vine para pasar mucho tiempo aquí, simplemente vine para ver como estaban los muchachos es todo.
- No hay problema, es un honor tenerte con nosotros. Recién hace unos instantes la doctora nos ha dicho que Valiente va evolucionando poco a poco, ¡eso es muy buen indicio!. Además recién le hemos dedicado un par de palabras. Así que si quieres, puedes pasar para la sala y decirle algo si tú lo deseas. O si prefieres puedes pasar un rato con nosotros tomando el té y luego charlas con él, como prefieras linda. Te agradezco por haberte tomado la molestia de venir.
- Por favor, es lo menos que podía hacer por ti y por los chicos. No hay de que agradecer en verdad. Por el momento estaría con ganas de verlo, no está tan mal ¿cierto?. No quisiera causarle molestia o incomodidad. He escuchado hablar sobre él pero no lo conozco mucho y yo no sé si alguna vez me ha visto en persona, por eso lo digo.
- Tu no te preocupes. Julieta tampoco lo ha visto lo suficiente y aún así pudo dedicarle un par de palabras. Solo si lo deseas puedes ir y hablarle, para él no va a ser molestia alguna, al contrario, sería un placer y un gesto de aprecio y respeto hacia su persona. Si quieres hablar adelante, luego te veremos al salir. ¿Dale?.
- Ok. Gracias enserio. Ahora pasaré a la sala y después los veré. ¡Nos vemos!.
Marilla
Por fin llegó mi momento de pasar a verlo pero cuando lo hice, me puse triste. Nunca pensé que me pondría tan sentimental y nostálgica a la vez. Es la primera vez que vivo esta clase de episodio, aunque no la primera como tal. Por diferentes desgracias he tenido que ir a diferentes hospitales para ver a mi gente más cercana y la realidad es que es devastador. Aún no comprendo como es que Karimolta se hizo médica, por mi parte ni de loca podría ver a alguien así o asistirlo, ya por el simple hecho de hacerlo me pondría frágil y me daría demasiada pena como para llevar a cabo el trabajo. Por su cuenta, Valiente aún estaba en coma cuando entre a la sala. Tenía el rostro algo lastimado, parecía como si hubiera recibido algún golpe fuerte o algo semejante. Aunque si vamos al caso, no sabemos si hubo algún responsable de lo suyo o como ocurrió en realidad. Sin embargo, si bien físicamente no estaba normal ni bien, parecía como un ángel que dormía, ya que su cara demostraba una sonrisa de dulzura que genera demasiada ternura para mi. Así que por suerte pude decirle un par de cosas que me gustaría dedicarle y que también me sirve para desahogarme completamente.
- ¡Hola nuestro pobre Valiente! ¿Que tal te encuentras? Se que no estas en las mejores condiciones así que hagamos de cuenta como si no te hubiera preguntado eso. Quizás no me conozcas, y de seguro no lo haces. Me llamo Marilla cariño, y soy la nueva directora del instituto donde tus amigos Bryan y Julieta están siempre. Ellos me han hablado maravillas de ti. No se que decir en este tipo de situaciones porque en verdad me pongo demasiado mal. Pero espero con todo el amor del mundo, que despiertes pronto. Se que eres un luchador y que podrás continuar, tengo fe en ti así como también la tiene tu abuela. En cuanto despiertes me llamas para platicar contigo ¿si?, me gustaría conocerte y que algún día vengas al instituto a pasar el día, no tendría problema en absoluto. Que nuestro señor te guíe, te ilumine y te bendiga siempre, corazón. Te veo al rato, ¡adiós!.
Cuando estaba a punto de marcharme de aquella sala, tal acontecimiento ocurrió como un abrir y cerrar de ojos, en simplemente cuestión de segundos. Finalmente Valiente había despertado del coma y por ello les pegué un grito desde aquí a su Nona y a los chicos para que pudieran venir a verlo nuevamente.
- Ahh...-Empezó a quejarse él-. ¿Que sucedió? ¿Porque me duele tanto la cabeza y el cuello?. Y ¿que hacen ustedes aquí?. -Estaba empezando a ponerse nervioso y a desesperarse poco a poco-.
- Hola cariño. Soy tu nona y me alegra verte. -Le dijo entonces su abuela-. Has tenido un accidente eso ha ocurrido. Y por eso te duele tanto la cabeza, el cuello y capaz el cuerpo en general, no lo sé. Pero te vine a acompañar y tus amigos igual.
- Entiendo. Pero ¿tú quien eres? Y ¿tú?. -Comenzó a señalarme primeramente y luego a Karimolta-.
- Cariño ellas han venido solo por ti. Ella es Marilla y ella es Nicole.
- Hola Valiente, es un gusto conocerte. No sé si me conoces. -Empece a presentarme-. Pero como ya bien ha dicho tú nona me llamo Marilla. Y no sé si sabes, actualmente soy la nueva directora del instituto. Por su parte Nicole, es una amiga mia y de Julieta también y es doctora, por eso ha venido, para acompañarlos por las dudas. Tú ¿como te sientes?.
- Hola Marilla, también un gusto. Apenas estoy entendiendo que sucedió y si tengo que ser lo más sincero y hornero posible, me siento adolorido en estos momentos, aunque sé que estaré mejor pronto, o por lo menos eso espero, gracias por preguntar.
- ¡Hola amigo! Tanto tiempo sin verte, y me alegra de poder volverlo a hacer. -Le dijo Bryan a él-. No estaremos mucho tiempo molestando, créeme. Solo queríamos saber cómo tú te encuentras. Apenas nos enteramos con Julieta, intentamos de venir lo antes posible.
- ¡Hey Bryan! ¿Como estas brother? Gracias por haber venido y gracias a ti también Julieta. Les agradezco a todos por haber venido y por haberse tomado la molestia. Y también me alegra poder verlos después de tanto tiempo, es un halago realmente. ¡Gracias!.
- No hay de que. -Dijo Julieta-. Para mi es un honor poder acompañarte junto a Bryan, corazón. Es un milagro de que estés con vida y es una bendición de verdad tenerte aquí con nosotros.
- Si que lo es. -Dije entonces-. Además tú ...
- Noticias de última hora. -Nos interrumpió la televisión-. Se ha hallado muerto en la prisión a uno de los criminales más buscados; Vicente Maximiliano Pereyra. Según nos han comunicado la causa de su fallecimiento fue a raíz de una sobredosis de pastillas que contenían el ácido clorhídrico, un líquido transparente y tóxico que ocasiona daño grave e inmediato a los tejidos, como quemaduras, al contacto. También nos han dicho que...
- Esperen un segundo. -Apagó Bryan la televisión-.
- ¿Que sucedió? El hombre criminal ya esta muerto, es todo.
- ¿No has oído a caso?.
- ¿Que debería de haber oído?.
- Tendrías que haber escuchado que el sujeto Pereyra murió.
- Eso ya lo escuché.
- Pero no es todo. ¿Lo recuerdas? Si has escuchado bien te habrás dado cuenta de que Brikston falleció de la misma manera.
- ¡Oh Brikston! ¡Tienes razón! Entonces...
- Lo de Brikston no fue un suicidio fue un....
- ¡Homicidio!. -Dijimos ambos en voz alta y al mismo tiempo-.
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