17┃máscara
acto tres, capítulo diecisiete
máscara
La casa de Grant Harris tenía tres pisos de altura, el patio abarcaba alrededor de una cuadra y eso que los agentes no pudieron ver más allá por la seguridad. Derek chistó con la lengua, esas personas querían tener lujos donde no deberían.
── Que casa ── Kay chifló, impresionado de la estructura ── Es más grande que tu piso.
── No me lo recuerdes ── musitó el hombre.
Morgan tomó la iniciativa de tocar la puerta, detrás fue Charlotte hablando. Era claro que la agente solo respondía con un sí o no pero la chica no parecía molestarle, es más, la animaba a seguir.
Las camionetas del resto de los agentes llegaron en unos segundos, parqueándose y rondando en el área.
── Buenos días. Agente Morgan Jacobs, estamos para movilizarlos a la agencia ZELLA ── informó la mujer al hombre que abrió la puerta.
── Si, mi familia sigue terminando con las maletas ── respondió el militar.
Se puso a un lado, dejando salir a una mujer de cabello oscuro junto a tres niños de la misma edad. Derek rio por la expresión de Charlotte cuando corrieron a su alrededor, intentando llegar a sus largas trenzas.
── Gracias por la ayuda ── dijo ella ── Soy Cristhel. Solo necesito mover estas maletas para irnos.
── Puedo hacerlo ── Charlotte intervino.
Los agentes iban a pararla pero era rápida. En un solo movimiento, las maletas se movieron velozmente por la entrada hasta las partes traseras de las camionetas.
── Listo ── asintió.
La pareja se dio una mirada incómoda con la clara pregunta de quién era esa chica y cómo era posible que haya demostrado su poder sin pensar en las consecuencias.
── ¡Hazlo de nuevo! ── gritaron los niños, brincando simultáneamente.
── Voy a lanzarlos a ustedes, mocosos ── siseó.
── No, no lo harás ── Derek masculló. Tomó su codo, escondiéndola ── Vamos, el tiempo es primordial.
Él consiguió meter a toda la familia en una sola camioneta, alejados de una malhumorada Charlotte. La falta de sueño empezó a pasar por ella y eso solo la hacía desear estrellar a los niños que la irritaron en unos segundos.
Ellos eran la segunda defensa en caso de que KORB saliera de nuevo. Aunque no deseaba decirlo en voz alta, sabe que lo estaban vigilando y la tensión solo se agrandaba.
── Kay quiere tener bebés ── Morgan contó con una sonrisa perversa.
Ya dentro de la camioneta, tomaron sus mismas posiciones, ahora Charlotte con sus labios fruncidos y las ojeras pronunciadas.
── Que no salgan como esos niños ── ella replicó.
── Tenlo por seguro ── Kay asintió, dando una mirada a Morgan con un claro mensaje.
── Bien porque los puedo...── Charlotte se detuvo a mitad de frase.
Sus ojos se enfocaron en el suelo, sin parpadear o respirar. Derek se adelantó, tomando su rostro con delicadeza cuando se dio cuenta que quedo en trance.
── ¿Sucede algo, cariño? ── susurró.
Trató de llamar su atención, preocupándolo por el movimiento de su boca, repitiendo los pensamientos que inundaban su mente.
── Hay una bomba ── musitó ── Para nosotros.
Con solo decirlo, la explosión hizo que todos los vidrios de la camioneta explotaran. Charlotte pudo sentir el golpe desde el fondo de su estómago, los pitidos en su oído empeorando el dolor de su cabeza.
Kay frenó en seco, empujándolos al asiento delantero. El brazo de Derek serpenteó por su cuerpo, deteniendo el golpe y cubriéndola.
Una maldición brotó de sus labios, cansada de tener que desechar carros por culpa de sus municiones. Abrió la puerta, tirándola con demasiada fuerza, sus pensamientos se llenaron de deseo sobre ahorcar a los agentes de KORB.
