11┃encerrados



acto dos, capítulo once

encerrados





Con las direcciones del recuerdo que extrajo de Louise, Charlotte recorrió varios caminos, buscando el edificio viejo que se encontraba en Golden.

Un par de horas fue lo que dilato caminando hasta llegar a un callejón, lo suficiente oscuro para querer escapar de ese lugar. Su objetivo se encontraba al final, intentando pasar desapercibido. Charlotte manejó su cuerpo, impulsándose para pasar por encima del portón. Cayó con cuidado, leyendo el letrero de precaución.

Una sonrisa tiró de sus labios, es preferible que teman lo que ella hará dentro si encuentra a KORB.

Para bienestar de ambos, el sitio estaba completamente vacío. Toda evidencia de que estuvieron ahí se perdió a excepción de los agujeros en las paredes.

── Alguien tuvo acción ── susurró.

Subió al segundo piso donde estuvo Mara. Si su hermana seguía viva, necesita devolverla a casa y limpiarla así volverá a ser la misma.

── ¡Señorita, esto es propiedad privada!

Un hombre anciano se acercó a su encuentro, tenía un rifle de caza entre sus manos con dudas. Ella intentó sonreír pero su gesto solo lo asustó más, apretando los dedos alrededor del objeto. Sin preámbulo, movió la mano, deshaciéndose del arma.

── Dime donde han ido las personas que residían en este edificio ── demandó.

El hombre parpadeó confundido ── No conozco ninguna persona pero vi un avión despegar, se fue al oeste.

── ¿Solo eso? ── presionó.

── Había una chica que los lideraba. Gritaba que su próxima parada era a casi diez kilómetros y no pensaba caminar a su encuentro.

── Gracias por la información ── asintió ── Ahora váyase a casa.

Con su mandato, el hombre bajó la escalera, regresando a su pequeña casa. Diez kilómetros al oeste no se oían mal para una caminata a solas y menos con el resultado que tendría cuando llegara.

Ser telepata nunca fue mejor en ese tiempo. Con ayuda de los vecinos, vio pasar el avión, incluso los animales ofrecieron pequeños recuerdos a pesar de no tener pensamientos.

Charlotte llegó a una granja, un escondite muy extraño pero sutil. En segundos la vivienda explotó, la madera se quebró y algunas salieron disparadas. Ella se agachó antes que la golpeara, ¿qué demonios sucede?

La chica corrió al oír disparos, los pensamientos aturdiéndola por el miedo que cruzaba. El avión a escasos metros se detuvo, avisando que ZELLA entro en el juego.

Sus piernas corrieron, saliendo de la pesada maleza para llegar. Detuvo una bala dirigida a Kay, regresándola a su dueño. Empezó a utilizarla como su arma, desplazándola entre los hombres y mujeres cercanos.

Todos cayeron, sus pechos sangrando por el hueco y eso solo la hizo sentir más orgullosa.

── Alerta, agente ── se burló.

Ella subió los escalones quebradizos, crujieron ante su paso y eso demostró lo degastados que estaban. Varios clones de Louise peleaban, rodeándola para que siguiera adelante y supo que era obra de la mujer.

Siguió moviéndose por toda la planta, ignorando los pedidos de no seguir y callándoles la boca con solo pedirlo.

Mara le dio la espalda cuando logró entrar a su improvisado fuerte. Movió los imanes de la pizarra, ignorando lo sucedido en la parte de abajo.

── ¿Mara? ── llamó suavemente.

Ella detuvo su mano a mitad del pizarrón, paralizada por unos segundos. Se giró sobre sus pies, manteniendo su expresión fuera de toda emoción.

── Charlotte ── replicó, su voz melódica rompiendo el silencio ── Me alegra que hayas decidido volver a casa.

── ¿A casa? ── preguntó incrédula ── Esto no es un hogar. Un tormento lo define mejor.

── Claro que no. KORB nos creó para mejorar el mundo.

Charlotte parpadeó, confundida ── ¿Sabes quién soy, Mara?

── Claro que lo hago. Eres Charlotte, mi misión.

── Soy tu hermana ── comentó, dando un paso adelante para afrontarla ── Tenemos la misma sangre.

