acto uno, capítulo siete
verdades
Como solían pedirle, Charlotte se quedó en la sala a vista de las personas que monitoreaban las grandes pantallas. Sin perder tiempo, los agentes tomaron sus municiones y salieron, corriendo en dirección del avión.
Desde su posición, Charlotte los vio partir, deseando estar con ellos. El jefe era la persona que puso las bombas o por lo menos su mandato y quieren detenerlo antes que hiera a alguien más.
Ella observó cómo el soldado la miró antes de subirse al avión. Colocó su mano sobre el vidrio y transmitió un mensaje directo a su mente.
── Vuelve, por favor.
La sorpresa no se escondió en el rostro del hombre, la capacidad de su poder y ese sentimiento que lo abarcó sobre desear protegerla en todo momento. Pudo observar su cuerpo frágil siendo escondidos por los brazos cruzados, sin perder el contacto en ellos.
A pesar de conocer su edad verdadera, no puede compararla con una niña, necesitando protección. Es claro que descartó ese pensamiento porque sabe lo mucho que ha sufrido y como la vida le dio más golpes que a cualquiera de los agentes, Charlotte Hoffman le ha demostrado su valor en varias situaciones. Tanto que entiende que debe mantenerse lejos cuando empiece a crear su propia historia.
Soltando un suspiro, movió sus dedos en despedida junto a una pequeña sonrisa. Entró en la parte trasera del avión, directo a su asiento donde ajustó el cinturón de seguridad. Kay se acercó, poniéndose a su lado como siempre lo hace.
── ¿A quién estabas espiando? ── preguntó con curiosidad.
── Solo me despedía de Charlotte ── respondió. Arregló los guantes, sin darle importancia a su amigo.
── Así que Charlotte ── canturreo con una sonrisa.
De inmediato, Derek frunció sus cejas ── ¿Qué quieres decir?
── Nada ── negó, tratando de hacerse el desentendido ── Sería buena tenerla en el equipo. Sus habilidades son increíblemente hermosas.
── ¡Desde ahora digo que tiene mi rechazo! ── Morgan gritó desde su posición.
Tras ese comentario, empezó la pelea entre Louise y Morgan sobre las decisiones que se tomarían en cuánto Charlotte este lejos de las manos de KORB. Kay rodó los ojos, ignorando a ambas mujeres como solía hacer.
── Se ve que es una buena chica, algo tímida pero puede llegar a tener potencial ── explicó.
── Claro que tiene potencial ── Derek replicó ── Solo hay que instruirla. ¿Crees que se moleste si empezamos a darle un entrenamiento militar?
Kay soltó una carcajada, negando ── ¿A quién le importa? Tendrá que seguirlo si quiere quedarse.
── No, tendrá la opción de elegir si lo quiere ── él murmuró en desacuerdo ── Charlotte es genial, no se sintió mal o incomoda cuando me vio con, ya sabes, las prótesis.
── Yo tampoco me sentí mal.
── Eres hombre, Kay ── aclaró de mala gana ── Ella es una mujer.
── Si no me lo dices, no me doy cuenta ── comentó con sarcasmo.
── Sentí que debí de recalcar esa información ── sonrió.
El avión se agitó, obstaculizando la respuesta de Kay. Los dos se agarraron del asiento antes de caer, parecía que alguien debía de recordarle a Louise Wilde sobre cómo manejar.
── ¿Puedo preguntar una cosa sin que te pongas a la defensiva? ── Kay interrogó, apretando sus labios con otra turbulencia ── ¿Te sientes reflejado en Charlotte?
── ¿Qué? ── replicó confuso ── No entiendo lo que quieres decir.
El agente Renner lo observó por un largo tiempo, tanto para hacerlo sentir incómodo. Sus análisis cada vez eran más exhaustivas y más su pregunta, ¿reflejarse en Charlotte?
No, de ninguna manera. Puede ser que él ha pasado por una situación similar pero no perdieron las mismas cosas o personas.
── No vayas por ese camino, Derek. Tengo demasiado con Morgan respirando en mi nuca, no quiero que mi amigo se vea involucrado.
── Me sorprende que creas eso ── musitó.