Sin esperar ordenes, camino con sus labios fruncidos a la última camioneta. Derek la acompaño, pidiendo calma a la familia mientras intentaba llegar a Charlotte.
Las puertas de las camionetas afectadas se vieron arrancadas por ella, tirándolas sin control sobre los hombres que disparaban. Las balas se devolvían sin necesidad de utilizar su mano, cuando la frustración llegó, solo podía pensar en destruir.
La expresión de su rostro asusto a los agentes que la miraban. Una oscuridad cerniéndose en sus ojos y los labios, tan apretados que estaban seguros que el flujo de sangre no les llegaba.
El estruendo de los vehículos siendo estrellados empeoro los gritos de los niños pero no impidió que ella siguiera.
Derek solo observó, callado por la escena y sorpresa. Cada hombre de KORB cayó al suelo conforme los dedos de Charlotte se cerraban. Sabe que estaban muertos por el horrible estruendo que hizo su cuello y otros reaccionaron de una forma distinta, matándose a sí mismo con las armas que poseía.
── ¿Cariño? ── llamó con cuidado.
Por inercia, su mano paro en la cinturilla de su pantalón, con la urgencia de proteger a los otros de lo que podía suceder.
Ella giró lentamente, controlando su respiración. Con el dorso de su mano, quitó un hilo de sangre que cayó de su nariz, temblando.
── Estoy bien ── susurró ── Solo... estoy cansada.
── Lo sé, entiendo ── Derek asintió, acercándose velozmente para acariciar su mejilla ── Llegaremos a casa y vamos a descansar.
Charlotte sonrió sin darle mucho crédito a sus palabras. Dejó que él entrelazara sus dedos, llevándola de nuevo a la camioneta.
── Seremos un blanco fácil si nos quedamos ── Kay comentó, llegando junto a Morgan ── Podemos dejar a los agentes heridos y otros custodiando mientras llevamos a la familia Harris.
── Bien ── Roth asintió ── Charlotte, ve con Morgan y acomódalos en la parte trasera.
── Mándenme a la boca del fuego ── murmuró.
── Solo porque empiezas a agradarme, hablare ── dijo Morgan.
── Eso no fue bueno ── Kay susurró a Derek, guardando su pesada arma.
── Solo está frustrada, no ha dormido bien y... sigue teniendo la misma pesadilla ── explicó ── Está bien, lo prometo. No nos va a herir de ningún modo.
── ¡Estamos listas! ── Charlotte gritó.
De alguna forma, los agentes se arreglaron para alcanzar en la camioneta con la familia Harris. Morgan y Kay tomaron el asiento delantero mientras Derek quedo atrás, cargando sobre sus piernas a Charlotte.
Ella se mantuvo callada, su cabeza apoyada en la silla de adelante y tratando de hacer su cuerpo más pequeño de lo que era.
── Tranquilos ── Cristhel calmó a los niños, los mantenía abrazados e intentaba hacerlos sonreír.
La mano metálica de Derek golpeo la pierna de Charlotte en un estado intranquilo. Mantuvo su mirada en la chica, quien respiraba con calma como si estuviera descanso pero sabe que era lo contrario, solo estaba atormentándose.
── Puedo controlarme ── susurró inesperadamente.
── ¿Qué dices? ── preguntó el soldado, confundida.
Ella se levantó, dirigiendo su mirada a la mujer a su lado con los dientes apretados.
── Yo puedo controlar mis poderes.
Cristhel frunció sus cejas, negando ── No dije nada.
── Tu boca no lo hizo, tus pensamientos sí.
── ¿Tú... tú lees mente? ── interrogó con preocupación.
── Entre otras cosas ── murmuró.
Volvió a su misma posición, esa vez tomando la mano de Derek, apretándola. Era probable que sus palabras no sean tan ciertas pero lo intentaba.
── Derek ── llamó en voz baja unos segundos después
── ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ── indagó, quitando las trenzas de su rostro.
── Ellos están aquí ── dijo, mirando a su alrededor ── Van atacarnos en cualquier momento.
