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VERDADES
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Cuando me incorporo en la cama me siento bastante confundida y sin conocimiento de donde estoy realmente.
Cuando tallo mis ojos y miro a mi alrededor puedo caer en cuenta, poner mis pies en la tierra y saber que estoy dentro de la camioneta sin ese estúpido vestido que me ajustaba los órganos.
Busco con la mirada a Zack y suelto una palabrota en cuanto recuerdo todo lo que ha pasado.
Zack muy molesto.
La fiesta.
Yo nerviosa.
Regan.
Carajo, Regan.
Me levanto rápidamente y casi al instante siento una punzada en la cabeza que me deja medio desorbitada.
—No te levantes —mi mente trataba de recuperar algunos recuerdos o al menos, saber quien era él sujeto que estaba frente a mí–, Soy el doctor Roberts, te atendí hace unas horas, recibiste un impacto muy grande en la cabeza cuando caíste, es probable que el dolor aumente si te mantienes en movimiento, así que es mejor que descanses.
Me limito a asentir porque no he entendido la mitad de lo que ha dicho. No le puse la suficiente atención.
—Le he inyectado un medicamento que la hará dormir un rato, seguramente lo necesita —toma su maletín y cuando está a punto de salir por la puerta de la camioneta le detengo.
—¿Sabe donde está Zack?
Le pregunto, como si fuese un amigo cercano que supiera toda mi vida.
—Sí, ha venido cada hora desde que ha salido de las manos de la policía, me ha hecho jurar que la cuidaría bien.
Culmina con una sonrisa.
—Su novio la quiere mucho.
Parpadeo cansada, desgastada y confundida ¿Que pasaría cuando lo vuelva a ver? ¿Que pensaría ahora mismo de mí?
Me conmovió el corazón esas pequeñas palabras, porque sin ese hombre saberlo, con tan solo mencionar aquello había hecho que mi respiración mejorara y me sintiera más en paz.
—¿Él está bien?—Él asiente y decido dejarlo ir al final, tampoco era quien para responder todas mis preguntas.
Suelto una bocanada de aire, el efecto de la inyección estaba empezando a hacer efecto sin duda, el peso de mis ojos era más fuerte
con cada parpadeo.
Me acuesto en la cama nuevamente, sintiendo un vacío enorme a mi alrededor.
¿Como me había acostumbrado a dormir sin él? ¿Cómo había vivido tanto tiempo así?
No sé hermana, hay misterios que jamas vamos a resolver
Pues sí.
Extrañar la calidez de Zack cerca de mí era fastidioso, pero cuando mis ojos se cerraron y la inyección empezó a hacer efecto, entendí que muchas veces podemos acostumbrarnos a algo que no queremos y vivir con ello.
Aprender a vivir sin Zack parecía casi imposible, no quería hacerlo, pero quizás podía vivir con ello.
Cuando mis ojos volvieron a acostumbrarse a la pequeña luz que la ventana transmitía ya era de noche.
Me incorporé más tranquila de ver a Alexa durmiendo a mi lado mientras me abrazaba, seguramente se había dormido aquí para estar al pendiente.
Me levanto de la cama con poca fuerza y ese dolor punzante en la cabeza que había bajado de intensidad al menos un poco. Cuido de abrigar bien a Alexa y salgo de la camioneta con una cobija cubriendo mi espalda y mis brazos, respirar este aire era más diferente, o quizás lo sentía así más de repente.
Siento que mi mirada se ilumina en cuanto veo una fogata no tan lejos de mi posición, pero no me he sentido así por dicha fogata, sino por quien está junto a esta.
Su mirada estaba clavada en los pequeños trozos de madera que emitían fuego con intensidad. Quise repasarlo y fijarme en que —justo como me había asegurado el doctor Roberts—, estaba bien. Intacto, como si no hubiese tenido una pelea hace una noche.