── Algo que estoy dudando ── siseó, arrugando su frente ── Pero esto me lo confirmara.

Mara lanzó un golpe directo al rostro de su hermana, apenas siendo interceptado por los brazos de Charlotte. Ella apretó los dientes, perdiendo toda esperanza en querer recuperarla y llenándose de molestia.

¿Cómo es posible que haya olvidado que eran hermanas?

Charlotte devolvió el golpe, acertando en su rostro. El cabello oscuro se movió alrededor por el impacto. Tomó esa pequeña distracción para empujarla contra el suelo, mantuvo un brazo bajo su cuello, forzándola a quedarse quieta.

De inmediato, intento meterse en su mente, siendo bloqueada por la misma niebla que Beth Colleman. La sensación de que es su manipulación la abarco con más fuerza cuando Mara gruñó.

Una niebla amarilla la empujó, un extraño poder que surgió de su hermana. No es una telepatía directo, es más como una manipulación a los recuerdos y utilizarlos en su contra. Eso no es para nada bueno.

── Vuelve, Mara, la auténtica ── exigió, sintiendo miedo ── No la que manipule.

Ella gruñó, tratando de deshacerse del agarre. Soltó una fuerte carcajada, llena de arrogancia.

── ¿Pudiste sentirlo, hermana? Tú fuiste quien mato a la verdadera Mara.

El arrepentimiento en su rostro fue evidente, tanto que la dejó expuesta cuando Mara lanzó uno de sus escudos, llevándola a ella. Charlotte salió volando, sin tiempo para utilizar su poder y detenerse cuando un par de brazos la tomaron.

La familiar sensación hizo que no tuviera la necesidad de voltear para saber de quién se trataba. Esa vez, su gabardina y guantes fueron olvidados, mostrando el metal reluciente.

── Eres una insensata ── gruñó en su oído.

Ella giró, encontrándose con la mirada azulada del soldado.

── Y tú un imbécil.

── ¡Vienen más! ── Morgan gritó.

Corrió alrededor, creando grandes muros para retener a Mara dentro de ellos. Su rostro se sonrojó por el esfuerzo para luchar contra los escudos.

En un rápido movimiento, Derek tomó la cintura de Charlotte y la puso detrás de él. Utilizó sus brazos como escudo para detener las balas en su dirección. Aunque sabe que ella puede pararlas sin necesidad, quiere sentir como la protege después de su huida.

Charlotte desprendió varias láminas del degastado techo, lanzándolas encima de los hombres de KORB, a otros les quito sus armas. El grito de Mara cortó su concentración, deteniéndola.

Mara se encontraba en el suelo, adolorida y reteniendo la sangre que salía de su labio. Empezó a llorar, haciendo el esfuerzo de quebrar el hielo a su alrededor.

── ¡Hermana! ── ella gritó ── ¡Ayúdame! Ven conmigo, necesito de tí.

Derek tomó el brazo de Charlotte, deteniéndola en su lugar. Negó con su cabeza, tratando de hacerla reaccionar.

── Juega contigo ── él susurró ── Una distracción.

Y así fue. Varias bombas detonaron bajo sus pies, el retumbar y el sonido hizo que sus oídos pitaran dolorosamente. En esos segundos, Mara se puso sobre sus pies, escapando por uno de los huecos.

Morgan gritó que iría detrás de ella mientras el resto de los agentes se quedaron parados. Esa situación no era lo esperado y menos que ella se fuera.

── Hay que irnos ── comentó el hombre ── La granja se caerá.

Una segunda bomba explotó más cerca. Charlotte detuvo los escombros antes que cayeran encima, dando tiempo para que los hombres salieran.

Derek tomó su mano, guiándola entre las nubes de humo hasta frenarse.

── La escalera está destruida ── informó, viendo el hueco.

── Puedo hacer...

Ni siquiera terminó la frase cuando Derek rodeó su cintura con uno de sus brazos metálicos y se impulsó, dando un brinco lo suficiente fuerte para pasar al otro extremo. Ella soltó el aire, golpeando el pecho del hombre.

── Dios, no lo vuelvas a hacer ── amenazó.