Él asintió, volviendo a su puesto mientras Charlotte tomó su cabello en un moño.
── ¿Kay? ── habló el soldado ── Maneja tan rápido como puedas y no te detengas.
La preocupación apareció en la mirada del agente Renner, asintió ante sus palabras, dándole velocidad.
Charlotte fue la primera en reaccionar, deteniendo las motos que venían del lado contrario de la carretera, reduciéndolas a unas bolas de chatarra. Sacó su cuerpo por la ventana, apenas alcanzado para que sus piernas quedaran en el asiento, sosteniéndose.
Derek se alistó, disparando en el cristal que rompió. Los gritos de los niños llegaron a aturdirla y casi llegó a adormecerlos cuando vio a la misma mujer de cabello corto salir de unos de los vehículos.
── Hola, compañera ── susurró a modo de burla.
Sabe que Derek la mantiene sujeta por lo que no podía salir por completo. Arrancar las verjas de los caminos parecía ser su opción, las apiló recto para lanzarlas a los autos como alfileres. Se introdujeron en las ventanas, otra le rozó a esa mujer pero no hizo ni un movimiento de dolor.
── Por Dios. ¡Déjame salir! ── gritó al soldado.
── ¡No, quédate aquí! ── ordenó.
Casi podía sentir la tentativa de ignorarlo, ese enojo surgiendo era un nuevo sentimiento que no sabe si temerle o utilizarlo a su favor. Ella detuvo las balas, introduciéndolas en los agentes de KORB.
Morgan copio la acción, necesitando espacio para moverse y así no herir a la familia Harris. Sus estacas de hielo se agrandaron en la carretera, encerrando a los autos y destruyéndolos en pedazos.
Lo que ninguna esperaba era que esa mujer saliera con varias armas, saltando sobre su techo. Charlotte de inmediato atravesó su pierna con una varilla, metiéndola con éxito en una de sus piernas.
Morgan se introdujo con rapidez al auto cuando los disparos comenzaron. Las balas quedaron a centímetros del rostro de Charlotte, una sonrisa deslizándose sobre sus labios con la latente frustración que emanaba.
Lo único que Charlotte no esperaba eran las ondas de un sonido agonante que entro por sus oídos, haciendo que todo su control se quebrará. Las voces llegaron a su mente enseguida, pensamientos, gritos de auxilio y lo peor, era como la mujer tomo ese espacio para atacarla.
Las manos de Derek la empujaron antes que cayera, tirándola hacia dentro. Busco en su rostro alguna herida, preocupado las incesantes lágrimas que salieron y la sangre que se filtro en sus oídos.
── ¿Estás bien? ── interrogó ── Charlotte, vamos.
── Estoy bien ── murmuró, encogiéndose en el asiento ── Estuvo cerca.
── Y no volverás a exponerte de ese modo ── sentenció ── Fue peligroso y estúpido.
── Déjame preguntarte la próxima vez ── gruñó con molestia.
La familia Harris llegó a salvo a la agencia ZELLA, sin rasguño o golpe. Para Charlotte, fue la mejor misión que tuvo, en otras, por lo menos uno terminaba inconsciente.
── ¡Bienvenidos! ── H.H extendió su mano a los miembros con una cordial sonrisa ── El gobierno le ha cedido la mayor seguridad. Pónganse cómodos, por favor.
Los dejo entrar, asintiendo. Después se giró, viendo los brazos rasguñados de Derek, la mejilla golpeada de Morgan y la sangre pegada en los oídos de Charlotte.
── Informe rápido ── pidió.
── Hay una nueva agente de KORB ── Kay explicó ── Es demasiado fuerte. Dio lucha y nos venció fácilmente.
Charlotte frunció el ceño ── Eso es porque no he demostrado todo mi poder, en la próxima, destruiré sus armas.
Entro a la agencia para ir directo al cuarto de Louise. La encontró despierta y por lo que observó, sus piernas parecían completamente recuperadas.
