Memories
No podía creerlo.
Me negaba a aceptar que él se había ido.
Me negaba a aceptar que mi pequeño pecoso de mejillas abultadas ya no estaba aquí conmigo.
Me negaba a aceptar que ya no escucharía su voz todas las mañanas al salir de mi casa para ir al instituto acompañado de él, como hacíamos desde hacía cinco años.
Me negaba a aceptar que ya no sentiría la calidez de su cuerpo al abrazarme.
Me negaba a aceptar que ya no sentiría su suave piel con la mía, como en aquella primera y única noche donde nos unimos y nos entregamos el uno al otro. Aquella noche en mi cama, donde consumamos nuestro amor.
Me negaba a creer que ya no podría besar sus abultados labios, de no poder volver a sentir esa sensación de sentirme completo, de sentir que nos complementamos y estábamos destinados a estar juntos.
Ahora todo quedaba en mi memoria; en unos simples y hermosos, pero dañinos recuerdos. El ya no volver a sentir su presencia me carcome por dentro. Como un incendio forestal, el dolor se expande por mi cuerpo como el fuego, y me destruye por completo.
Todo era perfecto con mi pequeño, con mi Lixie. Hasta que ese fatídico día llegó.
Estábamos en la biblioteca haciendo un trabajo juntos, cuando anocheció salimos y nos despedimos. Yo le insistí en acompañarle a su casa, como de costumbre, pero se negó.
«―Es muy tarde y mañana tenemos clases, Jinnie. Volveré a casa solo, en cuanto llegue, te enviaré un mensaje para que no te preocupes. —»
Pero el mensaje nunca llegó, y mi preocupación por no saber nada de él tampoco desapareció.
No fue hasta dos días después que tuve noticias suyas, por parte de su familia.
Estaba hospitalizado; le robaron y abusaron de él. No satisfechos con eso, los hijos de puta le marcaron la piel, con marcas que no se irían hasta una semana o más.
Cada vez que mi Lixie se veía al espejo y veía esas marcas violáceas, lloraba y recordaba el incidente.
Mi chico, alegre y vivaz, que era capaz de sacarte una sonrisa con tan solo su presencia, dio un cambio de 360°, ya no comía y muchas veces faltaba a clases, además de pasarse los días en la cama y llorando. Todo le recordaba a ese jodido día, ya no podía besarme o tocarme porque recordaba ese día.
Fue al psicólogo, y con el paso de los meses obtuvo un diagnóstico, trastorno de depresión mayor y trastorno de estrés postraumático. El diagnóstico no ayudó en nada, pues no mejoró, seguía igual.
Su psicólogo, que creía que su caso era muy serio, habló con sus padres, decidiendo pedirle una cita con un psiquiatra, recibiendo a las pocas semanas una medicación de antidepresivos.
Aunque esto le molestó bastante, no quería tomárselas, y siempre que podía, Lixie no se las tomaba o las tiraba.
Yo estuve cada día de su sufrimiento con él, cada día que él no iba a clases, era un día donde yo tampoco lo hacía, me quedaba desde la mañana hasta la noche con él.
Me acuerdo de una tarde, semanas antes de que él se fuera, yo salí un momento de su casa para ir a comprarle algo de comer. Cuando volví estaba teniendo un ataque de ansiedad. Su respiración era errática y estaba llorando.
Besé cada una de sus lágrimas y lo estuve abrazando el resto de la tarde, no lo dejé ir en ningún momento.
«—Jinnie, siento darte tantos problemas, soy una molestia para ti y todas las personas de mi alrededor... — »
Esa frase que salió de sus labios me partió el alma, se oía tan roto y cansado, lo decía con sinceridad. Él en verdad creía que me daba problemas y que era una molestia.
«— Mi vida, ni se te ocurra volver a decir eso nunca más, tú jamás me darías problemas, eres el amor de mi vida, mi mejor amigo, mi alegría, mi mundo, eres mi todo. Tú y yo saldremos de esta, ¿Entendido?, te lo prometo, yo nunca te dejaré... — »
No me respondió, pero me dio un beso, un largo y necesitado beso, no fue uno pasional, fue un tierno beso, como si fuera uno de los últimos.
Tristemente, así fue. Solo dos semanas después de ese día, me llamó.
«— Jinnie, ven a mi casa, por favor, mis padres no están... y-yo...n-no se que hice...m-me tomé todas las pastillas de mi medicación y me estoy s-sintiendo mareado... »
Estaba cerca de su casa, llorando y corriendo fui a su casa. Le colgué prometiéndole que pronto estaría allí y llamé a una ambulancia.
Llegué antes que la ambulancia y fui al cuarto de mi Lixie.
