Capítulo 11. Decisión conflictiva
~Pasado~
Al llegar a la academia otra vez, todo se sentía distinto. Y no solo porque me había follado a mi acompañante, sino porque los estudiantes me miraban recelosos, claro estaba que ya se habían enterado que era la hija de Elías.
Y no obstante a eso, Hanna había ido a buscarme pelea, seguramente sino tuviese una misión más importante en la que pensar me hubiera quedado para molerla a golpes.
Después de recibir a Nikolai, quien había regresado y que me diera los deberes atrasados que obviamente no iba a hacer, un mensaje llegó.
Un mensaje de Ryuu.
Y no quería ver lo que decía, de hecho estaba meditando en apagar el teléfono, guardarlo y no volver a sacarlo nunca. Se supone que el Nomura más chico no debía en estar involucrado en nada de esto, yo lo había echado fuera, se había ido a Japón, pero... tenía una curiosidad irreconocible en mí, así que opté por leerlo y después lo borraría y bloquearía.
Jamás me imaginé ver lo que mis ojos vieron a continuación, ¿Raiden mandándole una foto mía? ¿Qué quería lograr con eso?
Ese idiota estaba poniendo en peligro la misión y si Aaron se enteraba podíamos darnos por muertos.
Molesta salí del dormitorio para buscar a Raiden y pedirle explicaciones y talvez para mandarlo a la mierda más de una vez.
Lo ví, estaba solo en una mesa mientras hacia anotaciones en una libreta pequeña; levanté el mentón y apretando el teléfono en mano me dirigí hacia ese lugar.
—Estoy ocupado —dijo en cuanto me senté frente a él, no levantó la mirada, como si no le importara que estuviera allí y eso solo aumentó mi enojo.
Aventé el teléfono encima de su libreta, con la foto en tamaño grande, —¿Qué es esto? —exigí con voz sombría.
Raiden dejó su lapicero a un lado, no tomó el aparato sino que me devolvió la mirada sonriendo.
—Una foto tuya, ¿no?
—Más bien, ¿quién te dió el derecho a fotografiarme sin mi permiso? —espeté en tono mordaz—. ¿Y para qué mierdas se la mandaste a Ryuu? ¿con qué fin? —demandé saber.
—Para darle celos —contestó con tranquilidad y mi enojo creció.
—¿Te estás oyendo? —Me acerqué para hablar más bajo y que nadie pudiera oír—. ¿Piensas que haber follado te da el derecho de poner la misión en riesgo de esta manera? ¿Por qué lo hiciste? Y no me digas que estás celoso o algo así, sería estúpido —advertí y soltó una risotada amarga.
—Yo no estoy celoso, pero mi padre me a ordenado que haga que Ryuu regrese a la escuela.
—Ah, ¿entonces lo que tu padre quiere es más importante que todo lo que nos a costado conseguir hasta ahora?
—A ver Sky —habló mencionando el nombre con tono irónico—. No puedo desobedecerle tampoco, me veré sospechoso. Relájate que todo está bajo control.
—Jodete Nomura, ¿y no hallaste una manera mejor para traer a tu hermano de vuelta que usarme a mí?
—¿Qué, te preocupa que se enoje contigo? —se burló y resoplé irritada.
—No digas estupideces. Más te vale no volver a usarme para algo así —amenacé pero no borró su sonrisa y cuando iba a irme me detuvo de la muñeca.
—¿Puedo ir a tu dormitorio más tarde? —susurró y me sacudí de su agarre.
—Vete a la mierda, lo que pasó en el avión se queda en el avión —solté para irme de allí.
De regreso en mi habitación estaba sopesando la situación actual, todo estaba pasando de forma muy lenta y tenía que acelerar las cosas, no quería seguir estando ahí fingiendo ser una estudiante de las que se preocupaba por su nota y en medio de unos hermanos asiáticos que al parecer se pensaban a disputar por mí.
Así que tomé una hoja y una pluma y mi mano comenzó a escribir sin parar, ni si quiera me detuve a pensar si estaba bien o mal o si Aaron se molestaría conmigo. Seguro luego me lo agradecería.
Para Carlo Provenzano y para toda la 'Ndragheta,
Soy yo, Skyler Boss, me permito el atrevimiento a escribir está pequeña carta para mostrar mi más grande satisfacción y gozo al saber que sus dos herederos están muertos.
Si bien no fue a manos mías por el que Gregorio murió, aunque supongo que no me creerán, sino que fue obra de su propia hermana Bianca... a quien si maté y lo disfruté como no tienen una idea.