── Entonces no te vuelvas a ir ── replicó, frunciendo sus cejas.

Aún con la molestia palpitando, los dos siguieron corriendo por el poco camino. La escalera destruida y las paredes cayéndose empeoraron el humor del soldado. Sin importarle, Derek volvió a tomarla de la cintura y se arrojó a una ventana como si fuera lo más normal.

── ¡Demonios, Roth! ── gritó, cansada.

Charlotte rodó por la hierba, al instante se levantó, viendo un hombre acercarse. En su pecho tenía varios dispositivos, cables conectados y números que bajaban.

Las náuseas revolvieron su estómago cuando se dio cuenta que era una bomba.

── ¡Derek! ── llamó.

Él se paró, tambaleando por el impacto. Fijó su vista en el hombre, comprendiendo lo que se avecina. Ambos corrieron a su encuentro, sintiendo el tiempo más lento conforme los números bajar.

Sin esperar, Charlotte arrancó las paredes, utilizándolos como un escudo. Derek saltó sobre ella, protegiéndola de la explosión.

El estallido fue abrumador, el pitido de sus oídos aumentó y todo su alrededor se oscureció. Charlotte trató de sostener los escombros pero se hizo imposible, el peso y el cansancio solo hizo que cediera, derrumbándose.




Una diminuta filtración de luz era lo que quedó en el encierro. Las paredes junto a varios hierros quedaron incrustadas en la tierra, haciéndose difícil de mover.

No había modo de dar alguna señal que quedaron abajo, metidos entre toneladas de concreto.

El siseo de dolor de Derek hizo que Charlotte se acercara a su encuentro. El cuerpo del hombre estaba entre varias rocas, la sangre brotando de la herida en su cabeza pero eso no era lo peor. Una pieza de vidrio brilló desde el interior de su abdomen.

── Tienes que sacarlo ── él dijo, apretando los dientes ── ¡Charlotte, sácalo!

Ella asintió, soltando el peso de las paredes y ocasionando que el espacio se hiciera más pequeño. Tenía los labios entumidos, sin poder decir ni una palabra.

Quitó la improvisada chaqueta, empapada de sangre y se preparó, quitando todo miedo. Lo extrajo con rapidez, tratando de hacer el menos daño posible.

Tal como fue indicando el soldado, arrancó parte de su camisa para utilizarlo como vendaje. Lo apretó alrededor de la herida, apretándolo como era posible.

── ¿Lo puse bien? ── preguntó

── Sí ── asintió.

Volvió a recostarse en las piedras, respirando con dificultad.

── Voy a tratar de levantar los pilares.

── No ── tomó su mano, deteniéndola ── Es imposible. Harás que nos enterremos más y el aire... comienza a ser más pesado.

Charlotte frunció el ceño al ver como Derek empezó a agitarse. Su pecho subió y bajo en un ritmo demasiado rápido para llenar sus débiles pulmones.

── Trata de relajarte ── pidió en voz baja.

Con sus manos unidas, dio un suave masaje y se deslizó por su mente. Esa vez más difícil por lo perturbado que se encuentra y poniendo resistencia.

Los recuerdos de cómo fue enterrado vivo en KORB, surgieron, dándole más estrés. Charlotte salió, sintiendo como su cabeza explotara.

Sin la medicación adecuada y utilizando sus poderes, hacía que la presión de salir tomara demasiada energía. Derek gruñó, apretando su pequeña mano.

── Respira ── ella susurró. Tomó sus sudorosas mejillas para que la mirara fijamente ── Por favor, hazlo.

Sin tener buena respuesta, Charlotte lo acercó, juntando sus labios. Tan fríos y quebradizos pero aún pudo sentir la calidez que el soldado transmite. Necesitando que se distraiga, movió sus labios, recorriéndolos con suavidad.

Él gimió, tomando la oportunidad para introducir su lengua. Cada parte de Charlotte enloqueció, deseando que la tocara más pero se detuvo, recordando su plan.

Ahora sí pudo entrar en su mente, recorriendo los recuerdos con facilidad. Forzó a aquellos buenos abrirse, algunos perdidos por la agencia que experimento en él y que Kay había dicho que olvido por completo.

