#ME - Capítulo 3

-Sarah, eso no puede ser posible -gritó Samantha en mi habitación.

-Es lo que está sucediendo -respondí aun sin entender lo que me estaba pasando.

-Pero, ¿quién es ese Axel? -preguntó Samantha.

-No sé quién sea.

-¿Qué sabes acerca de él?

-Solo sé que se llama Axel, y vive en la misma ciudad que nosotras.

-¿Eso es todo lo que sabes?

-Sí.

-Tienes que investigar más sobré el, tal vez y sea el amor de tu vida.

-¿Tú crees que no lo hice? Pase tres horas de mi vida viendo perfiles de personas en las redes sociales que tuvieran el nombre de Axel.

-Vaya, sí que has progresado -dijo con una sonrisa.

-Si supiera más de él, todo sería más sencillo.

-¿Crees que él sea guapo?

-No lo sé, él afirma que si lo es.

-Si lo afirma entonces es guapo.

-Y, ¿quién dijo eso?

-Yo -Samantha formó una sonrisa en su cara-. Deberías preguntarle si tiene hermanos, uno que sea de mi edad.

-No voy hacer eso Samantha, eres una acosadora.

-Dejemos a los chicos, por un lado. Debes cambiarte ahora mismo, para no llegar tarde a la escuela.

-Ahora lo hago -dije mientras tomaba mi teléfono para ver si tenía un mensaje de Axel, y de paso observar la hora.

Me despegué de la cama, tomé una ducha rápida. Ya lista, Samantha y yo nos marchamos hacia la escuela.

Las paredes grises del instituto estaban más sucias de lo normal, la clase que teníamos estaba aburrida y la maestra no paraba de hablar, lo único que mi cerebro pensaba era ¿cómo ella podía hablar tan rápido?

-Las reacciones químicas son muy importantes para la sociedad en general, cumplen con diferentes funciones si ellas...

-Sarah -dijo Samantha susurrando justo en su pupitre que se encontraba aun lado del mío.

-Mande -contesté susurrando.

-¿No sabes en qué escuela va Axel?

-No.

-Qué mal.

-Espera.

-¿Qué espero?

-Acabo de recibir un mensaje de Axel.

-¿Qué dice? -dice Samantha emocionada.

Tomé mi teléfono y comencé a leer el mensaje.

Samantha: En este momento estás en tu salón de clase, acabo de pasar por ese lugar, te vez linda distraída.

Entré en estado de shock, él me había mirado y yo no, eso no podía ser posible, además había descubierto algo nuevo. Axel estudiaba en el mismo instituto que yo, esto no parecía una simple coincidencia, parecía que todo estaba arreglado.

-¿Qué dice, Sarah? -volvió a preguntar.

-Él me acaba de ver -dije mientras observaba al pasillo a través de la puerta, para ver si el continuaba ahí.

-Señoritas Harper y West, si tienen algo que decirse, pueden contarlo al grupo y si no les interesa la clase pueden salirse.

-Lo lamento profesora.

-Ya no sucederá más -terminó de decir Samantha.

El resto de las clases continuaron, todas eran igual de aburridas. Así que Samantha y yo continuamos hablando en todas las clases y los maestros nos separaban porque no parábamos de hablar, parecía que no nos habíamos mirando en unos mil años. En la clase de literatura fue donde todo terminó, no podíamos dejar de hablar y el profesor tomó cartas en el asunto.

-¿Ya le respondiste a Axel?

-No.

-¿Qué esperas para hacerlo? -preguntó Samantha alzando la voz. Esto llamó la atención de todos.

-Ustedes, acompáñenme -dijo el profesor. Ahora sí, estábamos acabadas.

Para ser sincera, él maestro de literatura no nos caía muy bien, ya que es el más estricto de todos, es uno de los profesores más jóvenes, acaso tenía unos treinta años.

¡Alto todo el mundo!, su nombre es Axel, él no podía ser el tipo con el que hablaba, el Axel que yo conocí no era tan amargado como el profesor, no, definitivamente no era él, pero en realidad cualquiera podría ser Axel.

-Ahora, ¿por qué ustedes vienen aquí? -preguntó la directora cuando nos miró entrar a su oficina.

