𝙷𝚊𝚋𝚒𝚊 𝚞𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚣, 𝚞𝚗𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚟𝚎𝚜í𝚊

No todas las historias son como los cuentos de hadas, que alguna vez nos contaron nuestros padres. No todo es lo que parece, como solía decir más bien el dicho. A esta altura de la vida, por más joven que sea ya me di cuenta de lo que era vivir. Vivir en base de la felicidad o de lo contrario, en base de vivir con verdades o engaños. Aprendí desde que tengo uso de razón y memoria, y continuare aprendiendo y viviendo gracias a las diferentes experiencias que la vida misma me va otorgando.
Por eso mismo en cuanto amanecí, luego de que me quede dormida una vez finalizada la cena de anoche, comencé a realizar un ejercicio de relajación y lo primero que desayuné en el día, fue un yogur de frutilla y cereales. Este nuevo día, quería que comenzara siendo lo más perfecto e inimaginable posible. Aunque luego de haber ido a recorrer por el vecindario, pensé y me dije a mi misma. Y si en vez de ir de compras con Karimolta, ¿Por qué no hacemos un tour o una travesía para que conozcamos el lugar?. Más bien, me interesaba conocer aquellos sitios a los cuales nunca había oído susurrar sus nombres, ni haberlos visualizado por alguna que otra parte.
Así que para iniciar el día, empecé haciendo lo primero que tuve que haber hecho desde un principio.
- ¡Buenos días Karimolta! Ya llegó la hora de levantarse. -Empecé despertándola. Mientras ella estaba acostada en el sofá junto a su pijama de patitos y el osito de peluche-.
- Buenos días Brikston, ¿Qué hora es?, a caso ¿no es muy temprano para despertarse?.
- No, querida amiga. Tú me has dicho en el día de ayer que querías ir de compras ¿verdad?.
- ¡Así es!. -Me respondió entusiasta-.
- Bueno, lamento decirte que no es el caso.
- ¿Cómo has dicho?. A caso tú no...
- Si, se lo que quieres oír. -La interrumpí-. Que anoche te dije que iríamos de compras, ya lo sé. Pero no lo haremos, o por lo menos no hoy.
- Entonces..,¿tú para que me has despierto?.
- A eso venía a contarte. No sé si te diste cuenta ya pero me levanté muy energética en el día de hoy. Incluso he recorrido el vecindario, que por cierto, es muy bonito la verdad. Y me puse a pensar y se me ocurrió que en vez de salir de compras ¿Por qué no hacemos una travesía por la ciudad?.
- ¿A que te refieres exactamente?. Además...¿tú no lo has conocido lo suficiente durante este tiempo?.
- Si te refieres a conocer cómo propiamente lo dice el término, no se si podría llegar a decir que lo he hecho. He conocido cierta parte del bello régimen. Pero como tal, no he conocido ciertos lugares de por aquí. Y me gustaría visitar aquellos lugares a los cuales nunca había oído susurrar sus nombres, ni haberlos visualizado por alguna que otra parte. Vi que hay un barco que estará haciendo un tour y recorriendo todo. Es desde las once de la mañana hasta las cuatro y cuarto de la tarde. Estaríamos todo el día y parte de la tarde de expedición literalmente.
- ¡Wow!. Suena muy hermoso todo lo que me has comentado al respecto. Me parece una gran y maravillosa idea. Si quieres lo podemos hacer, pero no sé si el trabajo me lo permita. Déjame hablar con mi gerente un ratito y enseguida te digo.

- ¡Dale!. -Le respondí ansiosa a Karimolta-.

Al rato, luego de haberse marchado unos instantes para hablar con el, ella me lo afirmo felizmente. Al fin y al cabo, podíamos realizar dicha expedición. Pero aún así debíamos de prepararnos y de vestirnos lo antes posible. Y justamente por ello, me vestí de una manera casual pero tampoco tan formal. Simplemente, lo hice de una forma que no llamara mucho la atención y que a su vez fuera ropa lo suficientemente cómoda como para estar de viaje durante tantas horas. Me puse una remera manga corta de color rosa junto con un pantalón corto de jean, y unas zapatillas clásicas de color blancas. Y como un extra, me agregue una vincha por alrededor de mi cabeza.

