5
—¿Y qué tal la escuela hoy, cariño? —preguntó la madre de Neferet con una sonrisa—.
—Genial, creo que puedo acostumbrarme a ser un chico —miró su plato y meneó un poco la sopa con su cuchara—. Sebastián está actuando de más —miró al mencionado—.
—Nadie más debe saber tu mentira, ¡será el chisme por años! —comió de la sopa de letras—. Oh vaya, señora Jones, esta sopa es deliciosa.
—Gracias, Alejandro —sonrió la mencionada—. Es la receta que dejó tu madre.
—Y sin duda, ambas cocinan bien —habló el padre de la chica entrando al comedor—. Me contaron que Enzo es un gran chico, ¿me equivoco? —miró a la albina—.
—Estoy en el primer lugar de chicos lindos —rió un poco—. Sebastián está celoso.
—Le he estado diciendo que pueden descubrirla en un descuido —protestó el pelirrojo—.
—Harper, tu amigo tiene razón, sigue con lo tuyo pero ten mucha precaución —comentó el mayor mientras tomaba asiento—.
—De acuerdo, está bien —respondió la chica resignada—.
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