Sin ser muy consciente de ello mis pasos se hacen más largos a su dirección y cuando él lo nota siento que se me eriza todo el bello del cuerpo cuando sus ojos llegan a mí.
Efecto parck
Aunque no pareciera sentirlo realmente, una sonrisa se dibuja en su rostro.
—¿Que haces aquí? Deberías descansar.
—He dormido todo un día, creo que sí me escapo para ver a mi novio no hará daño —me acomodo junto a él en ese tronco de madera que resulta ser más cómodo de lo que aparentaba.
Enseguida siento a su brazo envolverme.
—Vale, pero si pasa algo no ne hago responsable —mi risa leve hace que su mirada se suavice muchísimo más.
Cuando sentí su calor, su presencia y su respiración tan cerca de mí las lágrimas quisieron salir, me obligué a mí misma a no dejarlas salir, pero sentí esa necesidad de aprovechar el momento, de guardar cada detalle de esta noche en mi corazón.
Tenía tanto miedo de perderle... todo este tiempo había sido eso, todo este tiempo había sido ese el problema y la respuesta al porqué buscaba alejarlo con cada pretexto razonable que se me ocurría.
Toda mi vida las personas que llegaban a mí se alejaban por mi pasado o por quien era. Tenía tanto miedo de que Zack hiciera lo mismo... de que me lastimada como tantas personas lo habían hecho. Quise ser la primera siempre en tomar el paso final todo este tiempo, quise rendirme yo primero antes de que él se diera cuenta quien era Joanna Diamond, se decepcionara y huyera. Quise hacerme la idea de que él había sido el problema tantas veces, cuando en realidad no era así.
Yo había sido ese problema, yo y mi estúpida inseguridad, yo y mi pasado, yo y ese miedo que abundaba en mi corazón de no llegar a amarlo tanto como él me amaba a mí, quise huir como una cobarde, cuando en realidad siempre quise quedarme. Cuando en realidad... solo debía aceptar lo mucho que quería que mi futuro fuera Zack.
Y al final, sentí ese otro paso, sentí la fuerza necesaria, no sé si fue Dios quien habia tenido algo de misericordia a mi pobre alma insegura. Pero que agradecida estaba de ello.
Quería contarle todo... quería ser quien realmente era con Zack y que supiera cada detalle de mi vida, por más trágica o buena que haya sido, solamente quería que supiera que si quería irse... podía hacerlo ahora.
—He pensado mucho en lo que más dijiste antes de lo que pasó en el departamento de Rylie–recordé sus palabras—, y la verdad Zack... es que no quiero seguir alejándome de ti, en verdad quiero permitirme sentir esto, pero en necesario que... antes de que lo haga, entiendas muchas cosas de mí.
—Joanna no debes...
—Sí, sí debo, si no lo sigo ahora se que no podre luego y me arrepentiré —me incorporo sin siquiera mirarlo.
Los nervios quieren empezar a hacer efecto pero me contengo.
—Yo... bueno, jamás he sido tan apegada a mi familia, mi madre estaba tan ocupada con mis hermanas que jamás notaba las decisiones que tomaba y mi padre estaba muy ocupado en sus asuntos para preocuparse por una chica que a penas cumplía los diecisiete.
Paso saliva inconscientemente.
—Una de esas decisiones fue Regan, el primer chico que había conocido y del cual me enamoré profundamente, al principio todo estaba bien, no te lo negaré, era un príncipe conmigo y sabía enamorarme cada día —las imágenes empiezan a aparecer en mi cabeza–, Pero un día solo... me convenció de una idea algo descabellada y yo tenia diecisiete y había conocido al único que había dispuesto su tiempo y amor para mí. Creí que realmente me amaba, fui muy ilusa.
Resoplé, el frío que sentía no me ayudaba tanto.
