11

«Yoongi tiene una forma especial de hacer que me sienta seguro. Su voz, siempre calmada y suave, tiene la capacidad de envolverme en una burbuja de tranquilidad. Cuando me dijo que había tenido que salir para ver lo de su prótesis, una parte de mí se sintió egoísta por haberlo necesitado tanto, por haber deseado que estuviera conmigo en todo momento. Pero él nunca me hizo sentir así. Siempre me hizo entender que sus luchas también eran importantes.

A medida que pasamos más tiempo juntos, mi admiración por él crece. La forma en que enfrenta sus propios desafíos, como el proceso de adaptación a su nueva realidad, me inspira. No puedo evitarlo; cada gesto amable, cada sonrisa que me regala, va creando un lazo más fuerte entre nosotros. Me doy cuenta de que, cada día, me enamoro más de él. Es algo tan inesperado y hermoso.»

Jimin se acomodó un poco en la cama, sintiendo el apoyo constante de Yoongi a su lado. Con una sonrisa renovada, miró a su amigo, emocionado por lo que vendría después de su cirugía.

—Yoongi. —comenzó, su voz llena de entusiasmo. —Cuando finalmente pueda salir de aquí, quiero que vayamos a cualquier parte que no sea este hospital.

—¿Cualquier parte? Eso suena interesante. —Yoongi lo miró con una ceja levantada, una sonrisa juguetona asomando en sus labios. —¿Tienes algún lugar en mente?

Jimin se quedó pensando por un momento, disfrutando de la idea de poder explorar el mundo fuera de esas cuatro paredes blancas. La simple mención de la libertad le hizo sentir mariposas en el estómago.

—Tal vez podríamos ir a un parque. —dijo finalmente. —Siempre he querido escuchar el sonido de la naturaleza, sentir el viento en mi cara y disfrutar de un día soleado contigo o, incluso, podríamos ir a ese café que me has contado.

—El que tiene las mejores tartas de fresa del mundo. —interrumpió Yoongi, su tono burlón.

—¡Exactamente! Quiero probarlas y también quiero ver cómo es el lugar. —Jimin rio, sintiendo que su corazón se llenaba de alegría. —Pero más que nada, solo quiero salir de aquí y pasar tiempo contigo, sin médicos ni enfermeras alrededor.

Yoongi asintió, su expresión volviéndose seria por un momento.

—Me encantaría, te prometo que haremos eso. —dijo, con sinceridad en sus ojos. —Saldré a buscar algo de aire fresco, y tú me acompañaras quiero que disfrutes de tu libertad al máximo.

Esa promesa resonó en el corazón de Jimin. La idea de explorar, de vivir nuevas experiencias a su lado, llenaba su mente de expectativas.

—No puedo esperar. —susurró Jimin, sintiéndose más motivado que nunca. —Sabes, tu apoyo significa mucho para mí y tener algo por lo que esperar hace que todo esto sea más fácil de sobrellevar.

Yoongi sonrió, y el brillo en sus ojos hizo que Jimin se sintiera aún más agradecido.

—Siempre estaré aquí para ti, Jimin. —le dijo Yoongi, apretando suavemente su mano. —Cuando estés listo, iremos a cualquier parte que desees.

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