Capítulo 44

Si te amara menos, hablaría más de ello.
Jane Austen

No dejaba de pensar en él, en ella, en lo que se suponía que estaba pasando entre ellos.

Como ya le había dicho a Alyn, no estaba enfadado con Lorie, ni pensaba en estarlo, pero era algo nuevo para él, nunca había conocido a nadie en la situación de su amigo y, en parte, sentía miedo por no saber entenderle y por lo que podrían decir de él si llegara a saberse, porque no era malo, pero la bisexualidad aún no estaba tan bien vista como les hacían creer. ¡Dios!, era capaz de acabar en la cárcel por defender a Lorie, eso lo tenía claro. Y sin duda sus palabras seguían presentes, lo había visto enfadado consigo mismo, pero no de ese modo.

"Creo que fue antes de terminar el instituto, como no sabía lo que me pasaba al verte decidí alejarme y por eso quise ir a Darmouth, pero tú me seguiste, joder", le había confesado. "Y luego todo fue un bucle, te odiaba y te tenía celos porque no dejaba de reprimir lo mucho que me gustabas. Era genial, me sentía como un amigo de mierda, aunque aún me siento así, no te mentiré". Aquello fue lo que dijo para aclarar lo que parecía pasar por su mente, luego Steve le confesó estar en shock por lo que no esperara una respuesta inmediata porque no hubiera sido meditada ni justa, por eso le pidió lo que quedaba de fiestas para pensar. 

Aun así, tampoco dejaba de rondarle algo que le había confesado minutos antes, algo sobre un beso entre Kai y él. 

Parecía surrealista, su mejor amigo se le declara, pero esa misma mañana se besa con la chica que tenía prohibida. Eso sí que no se lo iba a perdonar, ante todo eran amigos y una promesa era una promesa. Vale que quizás él se la pegara alguna vez con alguna chica en el instituto, pero tenían dieciséis años y eran unos críos, ahora eran casi adultos y conocían bien los límites de su amistad. Pero además, ¿ella aceptó el beso? Y en caso de que fuera un acto mutuo, ¿sentía algo por Lorie o solo había sido un desliz? Esperaba que lo segundo. Se lo hubiera preguntado, pero las dos únicas veces que la llamó no cogió el teléfono, tuviera las razones que tuviera, no quería insistir más, ya que, al fin y al cabo, fue él quien pidió distancia. 

Y allí, tumbado en la cama que su amiga le había preparado, a las tantas de la madrugada, con el silencio de la calle y con la cabeza aún afectada por el alcohol, se dio cuenta de algo. 

Siempre pedía espacio. 

Eso no era del todo un problema, quería decir que era partidario de estar completamente seguro de cómo debía actuar, pero a la vez era un inconveniente, pues lo usaba como vía de escape segura. 

Cuando se enteró de la ruptura de sus padres se negó a ir a verles. Cuando estaba molesto con Emily solía desaparecer de la relación hasta que se le pasara. Cuando descubrió la mentira de Kai la alejó, y ahora con Lorie... 

Sin duda alguna, se durmió creyendo que era un cobarde.

✩ ✩ ✩

¿A quién se le ocurría enviar a su hija a comprar flores el primer día del año? A Lia Scott.

Estaba casi todo cerrado, era difícil encontrar algo abierto y que tuviera flores. 

– ¿Flores en invierno? – preguntó, Kai, cuando recibió el encargo.

– Sí. Tus abuelos se van mañana y quiero darles un recuerdo.

– En ese caso cómprales un pin de nevera o un llavero. No sé, cosas típicas de turistas, no flores.

– Kai Eleanor Scott, ve a comprar flores – advirtió la mujer, seria y convencida de que eran el mejor regalo que alguien podía dar.

Así fue como tuvo que pasearse por Brooklyn hasta encontrar cualquier tienda que tuviera lo que buscaba y como nevaba no era factible coger el coche, por lo que fue andando.