── Van me curo ── explicó, sentándose en la camilla ── Algo sobre células, energía. En realidad solo pude oír bla, bla y bla.
── No eras la primera que me lo dice ── dijo con una media sonrisa ── Para la próxima, tendremos más cuidado.
── Sí, esa chica me lo pagara. Dime que la golpeaste.
── Más o menos ── ladeó la cabeza, pensando ── Kay la llama inmortal.
── Entonces tendrá que esperar que me recupere ── dijo con soberbia ── Patearé su trasero.
── Seguro que lo harás.
── ¿Cómo les fue con el militar? ── Louise preguntó.
── Sus niños son insoportables. Ahora son demasiados gritones ── gruñó, negando.
Ella sonrió ── Si te presentara a los sobrinos de H.H, me matarías.
── ¡Oye, Charlie! ── Kay llamó, haciendo una seña para que salga ── Lían tiene información sobre Hank.
── Bien ── asintió ── Tendré que aguantar las miradas de la agente Lían.
Louise soltó una fuerte carcajada, sus mejillas sonrojándose.
── Buena suerte, Lotte.
La silla que usualmente era utilizada por Charlotte fue ocupada por Lían cuando llegó junto a Derek. Por el cansancio, prefirió tomar el puesto Louise, a un lado de Morgan.
── ¿Segura? ── masculló él, negándose a dejarla ir.
Ella asintió, tomando su puesto. Derek se mantuvo callado, mirando un punto en la pared por el enojo de no tener a Charlotte y su mal actitud de aceptar órdenes.
── Hank escapo de ZELLA ── dijo H.H ── Decir que estoy decepcionado es poco, furioso es mejor. Todos los presentes son agentes experimentados, armados, con inteligencia superior pero no lo detuvieron. Ahora estamos en la misma situación que un inicio, donde tenemos que averiguar su paradero y detectar los posibles atentados. Lían, comienza.
── He conseguido varios hallazgos de Hank, ahora que tenemos un nombre y apellido, es más sencillo ── explicó ── Recién llego información de un policía de tránsito que creyó ver a Hank y su gente alrededor de la casa presidencial. Mande a agentes a averiguar sin resultado pero me gustaría, H.H que envíes a dos agentes de este grupo para mayor vigilancia.
── Bien ── asintió el director ── Kay, Morgan, vayan. Quiero vigilancia extrema, si una rata entra más les vale informarme. Derek, busca los escuadrones, prepáralos con armas y municiones. Charlotte...
── Yo quiero a Charlotte ── Van intervino, inclinándose hacia adelante ── La información sobre apariciones son demasiados y un par de manos no me resultaría nada mal.
── Bien, todo preparado.
Cada uno se levantó para las respectivas tareas, ahora trabajando doble por un solo hombre que podía acabarlos. Antes de salir, Derek tomó el codo de Charlotte, empujándola a un rincón, lejos de las miradas curiosas.
Ella cruzó los brazos en un intento de verse molesta.
── No quiero problemas entre nosotros, Charlotte. Solo es difícil verte involucrado en esto, es demasiado peligroso.
── Pero es el trabajo ── le dijo, sus cejas fruncidas ── Lo que hacemos y sabes que desde un principio existe la posibilidad de salir heridos.
── No a tí ── replicó ── Trato de protegerte pero no ayudas.
── Entonces no lo hagas ── negó ── Estaré bien, como siempre.
── No te confies demasiado, cariño ── pidió en voz baja, junto sus frentes por unos segundos ── Me dirás si esto es demasiado, ¿verdad?
── Lo haré, Derek ── sonrió, pasando sus dedos por el mentón del hombre ── Te lo hare saber.
Él sonrió, posando su mirada en ella. Charlotte puede hacer que todos sentimientos se aloquen con un solo toque y eso lo puede comprobar cuando se inclinó, juntando sus labios.
