17

«A pesar de todo, Yoongi siempre logra hacerme sentir positivo. Hay días en los que me despierto atrapado en la tristeza, en la frustración de no poder ver el mundo como quiero, y en esos días, la oscuridad parece envolverme, incluso más que la que ya siento a mi alrededor. Pero Yoongi… él tiene esa habilidad de desvanecer mis temores con una sola sonrisa o una palabra de aliento.

En los momentos en que me siento débil, él está ahí, recordándome todas las pequeñas cosas que todavía puedo hacer, todas las oportunidades que tengo frente a mí, aunque no las vea con mis ojos. A veces, me toma de la mano y me guía afuera, me habla sobre las cosas que él ve: el color del cielo, las flores en el parque, los rostros de la gente a nuestro alrededor. Hace que lo visualice a través de sus palabras, y me siento conectado con el mundo de una manera especial.»

—Eres mucho más que tu vista, Jimin. —Le dice cuando la tristeza se hace demasiado pesada. —Tienes una luz que muchos no tienen.

—Haré lo que pueda. —hablo Jimin.

—Tienes que hacerlo. —le da un beso en la mano.

«Cada vez que lo dice, me siento un poco más fuerte, como si sus palabras me llenaran de esperanza, de ganas de enfrentar cada nuevo día con valentía. Y aunque sé que hay días difíciles, Yoongi siempre encuentra la forma de hacerme reír, de hacerme olvidar por un momento lo que he perdido, enfocándome en lo que todavía tengo. En él, en su amor, en nuestras pequeñas aventuras.

Yoongi es, sin duda, mi ancla, la razón por la que sigo adelante con la frente en alto. Con él a mi lado, sé que puedo encontrar motivos para sonreír, para seguir soñando y mantener la esperanza viva.»

Después de un día lleno de emociones, Jimin y Yoongi se encontraban en la habitación, envueltos en la tranquilidad de su habitación. La intimidad del lugar y la presencia constante de Yoongi le brindaban a Jimin una paz que pocos otros podían darle. Pero esa noche, él sentía algo más profundo, una necesidad que llevaba tiempo guardando, un deseo de acercarse a Yoongi de una forma que nunca antes había expresado.

Jimin respiró hondo y, con el corazón latiendo rápidamente, se volvió hacia Yoongi, que lo miraba con su característico semblante paciente y comprensivo.

—Yoongi… —comenzó Jimin, con un leve temblor en la voz. —Quiero decirte algo.

Yoongi lo observó con una mirada tranquila, sujeta a cada palabra que Jimin pudiera pronunciar.

—¿Qué pasa? —le respondió, su tono suave, siempre dispuesto a escuchar.

—Siento que… quiero acercarme más a ti. —dijo Jimin, sus mejillas enrojeciendo. —Quisiera que tengamos algo más íntimo.

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