IX

Fue nada más llegar al inframundo y empezar camino a donde Gowther se encontraba que un mal presentimiento azotó a Eirian, pero el pequeño lo ignoro y continuó su camino hasta que se topó con su padre, él cual le veía con seriedad, pero eso era normal, Gowther era un hombre serio después de todo.

El pobre Eirian era tan inocente y dulce que no se percataba de la furia de su padre, él cual sonrió falsamente al pelinegro quien está dispuesto a enfrentar al menor.

– Bienvenido Eirian -dijo el rubio detrás de su hijo quién se giró a verlo

La mirada de Gowther recorrió al pelinegro, su ropa estaba algo desaliñada y en su cuello resaltaban algunas marcas, chupetones para ser más precisos... La mirada de Gowther se ensombreció un poco al notar aquello recordando las imágenes de su pequeño hijo en los brazos del arcángel. Aquello le causaba enojo y disgusto, ¿cómo era posible que su pequeño fuera tan ingenuo como para dejar que alguien, más específicamente, a ese arcángel?

– ¡Hola padre! -Exclamó alegre el menor girándose a ver al mayor con entusiasmo

– ¿Te has divertido en el mundo humano Eirian? -Cuestionó Gowther al menor, buscando más marcas o anomalías en su cuerpo, sin embargo lo único que lograba ver era los chupetones en su cuello- ¿Qué son esas marcas en tu cuello, Eirian? ¿Acaso volviste a caerte? -Preguntó fingiendo desconocer el origen de esas marcas, al hacerlo vio como el pelinegro se tensaba

– ¿E-eh? Y-yo... ¡Si! ¡Eso! M-me caí -contestó rápidamente Eirian, llevando una mano a su cuello cubriendo las marcas que el arcángel le habían dejado más temprano

Sin embargo, el pelinegro era muy puro e inocente, incluso el decir una pequeña mentira se le dificultaba pues no era parte de su naturaleza, de su forma de ser...

Emm... ¡El mundo humano es muy interesante! -Se apresuró a decir el menor intentando romper la tensión que se había formado en el ambiente- tienen muchas cosas fascinantes –

– Por supuesto que te parece interesante, lo es, más para aquellos que se dejan llevar por los deseos carnales -dijo con el ceño fruncido al ver el intento de Eirian por cambiar de tema

El pelinegro lo observó con confusión al oír sus palabras.

– ¿Qué? Yo no--- –

– ¡Silencio! -Sentenció Gowther interrumpiendo a Eirian mientras que con fuerza tomaba la mano con la que cubría su cuello- no intentes inventar excusas Eirian, esas marcas en tu cuello no son por caídas o raspones -dijo aumentando la fuerza de su agrarre- ¡Alguien debió habertelas hecho! –

– ¡Padre, me lastimas! -Se quejó el pelinegro con miedo, sintiendo como sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas

– Tsk... Si tanto dolor te provoca esto, ¿por qué te atreviste a traicionarme así? ¿Acaso crees que no me duele a mí? ¿Crees que no siento dolor de sólo ver cómo ese maldito te pone las manos encima y se aprovecha de ti? -exclamó furioso, sin importarle si lo hacía llorar aún más- ¿crees que es correcto lo que haces? ¿Crees que ocultarle a tu padre lo de tu amorío con ese bastardo fue lo mejor? ¡Para nada! Ni siquiera debiste haberte fijado en él... ¡Ni siquiera sabes con quién mierda te has metido! ¡Eres tan estúpido, Eirian! –

Las lágrimas empezaron correr con más fuerza por las mejillas de Eirian al oír las palabras que le había dicho el mago.

– Yo no pretendía... ¡No quería traicionarte, padre! -Respondió el menor con rapidez- No entiendo... ¿Qué tiene de malo lo que hice? Y-yo no le he dicho nada a Mael que pueda ser perjudicial para el clan, he tenido mucho cuidado y--- -empezó confundido el pelinegro, pero rápidamente fue interrumpido

– ¡El punto no es si fuiste o no cuidadoso Eirian! El punto es que tú ni siquiera sabes quién es Mael, no sabes lo que le ha hecho -le dijo con enfado Gowther y soltó un suspiro triste para luego soltar la mano de Eirian- no sabes lo que me ha hecho a mi... -Dijo con tristeza el mago soltando algunas lágrimas-

Eirian miró con tristeza a Gowther, confundido, no entendía que pasaba... Él era consciente de que Mael había hecho cosas no precisamente buenas a la Raza Demoníaca, pero ¿qué era lo que le había hecho a Gowther? ¿Por qué estaba tan afectado?

El pelinegro estiró su mano hacia el mayor para secar sus lágrimas, pero esta fue rápidamente apartada de un manotazo del rubio.

« El Arcángel Mael asesino a mi mujer y ahora... Ahora quiere apartar a mi hijo de mi lado... Juro que lo haré pagar por eso » pensó con rabia el mandamiento mientras secaba sus lágrimas y su mirada paso a Eirian completamente cargada de rabia.

– Espero que hayas disfrutado tus pequeñas salidas al mundo de los humanos Eirian, porque no volverás a salir de aquí y mucho menos volverás a ver a Mael -sentenció con severidad el rubio haciendo que Eirian se sorprendiera

– Pe-pero padre... ¡No es justo! ¡Yo no hice nada malo! Siempre he hecho lo que me has pedido, yo solo te pido esto -dijo entre lágrimas el pelinegro bajo la enfadada mirada de su padre, la sorprendente actitud rebelde de Eirian sorprendió y enfureció a Gowther, él cual le dio una fuerte bofetada al pelinegro- padre... –

– ¡Haz silencio Eirian! -Ordenó Gowther enojado- estoy arto de su actitud, de haber sabido que harías está estupidez nunca te hubiera creado, se suponía que me facilitarías la vida no que harías lo contrario -dijo con rabia- no me importa cuánto me ruegues, no vas a salir del inframundo nunca más... Ya no confío en ti y no puedo dejarte ir por ahí más sabiendo que ese bastardo sigue con vida allí afuera –

El pelinegro sintió como una parte de él se rompía al oír esas palabras, él sabía que había sido creado por un error de cálculos de su padre, era muy consciente de eso, sin embargo jamás se espero el oír eso.

– Y...y... ¡Y si hubiera sabido que ibas a hacer esto, padre, me hubiera quedado con Mael! ¡Él es bueno y amable! Jamás se ha atrevido a hablarme mal ni me ha golpeado o tocado sin consentimiento -dijo con enojo y una fuerte sensación de adrenalina a su padre, el pelinegro se sentía herido, se sentía humillado... ¿Cómo su padre había sido capaz de hacerle algo así?

Gowther se limitó a responder a eso abofeteando a Eirian de nueva cuenta haciéndolo caer al suelo, lo tomo del brazo haciéndolo levantar y con una de sus manos tomo con brusquedad el rostro del pelinegro, obligándolo a verlo.

– Eres un ingenuo Eirian... -Dijo con el ceño fruncido el mago- Y muchas personas se aprovechan de esa inocencia... Y ese arcángel es una de esas personas –

– ¡No! ¡Te equivocas! -Exclamó el pelinegro intentando soltarse

– Perdóname Eirian -fue lo último que el pelinegro logro oír antes de caer inconsciente...-

Gowther había desactivado la consciencia y el cuerpo de Eirian, lo había desactivado por completo haciendo que cayera inconsciente al suelo...

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Wiii owo no sabía cómo escribir este capítulo, quiero agradecerle a An_Airad por su ayuda con este capítulo owo de verdad me ayudaste mucho linda gracias uwu

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