—Cuando me propuso ir a vivir con él fue una decisión algo difícil pero se me facilitó en cuanto mi madre no le dió importancia y mi padre empezó a ausentarse, en parte, creo que mamá no esperaba que tomara realmente esa decisión—sonreí con amargura—, así que cuando lo hice todo empezó a sentirse más en calma, me sentía más tranquila y hasta más amada, todo iba bien hasta que el dinero empezó a faltar y junto a ello muchas cosas más...
Sentía que el aire se me escapaba en cada palabra, así que tomé un momento corto, uno un poco largo y corto a la vez.
Ya me entienden.
—Regan empezó a comportarse más violento, al principio eran solo palabras hirientes, pero luego empezó a subirse de tono en cada discusión, hasta el punto de gritarme, empujarme o romper las cosas que tenía más cerca. Un día solo... no se como demonios lo logró, pero me convenció de tomar un poco del dinero de la cuenta de mi padre y así pagar algunas deudas...—apreté la cobija en mis manos, apreté mis ojos y mis labios, sintiendo todo tan real y momentáneamente cercano a la realidad.
La sensación de vomitar de repente volvió a mi cuerpo y esa punzada de dolor que sentía en la cabeza también había aumentado. Tenía lo nervios altísimos y las sensaciones que recordaba no eran nada agradables.
—Un día solo lo hice, sabía perfectamente como hacerlo así que solo lo hice sin medir las consecuencias. A los días la llamada de mi padre ya no se sentía repentina, pero me sentí feliz en cierta forma—suelto una risita–, irónicamente había sido la única vez que se había dignado a llamarme y con todo lo justo empezó a insultarme. Eso no me llenó ni me hizo sentir bien, por ello quise devolver el dinero, aunque Regan ya lo había gastado había dejado cierta parte guardada, en cuanto lo encontré fui a llevárselo a mi padre, esa solo era una pequeña bomba comparado a lo que pasaría.
>> Mi padre estalló y con toda la razón, no le había regresado ni la mitad de lo que le había quitado, mi madre solo lloraba y Arianna trataba de calmar la situación. Luego de tanto solo logré caminar cabizbaja a la puerta e irme de allí, no quise enfrentarme al caos que yo misma había causado. Cuando regresé Regan estaba tan... violento, lo desconocía totalmente, sus ojos ardían en furia y lo único que alcance a escuchar fue que necesitaba el dinero que le había regresado a mi padre.
Traté de explicarlo, traté de que entrara en razón y me escuchase...
Esa misma noche él...—levanto la camiseta con las manos temblorosas–, me empujó a una mesa de vidrio que teníamos en el departamento, de allí estas marcas.
No me di el lujo de mirar su rostro, pero sentía su mirada rozarme ciertas veces.
—Cuando desperté en el hospital no era consciente de lo que había sucedido y cuando lo fui quise evitar el contacto con la policía o preguntas que los doctora me hacían...
—¿Nadie fue a visitarte?—su pregunta dolió más que la verdad.
—No, nadie supo que estuve allí, siquiera recuerdo como llegué al hospital... cuando volví a casa luego de unos días descubrí que mi padre se había marchado, que había dejado muchas deudas y que también debía pagarlas yo.1
—La deuda que pagué era de tu padre —su pregunta sonó más a afirmación.
—Tú padre tuvo razón...—Bajé la mirada—, si estaba en estas condiciones es porque yo me lo había buscado. Tus intenciones habían sido buenas al pagar esa deuda Zack, pero sentía tanta culpa, tanta responsabilidad desde ese día que salí de casa, los gritos de mi padre seguían rondando por mi cabeza, esa deuda solo podía pagarla yo y así liberarme de tanto que cargaba...
Las lágrimas empezaron a salir, el nudo en la garganta crecía con rapidez y a la vez, un extraño sentimiento de alivio recorría mi cuerpo.
—Siento culpa de que mi padre se haya ido por mí...
