Especial - Nikolai
¿Qué era peor? ¿Que la chica que a ti te guste también a tu mejor amigo? ¿O que tú padre tenga deudas enormes con la policía por corrupción?
Todo era una jodida mierda, y como siempre, me refugiaba en la cocaína o el crack.
Ahora, todavía más mierda, tenía que viajar a Rusia para intentar ayudar a mi padre. Era demasiado orgulloso para pedir ayuda al consejo con el problema que estaba teniendo, eso solo me dejaba la opción de contactarme por mi cuenta, rogando por apoyo.
Sabía que me molería a golpes cuando se enterara pero era algo que estaba dispuesto a tener.
—¿Así que quieres que veamos por las deudas de Semión aunque él no no lo haya pedido? —la voz de Elías Boss llegó del otro lado de la línea después de que el rubio se lo haya dicho.
—Sí señor, le prometo que yo les pagaré en un futuro, cuando me gradúe de Deathwood —prometió y percibió la suave risa del hombre.
—Sé de ti Nikolai, sé que eres un joven brillante con gran futuro, un futuro que sería perfecto si no tuvieras problemas de adicción —comentó. Nikolai supuso que todos lo sabían, su padre también pero no le importaba en lo más mínimo—. Confío en que nos regresarás cada centavo, pero Nikolai, te preocupas demasiado por un padre que no se preocupa en nada por ti, que además es muy orgulloso par pedir la ayuda por él mismo.
—Es mi padre señor, después de todo y a pesar de todo, lo es y lo seguirá siendo aunque muera.
Elías no contestó en seguida, —Muy bien, el consejo irá a Rusia y les ayudará con la deuda —aceptó y el rubio por fin pudo respirar más tranquilo—. Llegamos en tres días.
—Gracias señor... —Escuchó el inconfundible pitido característico de que ya había colgado.
El rubio suspiró y se ajustó el chaleco verde olivo junto con su camisa de seda. Si había algo que le gustaba a Nikolai era vestir bien, y de acuerdo a su estilo.
—Dime que lo que acabo de oír, es pura mierda de mi imaginación. —La voz de Semión le puso los vellos de punta y se giró al tiempo que su padre le propinaba un fuerte golpe en la cara—. ¿Por qué te metes en asuntos que no son tuyos?
—La mafia roja la heredaré en un futuro, padre —contestó tranquilamente, ignorando el dolor de su rostro.
—A veces pienso que no te puedes hacer cargo, eres un debilucho drogadicto. Solo falta que me digas que eres un maricón, nunca te he conocido una novia —escupió cerca de su cara y Nikolai olió el alcohol en su aliento, estaba ebrio.
—Me gustan las mujeres y me gustan las drogas. Justo como tú ejemplo me ha enseñado —recordó inexpresivo. Semión había sido un drogadicto peor en el pasado, pero ya se mantenía limpio.
—De tu boca sale pura mierda. Ojalá no fueras mi hijo —soltó antes de salir de la habitación.
Nikolai se sintió miserable luego de eso y le fue imposible no refugiarse en el crack después de eso.
A pesar de lo imbécil que podía ser, era su padre.
Solo por una vez deseó que su madre lo apoyara y que su padre reconociera las cosas que intentaba hacer por ellos.
Por una vez, Nikolai deseó sentirse amado.
***
Los labios de Sky eran suaves y dulces, tocarlos en un beso era hermoso y los latidos de su corazón eran imparables.
Pero para su desgracia la chica no respondió y se alejó de él.
Y para empeorarlo todo, su mejor amigo había regresado y los había visto.
Ahora se encontraba en el jardín de la academia fumando en la noche. Había tratado de evitar a su amigo todo el día.
—¿Por qué no me dijiste que te gustaba ella? —preguntó Ryuu sentándose a su lado.
Nikolai no contestó en seguida, decidió darle unas caladas más a su cigarrillo.
—Por que te gusta a ti. —Lo miró de reojo pero el pelinegro observaba al cielo—. Sé que ibas a volver por ella, pero antes no quería renunciar sin antes haberla besado al menos una vez. Te diría que lo siento Ryuu, pero no es así.
—Ella me odia en estos momentos así que supongo que da igual.
—Sky no te odia, solo está molesta y si sigues hablándole mal no hará que se contente contigo.
—Creo que estará mejor alejada de mí.
—Es más fuerte de lo que aparenta Ryuu. Confía en ella, también te quiere y es valiente —declaró pero su amigo negó.
—La protegeré de lejos, y si algún día veo que me necesita estaré ahí.
—El amor te vuelve tonto —se burló el rubio y el japonés lo codeó antes de sonreír también.
Esa noche Nikolai supo que quizá no tuviera muchas cosas, pero a su amigo siempre lo tendría.
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Un extra chiquito, pero que quise hacer para que conocieran mejor el mundo de este chico y una de las posibles razones por las que es adicto.
Espero que les guste ❤️
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