Sarah:

Nos vemos hoy en la fiesta.

Axel:

¿Qué?

Sarah:

Samantha me lo dijo, ya que tú no pensabas invitarme.

Axel:

No te lo dije porque no quería ir.

Sarah:

Entonces ahora tendrás que ir.

Axel:

No iré.

Sarah:

AXEL WEST, COMPRÉ UN VESTIDO SÓLO PARA LA FIESTA. AHORA TENDRÁS QUE IR.

Axel:

¡Tranquila!

Sarah:

Te veo en unas horas.

Axel:

Está bien, señorita enojona.

Sarah:

¿No era ilusa?

Axel:

También.

Sarah:

Te odio.

Axel:

Ajá.

Sarah:

Enserio, te odio.

Axel:

Yo igual.

Sarah:

Volviste a ser el de antes, te odio.

Axel:

¿Te quiero?

Sarah:

Prefiero a ese Axel.

—Sarah, ¿puedes dejar de moverte?, tengo que terminarte de peinar—habló Samantha molesta jalando mi cabello.

—Está bien, Samantha; pero,¿puede ser menos fuerte?, ya me duele—dije mientras dejaba el teléfono en la cama.

—Y con esto terminamos.

—Oh por dios, Samantha,¿qué hiciste conmigo?

—Nada, soy la mejor, ¿o no? —dijo Samantha señalando su trabajo.

—La mejor.

Samantha y yo nos terminamos de arreglar.

Dos horas después...

— ¿Hola? —dijo Axel mientras tocaba la puerta de mi casa.

—Hola —respondí.

—Sarah, estás...

—Bellísima—dijo Samantha interrumpiendo.

—Hola, chicas—dijo Daniel mientras de acercó a nosotros.

—Mierda, esto no puede ser posible.

— ¿Qué?

—Él—dijo Samantha señalando a Daniel.

— ¿Yo? —habló Daniel.

—Sí, tú.

—Samantha, vamos, tú invitaste a Sarah, así que yo invité a Daniel, estamos a mano.

—Te odio, Axel West, te odio.

—Yo igual, prima.

—Entonces, ¿nos quedaremos aquí a discutir o nos iremos a la fiesta?