Se separó, respirando mientras Derek sonrió, viendo el recuerdo donde su madre lo alzaba cuando era pequeño. Su cabeza se apoyó en el pecho de Charlotte, oyendo su corazón latir con fuerza después de lo sucedido.

Ella pasó sus dedos por el cabello distraídamente. Nunca pensó que besaría al soldado y se sentiría tan increíble cómo fue pero en parte, fue como aprovecharse de su situación tan delicada.

── Prometo que nos sacaré de aquí ── susurró en su oído.

Él asintió, luchando en mantenerse despierto. Podía sentir como se iba deslizando suavemente en la inconsciencia, preocupando a Charlotte.

La chica solo pudo ver como se iba debilitando, tanto que tomó su mano antes que cayera al suelo, colocándola encima de la herida. Sus labios se agitaron, queriendo llorar por la impotencia de no poder ayudarlo.

Derek estaba muriéndose en sus brazos.

Sin contenerse, hizo un segundo intento en levantar cada parte de cemento que los enterraba. Las paredes pesadas tomaron cada onza de energía y la vitalidad que residía en ella.

Si tan solo hubiera tomado un poco del suero, los habría sacado.

── Para ── Derek murmuró con pesadez ── Estaré bien.

── No, no lo estarás ── balbuceó.

Las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, teniendo miedo. Derek no estaba bien, cada parte de su cuerpo tiene sangre y polvo además de la palidez en su rostro. Él simplemente no sanaba.

Una idea surgió en su cabeza, una que sería difícil y probablemente descontrole todo el trabajo que ha hecho en mantenerse lúcida. Con solo mirar a Derek, sabe que valdrá la pena.

La teletransportación sigue siendo un obstáculo, apenas puede manejarlo cuando está enojada. Ahora tiene a una persona que llevar y eso conduce a miles de probabilidades donde su cuerpo no llegue completo o tome energía del hombre para rescatar la suya.

── Voy a teletransportarnos ── murmuró.

Derek apenas pudo sostener la mirada así que Charlotte no espero respuesta y rogo al cielo que no pasara nada malo. Si hay alguien viéndola en ese instante, sabe que es la primera vez que tiene a alguien importante en sus manos.

El dolor en su espalda se disparó al forzar su poder llevarlos. Todo en su interior protestó por ese peso y se resintió. Charlotte los calló, dándoles a saber que ella era quien mandaba, puede manejar su habilidad y en ese momento, deseaba salir de ese agujero.

En el primer intento apenas se movieron, regresando al lugar. En el segundo, fue donde ambos salieron.

Cayeron en la hierba quemada, el cuerpo inconsciente de Derek rodó hasta los zapatos que enseguida su propietario se dio cuenta. Kay se dejó caer, quitando la chaqueta para ver la herida profunda mientras Charlotte se quedó de pie, dio un paso atrás, sintiendo la pesadez y el mareo.

── Ich beherrsche meine Fähigkeiten (Domino mis habilidades) ── repitió una y otra vez.

Sus rodillas se doblaron haciendo que cayera y después sobre su espalda. El cielo azul empezó a nublarse, sus nubes claras se perdían entra le negrura que los rodea.

── Lotte, mantén la calma ── Louise pidió, tomando su mano ── Concéntrate en mí, ¿sí? Van viene en camino.

Todo su cuerpo tembló. Sus piernas, brazos e incluso sus labios pálidos. La preocupación de Louise fue evidente, llamando su atención para que se concentrara en ella.

Charlotte solo pudo verla y como ya no sentía el peso de su mano. Ella apareció en otro lado, un lugar completamente diferente a Golden. La arena bajo sus dedos era caliente al igual que el sol, reconoció de inmediato el lugar.

Había regresado a Müller de una forma poco convencional, cerró los ojos, disfrutando la calidez de su país natal.

── Volví a casa.




Las habitaciones blancas eran una de las pocas cosas que Derek Roth odiaba por una simple razón, significaba estar herido o enfermo.

