22┃visitante



acto tres, capítulo veintidós

visitante




Despedirse del departamento donde Charlotte vivió junto a Derek por unos meses, fue demasiado difícil. Ahora tenía una oportunidad para mejorar su vida y ofrecerle algo más a su pequeño.

Entre las tres agentes inventaron una excusa por la desaparición de Kay Renner. Aunque trataron de mentirle, una parte de ellas sabían que H.H tenían sus propias conclusiones así que utilizaron su arma perfecta: D.S, todos parecían derretirse y el director era uno de ellos.

Llego al departamento y sacó la llave, oyendo el tintineo familiar de la cerradura abriéndose. El interior seguía igual a como se fue, los muebles, la ropa desordenada que prometió arreglar y el olor al perfume de Derek Roth.

Caminó directo al dormitorio principal, dejando a D.S rodeado de almohadas e incluso movió las dos mesas poniéndolas a su alrededor. Cualquier objeto que detenga su caída, era perfecto para ella.

── ¿Es normal que las madres hagan esto? ── preguntó al bebé. Él balbuceó, alzando sus puños enguantados ── Lo tomaré como un sí.

Se dirigió al ropero, sacando todas las prendas y la tiró al sofá junto a los zapatos. Hizo mover un juguete en el aire para D.S, oyendo sus balbuceos para tratar de alcanzarlo.

── Aquí viví con tu padre ── Charlotte contó, doblando las prendas ── Un sueño tan perfecto que en poco tiempo se desmoronó, como todo en mi vida pero en la tuya, mi amor, será perfecta. Nadie te atrapará entre sus redes porque mamá te cuidará y estoy segura que papá también lo hará.

Una mano se desplazó por la boca de Charlotte callando sus próximas palabras. La sorpresa y el shock hicieron que no pudiera intentar hacer algún movimiento, estaba paralizada viendo al hombre que tenía su cuerpo herido, su respiración chocando con fuerza, dándole escalofríos.

Derek había vuelto a casa y no en las mejores condiciones.

── No te haré daño ── él dijo con dificultad, sus labios quebradizos apenas se movieron ── Solo... solo necesito descansar.

Las cejas de Charlotte se fruncieron, confundidas, había algo mal en él apartando los golpes en su humanidad. Su mirada parecía pérdida, su tez completamente pálida y la esencia que siempre desprendía, solo desapareció. Necesito unos segundos en darse cuenta que le hicieron lo mismo a su soldado, jugaron en su mente.

Alison nuevamente lo dejo en un lugar oscuro, atontado y abrumado de recuerdos desordenados. Apenas la reconoció y no de forma exacta, solo destellos que se filtraban entre tanto desastre.

Los párpados bajaron y sus piernas cedieron, Charlotte trató de sostenerlo, dejando que se recargara en ella.

── ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

Derek se compuso, alejándose ── Solo son mareos, demasiados golpes.

Charlotte hizo que tomara asiento en el sofá, con una sacudida de mano, la ropa se movió a la maleta abierta perfectamente apilada. Derek cayó sin fuerza, su respiración entrecortada y apenas pudo mantenerse despierto.

Ella se movió al dormitorio, observando a D.S seguir jugando con calma así que tomo el botiquín de primeros auxilios. Tomó varias motas de algodón, limpiando el rostro del soldado, en su estado semiinconsciente, no luchaba ni protestaba.

Los rastros de tierra fueron los más difíciles de eliminar, la sangre mezclada no ayudo en los quejidos dolorosos.

── Tienes que tomar analgésicos ── susurró.

Buscó entre los frascos la adecuada hasta dar con ella, hizo que abriera la boca y se la trago sin esperar el agua.

── Descansa un poco ── ella susurró.

Derek apenas abrió sus ojos azulados cargados de cansancio. Charlotte pasó los minutos admirando su rostro, pudo sentir su pecho bajar y subir bajo el toque de su mano.

El rostro del hombre cayó a un lado, completamente rendido. Realmente estaba ahí, enfrente de ella, después de tanto tiempo afuera y perdido. Volvió a su dormitorio, observando cómo D.S dormía al igual que su padre así que tomó el celular, llamando directo a Louise.

