Capitulo 4

Bruce estaba revisando unos diseños para el logo de una marca de salsas que estaban a punto de lanzar en un pequeño negocio de salsas mexicanas, cuando el timbre de su puerta de su pequeño departamento sonó varias veces.

-Un segundo.- dijo e hizo unas anotaciones en un bloc de notas y después fue abrir la puerta; cuando vio quien era se quedó callado y demasiado confundido.

-¿Bruce? ¿Bruce Banner?- pregunto con una sonrisa esperanzada.

-Amm... ¿Si?- dijo.

-¡No puede ser, creí que nunca te encontraría!- la chica se lanzó abrazarlo con fuerza.

-Natasha, NatashaRomanoff...- dijo con seriedad y sacado de onda sin devolverle el abrazo.

-¡Si, la misma!- se separó de él. –Vaya te ves tan... Diferente- lo miro de arriba abajo, ya no era el niño escuálido de antes, había ganado más altura y más musculo. A pesar de la felicidad que irradiaba la pelirroja se notaba que estaba confundida y perdida. Aun así entro a la casa de Bruce sin pedir permiso. –Vaya aun dibujas y tomas fotos.- dijo al mirar sus paredes con algunos cuadros y fotografías de todo tipo e igual su mesa que tenía papeles y diseños de un logotipo, -también estudiaste publicad y marketing- dijo con sorpresa.

Bruce no estaba entendiendo nada, por su cabeza pasaban preguntas como ¿Cómo es que consiguió su dirección? O la más importante ¿Qué demonios hacia aquí?

-Amm... Si.- carraspeo. –Natasha ¿Qué haces aquí?- la chica lo volteo a ver.

-Es que tu estabas ahí ayer en mi fiesta, nuestra fiesta y... Bueno la cosa es que no fue ayer porque ya no tengo 16 años.- cerro los ojos y gruño un poco mientras empezaba a balbucear cosas que Bruce no entendía.

-Natasha... ¿Estas bien? ¿Tomaste alguna droga, medicamento? ¿Eres drogadicta?- dijo alejado de ella.

-¿Qué? ¡No! No... es que aggh.- suspiro. –Hace 4 días tuve un accidente, por suerte no fue tan grave, pero y el doctor me dijo que tuve una contusión al golpear mi cabeza con el volante e hizo que tuviera un cuadro de amnesia temporal, y te estuve esperando a que aparecieras en el hospital pero nunca llegaste así que le pedí a mi asistente que contactara a tu tía y ella le dio tus datos y me dio esta dirección ayer. – dijo caminando de un lado a otro. –El chiste es que no recuerdo nada de mi vida y necesito que me ayudes.- pidió.

Bruce escucho todo con atención, se le hizo increíble que después de tantos años la volviera a ver.

-No- negó sin dejarla de mirar.

-¿Qué? ¿Por qué no?, Bruce somos mejores amigos, te necesito.-

-No Nat, hace mucho que dejamos de serlo, Natasha ya no somos amigos.- le dijo y esta dio pasos atrás empezando a hiperventilar un poco y a echarse aire, el algo nervioso con las manos enfrente y sin saber que hacer le siguió explicando.-No sé nada de tu vida, no te he visto desde la preparatoria.-

-Me siento sofocada... Hace calor.- se quitó la gabardina y la tiro al suelo colocando sus manos en sus rodillas.-

-Yo... y-yo abriere una ventana ¿Si? ¿Quieres agua? ¿Un te?- tartamudeo.

-¡Necesito aire fresco! ¡Por favor!-dijo un poco temblorosa.

Al terminar aquella escena, ambos se encontraban en la terraza del edificio, Natasha estaba tomando un vaso con agua y un tanto cohibida, pero ya más tranquila.

-Natasha te ayudo a llegar a tu casa.- dijo Bruce y ella solo lo miro y asintió ya que estaba tomando del vaso con agua.

Ambos salieron del lugar y fueron con dirección al departamento de Nat, para su sorpresa no estaban tan lejos. En todo el camino la pelirroja preguntaba cosas que claramente Bruce no sabía con exactitud.

-¿Entonces no estuve en el cumpleaños de mi padre la última vez?-

-No lo sé Natasha, hace tiempo que no lo ves, no lo sé.- se encogió de hombros y llegaron a la dirección donde vivía la mujer. -¿Aquí es?- miro el gran edificio.

-Si...- suspiro.

-Bueno, será mejor que me vaya... Amm... Me dio gusto de verte otra vez.-dijo alejándose poco a poco.

-A mí también, adiós.- trato de sonreír un poco y al ver que se alejaba volvió hablar. –Bruce- llama su atención de nuevo y este se giró al verla. -¿Quién fue reina del baile de graduación?- pregunto con algo de inocencia en su mirada y este suspiro para después formar una pequeña sonrisa y acercarse.

En minutos ambos estaban en el departamento de la chica; ella estaba viendo su álbum de fotos de la preparatoria.