Disfruté ver la sangre corriendo de su cuello, como algo poético y lindo, el color rojo en su piel blanca contrastaba bien, fue encantador.
No lo hice por venganza a ustedes, no, lo hice en defensa propia ya que ustedes la mandaron a por mí. Pero aún en la actualidad deben saber que esto es la lucha del más fuerte.
Bianca no lo fue, claro está, y yo gané.
Espero que no se lo tomen personal, sino que lo miren como un acto divino de karma, así que me complace decir que ya estamos a mano.
En serio ansío que no tomen esta carta cómo que los incito a venir por mí mucho menos por mi padre, sino que consideren esto como algo del pasado y lo dejen ir.
Quien sabe, tal vez podrían regresar a la organización y al consejo para volver a ser colegas de negocios, aunque esto último lo hablo por mi padre obviamente.
Saludos, les deseo buena suerte.
Skyler Boss.
Cuando terminé y la metí a un sobre, casi me detuve a mandárselas con uno de los espías de Aaron.
—Al carajo... —murmuré antes de salir y darle indicaciones claras de que se las hiciera llegar sin que Raiden se enterara, le mentí diciéndole que Aaron me lo había ordenado así que no se pudo negar.
Aaron de verdad que había sido listo a conseguir espías en la academia, unos eran cocineros y otros de mantenimiento.
Entonces supe que para bien o par mal, Italia vendría por mí muy pronto.
~Presente~
Estaba limpiando mi arma cuando escuché a alguien entrar a mi dormitorio, Aaron.
—¿Qué te trae aquí? —pregunté dejando las herramientas a un lado.
—Raiden me informó que irías a hablar con Ryuu, ¿como fué? —quiso saber y me tensé. Si le decía exactamente lo que me dijo, lo mandaría a matar seguro.
—Él está muy molesto por todo, es obvio que su respuesta sería un no —pausé—. Pero estoy segura de que en unos días lo reconsiderará, además Raiden dijo que si hacía falta le ofrecería algo a cambio.
Aaron caminó hasta mí para posar una de sus manos en mi cabeza, en gesto afectuoso. Un gesto que jamás había visto en él.
—Yo confío en todo lo que haces Alison, y sé que nunca me traicionarías ni siquiera por amor.
—Jamás.
Sonrió y su mano se deslizó hasta posarse en mi hombro, —Si Ryuu se niega otra vez, te ordeno que lo mates.
Mi respiración se entrecortó y me mordí el interior de la mejilla para ahuyentar los nervios que me provocaba, no debía verme titubear, porque sino, estaba segura de que Aaron no solo le haría daño a él, también me lo haría a mí.
—¿Podrás hacerlo? ¿Podrá ignorar tus sentimientos para acabar con el enemigo?
—Yo no tengo sentimientos por nadie —afirmé y sonrió negando.
—Te conozco desde que eras una niña, así que sé cuándo mientes incluso si es a ti misma. Mantenme orgulloso ¿sí? Después de todo eres como la hija que nunca tuve —aseguró antes de tomar mi barbilla y soltarme.
Solo asentí y Aaron sonrió a medias antes de mirar la pistola desarmada en mi cama, —Esa pieza está mal. —Apuntó para luego irse y pude respirar bien otra vez.
Solo en mis más profundos sueños había tenido escenas en dónde Aaron me decía hija y ahora que al fin lo había hecho, no me sentía mejor o feliz ni de cerca.
Me seguía sintiendo igual de sola y miserable que en los últimos días.
Entonces, después de todo lo que había pasado y después de la orden que me había dado, ¿Podría ser capaz de obedecerle? ¿Podría ser capaz de matar a Ryuu?
Por primera vez en mi vida me sentí incapaz de realizar algo que tuviera que ver con las órdenes de Aaron, nunca titubeé con nada, esta no era yo, esta no era Alison.
¿En qué me había convertido?
________________
¡Hola! Solo paso a disculparme por la tardanza, últimamente no me había sentido muy bien y he tenido los ánimos por los suelos, por ende mi inspiración puff, se esfumó.
Pero hoy como que la vida se apiadó de mi pobre alma (je) y tuve un ataque de inspiración que aprovecharé lo más que se pueda.
So... Espero que les haya gustado el capítulo, me gusta que estén aquí leyendome y apoyándome, mi corazón oscuro se los agradece.
-Sylvia S.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top