Capitulo 22. El teléfono de Daniel sonó.

— Espera...¿qué?

— ¿Qué pasa? —dijo Daniel.

—No, nada, sólo olvídalo. Estaré ahí en cuanto salga de la escuela.

—Te veo ahí—dijo Daniel mientras se marchaba.

—Sí, ahí nos vemos—dije fingiendo una sonrisa.

Lo peor de todo esto es que mis amigos están en casa cuando tengo que pasar una hora extra por gritar en clase.

—Buenas tardes, señorita Harper, pensé que se iría a su casa.

—Eso debía haber pasado—dije mientras entraba al salón de clases.

—Buenas tardes, maestra—dijo un chico.

—Maestra—dije levantando mi mano.

— ¿Sí, Sarah?

—¿Puedo ir al baño? —dije apenada.

En realidad no necesitaba ir, sólo quería salir del salón de clases. Tomé mi teléfono y busqué el número de Samantha.

Sarah:

¡Código azul, código azul!

Samantha:

¿Otra vez? ¿Qué pasa contigo Sarah? Se supone que yo soy la que salgo con chicos.

Sarah:

Pues ya no será así.

Samantha:

No te enojes, Sarah. Vamos, cuéntame todo.

Sarah:

Te lo cuento cuando salga de detención, en este momento me escapé para ir al baño y por eso te estoy mandando mensaje.

Samantha:

Pero quiero todo con detalles, y si yo fuera tú ya me hubiera ido del baño, la maestra pensará que estás enferma.

— ¿Listo? —habló la maestra.

—Sí —respondí mientras me sentaba.

—Hola, Sarah.

— ¿Hola? —dije confundida mientras giraba.

—Daniel. —Me estrechó su mano—. Mi nombre es Daniel.

—Un gusto, Daniel.

—Creo que no sabes quién soy, pero creo que me has visto en un lugar.

—Sí, espera... ya recuerdo, ¿eres el amigo de Daniel?

— ¿Daniel?, ah sí, Daniel.

—Es confuso, Daniel tiene un amigo que se llama Daniel.

—Sí, lo más difícil es cuando quieren llamar a uno y los dos contestamos—dijo riendo.

—Sarah y Daniel, silencio, por favor.

—Es momento de guardar silencio si no quieres pasar otro día aquí.

—Sí —dije riendo mientras volvía a mi lugar.

Saqué mi teléfono, puse mi mochila en el mesabanco y oculté el celular entre la mochila para seguir hablando con Samantha.

Sarah:

Tengo un problema doble.

Samantha:

Cuéntalo todo.

Sarah:

Axel quiere verme hoy en el parque.

Samantha:

Yo no le veo el problema.

Sarah:

El problema es que Daniel también quiere verme hoy en el parque a la misma hora y no sé qué hacer

Samantha:

Sarah, estás en verdaderos problemas.

Sarah:

Lo sé.

Samantha:

¿Qué harás?

Sarah:

No lo sé, saldré de la escuela, iré directo al parque y estaré con el primero que encuentre.

Samantha:

Pero, ¿tú a quién quieres ver?

Sarah:

A los dos, ese es el problema.

Samantha:

Sarah, Sarah, Sarah, no desearía estar en tu lugar.

Sarah:

Ni yo.

Samantha:

Haz lo que tú creas correcto, disfruta el día y si puedes estar con los dos mucho mejor. Te quiero, Sarah.

Sarah:

Yo también te quiero, Samantha.

Samantha:

Sarah.

Sarah:

Si.

Samantha:

Promete que independientemente de lo que pase hoy seguirás siendo mi mejor amiga.

Sarah:

¿Por qué no lo sería?

Samantha:

Por muchas razones.

Sarah:

Samantha, tú siempre serás mi mejor amiga, te conozco desde que tengo uso de razón, nunca dejaría de serlo.

Samantha:

Eres la mejor, Sarah, y ya deja el celular si no quieres pasar otro día en ese lugar.

Sarah:

Pensé que tú eras la mejor y, si me voy, no quiero pasar otro lugar aquí, más tarde te cuento todo lo que sucedió.

—Pueden irse, espero no verlos aquí mañana.

—Por fin, pensé que nunca acabaría esta tortura

—dijo Daniel.

—Sí —contesté mientras salíamos del aula.

—Nos vemos, Sarah—dijo Daniel mientras se marchaba.

Por fin, el momento que más he estado esperando, conoceré a Axel, quiero verlo, quiero hablar con él.

Caminé lo más rápido posible, para llegar a tiempo.

***

Tomé el teléfono y mandé un mensaje a Axel.

Sarah:

Axel, si piensas venir, estoy en el centro comercial que está aun lado del parque, espero y vengas.

Axel:

Claro, en cinco minutos llego.

Cinco minutos y tendré a Axel enfrente de mí, estaba demasiada nerviosa.

Todo iba bien, hasta que Daniel apareció enfrente de mí. ¿Daniel?, me había olvidado por completo de él.

—Daniel—dije algo decepcionada.

—Sarah—contestó con su bella sonrisa.

—Toma un lugar—dije.

—Habíamos acordado que en el parque.

—Sí, pero decidí que estaría mejor en el centro comercial.

—Está bien, ya estamos aquí, a disfrutar el día.

—Sí —dije nada emocionada.

— ¿Qué sucede?

—Nada... bueno, sí pasa algo.

— ¿Qué es?

—Axel me dijo que vendría y otra vez me dejó sola, le mandaré un mensaje—dije sin pensarlo.

Sarah:

Axel, gracias por dejarme plantada de nuevo, en este momento estoy con Daniel. ¿Por qué siempre que tenemos el día para vernos simplemente no vienes?

El mensaje se envió y en el instante el teléfono de Daniel sonó.

Moraleja: siempre ten tu teléfono en silencio.


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