── Louise Wilde.

── Derek está aquí ── dijo sin preámbulos, soltando un suspiro ── Él está conmigo.

── Lotte, ¿estás segura? ¿Cómo llego?

── No lo sé ── negó, moviéndose de un lado a otro ── Estaba guardando la ropa cuando apareció, se ve muy mal.

── Por Dios. ¿D.S está contigo? ── interrogó con preocupación.

── Claro ── frunció el ceño confundida ── ¿Por qué no lo estaría?

── ¡No lo sé! Fue lo primero que se me vino a la cabeza. Tienes que venir con Derek a la agencia, Van puede curarlo y hablaré con Hills.

── Está desorientado, no creo que quiera ir ── murmuró ── Alison jugó con su mente.

── Esa perra no sabe cómo controlarse ── susurró enojada ── ¿Kay está ahí?

── No, vino solo. Cuando despierte le preguntaré, pero no le digas a Morgan.

Louise soltó una profunda respiración antes de preguntar ── ¿Dejaras que se quede?

── No puedo dejar que salga en ese estado... además, él está aquí.

── Haz lo necesario para que vuelva a ser el mismo. Lotte, si necesitas algo, llama.

── Si, gracias, Louise.

── Cuida a D.S, si quieres estar a sola, házmelo saber.

Ella sonrió, viendo al bebé ── Ten por seguro que serás la primera.

Después de la llamada, D.S se levantó, pidiendo comida a gritos. Tal como Van le enseño, tomo asiento en una de las mecedoras para amamantarlo, su pequeña boca encajo en el pecho de Charlotte y se mantuvo tranquilo.

Desde su posición, observó cómo Derek dormía, seguía sin moverse del sofá pero se encogió más, su gran cuerpo intentado recuperar la fuerza que perdió. Las horas fueron pasando, dejando que los rayos del sol se vayan perdiendo por la gran luna.

Charlotte terminó por acostarse en la cama, entreteniendo a D.S antes que hiciera un escándalo, ella rio, viendo cómo intentaba agarrar el oso con sus pequeños brazos.

Derek empezó a despertar cuando el reloj marcó las siete de la noche, ella se hizo la distraída, arrancando los hilos sueltos de la cobija.

El hombre estiró sus brazos, observando su alrededor con las cejas fruncidas, un gesto que enloquece a Charlotte.

── ¿Por qué no tienes una cuna? ── interrogó con voz ronca ── Si algo aprendí es que los niños no deben dormir en esas camas, pueden caerse.

Ella rio, moviendo sus dedos lejos de D.S.

── No tenía la intención que quedarme, iba a irme después de recoger la ropa.

── Lamento haberme entrometido. Puedo irme ── carraspeó.

Charlotte se levantó de un solo salto, haciendo que Derek tomara asiento de nuevo.

── Puedes quedarte ── dijo con rapidez ── De todas formas, Derek y yo nos quedamos a solas.

Si, era la primera vez que ella llamaba a D.S por su primer nombre, era necesario para que el soldado supiera quién era y no forzarlo, como lo hizo antes. Su mente era un rompe cabeza que no quería arruinarlo al poner una pieza equivocada.

── También me llamo Derek ── él balbuceó en voz baja.

── Se lo puse por su padre ── murmuró, sintiendo el sonrojo en sus mejillas.

── ¿Su padre? ── preguntó confundido. El hombre pasó sus dedos por su frente, calmando el dolor ── ¿Quién es?

Charlotte lo observó, dando una sonrisa ── Tú.

── No ── agitó su cabeza ── Eso es imposible, se necesita de un espermatozoide y que yo...

── Por lo menos recuerdas tus clases de anatomía ── intervino ella ── Te lo voy a presentar.

Tomó a D.S con cuidado, sosteniendo su cabeza para entregárselo a Derek. Sus brazos metálicos formaron un agarre perfecto, al tenerlo, sus labios se extendieron en una sonrisa, observándolo.

── ¿Es mío? ── interrogó.

── Hasta donde sé, si ── contestó divertida ── Eres el único hombre con el que me he acostado.

La sonrisa del hombre cayó, frunciendo sus labios ── ¿Te deje sola y embarazada?