Tuvo mucho rato para pensar, para pensar en qué haría Harriet, seguramente estaría con Max, o en sí a Ethan le iba bien en el viaje. También se acordó de Alyn, seguramente no retomarían el contacto y le dolía en el alma porque le caía tan bien, pero esperaba que todo le fuera genial y que pudiera reconducir su vida como quería. Quizás en un futuro se volverían a cruzar sus caminos.

Como no pensó en Lorie, él la llamó aquella misma noche después de confesarse a Steve. Era de esperar que le impactara, pero estaba segura de que no iban a romper los lazos que les unían, solo debía asumirlo, a él le costaban los cambios. Estuvo consolando y tranquilizando a su nuevo amigo un largo rato, luego pareció sentirse mejor y volvieron a bromear como solían hacer desde que su relación era más estrecha. 

Y por último, estaba Steve, estaba Alana y la proposición de sus padres. 

Quería a Hawaii más que muchas de las cosas que tenía, ir allí era sinónimo de paz y alegría. Unos meses atrás hubiera dicho que sí, o hubiera dudado por Alana y la maldita lista, pero ahora estaba convencida en quedarse y no por su hermana. Algo en ella la empujaba a creer que Steve la iba a perdonar.

Entre todos esos pensamientos terminó eligiendo dos ramos enormes de lilas y amapolas que encontró en una gasolinera. Era eso o margaritas y, sinceramente, eran más caras. 

Aparte de la cabezonería de su madre, el día parecía transcurrir normal, sin altos y bajos, sin visitas inesperadas, sin malas noticias, sin...

– ¿Scott? –. Oyó una voz femenina que reconoció sin necesidad de girarse para mirar.

– ¿Emily?

Kai se volvió hacia la hermana de su amigo, la cual esperaba en la cola detrás de ella. Era sin duda el mejor regalo de año nuevo que podía tener.

– ¿Flores en invierno? – preguntó dibujando una expresión que parecía ser asco, aunque claro, todas sus expresiones lo parecían.

– Ah, ya, un encargo de mi madre –. Analizó a la chica y vio que portaba una caja de bombones –. Compras bombones –, afirmó –, lo normal para esta época – murmuró cabizbaja.

– Sí, hay cena esta noche.

– ¿Ethan está en...?

– Sí – respondió, seca.

Ambas asintieron antes de que se creara un incómodo silencio. En toda su vida aquella había sido la conversación más larga y menos punzante que habían tenido. Sin duda, se sentían raras. 

Salieron a la vez de la gasolinera todavía con aquella sensación extraña. Seguramente, en otra ocasión, Emily hubiera falseado alegría o se hubiera regocijado sobre algo y Kai se hubiera reído en su cara con ironía, pero por alguna razón la primera estaba poco insoportable.

– Bueno, pues espero que paséis un buen año, ya me pasaré a ver a tus padres cuando Ethan vuelva.

– Sí.

Sin decir mucho más, Kai dio media vuelta con intención de irse a casa.

– Espera – dijo entonces Emily, la morena se giró lentamente –. Creo que... bueno, me gustaría hablar sobre...

– No me apetece hablar de Steve.

– Iba a decir sobre nuestra relación, pero también quería hablarte de él.

La confesión llamó la atención de la morena, no esperaba pasar el primer día del año charlando con ella, pero cierto era que nunca se habían sentado para hablar el porqué no podían ni verse. 

Tardó unos segundos en meditar la respuesta antes de ofrecerle venir a casa a tomar algo caliente.

✩ ✩ ✩

Emily nunca antes había estado en casa de Kai, siquiera quería imaginársela, siempre que ambas familias quedaban solía ser en la suya o ella procuraba no asistir para no ver a la hija. 

La madre de Kai le recordaba bastante a la suya, pero sin tanto carácter, de hecho, eran buenas amigas. A Lia le sorprendió ver entrar a Emily y no a Ethan. Como madre se olía que entre ellas dos no había muy buena relación, pero le estuvo bien que su hija se abriera a nuevas amistades, así que pronto las dejó solas en el salón.