La llegada al edificio agrícola de Danny Mack fue silenciosa, a simple vista, parecía todo normal y sin pruebas de ser un almacén embarcado por KORB.
── Hay varios cargamentos de armas en los pisos superiores. Cuento 19 personas en los primeros cuatros pisos, los demás están vacíos ── Kay informó haciendo uso de su poder
── Ya saben cómo dividirse ── Derek murmuró.
Louise hizo el primer trabajo. Empezó a duplicarse ante las miradas de los agentes. Tres copias exactas salieron de su figura, tan iguales y que se comunicaron con solo observarse.
Las cuatros Louise se movieron, entrando al edificio para evacuar. Fueron solo unos minutos para que saliera nuevamente con los trabajadores que Kay descubrió.
── Todo listo ── informó.
Derek asintió, alistó su arma preferida, un AK──47. El mejor regalo que pudieron darle junto a la facilidad que era manejarla. Fue el primero en entrar como todas las misiones, la primera línea de fuego.
── ¡Manos arriba! ── gritó en aviso.
Los hombres escondidos salieron corriendo, agarrando sus propias armas. El hombre no perdió tiempo en disparar contra los que se negaron ante su pedido, solía pensar que era mejor acabar con ellos antes que alguno de sus compañeros fuera herido.
Siguió avanzado hasta verificar que cada rincón este libre. Bajó su arma, viendo la pizarra blanca que señalaba varias de los ataques que ZELLA frustro y otros que no pudieron evitar.
Lo más sorprendente eran los nombres que miró en la parte inferior, necesitando leerlo dos veces.
Reconoció los rostros, importantes militares que iniciaron como policías y otros que más bajos. Vio una lista larga de abogados, representantes del país y que llevaban una reputación grande en sus apellidos.
¿Qué significa eso para KORB? ¿Blancos de futuros ataques?
── ¿Qué es eso? ── Kay cuestionó, arrancando las fotografías.
── No tengo idea ── él respondió ── Deberíamos de llevar todo.
Debajo de todas las notas inscritas, Derek encontró imágenes de la familia Hoffman. Cada nombre de los integrantes estaba tachado menos el de una chica, apenas viéndose su rostro por la mancha oscurecida.
── Charlotte está marcada ── Louise dijo, tocando el nombre ── ¿Por qué? Ella sigue viva.
── Probablemente porque se escapó ── Morgan complementó, también curiosa ── O porque es un experimento fallido.
── Ella es todo menos un error ── Derek susurró ── Esa chica puede ser la hermana que sobrevivió ── señaló.
── ¿Después de todo tiempo? Lo dudo ── bufó, agitando su cabeza.
Un sonido empezó a cortar el ambiente, los agentes revisaron el espacio hasta que Derek dio con la radio que conectaba a la agencia ZELLA. Lo tomó, oyendo la estática y la voz apenas pudo reconocerse.
── Aquí, agente Roth. ¿Sucede algo?
La voz distorsionada empezó a aclararse ── Necesito que vuelvan, agentes...vuelvan. ¡Ataque a la agencia!
Después del grito, empezó a surgir disparos. El soldado frunció las cejas, tomando la radio para escucharla mejor. Las bombas lo hacían imposible y un nombre muy conocido lo puso en alerta: Charlotte.
── Maldición, tenemos que irnos.
Derek llamó a los agentes para desplazarlos por todo el edificio mientras ellos salían directo al avión. Dio un brinco a la parte trasera, agarrándose antes de caer.
── ¡Voy a despegar! ── Louise anunció desde su puesto.
El soldado se sostuvo mientras empezó a levitar, sin poder llegar a su asiento. Estaba ansioso por llegar, Charlotte se encontraba en peligro y no pudo dejar de pensar en lo estúpido que fue irse con el resto de los agentes.
── Estará bien ── Morgan murmuró, enarcando sus cejas ── Puede protegerse ella sola.
── ¡Agárrense! ── gritó Louise.
Los tres agentes apenas pudieron sostenerse cuando el avión dio un giro inesperado, siseando por el repentino movimiento.
── ¿Qué ocurre? ── Kay preguntó, también dando una maldición.
── Un avión apareció de la nada ── dijo con enojo ── Ni siquiera cambio de línea.