── No a voluntad propia ── respondió. Se acercó, quitando el cabello húmedo de la frente del soldado con suavidad ── Alison te hizo daño, tus recuerdos jugaron en contra y te forzó a irte.

Derek subió su rostro, lleno de confusión. Tomo la mano de Charlotte, posándola en su mejilla y sintiendo como la tranquilidad lo recorre.

── Yo... yo lo siento.

── Puedo ayudarte ── ofreció.

── ¿Puedes hacerlo más tarde? ── preguntó con timidez ── Quiero seguir así, en calma.

Ella asintió, tomando asiento en el reposabrazos del sofá.

── ¿Recuerdas lo que sucedió antes de venir? ── interrogó.

── Estaba peleando ── relató, su mirada perdiéndose en el suelo ── Mejorados, mutantes con demasiada fuerza, velocidad y parecían... entrenados para obtener lo que querían.

── ¿Se llevaron a Alison?

── Si, todo es muy confuso. Después de eso, aparecí en un campo y mis pies me trajeron hasta aquí, el departamento donde los encontré.

── Siempre será un lugar seguro ── admitió ── Para los dos. Tengo que buscar una cuna si pasaremos la noche, también pañales y lo necesario. ¿Puedes cuidarlo?

Derek devolvió su mirada al bebé ── Claro, él se porta de maravilla. No le haré daño, lo prometo.

── Tú no le harías daño a nadie ── susurró.

Charlotte se teletransportó sin esperar una respuesta. La casa de seguridad estaba a oscuras por lo que se movió, tomando lo necesario para estar unos días en su antiguo departamento, incluso la cuna que fue difícil de armar.

Al regresar, Derek no se ha movido de su posición, seguía con D.S entre sus grandes brazos, hablando mientras el bebé se agitaba alegremente. Ella dejo las cosas tiradas, buscando en su bolso la inyección, sin titubear, la inyectó directo a su pierna, respirando con tranquilidad.

── ¿Estás bien? ── Derek cuestionó.

── Claro, traje lo necesario ── ladeó una sonrisa ── ¿Quieres darte un baño?

── Seria grandioso.

── Además, D.S ha pasado de consentido toda la noche.

── Es un campeón ── Derek rio ── Se lo merece.

Charlotte empujo la cuna a mitad de la sala, dejando que Derek colocara a D.S con cuidado. Ella extendió un conjunto de ropa, sonriendo cuando la mirada del hombre quedo por unos segundos.

Titubeante, dio un paso atrás, revisando la comida congelada que dejó. La fecha de vencimiento seguía intacta por lo que decidió meterla en el microondas calentándolo por unos minutos. Ya teniendo todo listo en la mesa, poso su mirada en la puerta del baño, oyendo el agua caer.

Sabe que si los recuerdos de Derek vuelven a normalizarse, irá directamente a buscar a Alison donde nadie sabe su paradero. Además que Kay seguía desaparecido, si KORB los atrapa de nuevo, sería un gran problema.

Morgan enloquecería y ella se sentiría culpable por pasar ese tiempo con el soldado en vez de ayudar. Estaba escondiéndose de la realidad para seguir en la burbuja que se negaba a romper. Entiende que llegara el día que entren por esa puerta para llevarse a su hombre, esposado o muerto.

Derek salió del dormitorio con el cabello mojado, limpio las gotas de agua que caen por sus brazos desnudos. Una sonrisa tiró de sus labios, parecía que la confianza seguía estando ahí si estaba dispuesto a mostrar sus extremidades que son difíciles de aceptar.

Sirvió las pizzas en un solo plato, dejándolo enfrente del hombre con un vaso de jugo. Tomo las suyas, comiéndolas en silencio, puede sentir la mirada encima, casi enrojeciendo pudo mejillas.

Estuvo a punto de preguntar qué sucedía cuando D.S lloró, dio una maldición viendo el reloj. Era su tiempo de comer y se pasó media hora, como siempre, la puntualidad era una de sus fuertes cualidades. Dejó de lado la pizza, limpiando sus manos en la toalla de cocina.

── Mami está aquí ── murmuró.

