«Yo era bueno haciendo los paquetes se podría decir que los así mucho mejor que las demás personas de este lugar y lo bueno era que él lo notaba.

Él me trataba diferente lo sabía incluso llegó a enseñarme a como manejar una pistola, juro que esa vez que se puso detrás de mí pegando su cuerpo con el mío casi hace que me desmaye»

Pov Yoongi.

Yo solo miraba a ese chico que traje apuntar y disparar, a veces me preguntaba ¿Por qué hago esto con él? Sabía que él era diferente, era audaz e inteligente, era simplemente único.

Yo odiaba el tacto que las personas me daban, pero, sin embargo, el suyo era agradable, era cálido y a la vez suave, me acostumbre a tenerlo siempre en mi cama y que comiera conmigo.

Vi como el disparo logrando romper una de las botellas que le puse, vi como me observó y sonrió mientras saltaba de felicidad, parecía agradarle lo que hacía.

—¿Hyung lo vio? —preguntó con entusiasmo.

—Sí. —Respondí mientras me levantaba y me ponía detrás de él. —pero así como tomaste la pistola pudiste lastimarte.

Tome la pistola junto con sus manos y apunte bien, sentía como su calor emanaba de su cuerpo y su respiración era lenta, yo mire todo su cuerpo tragué saliva y me concentré en hacer lo que iba en un principio. Cuando terminamos yo aún estaba detrás de él, me asuste un poco al ver su rostro muy de cerca del mío y él me sonrió.

—Gracias por lo de hoy hyung. —me dio el arma.

—Jimin. —lo llamé y él me vio.

—Sí. —sonrió.

—¿Nadie te ha molestado? — pregunté serio.

Él negó y yo asentí, lo tomé de la mano y lo llevé donde los demás trabajadores vi que todos nos miraron pero más a Jimin. Yo lo detuve y él me vio confundido, lentamente me acerqué a él y me detuve en su cuello.

—Si algo sucede solo llámame. —le acaricié su mejilla y me fui.

«Cuando él hizo eso yo me sentí tan bien, sentir su cálido aliento en mi cuello no pude evitar sonreír, pero al girarme muchos me miraban con mala cara. Tal vez era porque yo era el único que él permitía estar con él y que lo tratara de forma informal y la verdad no me importaba, era suerte lo que yo tuve y agradecía que no pasará por el resto y si me daba tristeza, pero así era la vida»

—¿Algún problema? —pregunto el castaño.