Mientras que Karimolta llevaba puesta una blusa de color azul Francia, y un pantalón corto de color celeste. Que combinaba perfectamente con sus ojotas de color verde esmeralda y el collar de caracoles que llevaba puesto. 

- ¡Estas bellísima amiga!, ¿Cómo le haces para estar siempre tan guapa?. -Me dice Karimolta al verme salir del baño, en donde me cambie de vestuario-.

- ¿Pero que dices?. Querida, tu eres muy bella y realmente te luces con esa ropa que llevas puesta. No hay nada que envidiarme, en tal caso si a ti. 

- No habría porque envidiar nada a nadie. Ambas somos hermosas. Tu eres bellísima en todos los aspectos, y yo siento, que si bien no me veo tan bonita como tu, si que estoy bonita. 

- Si que lo somos amiga, si que lo somos...-Comencé a pensar en voz alta-. Ahora dime, porque te has preparado tan rápido y todavía no has desayunado nada. ¿No tienes hambre? ¿No quieres que te prepare algo?. 

- No Brikston. Te lo agradezco. Pero yo estoy bien. No te olvides, que diste a luz a noche a tu bebe y debes de cuidarte tanto a ti como a la criatura. Si es por mi, ni siquiera te preocupes, ya que no tengo tanta hambre en verdad.

- Pero si quieres yo....

- Tranquila corazón. -Me interrumpió Karimolta-. Tu tienes que estar sana al cien por ciento. Y ya de por si, hoy nos vamos de tour por la ciudad. Así que te aconsejo que te estés cuidando lo suficiente. Ahora que lo estuve pensando...¿Qué haremos con la criatura?. -Comenzó a decir y a razonar-.

- Pues, pensaba cargarla yo a upa. ¿Qué dices? y si conoces alguna niñera o alguien al respecto tu puedes pedirle a esa persona que la cuide. Ya sabes, solo serán por un par de horas, tampoco es para tanto. 

- No me parece una mala idea. Cuando era niña, yo conocí a Owen. El era un amigo de la primaria muy cercano. Y por lo que he oído o según por lo que me han contado varias personas, el es un cuidador de niños, es un niñero más bien, trabaja a pleno y se dedica a ello desde que tiene memoria y uso de razón. 

- ¿A caso tu has dicho un niñero? ¿O escuche mal?. Aun así, por mas que confíe en ti, en tu palabra y en Owen, creo que me quedaría mucho más tranquila estando con la criatura en mis brazos. 

- Así como lo has escuchado. Pero que no te parezca extraño en absoluto por lo que has acabado de oír. Años atrás, no habían cuidadores de niños que fueran hombres, y de haber alguno, si bien era una mala costumbre de la sociedad, no era muy bien visto. De modo que creo que de a poco vamos evolucionando y transformándonos en una sociedad de una mente mucho más abierta y realista y menos subjetiva, ¿no crees?. Pero ahora si, enfoquémonos en lo importante. Haz eso como tu lo prefieras amiga. Si realmente prefieres que se quede contigo es comprensible y si prefieres a un niñero, puedo contactarme con el. Tu solo dímelo y lo hare, me pondría en contacto con el lo antes posible. 

- En ese sentido tienes toda la razón del mundo. ¿Tu que dices?. Como ya he dicho antes, confió en ti y en el. Pero sinceramente no me quedare tan tranquila como debería de estarlo.

- Yo por lo que recuerdo, Owen era un buen sujeto. Realmente no hablo con el hace bastantes años. Pero podría ver de hallar la forma para contactarlo. Era un joven simpático, agradable y con mucha paciencia. Era encantador sin duda.  Sin embargo si tu no te vas a quedar tranquila, prefiero en verdad que la bella criatura venga con nosotros. Y si se llegara a aburrir o veo que arma mucho caos, volveremos aquí lo antes posible. ¿Estas de acuerdo con eso? ¿Te parecería bien que hagamos así?. 

- Parece un hombre agradable en verdad. Pero solo por esta ocasión, prefiero pasar. Así que si, hagamos como tu dices, me parece que es una mejor idea y de esa forma podemos ir a la expedición tranquilamente. 

- ¡Perfecto! No hay problema, entonces quedamos así. 