Louise detuvo la pesada máquina en la entrada de la agencia la cual tenía varios pisos hechos un desastre, incluso quemándose. Kay y Derek se quedaron afuera, observando el avión, aún manteniendo su vuelo sin avanzar.
── Kay, utiliza tú...
No necesitó terminar su pedido cuando avisó que Charlotte estaba dentro de ese aparato inestable. La puerta mecánica se abrió en el aire, el soldado dio varios pasos adelantes, observando cómo varias figuras empezaron a caer como si fueran empujadas. Dos más también salieron y de inmediato reconoció a una.
Él empezó a correr al campo donde creyó que caerá. Kay tocó su hombro, absorbiendo la rapidez para mantener el ritmo de sus pisadas.
Irían a rescatar a Charlotte Hoffman.
── En caso de que alguno se arrepienta de estar junto a KORB, lo dejare libre ── Charlotte les dijo a los presentes.
── Dudo que alguno le importe lo que digas ── respondió Beth Colleman con una sonrisa engreída.
── Lo harán dentro de poco.
Y con eso, utilizó su poder para lanzar a cada uno de los ocupantes. Intentó detener el pesado avión al igual que las balas, su escudo rompiéndose con cada disparo.
── ¡Vamos, Charlotte, hazlo más interesantes! ── Beth gritó, sus feroces ojos verdes abriéndose con diversión.
── Claro que lo haré ── masculló.
Charlotte se lanzó contra ella, intentando detener los rayos eléctricos que desprendía su cuerpo.
En algún momento, ambas salieron volando por la puerta abierta del avión, las nubes haciendo difícil mirar donde caerían. Charlotte detuvo su propio cuerpo con la telequinesis, controlando la velocidad.
Dio varias vueltas en el césped, escupiendo las hierbas que entró en su boca. Se levantó con rapidez, al mismo tiempo que Beth lo hizo, quedando en cunclilla, esperando por el primer movimiento.
── La misión empieza a ponerse interesante ── habló con cinismo ── Entre más difícil, mayor es la ganancia.
Beth fue la primera en hacer su ataque, lanzando varias esferas de electricidad mientras corrían. Charlotte apenas pudo detenerlas sin que llegaran a lastimarla o hacerla caer por las corrientes enredándose en su cuerpo.
── Eso no es agradable ── susurró.
── ¿No lo es? ── replicó la chica ── Dímelo a mí.
Con un solo movimiento de mano, el cuerpo de Beth fue lanzado y retenido en la hierba verde. Varios tubos de hierro salieron, enredándose en su cuello y muñecas, dejándola indefensa pero nadie podía detenerla. Su mirada subió al cielo, llamando a los rayos aparecer y caer justo en el lugar donde se encontraba Charlotte.
Uno se estrelló en el pecho de la chica Hoffman, tirándola en el aire por varios metros. Soltó un fuerte grito de dolor, escupiendo la sangre de su boca y apretó los dientes, aguantando las punzadas de su cabeza.
── ¡Eres una maldita perra! ── Beth gritó de la impotencia. Se retorció como un gusano intentando escapar.
Charlotte se sentó, limpiando la hilera de sangre que se escapó de su frente. Ella pudo herirla sin necesidad de tocarla, demasiado fuerte para su gusto.
Utilizando su poder más dominado, intento entrar en la mente de Beth para controlarla pero se encontró con una pared jamás vista. Casi pudo sentir la familiaridad y como la golpeó fuera, evitando que la tocará.
── ¡Sal de ahí! ── Beth chilló, sus agresivos ojos enrojeciendo ── No lo volverás a hacerlo, Hoffman, no más.
── ¿Qué? ── ella murmuró, confundida.
── ¡Quédate quieta! ── el soldado llegó, apuntando con su arma directo a Beth ── Kay, ve con Charlotte.
El agente Renner lo hizo, ayudando a la chica mantenerse sentada. Sacó un pañuelo de su bolsillo, apretándolo contra la herida abierta.
── Van te sanara en un instante ── explicó.
Derek también se acercó, su rostro ensombrecido por el enojo.
── Dije que te quedaras quieta en la agencia.
