13
Con cada palabra, Jimin podía sentir la conexión entre ellos, una conexión que trascendía la vista. Era una paz profunda, un entendimiento que no necesitaba ser verbalizado. Sabía que, aunque la cirugía podría devolverle la visión, había algo en la forma en que se sentían juntos que iba más allá de lo físico. A su lado, se sentía completo.
—¿Cómo está el cielo este día? —preguntó Jimin.
—Está oscuro. —le dijo. —parece que va a llover.
—Ya veo. —murmuró.
—¿Te sientes mal? —le preguntó.
—No. —negó.
—Entonces. —le dijo. —¿Qué sucede?
Jimin tomó una profunda respiración, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Finalmente, decidió hablar.
—Yoongi, hay algo que necesito decirte. —dijo Jimin, con un ligero temblor en la voz.
Yoongi se inclinó un poco más cerca, su mirada atenta y curiosa.
—¿Qué es, Jimin? —preguntó, su voz suave y acogedora.
Jimin sintió un nudo en el estómago, pero sabía que debía seguir adelante.
—Me he dado cuenta de que estoy enamorado de ti. —confesó, susurrando las palabras como si temiera romper la magia del momento.
Un breve silencio llenó la habitación. Jimin desvió su rostro, sintiendo su vulnerabilidad. De repente, la mano de Yoongi se posó suavemente sobre la de él, rompiendo la tensión.
—Jimin. —dijo Yoongi, su tono lleno de ternura.
Jimin levantó la mirada, encontrando consuelo en la voz de Yoongi.
—Yo también estoy enamorado de ti. —continuó Yoongi, su voz resonando con sinceridad.
Jimin se quedó sin palabras, asombrado. La sorpresa y la alegría iluminaba su rostro.
—¿En serio? ¿Tú también sientes lo mismo? —preguntó, su incredulidad palpable.
—Sí. —Yoongi asintió, una sonrisa suave dibujándose en sus labios. —Desde el primer momento que estuviste cerca de mí, supe que había algo especial entre nosotros.
Una oleada de felicidad recorrió a Jimin, y la tensión que había estado acumulando se disipó por completo. Se acercó más a Yoongi, entrelazando sus manos con las de él.
—Siempre he sentido que, aunque no pudiera verte, tú me llenaste de luz. —dijo Jimin, su voz cargada de emoción.
Yoongi apretó suavemente la mano de Jimin, disfrutando de la conexión que compartían.
—Siempre estaré aquí, Jimin. —respondió Yoongi, sonriendo con calidez. —No necesitas verme para sentirlo.
—Estoy listo para lo que venga, siempre que estemos juntos. —murmuró Jimin, su voz tranquila y sincera.
La luz del atardecer continuó iluminando la habitación, creando un ambiente cálido y acogedor mientras permanecían juntos, aferrándose a ese momento tan especial.
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