Hace tiempo no despertaba en un lugar tan incómodo y solitario, además de que esas camillas solo le provocaban dolor de espalda. Parpadeó por la incesante luz que provenía de la ventana, fastidiado por el hecho de que no cerraron las cortinas.

Quitó la máscara de su rostro, tirándola a un lado.

── Nada de movimientos bruscos ── Van habló, poniendo a prueba su sentido de saber cuándo los pacientes despertaban ── La cortada fue profunda hasta para mi poder. Ayude a acelerar la cicatrización pero sabiendo cómo eres, Roth, nada de movimientos ── repitió con autoridad.

Subió la máscara de nuevo, amenazando en silencio con sus penetrantes ojos verdosos. Haciendo caso a su mandato, dejo las cosas puestas en su lugar.

── ¿Dónde está el resto? ── preguntó, observando el lugar vacío.

── Interrogación ── respondió con simpleza ── Capturaron a varios de KORB. Siguen sin cooperar.

── Que sorpresa ── murmuró con sarcasmo.

El hombre se acomodó, observando como Van tragó saliva con nervios. Frunció el ceño, curioso de saber el porqué de su reacción tan repentina.

── ¿Y Charlotte?

Ella soltó un suspiro ── Te lo diré porque no quiero problemas. Prométeme que no harás nada estúpido.

── Van ── siseó.

── No la encuentran. Desapareció después que ambos salieran de los escombros.

Derek quitó la mascarilla, alarmado ── Tenemos que buscarla o volverá a tener otro ataque. Ella uso su poder para que saliéramos.

Intentó levantarse, buscando los zapatos. En ese momento, Kay entró deteniéndolo.

── Oye a Van, amigo ── comentó, puso presión haciendo que tome asiento ── Estamos buscándola. Todas las cámaras fueron modificadas para reconocer su rostro y el sistema, con solo su nombre bastara.

── Eso no es suficiente.

── Lo es por el momento ── afirmó el agente ── Además, estamos buscando el tubo que ella trajo.

── ¿Por qué lo quieren? ── interrogó, arqueando las cejas.

── Charlotte lo necesitara cuando venga y quiero estudiarlo ── Van respondió ── Puedo hacer una réplica si tengo los elementos correctos.

── Sé dónde lo tiene ── comentó el hombre, apretando los labios antes de seguir ── Pero prométeme que no lo alteraras de ninguna forma o lo harás con Charlotte.

── Lo prometo, Roth, no haré nada malo.

Él asintió, guiándolos al dormitorio de Charlotte. Sin la presencia de la chica, se sentía frío y tan desolado como estuvo en un principio.

── Kay, mueve ese panel ── pidió, señalando el techo.

El agente asintió, rozándolo con los dedos. Al hacerlo, el frasco cayó y quedo suspendido por el aire como si alguien lo detuvo. Si Charlotte no estuviera desaparecida, creerían que fue ella quién lo hizo.

Derek lo tomo, quitó la sabana que lo envolvía. Tragó saliva, indeciso cuando dejó el frasco en la mano de Van.

── Descansa, Roth.




Pasaron dos días completos sin noticias o avistamientos de Charlotte Hoffman, no había reconocimiento facial o identificación que ayudara en el proceso. Si algo podían confirmar era que KORB no la tenían.

El tercer día, a las siete de la mañana, Louise entró al dormitorio de Derek sin tocar. Lían tiró de la sabana, cubriendo su cuerpo desnudo mientras Derek siseó una maldición.

── Encontramos a Charlotte, por si te interesa ── habló.

Derek se levantó, corriendo detrás de la agente mientras trataba de introducir sus pies en las pesadas botas. Tomó los guantes oscuros, tirados en la mesa después que Lían prácticamente saltara encima de él en la sala.

── ¿Dónde se encuentra? ── él interrogó.

── Alemania. En una casa abandonada en Müller ── informó.

── ¿Es su casa...?

── La propiedad está a nombre de su familia ── interrumpió, rodando los ojos ── Salimos en diez minutos.

── Esa mujer anda enojada ── Kay intervino cuando Louise lo dejó a medio camino ── Morgan dice que anda en sus días.

── ¿Y que significa eso? ── replicó.

── Pues, es cuando empiezan a sangrar...