Su corazón latió con fuerza, la necesidad de protegerla siempre aparecía cuando Charlotte estaba en las misiones, nunca pensó que el director la introduciría con rapidez en su grupo. En esos momentos de acción, solo podía pensar como era lo único que tiene y no puede perderla.
── Tengo que irme ── ella susurró, riendo por la mirada atontada del soldado.
── ¿No puedes quedarte un rato más? ── preguntó, envolviendo sus brazos alrededor de su cuerpo.
Charlotte negó, sus labios rojizos fruncidos. Derek siguió sin soltarla, besando su cuello con delicadeza.
── No comiences ── susurró, alejándose por completo ── Después no lo terminas
── Hieres mi ego ── bufó.
Charlotte rio, depositando un beso rápido antes de irse trotando. En todo el tiempo que ha estado bajo el techo de ZELLA, nunca estuvo en la oficina de Van Drews y eso la ofende demasiado.
Son amigas, no tan intimas pero han hablado por horas en el piso. Como la mayoría de color que Van ama, el color blanco dominaba el espacio, solo los muebles con estampados le agregaban algo de vida.
── ¿Qué piensas sobre lo que está pasando? ── Charlotte interrogó.
Van puso varias cajas en la mesa con remitentes a la agencia, las cartas tenían la misma información sobre los paraderos de agentes KORB.
── Un desastre, eso es claro. Hacen que mi trabajo sea más pesado ── se quejó ── Siéntate, tenemos que leer todo esto y ver si hay algo importante.
── ¿Todas son reales? ── cuestionó.
── No, por lo general son de personas que quieren atención pero siempre hay un poco de verdad en ellas, solo hay que leerlas bien.
Charlotte tomó asiento en el sofá con una caja llena de cartas. Si era como Van decía, tenía que leerlas bastante bien y descubrir lo que trataban de explicar.
── ¿Alguna vez has querido ser una agente de campo? ── ella le preguntó ── ¿Ir con Derek, Louise?
── No ── Van negó de inmediato ── El combate, los conflictos, no son lo míos.
── ¿Y has tratado?
── Desde un principio tome la decisión de ser médico. Además, mis poderes sanan, no destruyen.
── Oh ── asintió, tirando la carta ── Nunca pregunte por tus padres. ¿Tomaron bien tus habilidades?
Van creó una pequeña sonrisa ── Soy huérfana. Mis padres adoptivos lo descubrieron cuando fueron a la iglesia, es una de las razones por la que fui la indicada.
── Supongo que eso es bueno, ¿no? ── indagó ── Te aceptaron sin importar lo que hacías.
── Claro ── murmuró, bajando la mirada a sus manos ── Supongo que fueron agradables. Me dieron opciones, apoyo y una enorme ayuda económica.
── ¿Y qué hiciste?
── Funde un hospital en Haití── contó, la sonrisa agrandándose más ── Y en África, ayudamos a bastante niños y mujeres embarazadas.
── ¿En serio? ── Charlotte cuestionó, admirándola.
── Lo hice. Después de eso, termine todo contacto con mis padres adoptivos hasta hace poco, tenía una deuda con ellos que ya fue pagada. Ahora sé que puedo decir que estoy completamente limpia.
── Eres una santa, Van Drews ── ella determinó con una media sonrisa.
── Ojalá fuera cierto.
La expresión de Charlotte cambió a una curiosa, alertando a Van sobre su comentario. Antes de poder decir algo, Louise interrumpió en la oficina, respirando con fuerza.
── Atacaron la casa presidencia ── comentó directo a la chica Hoffman ── Tenemos que irnos. Morgan está herida y no encuentran a Kay.
── Tendré todo preparado ── avisó Van, parándose ── Louise, recuerda no ejercer tanta presión en tus piernas.
── Hare lo que pueda ── habló ── ¡Vamos, Lotte!
Ambas agentes corrieron hasta la camioneta donde Derek apareció, tirando las llaves en dirección a Louise.
── Vamos en camino, Kay ── Derek dijo a través de su auricular ── Resiste, hermano.