Posteriormente, fuimos a recorrer Trastevere uno de los barrios más bellos, turísticos, culturales e históricos de Roma. Aunque de todas formas tampoco pudimos estar mucho tiempo allí. Ya que luego, comenzaría la gran travesía en el puerto de Civitavecchia, que se dirigiría primeramente a la Isla de Capri.  La cual por lo que he oído en los diversos medios de comunicación, es maravillosa a simple vista y un lugar en la cual muchos turistas vienen a vacacionar desde los viejos tiempos. 

Al llegar allí ya era mediodía y la hora del almuerzo. Por suerte, los visitantes ya estaban al tanto de que había una mujer que apenas había dado a luz recientemente, junto a su bebe y a su acompañante. -Es decir Karimolta y yo-. Por ende, eran personas muy precavidas y estaban informadas de todo lo que ser madre conlleva como trabajo y el esfuerzo que de por si hacíamos junto a Karimolta y mi criatura para realizar la excursión.  De modo que, Mikel nuestro guía turístico, estaba preparado para todo tipo de situaciones. Incluso, el junto al resto de los turistas, contaban con toda clase de refrigerios. Entre ellos, incluso habían sándwiches de miga,  tostados de jamón, queso cheddar y tocino, y barritas de yogurt de frutilla.  

A pesar de ello, no todo fue diversión absoluta. Debido a que Williams, uno de los jóvenes muchachos que vino con nosotros a la Isla de Capri y que a su vez, almorzaba con nosotros los sándwiches de miga, desapareció por varios instantes. Y nos habíamos preocupado en verdad. Ya que luego de terminar su comida, el se fue y se lanzó al mar pero después de varios minutos de su ausencia, el no volvió. Aparentemente, había sufrido un simple desmayo allí e incluso estaba a poco de morir por falta de aire y oxigeno. Sin embargo, Mikel quien había tomado clases de primeros auxilios en la escuela secundaria, fue muy veloz en su accionar y logró salvarlo. Fue un milagro, en verdad que lo fue. Para socorrerlo, el también se tuvo que lanzar al mar, arriesgando toda su vida por la de él.

 Aunque no dudo ni un segundo en auxiliarlo. Aquella vez tuvo que irse nadando hacia lo más profundo de este. Y cuando al fin lo encontró, Williams estaba allí tirado y su nuca se encontraba golpeada frente a una piedra lo suficientemente grande como para haberse lastimado. Pero de todas formas, esta situación que ya de por si era bastante mala y fea de ver y de vivir, ambos sobrevivieron a este suceso inesperado y caótico.  Ya que Mikel nunca tuvo algún descuidado o algún tipo de accidente en aquel entonces, mientras que Williams, al margen de tener lastimada o herida su nuca, pudo volver a tomar conciencia. Debido a que su auxiliador y guía turístico, no solamente lo socorrió, sino que a su vez, tuvo que darle una breve respiración boca a boca. La cual había sido suficiente como para salvarlo y evitar su muerte. Sin duda alguna aquel Mikel se había convertido en un héroe sin duda alguna. 

- ¡Bravo! ¡Eres nuestro ídolo!. -Empezó a aplaudir Karimolta, sin creer lo que acababa de presenciar ante sus ojos-.

- ¡Si que lo eres!. Te aplaudiría pero ya sabes...- Comencé a decir-. Tengo a mi bebe en brazos y no puedo soltarlo. Aunque quiero felicitarte, porque si tu no te hubieras arriesgado, estoy más que segura que aquel joven de seguro no sobrevivía. 

- La joven tiene toda la razón. - Dice una señora de mediana edad mientras aplaude-. Se ha comportado como un caballero y lo debe de reconocer. 

- ¡Gracias hermano! Si es que estoy vivo y puedo contar mi historia, es gracias a que tu eres mi héroe. Me has salvado la vida y eso no tiene costo alguno. Y aún no encuentro la forma ni las palabras suficientes que me alcancen para agradecerte tanto. -Le empezó agradeciendo Williams a Mikel--

- No hay de que amigo. Y tampoco hay motivo por el cual agradecerme. Solo he cumplido con mi trabajo e hice lo que cualquiera de ustedes con conocimientos básicos de los primeros auxilios, hubiera hecho. Pero tu dime Williams, ¿Cómo te sientes? ¿Habías comido algo que te cayó mal?, Recuerdas lo que sucedió ¿Verdad?. 