── Como si no traté de hacerlo ── gruñó molesta.
── ¡Jamás nos atraparan! ── Beth siguió gritando ── Solo somos peones en un juego que pronto terminara y parece... que no todos lo recuerdan ── musitó directo a Charlotte.
Varios agentes llegaron en apoyo, uno de ellos disparo el sedante a Beth, cayendo dormida de inmediato. Ella quitó los amarres, dándole acceso para tomar su cuerpo.
Derek fue quién se encargó de ayudarla, manteniendo su gran mano apoyada en la cintura y la otra entrelazada a los dedos fríos de Charlotte. Su preocupación era mayor con la dificultad de los pasos y las veces que intentó tropezarse.
── ¿Alguien murió? ── interrogó, observando el desastre de la agencia.
── Hasta donde me notificara, no ── respondió en voz baja.
El piso de la doctora Drews tenía varios agentes heridos, las habitaciones usualmente vacías ahora fueron llenadas de sangre y gritos.
── Van ── Kay detuvo a la mujer ── Necesito que atiendas a Charlotte. Por favor.
── Bien ── gruñó con molestia ── Después dicen que tengo preferencia.
Fue llevada a una de las habitaciones traseras, cerró las cortinas y encendió las luces. Hizo lo rutinario, limpiando la sangre coagulada encima de la herida.
── No necesitas puntadas. Quedará solo una fina línea ── explicó, tirando los guantes.
── ¿Cómo? No lo entiendo.
Ella soltó una risa, coloreando sus mejillas.
── ¿Nadie te dijo que también tengo habilidades? Sanación, es muy útil.
── ¡Lo es cuando no tienes quebrado algún hueso!
La voz dura del director asustó a Charlotte sin haberse dado cuenta de la presencia del gran hombre a su lado, una de sus piernas estaba enyesada y varios golpes adornaban su rostro usualmente rígido.
── Ya le expliqué lo que sucede, H.H ── se defendió Van, cruzando los brazos ── ¡Tengo mucho que atender y sus huesos no pegan!
── La parte buena es que no tuve que llamarlos para la reunión. Quiero saber cómo esas ratas entraron sin ser detectados, ¡ahora! ── pidió.
── Tenemos a un agente de KORB en custodia, se puede interrogar ── Kay informó ── Puedo encargarme.
── Se llama Beth Colleman ── les dijo Charlotte ── Y dudo que les den información. Tiene la misma manipulación que el señor Danny Mack, aunque, un poco más difícil.
── También tenemos algo ── Derek intervino ── Encontramos una pizarra con los nombres de posibles blancos. Los trajimos e imagino que Louise está investigando.
── Me alegro que todos cooperen ── sonrió el hombre ── Ahora, agente Renner. Lléveme a mi dormitorio, este viejo tiene que descansar.
La mirada aburrida de Beth Colleman empezó a molestar el humor de Kay Renner. Sin responder alguna de sus preguntas a excepción de sarcasmo o los planes para gobernar el país.
Para mantenerla tranquila, poseía el mismo exiliador que Hoffman tuvo en KORB, si uno de esos rayos diera plenamente en el agente no sobreviviría y nadie quiere eso.
Las preguntas empezaban a ser repetitivas, como entraron sin ser detectados o cuáles son los motivos de seguir queriendo a los mejores. Era claro que nunca fue respondida.
── Pensé que la herida estaba cerrada ── dijo el soldado, entrando a la sala con sus brazos cruzados.
── Estaba pensando y me rasguñe sin darme cuenta. ¿Puedo contarte algo? ── preguntó en voz baja.
── Claro ── asintió ── ¿Qué pasa?
── Creo que yo fui quien manipulo a Beth ── confesó, sin dejar de mirarla.
── ¿Qué? ── replicó, frunciendo las cejas ── ¿Cómo harías eso?
── No lo sé ── negó ── Pero ella tiene mi manipulación, puedo sentirla y... no sé cómo es posible.
── Tal vez no lo sea, Charlotte ── intentó calmarla, tomó su muñeca, girándola ── Vamos, conseguiré una cura para esa herida.
Movió su cabeza en dirección a la salida. Ella lo persiguió, prefiriendo irse por las buenas o sabe que el soldado la llevara, cueste lo que cueste.