La morena sirvió dos tazas de chocolate caliente con trozos de bizcocho que su abuela había preparado esa misma mañana. En el primer momento pensó: "Como me trate igual que lo hace en Cookie's juro que se traga la taza". Pero al parecer se comportó decentemente y agradeció el gesto.

– Bueno, pues, ¿por dónde empezamos? – inició, Kai, una vez estuvo sentada.

– Por lo fácil. No me caes nada bien y yo a ti tampoco, hasta aquí estamos situadas.

"Y esa era su Emily de siempre", pensó.

– Sí, pero no sé de dónde nos viene esto.

– Yo sí. A ver, como digo esto... Mira, en el instituto me caías mal porque me sentía intimidada por ti –. Kai dibujo asombro en su rostro –. Sé que puede parecer raro porque yo era la más popular, pero tú siempre caías bien a todo el mundo y eso me daba rabia, no sé. No te ofendas, pero tampoco te veo para tanto.

– Para nada...

– Como siempre te veía rodeada de gente pues no opté por acercarme a ti y conocerte, me fue más fácil juzgarte y ya está. Total, pensaba que solo tendría que soportarte en clase, pero luego resultó que te hiciste amiga de mi hermano y tuve que aguantarte hasta en mi casa. Sé que parecerá una idiotez, pero no sé si sabes lo difícil que es tener que ver cada día a una persona que no te entra por ningún lado. Me das mucha impotencia.

– Créeme que me pasa lo mismo contigo.

– Encima, nuestras madres se hicieron amigas, tú estabas con mi hermano, íbamos juntas a clase y para colmo terminamos en la misma universidad. No lo sé, parece que alguien esté jugando al pilla pilla entre nosotras –. Kai se rio ante tal ocurrencia y Emily también, era la primera vez que una veía sonreír a la otra de forma cómplice.

– La verdad es que nuestra relación ha sido complicada. Por mi parte, diré que tampoco tuve interés en hablar contigo, nunca, desprendías malas energías hacia mí y tampoco me agradaba mucho tu forma de comportarte con los demás. A lo mejor también debería haber puesto de mi parte cuando Ethan intentaba hacerme creer que eras una buena persona.

– Ninguna puso interés nunca. Pero da igual, por lo menos ahora lo estamos hablando.

– Sí, y me alegra mucho, la verdad. Aunque no creas que te perdono lo de Derek.

– Ya, eso no lo esperaba, pero en mi defensa diré que él me provocó, yo no tenía pensado enrollarme con nadie aquella noche.

– Aunque parezca mentira, te creo.

Se dieron unos segundos para saborear su merienda antes de proseguir con el siguiente tema.

– Bien, parte uno zanjada.

– A medias – recalcó Kai.

– Bueno, sí, eso. Parte dos. ¿Qué cojones ha pasado con Steve?

– Es complicado –. No iba a hablar de eso con Emily, por mucho que viniera en son de paz, como un milagro de año nuevo.

– ¿Fue culpa suya o tuya?

– Mía. La verdad es que él solo fue un peón.

– Mira, las razones me dan igual, pero sea lo que sea que le hicieses, dudo que sea ni la mitad de malo que lo que yo llegué a hacerle en tres años –. Kai fue a justificar al rubio, pero Emily le interrumpió –. No, no, escúchame. Seguramente, por mi culpa ya no esté dispuesto a aguantar ni la mínima tontería, asumo eso y... lo si... siento –. Dejó ir mucho aire –. Perdona, soy nueva con esta palabra. El caso, no conozco sus argumentos ni los tuyos, pero no veo justo que pague mis mentiras contigo, porque algo sé muy claro y eso que tú y yo para nada somos iguales, y Dios me libre de serlo.

– A veces no sé si me apoyas o me insultas.

– Ambas, querida, ambas. No, pero ahora en serio. Eres una buena chica y no te veo capaz de hacerle daño a alguien queriendo, tienes un buen corazón y Steve lo sabe. Pero le conozco más de lo que cree y sé que tiene miedo.

– ¿Tú crees?

