7
«Yoongi se había vuelto mi nueva luz de esperanza, era como si la oscuridad que ahora veía se hubiera esfumado gracias a él, cada tarde que pasaba con él me alegraba la vida y hacía que el miedo a mi operación se desvaneciera.»
Jimin y Yoongi estaban acostados en la cama del pálido, un ambiente tranquilo y lleno de calma los rodeaba. Las luces estaban suaves, casi apagadas, mientras la música lenta y relajante llenaba la habitación. Yoongi había puesto una lista de baladas, su elección favorita para momentos como ese.
Jimin estaba recostado cómodamente en el pecho de Yoongi, sintiendo el ritmo constante de su respiración y el latido de su corazón bajo su oreja. El calor de sus cuerpos juntos, junto con la música que sonaba suavemente, creaba una atmósfera íntima y reconfortante.
—Me gusta cuando eliges la música. —murmuró Jimin, con los ojos cerrados, dejándose llevar por la serenidad del momento.
—Sabía que te gustarían estas. —respondió Yoongi, su voz era baja, casi un susurro, mientras sus dedos se deslizaban lentamente por el cabello de Jimin, enredándose de manera casual y cariñosa.
El silencio entre ellos era cómodo, sin necesidad de palabras. La melodía envolvía la habitación, y cada nota parecía sincronizarse con los sentimientos que ambos compartían. Jimin suspiró, relajado, como si todo el mundo fuera solo esa cama, esa música, y los brazos de Yoongi.
—Podría quedarme aquí para siempre. —susurró Jimin, apretando suavemente la tela de la camisa de Yoongi.
—No tienes que ir a ningún lado. —respondió Yoongi, sonriendo mientras dejaba un pequeño beso en la frente de Jimin.
La música seguía sonando, y el mundo fuera de esa habitación parecía detenerse, al menos por un rato.
«Cada momento con Yoongi, cada suave beso me llenaba de paz y tranquilidad, estar así con alguien que no le molestaba mi condición me hacía feliz, era como si ambos estuviéramos destinados a encontrarnos.»
Jimin levantó la cabeza del pecho de Yoongi, notando un cambio en la respiración de este, como si algo pesado flotara en el aire. Quería conocer más sobre él, así que decidió preguntar, su voz suave y cautelosa.
—Yoongi. —hablo. —¿Puedes contarme más sobre ti? Siento que hay muchas cosas que aún no sé.
Yoongi permaneció en silencio por unos segundos, como si estuviera decidiendo qué compartir. Finalmente, dejó escapar un suspiro, uno largo y profundo, que parecía llevar consigo algo que había estado guardando.
—Hay cosas que no suelo contarle a la gente. —comenzó Yoongi, su voz baja. Jimin sintió una leve tensión en el cuerpo de Yoongi mientras hablaba. —Sabes que no puedo oír, pero hay más.
Jimin se quedó en silencio, dándole espacio para continuar, sin querer forzarlo.
—Hace unos meses tuve un problema en una de mis piernas. —dijo finalmente Yoongi, su tono más serio de lo que Jimin estaba acostumbrado a escuchar. —Fue algo grave y al final tuvieron que amputarla.
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