── ¿Por qué sigues caminando? ── Van interrogó, dejando los documentos para observarla ── Está claro que si resultas herida, vas directo a tu habitación.
── Solo fue un rasguño ── se excusó.
── Y una posible contusión que pude disminuir. Soldado Roth, ¿por qué Charlotte sigue caminando libremente?
── Es lo que me pregunto ── masculló de mala gana.
La doctora sacó una venda, terminando de limpiar la sangre mientras colocó una cura en su frente.
── Hoffman ── la llamó con delicadeza ── Recuerda que sigues en proceso de recuperación. Te veo algo cansada, ¿estás tomando los medicamentos?
── Tal como me lo has pedido ── asintió ── Sin ninguna falta.
── Bien, no quiero agregar sedantes ── regañó con su intimidante mirada verdosa.
Derek decidió ofrecer su compañía a Charlotte hasta su dormitorio donde verificaria que quede en completo seguro. Caminaron en silencio, más de parte del hombre que no podía ignorar las palabras de Hoffman sobre ser ella quién manipulo a Beth Colleman.
¿Cómo puede ser posible?
Salió de sus pensamientos cuando Charlotte abrió la puerta, apoyándose en la pared mientras su mirada cayó en él.
── Soldado, ¿quieres entrar? ── preguntó en voz baja.
Derek parpadeó, sin tener una respuesta concreta. Lamió sus labios resecos antes de responder.
── Claro.
Ella cerró la puerta, dejándose caer de espalda en el suave colchón. Sus músculos se relajaron al instante, hubo demasiada acción por un día así que prefiere dejar las peleas para los agentes experimentados.
Derek se mantuvo parado, acercándose con cuidado. Sus movimientos cautelosos le dieron risa a Charlotte, tan incómodo y grande que era imposible creer que estaba nervioso.
── Acuéstate, nadie te morderá ── bromeó.
El hombre lo hizo, mirando el techo. Después de unos minutos en silencio, ella decidió hablar al soldado, mirándolo fijamente.
── ¿Crees que mis padres estuvieron del lado de KORB todo este tiempo?
Él giró su rostro ── Charlotte, si tú piensas que no lo hicieron, es mejor que quede así.
── Ese es el problema. Pienso que si lo hicieron y nos entregaron al jefe ── murmuró, mordiendo el interior de su mejilla, nerviosa ── Además, no solo nosotras. Sino que a todas esas personas que las capturaron para ser objetivos de experimentos.
── Nadie tiene la culpa de lo sucedido ── dijo roncamente ── Solo hay un culpable y es la persona que se hace llamar el jefe.
── Utilice la telepatía en varias personas ── el recuerdo de los rostros borrosos apareció, empeorando su molestia ── También fui participe, de una manera indirecta y ahora hay una posible victima en la sala de interrogación.
── Puedes cambiar esa culpa ── él murmuró. Uno de sus dedos metálicos empezó a acariciar su mejilla con cautela ── Ser una agente puede ayudarte a limpiar toda la culpa, aprender a pelear, incluso defenderte con las habilidades que posees.
Charlotte se puso enfrente sin perder el contacto en su mirada, el hombre apenas cabía en esa cama tan diminuta. Ella alzó su mano, esperando que el soldado captara su intención y lo hizo, sus dedos entrelazándose con fuerza.
Pudo sentir los escalofríos recorrer su espalda, de manera suave y agradable.
── ¿Sientes cuando te toco? ── susurró.
── Lo hago. Van hizo varios prototipos para que mis nervios pudieran conectarse. Fueron años de estudios pero dieron resultado, tengo prótesis mejoradas.
── Tu sacrificio ahora vale la pena ── ella dijo ── Salvas a mejorados.
── Lo sé.
Él dio una sonrisa traviesa mostrando las arrugas que decoraban sus ojos azulados.
── Hay algo mal en mí ── Charlotte confesó, perdiendo la diversión ── Puedo sentirlo. Las pérdidas de memoria eran constantes en KORB y no cambiará aquí, cuando suceda será...
── Estaré aquí ── Derek aseguró ── Todos los estaremos.
── Gracias ── murmuró.
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