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«Nuestra vida comenzó a ser perfecta, nos amamos y es lo que me hace feliz, no importaba si vivíamos rodeado de drogas, armas y delincuentes era mi vida; nuestra vida y me gustaba.

Él siempre es lindo y atento incluso para nuestro primer aniversario me regalo una hermosa pistola color dorada la cual hacía juego con la suya que era blanca y en ambas tenía nuestras iniciales.

Y si se preguntan si él me puede llegar a ser infiel eso nunca va a pasar, pues él vio como asesine a una chica que se le insinuó y no creo que quiera que lo mate mientras duerme.

Pero ese no es el punto, el punto es que estamos juntos es más hace unas semanas ambos nos casamos por lo civil fue lindo y romántico y aunque al señor juez se negó en un principio con unos cuantos billetes y un arma frente a su esposa aceptó feliz»

—¿Te gusta tu regalo? —preguntó el pálido mientras traía consigo un pequeño cachorro.

—Sí. —sonrió feliz.

El pálido sonrió mientras le entregaba al cachorro a su esposo para después besarlo, Jimin lo aceptó feliz dejando al cachorro en la cama y besando con más profundidad a su pareja ambos se amaban y estaban feliz juntos, Yoongi mimaba y consentía a su lindo chico y este le pagaba consiguiendo muchas ventas en su ciudad y pues Jimin tenía un cierto encanto en los negocios.

«Aunque nuestra vida era perfecta y se resumía en un par de cosas sexo, alcohol, drogas y amor no me quejó es buena mi vida que no sea de un buen camino si lo sé que me casé con alguien de veinticuatro teniendo veinte también lo sé.

Pero es mi vida yo decidí irme por ese camino y pues me encanta paso casi la mayoría de mi tiempo teniendo sexo con mi hyung en cualquier lado que él o yo queramos. Lo hemos hecho en la habitación, el baño, el baño de cualquier restaurante, en el cine, en la cocina y si no es eso ambos nos drogados juntos mientras nos besamos en la montaña de dinero que tenemos guardada»

—Jimin quiero decirte algo muy importante. —dijo en tono serio.

—¿Qué ocurre? —pregunto un poco preocupado.

«Y cuando pensé que era yo el único con ese pensamiento y que no se lo decía por miedo que me lo dijera me puso muy feliz y me hizo darme cuenta de que él de verdad me ama tanto como yo lo hago»

—Tengamos un bebé. —sonrió.

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