—Joanna, eras una chica que a penas sabía distinguir el amor que poco recibiste de niña, creíste estar enamorada, no es tu culpa nada de lo que pasó —sus manos se dirigen a mi rostro, obligándome a mirarlo—, No tienes la culpa.
Reafirmó, limpiaba mis lágrimas con tanto amor, con tanta comprensión ¿Que había había para merecer a Zack? Era un misterio que jamas iba a entender.
—Zack si quieres que terminemos yo... lo voy a entender ¿Vale? No hace falta que estés con una persona como yo —mis ojos se abrieron, encontrándose con el ceño fruncido de Zack.
—¿Una persona como tú? ¿Joanna, tienes idea de lo valiosa que eres y de lo afortunado que soy al tenerte?
Las yemas de sus dedos acariciaban con cariño mis mejillas.
—No quiero que repitas eso otra vez, cometiste tus errores, hiciste bien en arrepentirte y tomaste la responsabilidad de tus actos, pero que hayas cometido un error nos significa que merezcan ser infeliz toda tu vida.
Sus palabras quedaron marcadas en mi mente, tenía razón.
—Sí pero no mereces a una chica que fue víctima de maltrato... ¿No te... avergüenza?
Él negó casi al instante.
—No quiero alejarme de ti, Joanna, eres el Diamante más hermoso que se le pudo conceder a alguien tan desastre como yo—el tono de voz que usaba me hacía sentir que era cierto.
Por un momento el silencio reinó, no quise abrir los ojos hasta que Zack dejó de darme caricias, abrí los ojos y noté su mirada perdida, sus ojos estaban más oscuros.
— Joanna, jamás me había sentido tanta paz hasta que te conocí.
Sentía que era verdad, sabía que era sincero, porque yo también lo sentía.
—No quiero que tengas miedo...—musita en un tono de voz muy bajo.
—¿Por qué sentiría miedo, Zack?
—Por mis episodios de ira.
Tomé sus manos y las acuné con las mías asegurándome de calmar el pequeño ataque tembloroso que había en ellas.
—Zack, jamás lograrías asustarme, tú mismo lo haz dicho, está bien cometer errores y lo que se creó dentro de ti es algo que tú no elegiste...—alcé su cabeza para que encontrara en los míos verdad—, Sé que das lo mejor de ti, ambos seguimos sanando cosas que nos cuestan pero sabremos pasarlas.
—Se que puedo manejarlo —se dice a sí mismo.
—Lo harás. Lo haremos.
No sabía de dónde había llegado ese aire de ánimo a mi vida, solía ser yo la de la vista negativa. Supongo que cuando estás con una persona muchas cosas pueden cambiar para bien en tí.
—¿Con Regan tuviste uno?—asintió.
—Descargué toda lo irritado que estaba con ese imbécil y es la primera vez que no me arrepiento de haber mandado a alguien al hospital —golpeo su pecho, divertida—, Has sufrido mucho, pequeña puercoespín...
Apoya su cabeza en la mía.
—Tú también, Cactus.
Había decidido en tan solo un segundo que él era muy parecido al cactus que me había regalado, él buscaba tomar mis inseguridades, mis miedos y desecharlos por mi. Por mi bienestar, y aunque ambos tuviésemos espinas que podrían lastimar al otro, eso no nos impediría amarnos hasta el último latido.
Hasta el último mensaje de esta historia.
Holii ¡FELICES 2.K! ¿Es normal que esto me emocione tanto? No sé, igual me seguirá emocionado.
Tengo algunas sorpresas para ustedes por este pequeño festejo, quería terminar la historia con esta meta cumplida y como aún faltan 9 capítulos para terminar el libro me he encargado de recurrir a ciertas ayudas para cumplir algunas cosidas para ustedes.
Este capítulo ha sido liberador, la carga de Joanna se ha desprendido bastante, hasta yo lo he sentido.
Zack también tiene algunas cosas que soltar, ya tendrá su momento.
Espero que les haya gustado<3
I love you<3
Con amor: Kim.
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