Estaba en su cuarto, todavía algo consciente y llorando. Fui con él y le abracé como nunca hice en mi vida.
No hice que vomitara las pastillas porque ya estaba muy débil, lo único que podía hacer yo en ese momento era estar con él.
«— Lo siento mucho por hacerte pasar por esto, Jinnie... —»
«— No pasa nada, Lixie, estoy aquí contigo, ¿si? —»
«— Me siento mareado y débil, Jinnie, ¿todo estará bien? — »
«— Te lo prometo, cariño, pronto ya no te sentirás así, te amo muchísimo. — »
«—Y-yo también t-te amo, Jinnie, siento que lo nuestro terminara así... — »
«—No pasa nada, Lixie, no es tu culpa. Ahora, cierra tus ojitos e intenta descansar, te prometo que seguiré aquí. — »
Y lo hizo, cerró sus ojos, esta vez para siempre. Poco tiempo después, llegó la ambulancia. Intentaron reanimarle de camino al hospital, pero no se pudo. Lixie falleció en mis brazos aquel día de octubre, faltando una semana para nuestro tercer aniversario de noviazgo y para hacer once años desde que nos conocíamos.
En su funeral no dejé de llorar, no pude ver ni siquiera el cuerpo de Lixie, no era capaz, no quería ni quiero asimilar el hecho de que jamás volvería a verlo.
Después de su fallecimiento todo se fue aún más cuesta abajo.
Porque ahora la presencia de mi amado solo queda en mi memoria.
Porque Lixie me marcó de por vida, como una cicatriz.
Ahora yo podía corroborar eso de que el amor es como una rosa, porque es hermoso como una, pero doloroso como pincharse con una de sus espinas.
Porque Lixie y yo éramos la prueba la de ese dicho.
Después de su fallecimiento era yo él que ya no iba a clases y el que se pasaba los días en la cama.
Todo el día escuchaba los mensajes de voz que me había enviado, nuestras fotos juntos, leía sus mensajes:
"Te amo, Jinnie", "Hasta mañana, que descanses <3", "Ten cuidado al volver a casa, Jinnie, por favor :(", "Jinnie, te necesito, ven a mi casa, por favor", "Desearía poder estar contigo para llenarte la cara de besos <3", "¿Podemos hacer llamada, luego?", "Tu voz me alegra mis tristes días".
Y cientos de mensajes como esos, era lo que me pasaba leyendo día y noche, era un no parar.
Era difícil de explicar, pero con tan sólo un mensaje de mi Lixie, me animaba mucho más, que saliendo con mis amigos o pasando tiempo con mi familia.
A pesar de su partida, él seguía siendo mi hogar y mi mayor felicidad.
Era algo que todas las personas que me conocían sabían.
Ellos sabían perfectamente que aunque intentaran levantarme el ánimo, fallarían, porque mi razón de felicidad ya no estaba.
Y mientras ellos se esforzaban por hacer que saliera de mi depresión, yo en mi cabeza imaginaba que el incidente nunca ocurrió, que Lixie y yo seguíamos juntos, que nos graduabamos e íbamos a la universidad, siendo compañeros de cuarto. Que años después nos casábamos y adoptábamos a tres niños.
Una familia.
Una feliz familia que tristemente nunca podrá ser.
Y todo por culpa de esos hijos de puta, que se atrevieron a ponerle una mano encima a mi Lixie, a mi bebé, a mi amado.
Esos hijos de puta, por su culpa destrozaron a dos familias por completo e hicieron que dos adolescentes murieran.
Porque sí, pretendo seguir el mismo camino que mi Lixie.
Ya no tendré que esperar más para volver a ver a mi amado, porque estaré junto a él por el resto de mi existencia, ya sea en otro plano terrenal o en otra vida.
Porque mi amor por Felixie es incondicional y sin límites aparentes.
Y ahora, con todas las energías que me quedan, voy a ir al puente que está al lado del parque donde me declaré a Lixie, iré y cumpliré mi último objetivo en esta vida, tirarme al río Han, para así al fin estar con la persona que más amé y amo.
Porque una vida sin mi Lixie en ella, es una vida aburrida, vacía y llena de sin sentidos.
Mientras me quito los zapatos y dejo mi larga carta para mis seres queridos, recuerdo todos los bonitos recuerdos que he tenido con Lixie.
El como nos conocimos en infantil.
Era nuevo en el colegio y durante el recreo estaba solo, hasta que llegó la persona que más me marcaría en mi vida.
«— Hola, chico nuevo, soy Felix, ¿Y tú? — »
«— Yo me llamo hyunjin, chico pecas. — »
«— ¿Quiéres jugar a la pelota conmigo? — »
«— Claro, pero deberás prepararte, en los juegos con pelotas soy el mejor. — »
Ambos nos reímos y empezamos a jugar con la pelota.