- Sinceramente ya estoy mejor. Ya lo peor y lo que tenia que pasar, ya pasó. Me siento bien ya, antes de lanzarme al mar había comido uno de los refrigerios que trajeron ustedes. En verdad, no recuerdo el momento exacto en el cual me desmayé ni como fue. Solo recuerdo, que luego de unos instantes, mi cabeza empezó a girar y a dar vueltas por todo mi alrededor. Hasta que llegó un punto en el que empecé a ver un poco borroso, comencé a perder un poco la vista hasta que...

- Te desmayaste. -Concluyó Mikel-.

- Exacto, eso fue lo que sucedió. Eso recuerdo. Perdí la visión y cuando menos lo espere, abrí los nuevamente y aparecí aquí junto a ustedes. Si les soy sincero, ya lo que ocurrió no importa, ahora me encuentro sano y salvo y no quiero arruinarles la excursión, mas de lo que ya la arruine. Les pido mil disculpas, he cometido un grave error, lo siento.  Ahora si me disculpan creo que lo mejor es que vuelva a mi casa y luego...

- No iras a tu casa. -Interrumpió entonces Karimolta-. Es un gusto conocerte, no se si me he llegado a presentar antes.- Le estrechó la mano-. Me llamo Karimolta y soy enfermera. Te agradezco Mikel por haber salvado al chico, no quisiera humillarme o avergonzarme, pero no se nadar y por eso no reaccione inmediatamente. Además, sufro de talasofobia, es decir que le tengo miedo a todo tipo de agua. En fin, hazme el favor y no te vayas para tu casa.

- ¿Y donde ira si no tiene otra opción?. - Consulté entonces--

- Si que tiene otra alternativa. Lamento decirlo y no creo que todos estén a mi favor o que opinen igual que a mi. Pero el joven ha sufrido un desmayo y por poco pierde la vida. Si no hubiera sido por Mikel, de seguro esto hubiera terminado de otra manera totalmente diferente. Sugiero y opino que lo mejor al respecto, es que Williams se vaya a la clínica más cercana o al hospital más cercano de su hogar. Así le hacen todos los estudios médicos necesarios en cuanto a lo sucedido.  Pero la única forma de que logre ir al medico, es que terminemos con la excursión de inmediato. 

- Pero Karimolta, yo...-Dijo Williams en voz baja-.

- Pero nada. -Interrumpió ella-. Confió en tu palabra y se que dices que estas bien, pero lo mejor es que te revisen lo antes posible. Te diría de ir contigo pero tengo que ayudar a Brikston a cuidar a su bebe entonces yo no podría ir contigo.

- Hazlo. -Dije entonces-. No te preocupes por mi. En tal caso si veo que se me complica, averiguo la forma de contactarme con Owen. Pero tu ve con el. 

- Si chicos. -Empezó a decir Mikel-. Se que esta excursión no ha sido lo que ustedes esperaban, ni que tampoco ha durado lo que ustedes deseaban. No obstante, ha surgido este pequeño imprevisto y creo que lo mejor para todos es regresar a sus bellos hogares. No se preocupen por el viaje de regreso, me encargare de regresarlos a sus casas sanos y salvos y lo hare totalmente gratis sin excepciones. El viaje y la travesía quedaran para otro momento, incluso si quieren un reembolso del dinero, pueden pedirlo tranquilamente y sin problemas. Ahora sin más nada que agregar, todos agarren sus mochilas y todo lo suyo para llevárselo. Volveremos ya mismo a la querida ciudad de Roma.

Y así fue el día de hoy.  Como dije más bien en un comienzo, no todas las historias son como los cuentos de hadas, que alguna vez nos contaron nuestros padres. No todos los días son los mejores. Ya que existen días buenos y días malos y hay que aceptarlo porque así es la vida y porque es la realidad misma.  Por eso lo que hoy pensé que comenzaría siendo una travesía o alguna especie de aventura, se transformó en una tarde en la cual un héroe sin capa salvó a una inocente victima de ser asesinada por el mar. De este modo se convirtió en una leyenda inolvidable y aquella tarde quedaría guardada en nuestros corazones por siempre. 

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