── ¿Lo encontraron? ── Charlotte preguntó al entrar en la camioneta.
── Sí. Estaba atrapado ── comentó.
Louise dio una vuelta, desparrando las ruedas traseras por el asfalto.
── De alguna forma, extrañe tu manera de manejar ── Charlotte rio.
── Yo no ── masculló Derek.
Con la manera de conducir de Louise Wilde, no tardaron en llegar a la casa presidencial que consistía en varios pilares sosteniendo la estructura de piedra. Los agentes de ayuda se alinearon con la seña de Derek, se desplego en un semicírculo y entraron, disparando contra los invasores.
Charlotte miró en la parte de arriba, la terraza tenía varios reflejos que después se dio cuenta que eran balas. Las detuvo con su escudo, protegiendo a noticieros que se pusieron a su alrededor. Arrugando su nariz, quitó una cámara de su rostro y se dirigió a los agentes.
── Los veré arriba ── informó.
Ella levitó, llegando al techo en el mismo tiempo que varios hombres de KORB dieron la vuelta, apuntándola con sus armas.
── Esperaba una bienvenida cálida ── dijo con una falsa molestia ── Ahora, ¿por qué no me protegen?
── ¿Crees que haremos...?
Los primeros hombres cayeron al instante, girando mientras disparaban, directo a sus pechos. Fueron cayendo como muñecos, sin vida y la sangre manchando las paredes. Charlotte arrugó su nariz, asqueada por la suciedad que dejaron.
── Terminen sus trabajos ── ordenó.
Los hombres pasaron a su lado, directo a la orilla de la casa. Su cuerpo se balanceó hacia adelante, cayendo por el vacío.
Abrió la puerta determinada a terminar con todo lo que sucede. Los gritos se dejaron de escuchar, inocentes que fueron atrapados contra su voluntad.
Sin resistir, apretó los dientes cuando vio a Derek pelear con la misma mujer que tenía tanta fuerza que solo empezaba a convertirse en su propio dolor de cabeza. Sus golpes eran acertados, en lugares pocos resguardados por el hombre.
Aunque Derek era un oponente digno, estaba dudando en sus movimientos como si su mente no conectaba con su cuerpo para defenderse. Charlotte bajó la escalera, resguardándose de las balas que llegaban en su dirección.
Sin esperar, detuvo los brazos de la mujer, apretándolos tan fuerte que pudo escuchar el gruñido de dolor.
── No eres más que un obstáculo ── dijo a través de la máscara.
── Bien dicho ── sonrió.
Moviendo sus dedos, aventó el cuerpo de la mujer directo a una pared donde la golpeo una y otra vez como si se tratara de un juguete. Como dijo Kay, era una inmortal ya que parecía que no sentía ni una pizca de dolor o preocupación por la sangre que salió de su cabeza.
Terminó por recorrer la distancia entre Derek y ella, limpio la suciedad de sus mejillas con preocupación.
── ¿Estás bien? ── preguntó aunque la mirada del hombre estaba puesta en otro lado ── Oye, ¿te sientes bien?
Él parpadeó repetidamente, dándole curiosidad a Charlotte quien terminó de girar. La mujer perdió su máscara revelando su rostro juvenil. Ella abrió sus ojos azulados poniéndolos sobre los dos agentes.
Charlotte frunció su ceño, parecía tener su misma edad o menos, su rostro tenía cierto aire a alguien familiar que todavía no terminaba por encajar. Para ser parte de KORB, era demasiado joven y despierta.
── Vas a pagarlo, maldita ── escupió.
Antes de poder reaccionar, sintió como fue empujada al suelo con demasiada fuerza por las cuerdas que se enredaron en su cuello, jalándola a un hombre con una enorme sonrisa perversa.
La sorpresa hizo que se sintiera torpe, por primera vez, fue distraída. Charlotte extendió sus manos, llamando las dagas del pantalón de Derek para insertarla en el pecho del hombre. Este quedo impresionado viendo el arma en medio de su cuerpo, sus ojos se abrieron y el pánico creció.