── Cállate, Kay ── Derek se alejó antes de oír las palabras de su amigo.

── ¡Tú me preguntaste!

Los diez minutos pasaron con rapidez. Derek fue el último en subir al avión y eso genero más ansiedad de lo normal. Su rodilla reboto, deseando que Louise le diera más velocidad.

No tenían idea de lo que encontrarían en su estado o si seguía con vida. Su mente podía estar tranquila o colapsada, como el mayor temor de Derek.




La casa de los Hoffman era exactamente como Charlotte la describía. Tenía dos plantas con las paredes pintadas en un tono azul que se fue degastando. Por fuera, se miraba que estaba desolada, pareciendo que fue abandonada.

── Morgan, quédate afuera ── Derek ordenó ── Los demás entren conmigo.

El hombre empujó la puerta alistando su arma por las dudas. Dio varios pasos, asombrándose del cambio en el interior. Todo estaba flotando, cada mueble y cuadro que poseía, levitaba sin necesidad de ser tocado. Tampoco había señal de que la familia Hoffman estuviera ahí.

Kay silbó, impresionado. Pasó sus dedos por la mesa encima de su cabeza, el impulso hizo que subiera al techo.

── Maldición, es como si no hubiera gravedad.

Louise pasó a un lado del soldado, golpeando su hombro. La persiguieron, subiendo los escalones para llegar al segundo piso.

Cada puerta tenía los nombres de la familia. Iniciando por Mara, después Jenell, la única que no sobrevivió y por último Charlotte. Louise retuvo la respiración mientras abrió la puerta, dejando que golpeara la pared.

Charlotte estaba tendida en la cama, todo parecía normal excepto por una cuchara que se movía en la taza por sí sola, el repiqueo era el único sonido.

Ella mantuvo sus ojos cerrados y su pecho apenas se movía con cada respiración. Louise fue la primera en reaccionar, deposito su arma en la mesa para tomar una de sus manos frías.

Derek también lo hizo, quitando los restos de sangre seca que sabe que le pertenecen cuando estuvo herido, también quito trenzas de su cuello.

── Charlotte ── llamó en voz baja ── Nos tenías preocupados.

Ella parpadeó, intentando abrir sus ojos oscuros. Creó una pequeña sonrisa que se miraba dolorosa. Derek la levantó con cuidado, Louise ayudó a acomodar su cabeza en su hombro.

Bajó la escalera directo al avión donde Van tenía arreglado la camilla junto a varios botiquines de emergencia. La acostó, dejando que la mujer se encargara de Charlotte.

Sin perder tiempo, inserto la aguja en su vena, haciendo que la chica dejara salir un pequeño quejido. Ella despertó, enfocando su mirada en el soldado.

── Te vez mejor ── susurró.

── Ayudo el hecho de que me sacaste de ese lugar ── respondió ── Te llevaremos a la agencia.

── Tienes que decirle a mi familia que me iré por un tiempo ── le dijo, suspirando ── Jenell se pone histérica cuando no estoy y Mara le tiene miedo a la oscuridad, mamá tiene que apagar las luces o papá que lo haga.

Los agentes quedaron en silencio sin saber que decir con el extraño pedido. Para su suerte, Morgan fue quién respondió.

── Yo les diré ── asintió ── No te preocupes.

Derek miró a Van con preocupación, era lo que estaban esperando. Él salió junto al resto, dándole espacio para que la prepararan.

── Lo que tenías que hacer era cerrar la boca hasta que pudiéramos decirle, Roth ── Morgan se quejó ── Pero no, tuviste que decirle a Lían y ella abrió la boca. Gran servicio, soldado.

── No sabía que Lían hablaría o que ella fuera a mi dormitorio ── se excusó.

── Para la próxima recuerda con que mujer estas tratando ── comentó, cruzando los brazos.

── Ya partiremos ── Louise anunció.

Le dio un golpe a Morgan, alejándola del hombre. Él sabe que era culpable de toda la situación, solo confio en Lían y no hizo lo correcto. Pateó una roca con frustración, pensando en lo que hará para calmar a su equipo y sepan que era un hombre de palabra.

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