16

«Tenía dos opciones irme y crear mi nueva vida o quedarme con la que ya había iniciado junto a él. Me miraba esperando mi respuesta yo me levanté y me dirigí hacia la puerta, pero me detuve, me gire y vi que él solo me miraba y me sonrió»

—Espero y seas feliz en tu nueva vida. —dijo.

«Por un momento pensé que si me iba estaba la posibilidad de estar en peligro ya que algunos de otros carteles sabían sobre mí y podría estar mucho en peligro, él me miró y se acercó y me acarició la mejilla.

Me abrazó y luego él se dirigió a la puerta ¿Se iba a rendir? O ¿Él también era consciente de lo que podría pasarme?»

—No puedo obligarte a estar conmigo porque haciendo eso solo ganaré más tú odió. —dijo. —Si quieres estar conmigo me sentiría muy feliz. —soltó un suspiro. —En la mesa hay un frasco de vitaminas estas con principios de anemia eso evitará que enfermes más. —sonrió. —perdón si hice que mis hombres te durmieran, pero solo así supe que estabas por iniciar una horrible enfermedad.

«Solo dijo eso y salió yo me senté en el suelo para pensar todo, si tenía una forma un poco pesada para hacer las cosas, pero las hacía aún si no eran de su agrado.

Mire las vitaminas y las tome para leer la prescripción tome un vaso y lo llene con agua para tomar una pastilla, salí de la habitación para ir a buscarlo debíamos de hablar y aclarar todo.

Yo lo amo y sé que también él lo hace y sé que en este mundo del narcotráfico es muy peligroso tanto para mí como para un niño»

Jimin camino por todos los pasillos hasta llegar a la oficina del pálido, abrió la puerta para ver que él estaba en reunión con los encargados de transportar la droga, al verlo guardaron silencio.

—Necesitamos hablar. —habló.

—Claro. —se levantó el pálido. —salgan, más tarde seguimos.

Los hombres hicieron reverencia y salieron dejando solos a los dos chicos los cuales se vieron y al cerrar la puerta ambos se pusieron a hablar.

«Hablamos y contamos nuestros miedos y a decir verdad eran iguales ambos teníamos miedo de perdernos el uno al otro. Y no únicamente era eso, mi miedo era que yo por ser hombre no le podía dar un hijo y que me iba a doler ser cambiado por una mujer.

Me encanto cuando me beso y me dijo que él no me cambiaría por nadie y que podíamos adoptar a un niño o una niña, también me confesó que si durmió con un par de chicos, pero yo no podía enojarme, pues yo hice lo mismo»

—Todo va a mejorar Jimin. —lo tomó de las mejillas. —sabes que los primeros años de matrimonio son difíciles.

—Me suena a crepúsculo. —rio el menor.

—Si es verdad. —le beso la frente. —pero no hay nada que con una plática se arreglen las cosas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top