Su rostro se enrojeció por los llantos. Entro al dormitorio, acomodándose en la cama, bajo la camisa exponiendo su pecho para que D.S lo tomara. Se volvió loco y eso le dio risa, nunca esperaba que lo acomodara.

── Eres un niño comelón ── le dijo en voz baja.

Un segundo peso bajó la cama, Charlotte pudo sentir el suave movimiento que hizo Derek para desplazarse. Varios escalofríos recorrieron su hombro al sentir los dedos del hombre, tan fríos por el metal pero era la mejor sensación.

Con cuidado, él quitó su cabello trenzado, deslizando su mano por los brazos delgados hasta entrelazar sus dedos, aferrándose a ella.

── Protección ── susurró ── Recuerdo la conversación sobre lo que hizo KORB en tí. Prometí darte protección, cuidarte.

── Y lo haces, me proteges en cada paso que doy.

Ella se giró, mirándolo directo a los ojos azulados, tan profundos que mostraban toda la dolencia en él. Se miraba perdido, como un pequeño niño que solo quería refugio, luchar contra tu propia mente podía llegar a ser caótico.

Derek apoyó su mejilla en la espalda de Charlotte, cerrando sus ojos y alejando esa tensión.

Si, definitivamente ella se sentía como en casa.

Más noche, dejó que Derek durmiera en la cama, disfrutando de la vista desde el sofá. Él tenía las piernas separadas, enredadas con la sábana que poco a poco fue bajando hasta dejar a la vista su espalda ancha.

Agitó sus dedos, manipulando la cuna para moverse, D.S dormía igual que su padre, tanto que Charlotte pensó que compartían el mismo sueño.

Intentó acomodarse en el sofá, tratando de eliminar el miedo sobre si al despertar, Derek estaría todavía con ella.



Al día siguiente, su energía amaneció al tope como su felicidad. Se bañó con rapidez, alistándose con una camisa de tirantes y un pantalón, ahora con D.S, llevar grandes sudaderas se volvió incómodo. Las cajas de cereal eran lo único que se mantuvo en buen estado y por suerte, una caja de leche, un sencillo desayuno que preparo en menos tiempo de lo esperado.

La puerta del dormitorio fue abierta cuando terminó de darle de amamantar a D.S, levitó un peluche, sacudiéndose para mantenerlo entretenido.

── Buenos días.

Derek hizo un ruido con su garganta como respuesta, se dejó caer en la silla enfrente de ella, bostezando.

── ¿Dormiste bien? ── preguntó.

Dejó la taza de café en medio al igual que la cuchara de su tazón. Él sonrió, tomándolo.

── Siempre agarro lo que es tuyo, ¿no?

── Todo el tiempo ── concordó ── Decías que nunca comías todo y desperdiciarlo no es una opción.

── ¿D.S duerme bien? ── interrogó ── No oí ni una vez su llanto.

──Él no llora en la noche ── explicó, tomando un trago de refresco ── Es un niño tranquilo.

── ¿Tiene habilidades? Imagino que Van ha hecho cientos de exámenes.

── Por lo menos te acuerdas de eso ── dijo divertida ── Si, hay una posibilidad que tenga habilidades. Puede tomar las mías o las tuyas.

── Sería estupendo que tenga las de ambos, aunque caótico, claro ── rio, devolvió la cuchara perdiendo todo rastro de diversión ── Lamento haberte dejado, ahora que... estoy más consciente, recuerdo que lo hice por la necesidad de recuperar a mi familia.

── Pero yo soy tu familia ── dijo herida, frunciendo sus cejas ── Y ahora tenemos un hijo.

── Necesito recuperar a Alison ── murmuró apagado.

Charlotte solo lo observó, intentando descubrir si miente.

── ¿Qué necesitas para vernos como familia, Derek?

Él solo bajó mirada a la mesa, dejando el silencio expandirse. Charlotte solo negó, bajando de la silla para ir directo al baño, se encerró dejando que las lágrimas salieran. El nudo en su garganta se intensifico, reteniendo los sollozos mientras se agacho, sentándose en el suelo.

Era lo que se esperaba de Derek, nunca dejo sus misiones y ella ni D.S eran las suficiente razones para quedarse. No estaba segura de querer pasar por eso de nuevo, si quiere romper ese misma burbuja donde llegaba para rescatarlo, debía irse primero.