-Por lo mismo de siempre -respondió el profesor mientras se marchaba de la oficina. Mientras Samantha y la directora comenzaron a tener una conversación del por qué estábamos ahí, yo tomé mi teléfono y le envié un mensaje de texto a Axel.

Sarah: Hola.

Sin darme cuenta miré hacia la ventana y me sorprendí al ver al profesor de literatura riendo, ya que nunca lo hacía. También sacó su teléfono, ¿acaso le había llegado mi mensaje?

Claro que no, lo seguí observando detalladamente, comenzó a escribir un mensaje de texto y al instante yo recibí uno, solo era una coincidencia, él no podía ser el Axel con que yo hablaba.

Samantha: ¿Ahora qué quieres?

Sarah: Ahora ¿no puedo mandarte mensajes de texto?

Samantha: Sí, pero siempre que me hablas, es para algo.

Sarah: ¿Por qué no me hablaste en la escuela?

Samantha: Porque te miré y no quise hablarte.

Sarah: Entonces yo te buscaré a ti.

Samantha: Nunca me encontrarás.

Sarah: ¿Por qué?

Samantha: Porque soy una persona que siempre está ocupada.

«¡Claro que era el profesor!»

Sarah: Claro, de seguro estas ocupado con tus alumnos.

Samantha: ¿Qué? Yo estoy ocupado con cosas de la escuela, chicas y asuntos personales.

Sarah: No, y solo te creo lo de la escuela, pero ¿tú con chicas?

Samantha: Puedo afirmar que tengo más chicas que el más popular de la escuela.

Sarah: El popular de la escuela es muchísimo más guapo que tú.

Samantha: ¿Cómo dices eso si ni siquiera me conoces?

Sarah: Si eres un cerebrito, me imagino que no lo eres.

Samantha: No siempre los cerebritos son feos.

Sarah: Tal vez tengas razón, pero eres un nerd, no tengo muchas esperanzas sobre ti.

Samantha: ¡Oye! Pero yo soy un nerd moderno, así que deberías tener altas expectativas.

Sarah: ¿Cómo son los nerds modernos?

«Si todo lo que Axel dijo era cierto, necesitaba un nerd moderno como novio. Pero este no debía de ser Axel».

Samantha: Como yo.

Sarah: ¿Cómo eres tú?

Samantha: Es muy largo de explicar, pero te puedo asegurar que no soy el nerd normal.

Sarah: ¿Te he visto?

Samantha: Creo que sí.

Sarah: ¿Cómo eres?

Samantha: No sé cómo describirme

Sarah: Por Dios.

Samantha: Me describiré si me cambias de nombre.

Creo que ya era momento de cambiarle el nombre a Axel, así que lo hice, fui directo a mis contactos y le cambié el nombre.

-Sarah, ¿sigues ahí? -preguntó Samantha viéndome.

-Sí, sigo aquí -respondí mientras dejaba el celular.

-Las clases terminaron, tenemos que irnos.

-Lo siento, solo me entretuve con mi celular y perdí la noción del tiempo

-Seguro con Axel. -Ambas reímos, tomamos nuestras mochilas y nos fuimos a nuestras casas. En el camino Samantha me detuvo para decirme algo.

-Sarah.

-¿Sí, Samantha? -pregunté, conocía ese tono de voz, Samantha estaba planeando algo.

-Le dije a mamá que me invitaste a dormir.

-¿Cuándo te invité? -pregunté riendo.

-Entonces, ¿no quieres que esté contigo?

-No, sí quiero que vayas a casa. -Seguimos hablando hasta que llegamos a mi casa, tomé las llaves que estaban dentro de mochila y abrí la puerta.

-Mamá, ya llegué -grité dentro de la casa.

Sarah: ¡Listo!

Axel: ¿Listo qué?

Sarah: Ya te cambié el nombre.

Axel: ¡Era hora!

Sarah: Adiós.

Axel: ¿Qué?

Sarah: Adiós.

Axel: ¿Adiós?

Sarah: No me puedes decir adiós.

Axel: ¿Qué pasa contigo?

Sarah: ¿Qué?

Axel: Cambias de conversación y estado de ánimo a cada momento.

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