12

«Me encanta cómo se preocupa por mí, incluso cuando él mismo está lidiando con tanto. Su fuerza y vulnerabilidad, mezcladas en un equilibrio perfecto, hacen que mi corazón se sienta cada vez más atraído hacia él. Es como si su amor me envolviera y me diera la fuerza que necesito para seguir adelante.

Así, en esos momentos de conexión, ya sea en silencio o compartiendo pequeñas risas, siento que estoy construyendo algo especial con Yoongi. No es solo el apoyo que me brinda; es la manera en que me ve, en cómo me acepta tal como soy, con mis inseguridades y mis sueños. Eso es lo que realmente me enamora de él: su capacidad para ser un faro en mis días más oscuros.

Cada vez que me aprieta la mano o me mira con esos ojos llenos de sinceridad, siento que estoy encontrando un hogar en su corazón. Y aunque no puedo ver, estoy empezando a vislumbrar un futuro lleno de luz, y todo gracias a él.»

—¿Cuándo te las quitarán, Jimin? —pregunto.

—En unas semanas. —respondió. —Me siento un poco ansioso, la verdad y no puedo esperar para ver todo de nuevo.

—Lo sé, has sido increíblemente valiente durante todo este proceso.  —mirándolo con ternura. —Estoy seguro de que será mágico.

—Es fácil ser valiente cuando tú estás aquí. —se rio suavemente. —Me haces sentir seguro.

—Siempre estaré aquí y te prometo que no te dejaré solo, incluso cuando todo esto termine. —Lo tomo de la mano. —Quiero estar a tu lado cuando veas el mundo por primera vez.

—Eso significa mucho para mí, Yoongi. —dijo. —No sé cómo hubiera pasado esto sin ti, tu apoyo ha sido mi fuerza.

—Eres más fuerte de lo que crees. —le dijo Yoongi. —Y cuando finalmente veas, estaré ahí para mostrarte todo lo que has estado esperando.

Jimin sintió un calor reconfortante en su pecho. La compañía de Yoongi lo llenaba de esperanza y felicidad. La idea de ver a su amigo por primera vez, de reconocer sus rasgos y su sonrisa, le hacía sentir mariposas en el estómago.

—¿Qué crees que será lo primero que veré? —pregunto curioso.

—Tal vez el cielo o mi cara, cuando me veas sonriendo. —respondió. —Aunque, no sé si eso es un buen comienzo.

—Claro que sí. —dijo animado. —Tu sonrisa es una de las cosas más hermosas que puedo imaginar.

La risa de Jimin llenó la habitación, y en ese momento, el mundo parecía un poco más brillante, incluso con las vendas cubriendo sus ojos.

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