Cuando decidió salir, guardo todas sus pertenencias en las cajas que en un principio decidió botar. Envolvió los cuadros con papel para no rayarlos al igual que las fotos, a los lados pasó la cinta de frágil y las apiló en la puerta.

Con cada caja, el departamento fue perdiendo su esencia y dejo de ser ese lugar donde solo estaban ellos, la realidad entró, dándoles un fuerte golpe.

D.S dormía temprano por lo que Charlotte tomo su ejemplo y termino por acostarse en la cama. Esperó con paciencia a Derek, oyó sus pensamientos sobre cómo acercarse y aunque su enojo era demasiado, deseaba que lo hiciera.

Él lo hizo, manteniendo una ligera distancia entre los dos.

── No sé lo que ocurre conmigo ── habló, su voz temblando ── Tengo todo lo que un hombre sueña pero siento que algo falta.

Charlotte cerró los ojos e ignoro sus palabras, forzándose a dormir. En medio de la noche, se despertó por los movimientos que hacía Derek, seguía a oscuras y a tienta miro el reloj que marcaba las dos de la madrugada. Giró, observando cómo el hombre estaba dormido, sus ojos fuertemente cerrados y la expresión dura, como si estuviera luchando.

── ¿Derek? ── llamó en voz baja.

A pesar de su voz, no respondió, solo gruñó de frustración haciendo que su preocupación empezara a salir. Intento nuevamente en despertarlo, tocando su hombro sudado y eso fue un grave error. El puño de Derek salió en su dirección, fueron centímetros de distancia que quedó suspendido por su poder.

Sin esperar, Charlotte se subió a su abdomen, reteniendo sus brazos para entrar directo a la mente de Derek Roth.

Lo primero que pensó fue lo distinto que se miraba, tan apagado y oscuro que casi siente el arrepentimiento de entrar. Camino lento, esperando que la neblina se vaya bajando para saber qué era lo que lo molesta.

Un destello de un hombre hizo que se detuviera, frunció sus cejas cuando otro salió y pudo reconocerlos fácilmente. Era Derek y había otro igual a él, su misma complexión, rostro, incluso los golpes son estudiados. La única diferencia era que uno estaba completamente golpeado, la sangre salía de su rostro mientras el otro tenía una sonrisa engreída, dándole escalofríos.

── ¡Despierta! ── ella gritó. Los dos hombres la observaron con confusión ── Vence tu miedo, soldado.

Derek despertó al momento que Charlotte salió, su boca se abrió, tomando una fuerte respiración. Su rostro tomo color y por primera vez, sus ojos centellaron con lágrimas retenidas que poco a poco van cayendo. Se giró, dándole la espalda.

── Ya no lo soporto ── susurró, limpiando sus mejillas con frustración ── No puedo... no puedo seguir así, es demasiado y estoy perdiendo a todos.

── A mí no ── ella dijo. Se puso sobre sus rodillas, pasando sus manos sobre los hombros anchos de Derek ── Sigues teniéndome, en tu cuerpo, en tu alma. A pesar de los obstáculos seguimos siendo uno solo.

── Tú eres invencible. Por más que traten de derrotarte, encuentras una manera de levantarte por ti misma.

── Estuve aprendiendo del mejor.

Charlotte levantó su mano, dejando que Derek entrelazara sus dedos, posando un suave beso. Era lo mejor que podía hacer, buscarlo e intentar que siempre vuelva a amarla como en un principio.

── ¿Cómo es posible que no te haya puesto un anillo justo aquí? ── señaló su dedo anular.

Ella rio, apoyándose en su brazo ── Ni siquiera me has preguntado si quiero ser tu novia.

── Pensé que eso estaba muy valorado y claro ante cualquiera que quisiera buscarte ── se excusó, riendo ── No soy una persona romántica, ¿eh? Necesitare actualizarme.

── No importa, me gusta cómo eres y para que lo veas, seré yo quien te dé el compromiso.

Charlotte sacó uno de sus anillos grandes y lo deslizo por el dedo índice, el único donde entraba.

── Y ahora si es una promesa.



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