El como me declaré a él.
Era casi de noche, le cité en el parque que estaba cerca de nuestras casas, así no tardaríamos ninguno de los en llegar al lugar.
«— L-lixie...verás yo...se que es algo tarde y deberías estar ya en casa, pero una cosa ha estado rondando por mi cabeza los últimos meses y creo que es hora que de lo sepas... — »
«— Pues dime, soy oído abiertos. — »
Respiré profundamente, y con la mayor valentía que podía tener un adolescente de catorce años, me confesé ante el chico que desde ese entonces, yo consideraba en amor de mi vida y mi futuro esposo.
«— M-me gustas mucho, estoy enamorado de ti, y y-yo quería preguntarte, ¿querrías s-ser mi novio...? — »
Lixie me miró sorprendido y sonrojado, en menos de un segundo, estábamos él y yo unidos en nuestro primer beso, un tierno beso de pico.
«— ¡Sí quiero! — »
Me miró con la sonrisa más grande que hasta ese momento yo hubiera podido ver.
Cuando presenté de manera oficial a Lixie como mi pareja a mi familia.
Tanto Lixie como yo estábamos muy nerviosos, no sabíamos como iban a reaccionar mis padres, pues nunca les hablé abiertamente de mi orientación.
«— Mamá, papá, Yeji, os presento a mi novio y al amor de mi vida, Lee Felix. —»
Para ninguno de mi familia fue una sorpresa el que acabáramos como pareja. Así que en cuanto se los dije, no tardaron nada en felicitarnos y en llenarnos de abrazos y preguntas.
«— Quiero que me lo contéis todo, ¿cómo os disteis cuenta de que os amabais? — » Preguntó mi hermana.
«— Y-yo, pues...fue estando en primaria, no se como describirlo, pero el como me sentía con Hyunjin no lo sentía con nadie. Hyunjin siempre ha sido la única persona capaz alborotar mis emociones, y no se, siempre sentí que a Hyunjin, si pudiera, le querría bajar el universo, es difícil de describir, pero simplemente lo amo, quiero hacerle feliz y pasar el resto de mi vida con él. — » Respondió nerviosamente mi Lixie.
Nuestra primera y única vez haciendo el amor.
Los dos estábamos muy nerviosos; estuvimos planeando este día desde hacía semanas, desde en que casa lo haríamos, hasta quién daba y quién recibiría, además de leer e informarnos de cuál sería la manera más correcta y placentera de hacerlo.
«—Jinnie...se cuidadoso, ¿está bien?, hazlo con cuidado y con- — »
No le dejé terminar, pues me aproximé a sus labios y le dejé un casto beso.
«—No tienes que preocuparte, Lixie, te lo prometí, te cuidaré muy bien y lo haré con suavidad. — »
Dicho esto, rellené dos dedos con lubricante y los introducí dentro suyo, luego, besé sus mejillas y labios, mientras que con mi otra mano acariciaba su cintura, cadera y muslo.
«— J-jinnie... — » Gimió un susurro.
Mi Lixie estaba sonrojado con los ojos cerrados y los labios algo abiertos. Era y es una de las imágenes más hermosas que he visto en mi vida.
Unos minutos después, saqué mis dedos, y con mi mano temblorosa, agarré mi erección y me introducí en mi amado.
Al ser nuestra primera vez y al estar muy nerviosos, las embestidas eran descuidadas, haciendo notar mi falta de experiencia.
Pero a pesar de eso, fue la mejor noche de nuestras vidas.
Después de que ambos llegáramos, salí de él y lo abracé con todo el cariño y suavidad del mundo, le puse su pijama y le arropé con mis sábanas, cayendo ambos en los brazos de Morfeo a los pocos minutos.
Una pena que todo esto solo quedaba ya en mi memoria.
Pero, por fin, podría estar con mi Lixie, después de estar sin él durante 553 días.
Me subo a la barrera, y decidido, me tiro de cabeza.
Cuando me quiero dar cuenta, estoy en el fondo del río, hay sangre por todos lados, me siento mareado y me duele la cabeza.
Me pegué contra una enorme piedra.
Poco a poco, siento como mi vida se apaga y me dejo llevar por la sensación del mareo, cerrando los ojos para siempre, como lo hizo mi Lixie aquel día...
♡︎♡︎♡︎♡︎♡︎
Esto, como tal, es mi primera vez escribiendo con "seriedad", así que agradecería que me perdonaran di tengo algún error, ya sea en algún verbo o palabra, también agradecería que me avisaran si tengo errores ortográficos. 😭
Perdón si no es muy buena narrativa. 😞
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top