15
Cuando se separaron, ambos sonrieron, sus frentes apoyadas una contra la otra.
—Siempre he querido que compartamos momentos así. —murmuró Jimin, su aliento cálido y cercano.
—Y yo siempre he deseado que encuentres la felicidad que mereces. —respondió Yoongi, sus ojos brillando con sinceridad.
Se quedaron en silencio un momento, disfrutando de la conexión que compartían. Finalmente, Jimin rompió la quietud.
—¿Qué te parece si hacemos una lista de sueños? —propuso, emocionado por la idea. —Cada cosa que queramos hacer juntos, desde lo más pequeño hasta lo más grande.
—Me parece genial. —dijo Yoongi, pensando en todas las aventuras que aún les quedaban por vivir. —Podemos agregar cosas como viajar a lugares lejanos o simplemente pasar una tarde en el parque.
Jimin se sentó más erguido, su energía revitalizada.
—¡Sí! Y también podemos incluir cosas cotidianas, como ver películas en casa o hacer una tarde de juegos. —dijo, su voz llena de entusiasmo.
—Eso suena perfecto. —respondió Yoongi, sintiéndose cada vez más emocionado por sus planes.
Tomaron un cuaderno que estaba en la mesa y comenzaron a anotar. Cada sueño que compartían era como un ladrillo que construía su futuro juntos, y cada palabra que escribían era un reflejo de la confianza y el amor que habían cultivado.
Mientras la noche se profundizaba y el mundo exterior se desvanecía, Jimin y Yoongi continuaron escribiendo, sus corazones llenos de esperanza y alegría. No sabían exactamente qué les depararía el futuro, pero estaban listos para enfrentarlo juntos, con la certeza de que cada nuevo día traería consigo nuevas oportunidades y sueños por cumplir.
«Hoy ha sido un día tan esperado y, al mismo tiempo, desgarrador, me encuentro aquí, en esta sala fría, con las vendas cubriendo mis ojos, llenos de esperanza y miedo. A cada segundo que pasa, el nerviosismo crece en mi pecho. Las manos de Yoongi están entrelazadas con las mías, y es su calidez lo único que me ancla en este momento.»
—Todo saldrá bien, Jimin. —dijo Yoongi, su voz firme y tranquilizadora. —Estoy aquí contigo.
Las palabras de Yoongi eran como un bálsamo, pero la ansiedad de Jimin seguía creciendo. Cuando el médico comenzó a retirar las vendas, Jimin cerró los ojos con fuerza, conteniendo la respiración.
—Listo, Jimin. —anunció el médico, mientras la última venda caía, revelando la luz y el mundo que lo rodeaba.
Sin embargo, cuando Jimin finalmente abrió los ojos, su rostro se transformó de expectativa a horror. La visión era borrosa y distorsionada; nada tenía el enfoque que había deseado.
—No... —susurró, la voz quebrada. —No puede ser.
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, y la tristeza rápidamente se convirtió en un grito desgarrador.
—¡No! ¡¿Por qué?! —gritó, su cuerpo temblando de frustración y dolor. Se sentía atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar.
Yoongi sintió un nudo en el estómago al ver a Jimin en ese estado. Sin pensarlo, lo abrazó con fuerza, intentando transmitirle todo el amor y el apoyo que sentía en ese momento.
—Jimin, estoy aquí. —le susurró al oído, su voz temblando de emoción. —No estás solo y vamos a superarlo juntos.
Pero Jimin no podía calmarse. La desesperación lo invadía, y las lágrimas no dejaban de caer.
—Me siento tan perdido, Yoongi. —sollozó, apretando la mano de Yoongi con desesperación. —Solo quería ver... quería ser libre.
—Lo sé, mi amor. —respondió Yoongi, su corazón rompiéndose al ver el sufrimiento de Jimin. —Pero no estás solo en esto. Vamos a buscar otras opciones, otros médicos. No vamos a rendirnos.
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