¡Tienes 38 Mensajes!


OPORTUNIDADES

  '                   
    '                      
       '
           '   -   -   -   -
                                '
                                  '
                                     ' - 📨

—Joanna abre los ojos.

—No, no quiero.

—Sí no lo haces lo veré yo primero.

—¡Que no! Yo quiero verlo antes.

—Entonces abre los ojos.

Lamentablemente ya teníamos quince minutos en esto, hace unos días había enviado el formulario para ver si al fin podría firmar contrato con la editorial y empezar a sacar mis libros en librerías.

Lo peor es que había tenido que hacerlo desde el celular porque la laptop no tenía ni remota reparación... ya lo luego compraría una.

—Basta, lo haré.

—¡No! —di en el pequeño cuadro con la palabra Resultado sin pensarlo tan bien.

Meditaba si realmente sería bueno para mi salud mental abrir los ojos y ver el resultado.

—Abre los ojos.

—¿Y si perdí la oportunidad?

—Joanna...

—¿Que tal si fue el peor puntaje? Me daría vergüenza...

—Joanna.

—¿Y si...

—Joanna, tienes un puntaje de 98%

—¿Que?—separo únicamente dos dedos de mis ojos y miro la pantalla para comprobar que si es cierto—, ¿Qué?

—Que te aceptaron y tienes un contrato con la...

—No... ¿Que?

hunde las cejas sin entender nada de lo que digo.

—¿Como es que esto me pasa a mi?—balbuceo.

Mis ojos no se despegan de la pantalla, siquiera cuando Zack quita mis manos de mi rostro.

—¿Has leído uno de tus libros? Son grandioso, puercoespín.

—¿Tú has leído uno de ellos?

—No, pero ahí dicen que sí son grandioso —empujo su hombro con diversión.

Mi semblante se endurece, un manotazo recibió mi novio en su pecho.

—Te dije que quería verlo primero.

—Sí esperaba a que decidieras abrir la estúpida respuesta nos hacíamos ancianos aquí.

Se me escapa una sonrisa, era increíble como las palabras de Zack estaban construidas con un fin. Al menos la mayoría de ellas; era para hacerme sonreír.

—Bien, hora del regalo sorpresa.

—¿Sorpresa? Te he dicho que no voy a recibir regalos a menos que...

—Es un regalo de cumpleaños —enarco una ceja.

—Mi cumpleaños ya pasó.

—Es atrasado.

De la nada saca una caja algo grande de la mesa que, sinceramente no supe como rayos había metido al departamento sin antes darme cuenta.

Es que nos entretuvo con besos

Ah, cierto.

Él me mira con ojitos de niño emocionado, no me niego a abrirlo luego de unos segundos.

Al destapar la envoltura y encontrarme con el contenido, la sonrisa se me descompone, tengo que parpadear unas cuantas veces para de verdad creerme lo que tenía frente a mi.

Un nuevo color carmesí se apoderaron de mis mejillas, lo sé.

—¿Y?

Le escucho decir a mi lado, las lágrimas quieren salir, odiaba ser tan sentimental a veces.

—Es... ¿la laptop que rechacé hace meses?—mi tono de voz estaba invadido por el asombro.

Mi corazón ya no tenía ese ritmo normal, todo lo contrario, latía con fuerza, a punto de salirse de mi pecho.

—Dije que no le daría por vencido, y ya que la necesitas...

Lo corto con un abrazo bastante grande, no medí la fuerza con la que lo rodeé y había ocasionado que ambos cayeramos al suelo aún abrazados.

Al menos el cuerpo de Zack amortigua la caída.

Si... ¿Pero quien amortigua a Zack?

—Gracias, me ha gustado mucho.

Él recupera el aliento y lo escucho soltar una risa.

—Ya me he dado cuenta, Puercoespín.

—No, en serio— me incorporo mejor pata hallar sus ojos—, Gracias por todo lo que has hecho por mí, gracias por amarme.

Lo digo sinceramente, aunque pueda sonar muy extraño agradecer por algo así, la verdad es que no importaba, me gustaba sentirme amada por Zack.

—No agradezcas algo que me fue inevitable, Puercoespín —planto un beso en sus labios, el contacto suave que depositaba en mí me hacia sentir mariposas en todo el cuerpo, era tan fuerte que llegaba a doler. Millones de sensaciones y sentimientos explotaban a la vez, era una experiencia que, seguramente sólo con Zack podía vivir.

—Mhm... tengo que llamar a mi profesor y darle la noticia, debo ir a la editorial para que lleguemos a un acuerdo...—intento separarme y es en vano, sus brazos me envuelven y esta vez con más fuerza

—Puede esperar.

No me resisto cuando vuelve a besarme.


No me esperaba encontrarme con un grupo ya alguito mayor que yo en compañía y mucho menos que nos recibieran a todos con aplausos eufóricos con gratas palabras, lo única palabra que todos repetían en sus oraciones era la más simple Felicidades. Ahí me di cuenta de lo que realmente había ganado y había hecho, de lo que había logrado.

