Uno, dos, tres...OH YES
Jungie se había quedado profundamente dormido después de leerle su cuento y colocar las luces de estrellas. También recurrí a ocupar sonidos ambientales a volumen moderado en el caso de que se despertara.
Salí del lugar hacia mi cuarto y busqué en mi maleta alguna lencería que resultara atractiva para el momento pero no había dado con algo que me gustara realmente.
¡No se suponia que venia a follar...venía a cuidar a un niño de 8 años sola en un lugar alejado!
Me cubrí con mi bata de seda negra, debajo un conjunto simple en color blanco. Bajé a la cocina por unas cervezas, las tomé y caminé por el pasillo hacia la sala de juegos. Aquel lugar tenía aún un poco de olor a cigarrillo; sin luz natural, aire acondicionado y luces tenues. Un minibar y galeria de vinos empotrada en la pared con una elegante mesa de billar al centro de madera en color negro.
—Creí que te habías arrepentido— hizo su tiro impecable llevando 2 de las bolas al agujero ante los ojos de Jimin.
El rubio parecía un poco cohibido dándome vibras de que se sentía un poco amenazado por la presencia de Jin en el lugar. Este último parecía muy seguro en el ambiente y bastante relajado a diferencia del rubio.
—¡Traje cervezas!— le entregé a ambos sus botellas e hicimos un brindis.
Jimin me parecía un chico encantador, tenía una belleza distinta a la de Jin pero su timidez me generaba una barrera gigante. Los tres tomamos asiento en el gran sillón de la sala y Jin decidió colocar musica a bajo volumen para aminorar el silencio que había entre nosotros.
—Voy a darme una ducha— Jin se levantó y dejó su botella de cerveza vacía en la mesa de pool y me dió un guiño.
Cerró la puerta dejándonos a solas con Jimin. Este se levantó a dejar la botella junto a la de Jin y se volvió a sentar a mi lado mirándome con una sonrisa, yo respondí con una y acaricié la piel suave de su pierna expuesta por el short que llevaba.
—¿Estás nervioso?— posé mi mano en su muslo y lo miré coqueta
—Un poco, nunca había hecho esto— se sonrojó y su sonrisa ocultó sus ojos, era encantador
—¿Te refieres al trío o a tener sexo?
—Ambas
Era virgen. ¿Por qué me calentaba tanto que lo fuera? Me acerqué a él para besarlo y este no hizo ningún movimiento en contra dejando sus labios a mi voluntad, estaban tibios y tenían ese sabor agrio a cerveza.
Su lengua entró el juego y me acarició la mejilla acercándome aún más para profundizar el beso. Me gustaba y resultaba adictivo, sentía como cedia constantemente a mi ritmo dándome del placer de recorrer su boca.
—Besas muy bien— gemí contra sus labios cuando nos dimos un respiro —Sigue besándome, pero aquí— toqué la piel de mi cuello y entre abrí la bata de seda dejándole ver parte de mi pecho y hombro.
Sus labios tibios comenzaban a rozarme y su nariz acariciaba mis clavículas, su aliento me erizaba la piel. Su inexpertis me resultaba exitante pero poco a poco parecía entrar en calor al igual que yo.
—Lo haces muy bien Jimini— acaricié su cabello mientras dejaba besos en la piel de mi pecho hasta la linea del sostén
Dejé que apoyara bien su espalda en el respaldo del sillón y me coloqué mis rodillas a cada lado de sus caderas descansando mi peso sobre su pelvis. Jalé del cinto de mi bata y le ofrecí mi cuerpo, sus ojos lo recorrieron con asombro y el mordisco leve que le dió a su labio me dio a conocer que despertaba su hombría.
Tomé el borde de su camiseta y le ayudé a quitársela dejando su pecho descubierto el cual recorrí con mi lengua como si lamiera un caramelo, él se quejó haciendo un sonido con la garganta que me fascinó.
—Dame tu mano Jimin— el chico la tendió sobre la mía que permanecía extendida tras el ofrecimiento y la llevé a mi entrepierna sobre la tela de mis bragas —Toca aquí con la yema de tus dedos
él siguiendo mis instrucciones hizo movimientos en círculo con la yema de dos dedos y miraba entre mis bragas, lo hacia bien así que corrí la tema hacia un lado para darle paso a mi húmeda intimidad
—¿Qué sientes?— lo miré coqueta sintiendo sus dedos tocándome ahí abajo con curiosidad
—Esta húmedo y suave— gimió
—Así debe estar para que tu puedas entrar— acaricié sus labios con mi pulgar y bajé mi mano a su miembro para acariciarlo sobre la tela de sus short
—¿Deberíamos esperar a Jin?— miró como yo bajaba su short y liberaba su erección
—No, quiero disfrutarte en privado primero— el liquido preseminal brotaba de su rosada punta
Su tamaño era menor al de Jin y queria saber como se sentía dentro de mí y quería que mi vagina fuera la primera hacerlo sentir bien.
La impaciencia que provocaba en él la masturbación lenta y pausada que le daba con mi mano hizo que buscara el contacto con uno de mis pecho sacándolo con agilidad de la copa del sostén
—Eres un chico bueno— acaricié con mi otra mano su cabello.
La presencia de Jin alteró la atmósfera del ambiente. Jimin se detuvo pero no quitó su rostro de entre mis pechos y solo miraba a Jin apoyado contra la puerta que cerró tras de él sin hacer mucho ruido.
Yo seguía masturbando a Jimin, este jadeaba apoyado en mi pecho. Jin se acercó y tomó mi mandíbula para que le diera atención a sus labios en un beso apasionado y sonrió al sentirme tan acelerada.
