A la mañana siguiente Natasha fue a visitar a su padre, estaba afuera de la puerta esperando a que le abriera, cuando así fue ella miro a su padre y le tembló el labio para después abrazarlo y romperse a llorar.

-Hija... Pero que sorpresa.- la abrazo con afecto acariciando su cabello.- ¿Qué sucede?-

-Lo siento tanto.- escondió su rostro en su cuello.

El moreno le acaricio su espalda para tratarla de calmar y la hizo pasar. Mientras el hombre hacia el desayuno Natasha le empezó a explicar lo que había pasado e incluso casi se iba para atrás al saber que había sufrido un accidente, claramente no se iba a enojar por no haberle dicho, pues era más su preocupación de que pudo haberla perdido. Una hora después la rusa se había calmado y estaba desayunando con su padre.

-¿Alguna vez has pensado... En que te gustaría regresar el tiempo?-

-Claro, un par de veces- le dijo con una sonrisa.

-Si pudieras hacerlo... ¿Qué es lo que cambiarias?-

-Nada- sonrió y la chica lo miro confundida.

-¿Por qué? ¿A caso no has cometido un error tan grande que te hubiera gustado no hacerlo?-

-Por supuesto que sí, pero de no haber cometido esos errores no hubiera aprendido a no volver a cometerlos- le dio un sorbo a su café. –Los errores existen con un fin, Natasha, tal vez todos piensen que un error no trae nada positivo a tu vida, pero déjame decirte que están equivocados- bajo su taza y la miro atento. –Si los errores no existieran no sabrías como hacer las cosas, te abren los ojos quizá algunos te hacen ver una cruda realidad, pero gracias a eso te hacen crecer como persona, porque después esta en ti cambiarlos, volverlos a remendar y crear cosas mejores, te hacen levantarte, tú tienes el poder de hacerlo.-

-Pero... Creo que ya es tarde para hacerlo- bajo la mirada.

-Nunca es tarde para nada, mi pequeño conejito pelirrojo-

Natasha sonrió enternecida por lo dicho. –Perdón por no haberte visitado estos años, he sido una terrible hija.-

-No tengo nada que perdonar, siempre serás mi pequeña niña, por algo soy tu padre- tomo su mano y le dio un apretón. –Cuando intente salvar a tus padre de la mafia de los Sovosck ya era demasiado tarde, y el fuego estaba consumiendo la casa, pero después escuche un llanto en la habitación de arriba y fui corriendo, en cuanto te tuve en mis brazos ya no quería soltarte para en el mundo, había perdido a una esposa y a un hijo que nunca pude conocer en persona, así que cuando sentí tu pequeña mano tomar mi dedo supe que estaba destinado para protegerte siempre.- limpio las lágrimas de su hija. –Desde entonces ninguno estaría solo.- Después de eso ambos se dieron un abrazo después de tanto tiempo.

Ese día Natasha sabía lo que tenía que hacer, iba a remendar sus errores con todos, al otro día había convocado a sus compañeros de trabajo e incluso a Pepper, se disculpó por como los había tratado todo los años que llevaban trabajando con ella.

Bruce había terminado su trabajo con su cliente del negocio de salsas mexicanas y ahora mismo estaba en su departamento hablando por teléfono con su amigo mejor amigo Tony; que era el CEO de una empresa de tecnología.

-Entonces ¿Si te iras a Brooklyn?-

-Aun no lo sé... Como te digo estoy a mitad de una negociación con el lugar donde quiero poner mi estudio de fotografía.-

-¿Aun te hace falta dinero? Aún sigue en mi pie mi oferta de ayudarte, yo te lo podría dar, tómalo como regalo de bodas.-

-Gracias Tony, pero quiero conseguirlo con mi esfuerzo.-

-Pero con los gastos de la boda no podrás y te lo ganaran y eso que será una boda pequeña-

-Lo sé, pero buscare la forma, aparte tengo un posible cliente que quiere mi servicio.- el timbre sonó y Bruce volteo a ver a su puerta. –Tengo que dejarte están tocando a mi puerta.-

-¿Es la sexy pelirroja?- dijo con algo de coquetería.

-No sé por qué te conté de ella- murmuro.

-Solo digo que haber cuando la presentas.-

-Adiós Tony.- negó y fue abrir la puerta.

-Hola Bruce, ¿Estabas ocupado?- la chica entro a su departamento cuando la dejo pasar.

-No, solo estaba hablando con amigo.- le sonrió amable. -¿Cómo estás? Lamento lo que aquella noche...-

-No te preocupes, de todas maneras era necesario saberlo.- dijo de manera calmada.

-¿Y a que debo el honor de tu visita?- empezó a guardar sus papeles de su escritorio.

-Bueno... Como te dije estoy trabajando en una presentación-

-Ah sí, lo de Hill's- comento al recordar.

-Exacto y bueno, tengo la idea armada ya y lo que quiero mostrar, pero mi diseñador y mi fotógrafo trabajaran con Sharon y bueno, me quede sin personal y tengo dos semanas para tenerlo listo, así que quiero contratar tus servicios.- le entrego un cheque y Bruce lo tomo para verlo. –Tendrás la otra mitad cuando se termine, quizá hasta podrás tener para tu estudio.-

-Vaya no... Seria mucha gran ayuda, pero no tienes que hacerme favores.-

-Tú me harás el favor a mí, me gusta tu trabajo.-

-Nat, he visto tu revista y créeme que es algo que no es mi estilo.-

-Exacto, eso es lo que necesito, un estilo diferente a lo que estamos acostumbrados ¿Qué dices?-

El suspiro y le sonrió -¿Cuándo empezamos?-