A los inicios de agosto me vi con cierto cariño, no sabía que nada de eso pasaría y no pude evitar sonreír con nostalgia ante tantos recuerdos.

Esa madrugada cuando mi celular vibró.

Esa vez que salí de mi departamento encontrándome con una cabellera rubia.

Esa vez que consiguiendo trabajo conocí a un chico alto y carismático.

Esa vez que Zack llegó con una caja de pizza.

Esa otra vez cuando llevó al cactus.

Era quimérico pensar que todo eso me había sucedido a mi, parecía un sueño bastante alentador a seguir con mi vida y a una meta que muchos abandonas; Ser feliz.

—Bienvenidos, mi nombre es Artie y soy la dueña de esta editorial, ha sido un placer leer cada una de sus ideas y habilidades en cada una de sus respuestas. Primero deben saber que si están aquí ha sido por el potencial que hemos hallado en cada uno de ustedes, así que no quiero nada de inseguridades en este lugar, son jóvenes exitosos que llegarán a más éxito.

Las palabras de aquella mujer me llegaron realmente, era cierto que si querría avanzar debía dejar esa estúpida inseguridad en todo lo que hacía, debía ser más arriesgada y más relajada respecto a ciertas decisiones. Debía trataba mucho más en mí.

El señor Adams me sonrió rápidamente, si alguien tuvo fe en mí desde el inicio había sido él, no sabría como pagarle por todo lo bueno que ha hecho.

—Como son autores nuevos tendrán que terminar que seguir con cursos de capacitación para que estén más preparados para el siguiente paso, que es publicar alguno de sus libros en papel.

Una chispa de emoción se iluminó dentro de mi cuerpo.

—Hemos revisado alguno de sus trabajos pero si quieren traer material nuevo es bienvenido—un silencio sepulcral se crea en la sala.

¿Un libro nuevo?

Lo cierto era que tenía ya una historia planeada, aunque fuese un cuento algo infantil, podía escribirlo.

Yo di un paso hacia al frente, captando la atención y algunos murmullos de mis compañeros.

—Joanna Diamond, tu puntaje fue el más alto —evito poner mi peor cara de sorpresa—. Se que no nos defraudarás. Tienes cinco meses máximo para entregarnos el borrador.

Ya he dicho que dejaría mi inseguridad, tengo que actuar con espíritu ganador.

—Muchas gracias –culmino.

La reunión acaba y mis pisadas se sincronizan a las del señor Adams, que parece más encantador que yo por todo el asunto.

–Bien hecho, Joanna, no hace falta decir que ya has aprobado totalmente la carrera –me dice y en mí se genera un aire de paz y tranquilidad.

Esta era la recompensa de Dios a mi vida, claro que sí.

—Gracias a usted, sin su insistencia no lo hubiese logrado.

El asiente con una sonrisa parecida a la mía, este era el final de uno de los planes que más me costaron en la vida. Graduarme de literatura de veía más que cerca, la pequeña ceremonia estaba planeada para después de la boda de Katherine.

De hecho, debía llamarla ahora que me acordaba. Seguramente ha estado enloqueciendo por la boda.

—Bueno, Joanna, nos vemos en tu ceremonia de graduación –las palmaditas que el profesor me da en el hombro hacen que asienta.

Luego de ello no había caminado tanto cuando el tono de mi celular se hizo sonar, era esa canción de Morat que tanto me gustaba.

Mil tormentas.

Me costó realmente atender, quería disfrutar la canción y cuando vi que era Arianna la que lo había hecho sonar bufé, pues claramente debía contestar.

—Hola futura escritora famosa –la calidez de sus palabras me abrigan—, La primera nevada se avecina, sabes lo que significa.

La sonrisa se me descompone en segundos.

—Oh no...

—Oh sí, debes venir a casa, será un rato agradable.

—No lo sé Arianna, tengo cosas que hacer...

—¿Son mas importantes que la familia?—eso me hace reír, me recuerda al personaje de una película de coches que le gustaba mucho a mi padre.

—Quizás.

—Te arrepentirás de decir eso, niña.

Bueno, a la vieja confiable.

¿Cual es la vieja confiable?

Echarle la culpa a mi novio.

—Seguramente a Zack no le parecerá bien y...

—Con él ya he hablado, ahórrate el echarle la culpa.

—¿Has hablado con Zack?

—Sí y te sigo que ha estado muy de acuerdo con la decisión –paso mi mano libre por mi rostro.

La traición.

—Vale, vale, ya veremos si ir.

—Los espero mañana, tengan cuidado en el camino.

No se espera una protesta de mi parte, exasperado suelto el celular en mi bolsa y me dispongo a caminar a casa, lo que me inspira a llegar más rápido es que cierto pelinegro está allí esperándome.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top