—Creo que traes mucha ropa Noona— susurró a mi oído mientras deslizaba la bata por mis brazos dejándola caer al piso, con sus dedos un poco frios desabrochó el sosten pidiendo a Jimin que lo jalara con una señal.
Jin parado tras de mí comenzó a besar mi cuello y acariciar mis senos con sus grandes manos mientras Jimin miraba todo, mi mano se negaba a soltar su erección que estaba más firme viendo como Jin se apoderaba de mi cuerpo.
—Toma Jimin, lamela— tomó con sus firme manos uno de mis senos presionándolo para que el pezón se empinara más hacia el rubio, este sacó su lengua, le dio una lamida y comenzó a succionar como un bebé hambriento.—¿Te gusta como lo hace?
—Sí— suspiré cerrando los ojos ante la sensación placentera
—Móntalo— Jin pasó su lengua por el cartílago de mi oreja contrayendo mis paredes vaginales
—¿Está húmeda, Jimin?— preguntó al rubio que había liberado mi pezón de sus labios
—Sí, mucho— jadeo entreabriendo sus labios rojizos y me miró con devoción.
Jin se sacó del bolsillo un condón y se lo entregó a Jimin frente a mi. Jimin se llevó a los dientes del envoltorio plateado, lo rompió con los dientes y con ambas manos bajó a su miembro colocándoselo con destreza.
Jin tomó asiento junto a Jimin y se colocó el condón mientras me miraba, se había quitado la camiseta y su cabello seguía goteando posterior a la ducha, lucia muy guapo.
—Follatela— le dijo al oído y Jimin me miró pidiendo permiso.
Tomé su erección y la guié a mi entrada la cual estaba expuesta haciendo al costado mis bragas, dejé que entrara despacio y me fui sentando sobre ella haciendo presión con mis paredes dándole la bienvenida. El miembro de Jimin no dolía como el de Jin y eso me hacia sentir muy bien, eran placenteras sus embestidas y escuchar sus gemidos. Jin cogió uno de mis pechos y Jimin en otro, ambos succionaban con la misma intensidad haciendo que gimiera sin tapujos. Jin colocó su mano en mi intimidad haciendo movimientos rítmicos sobre mi clítoris que impactaba de vez en cuando con la pelvis de Jimin y los dedos de Jin.
—Voy a acabar— Jimin suspiró
—Espera, déjame a mí ahora— Jin me vió pidiéndome que me recostara contra el respaldo del sillón alzando el trasero hacia él evitando que Jimin se corriera, este último cerró los ojos y me vio levantarme liberando su erección de mi interior.
Jin deslizó mis bragas blancas hasta mis tobillos y me inclinó lo suficiente como para que su miembro rozara mi entrada. Mi rostro esta recostado contra mis antebrazos mirando hacia el rubio dedicándole mis gestos de placer mientras lo veía tocarse.
La forma en la que Jin me montaba era de un chico más experimentado, me tocaba como si se supiera mi cuerpo de memoria y sabía como darme placer.
—Quiero que siga Jimin— miré hacia atrás y luego al rubio. Jin sacó su miembro y se recostó bajo de mi dejando mi cuerpo entre el suyo y el de Jimin.
—Si estás cansada me dices y te afirmo de las caderas— Jin habló a mi oído y me besó, yo estaba muy sudada con los cabellos pegados en mi cien. Asentí a Jin siguiendo su beso.
Jimin entró y comenzó a moverse con ganas, estaba disfrutándolo demasiado y Jin lo podía ver en mi rostro.
—¿Te gusta como te monta?— presionó contra sus dedos uno de mis pezones y gemí
—Sí , me gusta
—¿Te gusta escucharlo gemir?
—Sí, me encanta
Jimin fue más rápido y su miembro se volvía más duro dentro de mi
—Va a acabar— le dije a Jin y este me ayudó con sus dedos sobre mi clítoris para que alcanzara el orgasmo con Jimin.
Gemí a sentir como me contraia con él adentro y él también lo hizo cuando acabó sintiéndome satisfecha en todo los sentidos. Me giré para besarlo después de que salió de mi y Jin se sumó el beso dando unos en mi mejilla esperando que Jimin se quitara el camino a mis labios.
Sonreí al sentir tanta atención de una forma tan cálida, sus manos tocaban mi cuerpo esta vez sin resistirse, apretaban mis pechos, los besaban, pasaban sus dedos por mi intimidad, los metian en mi vagina mientras el otro me besaba al punto de turnarse para lamer mi vulva hasta hacerme acabar otra vez. Todo era tan jugoso, húmedo y nuestras pieles terminaron brillando por el sudor y los fluidos en nuestros cuerpos.
—Que rico fue eso— suspiré acariciando el cabello de Jin que tenía el rostro contra mi pecho. Jimin había salido a darse una ducha.
—Fuiste una diosa y aguantaste demasiado
—Estoy muy cansada pero feliz—Me cubrí la cara —¡Dios mio, es que hubieras estado en mi lugar!
—No gracias— rió —Aunque debo admitir que me puse un poco celoso por la forma que gemías cuando Jimin te cogía — me miró con sus ojos entrecerrados
—¿No te gustan mis lágrimas de felicidad cuando me lo haces tu?
—Sí, pero preferiría que lo pasaras mejor—se levantó y me entregó mi bata que estaba en el suelo.
Levantó luego mis bragas y las olfateo como un animal, me miró luego con una cara pervertida y se las guardó en el bolsillo.
—Las tendré como recuerdo— sonrió triunfante —Buenas noches Noona
—Duerme bien Jin, dale mi besito de buenas noches a Jimin— reí
NewHope right here!
Es mi segunda vez escribiendo un trio, espero que les haya gustado...
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