El arrepentimiento surgió en ella, disipando todo sentimiento de ira. Era el primer agente de KORB que demostró algo en su mirada que la hizo sentir culpable. Él cayó al suelo, la sangre brotando de su pecho sin poder detenerlo con sus manos.
Charlotte terminó por sentarse en el suelo, respirando con fuerza y sin poder despegar su mirada hasta que un par de llamas empezaron a extenderse por todo el techo.
Con la respiración estancada, se levantó de nuevo para intentar buscarlos cuando un mutante empezó a subir los peldaños de su piso. Todo su cuerpo desprendía calor por las llamas que lo envolvía, ardiendo cada objeto que tocaba.
Cuando su mirada se posó en ella, no perdió el tiempo en lanzar sus ráfagas en un intento de golpearla. El escudo a su alrededor las detuvo, alzándose e intentando penetrarla.
── ¡Derek! ── gritó con urgencia.
El soldado se mantuvo quieto en su posición, sin hacer movimientos para defenderse por los golpes de la mujer tal como lo hizo antes. Charlotte rechinó los dientes, cansada y enojada por saber que sucedía.
Todo su alrededor se movió con su potente grito, las paredes agitándose y el techo desprendiéndose. Una niebla oscura empezó a surgir en su mirada, alertando a los nuevos que entraron.
De sus labios brotó un gruñido conforme las paredes volaban, dejándolos descubiertos. Con una sola orden, el cuerpo de la mujer fue lanzado por los agujeros mientras el hombre que intentaba llegar por detrás fue atraído, directo al hombre de fuego.
Fueron solo segundos que necesito Charlotte para deshacerse de todos, cada agente de KORB fue agitado como si no fueran humanos. En su mente, eran desechables y por eso perdió todo interés en saber quiénes eran.
Terminando con su labor, se acercó a Derek, golpeándolo tan fuerte en su pecho que dio varios pasos atrás, sorprendido.
── ¿Qué sucede contigo? ── exigió ── ¡Casi nos matan!
El hombre balbuceó, intentando llegar a su explicación ── Es... es mi hermana.
Ella apretó sus labios, negando ── Tenemos que irnos.
── ¡Es mi hermana! ── volvió a decir con determinación.
── No lo sabes ── masculló con irritación ── Era una niña cuando desapareció, ella es una mujer.
Derek agitó su cabeza, negándose a las palabras de ella. Lo que sucedió después, ninguno lo espero y más Charlotte, siendo la primera en llevarse la peor parte.
── ¡Charlie!
Ella giró, tratando de mirar por encima de su hombro a la persona que la llamó pero solo pudo observar el resplandor amarillo que iba en su dirección. El fuerte calor hizo que sus ojos se expandieran, cubiertos por el miedo.
El tiempo fue insuficiente para quitarse o detenerlo. El grito que salió de Charlotte alertó a los agentes, tan ronco y cargado de dolor que los hizo reaccionar. Las lágrimas cayeron por su rostro cuando Derek la tomó, intentando apagar el creciente fuego de sus brazos.
Pudo sentir el calor que desbordaba, llegando a quemarlo pero solo podía pensar en cómo Charlotte iba cayendo sin fuerza.
── Aguanta, cariño ── suplicó.
Una capa de hielo los cubrió, a ambos, apagando todo el fuego que comenzaba a enterrarlos. Charlotte siguió temblando en sus brazos, sus párpados cayendo hasta quedar inconsciente.
── Lo lamento ── Derek murmuró. Quitó las trenzas de su rostro, intentando despertarla ── Cariño, perdóname.
La ira empezó a surgir en el hombre, empeorando cuando noto los brazos quemados de la mujer, las mangas enterradas bajo su piel. En un rápido movimiento, sacó el arma de su cinturón, disparando limpiamente a la frente del mutante sin dudar.
Era lo mínimo que podía recibir después de herir a su mujer.
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