– Él te quiere, estoy convencida de que incluso más de lo que me llegó a querer a mí en tres años, aunque yo le di motivos de sobra para que dejara de hacerlo. Aun así, me daba cuenta de que siempre tenía miedo, nunca he sabido de qué, pero lo tiene.

– Él te quería mucho, Emily, de hecho, te quiere y no te tiene rencor, o así era cuando aún nos veíamos. Lo vuestro duró tres años y nosotros no fuimos ni pareja. No tiene nada que ver lo vuestro con lo nuestro.

– No, desde luego que no. Lo mío con Steve empezó por pura atracción y sin darnos cuenta terminamos siendo pareja, lo vuestro fue distinto. Yo hablé mal de ti para evitar que no os acercarais porque sabía que si os conocíais os llevaríais bien. Y así fue –. Kai se quedó pensativa analizando lo que Emily decía. Para nada se equivocaba –. A ti te gustó desde un principio, lo notaba en tu cara. No sé cómo os conocisteis, pero en la primera fiesta que coincidisteis le mirabas mucho –, entonces, la pelinegra se quedó boquiabierta –, al parecer no eras consciente de ello.

– Te juro que no. Por aquel entonces yo no...

– Tranquila. Ahora da igual. Nuestra relación estaba marcada por sentencia, tarde o temprano se iba a enterar de mis rollos y, en parte, yo jugaba a eso. Luego me confesó que habíais hablado alguna vez y entonces lo di por perdido. 

– Emily, no era mi intención acabar con tu relación – se disculpó porque realmente no quiso nunca eso, hasta que se sintió invadida por el deseo de venganza y por las ansias de ser quien no era. Emily le quitó importancia con un gesto de mano.

– Lo sé y de haberlo sido lo entiendo. Ahora lo entiendo.

– Vaya... pareces otra. Estoy sorprendida.

– ¿Verdad que sí? Ethan me está ayudando, de hecho, con sus riñas. Ha empezado tarde, pero me van bien.

– Los sermones de Ethan siempre van bien – confirmó.

– Sé que soy muy egoísta y que he hecho daño a bastante gente solo por llegar a mis fines. De hecho, soy así y seguiré siéndolo, pero ahora procuro mirar si afecta mucho a los que me importan.

– Eso está bien y me alegro porque sé que no eres mala, y también sé que lo tuyo no ha sido fácil. Ser la sombra de tu hermano mayor no lo es. Siempre terminas por compararte –. Emily asintió y por primera vez estuvieron de acuerdo y sin darse cuenta terminaron dándose la mano por encima de la mesa, como símbolo de apoyo –. ¿Podemos empezar de nuevo?

– Sí, se puede intentar.

Se pusieron a reír aún sintiendo algo de presión en el pecho, pero era normal después de tantos años de rivalidad acumulada.

– Ahora, te advierto que no te presto ningún novio más, así que ya podéis estar solucionándolo.

– Eso ya no depende de mí.

– Hablaré con Steve. Préstamelo una tarde y a la mañana siguiente lo tienes con rosas en tu puerta. Hay que tener mano dura con él –. Kai hizo una carcajada.

– Sí que lo tienes dominado.

– Tres años, querida. Llenos de cuernos, pero fueron tres años.

La morena iba a preguntarle sobre el tema de las infidelidades, era algo que le llamaba la atención, el porqué actuaba de aquel modo, quería entenderla para no juzgarla sin motivo, pero el fijo empezó a sonar. La anfitriona se disculpó un momento para coger la llamada. 

– ¿Diga? – preguntó animada.

– Se acabó – respondió fríamente, Ethan.

Entonces Kai miró a Emily asustada.

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Buenaaaass!!

Pues vengo con doble capítulo, ¿sabéis por qué? Porque la menda se olvidó de subir el del viernes, ya que se encontraba ocupada por temas personales, importantes, y demás cosas de su atareada vida. Lo siento😅🙏

Perooooo... aquí lo tenéis. ¿Qué os ha parecido esa reconciliación entre Kai y Emily? Me parece un gran paso de madurez.

¿Y ese final? Dan... dan... daaaaaaaaan...

En unos minutos os subo el que correspondería para hoy😉

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