-¿Yo fui la reina del baile? Vaya y con James Barnes- pregunto asombrada.

-Si...- dijo mirando su departamento y tomando un trago de su soda.

-Y también fui parte del grupo de los populares... -

-Sí, prácticamente fuiste su líder- respondió un tanto incómodo.

-Vaya, parece que mis metas se cumplieron.- dijo con una sonrisa.

-Sí, creo ya lo vi... Disfrútalas.- murmuro.

El teléfono de su casa sonó y ella rápidamente fue atenderlo sentándose en el sillón.

-Hola, si soy yo.- respondió y puso atención a lo que le decían. –Así claro, mi chofer a las ocho... ¿Me puede decir a dónde voy?- pregunto y en eso Bruce tiro la lata en una papelera y fue poco a poco a la puerta. – ¿Una fiesta? Oh estupendo, claro gracias- dijo con una sonrisa. –Bruce iré a una fiesta en una limosina- sonrió con emoción y fue directamente a él.

-Que bien por ti, creo que ya te estas pareciendo ala de antes, será mejor que me vaya.-

-¿No quieres ir?-pregunto con una sonrisa.

-Humm... No gracias- rasco su nuca. –No me gustan las fiestas.- dijo con tranquilidad.

-Bueno, si te animas será en el Royal Palace a las ocho, se pondrá divertido.- dijo.

-Claro, nos vemos- abrió la puerta y la pelirroja se recargo en el marco de la puerta para verlo caminar al elevador.

-Espero puedas ir-le dijo de manera amable, a lo cual Bruce solo le sonrió y entro al elevador, lo cual para él fue una tortura ya que no soportaba estar en espacios cerrados, por eso él vivía en un edificio pequeño sin elevador y solo escaleras.

Eran las 10 de la noche y el rizado entro al gran salón el cual era muy conocido por toda la ciudad, pues ahí se hacían fiestas grandes de gente de mucho dinero hasta celebridades podías encontrarte ahí. Por los carteles se pudo dar cuenta que era una fiesta de la revista de Nat, su aniversario. Como era de esperarse había música, personas bailando, una gran decoración, comida y bebida. Ni siquiera sabía porque demonios estaba ahí, no llevaba ni 10 minutos cuando ya estaba dispuesto a irse, pero una mano lo tomo del brazo.

-¡Bruce! Si viniste- dijo la pelirroja que llevaba un vestido rojo ceñido al cuerpo que resaltaba sus increíbles cuervas y sus atributos, debía admitir que estaba hermosa e incluso se quedó callado de la impresión unos segundos.

-Ah sí... Parece que todos se divierten.- comento.

-Lo sé, ven vamos por una bebida.- tomo su brazo y lo llevo a la barra.

Estuvieron hablando de varias cosas, pero Natasha no le pregunta nada al respecto de lo que paso con ellos, pues estaba dispuesta a ya no perder de vista a Bruce, aparte de que respetaba la decisión de no quererle contar. Así que Bruce solo le contaba algunas cosas de su vida, como a la universidad en la que estudio o en cómo es que decidió trabajar independientemente.

-¿Entonces también trabajas como fotógrafo?, creí que aun solo era un pasatiempo.-

-Me han contratado para catálogos, campañas políticas o para eventos de beneficencia.- comento. –Igual he hecho logotipos pare empresas pequeñas, he tenido mis altas y bajas- explico. –De hecho me gustaría abrir un estudio de fotografía, por eso estoy ahorrando para hacerlo.-

-Eso suena increíble, sé que lo vas a lograr.- comento y ambos miraron a las personas bailar energéticamente hasta que el sonido empezó a bajar y se escuchó I dontwant miss a thing de aerosmith, a lo cual la chica abrió con sorpresa los ojos, era su canción favorita.

-¿Quieres bailar?- pregunto Bruce extendiendo su mano hacia la chica, sabía que era su canción favorita, aun recordaba cuando la sorprendía cantándola. Ella acepto y tomo su mano para ir a la pista de baile con ella. Tomo su cintura y empezaron a moverse de un lado a otro, ninguno de los hablaba, solo se dejaban llevar por el ritmo de la canción y como era de esperarse, Natasha empezó a cantarla en voz baja a lo cual Bruce solo sonrió, por dos sencillas razones; la primera porque le hizo recordar esos momentos y la segunda porque cuando ella cantaba no podía evitar imaginarse bailar esa canción con la pelirroja y ahora, lo estaba haciendo después de haberlo deseado hace mucho, pero lamentablemente ya era muy tarde. Bruce paro y la miro a los ojos. –Tengo que irme.-ni siquiera la canción había terminado. –Síguela pasando bien.-

-Pero... Bruce.- El mencionado le menciono y se alejó de ahí con una sonrisa de amabilidad, la pelirroja solo se quedó en la pista viendo en cómo se iba, pero en segundos llego Sharon con dos hombres y se jalo a su amiga.

Después de aquel fin de semana, Natasha estaba demasiado estresada con lo de la revista y más porque su fotógrafo le había cancelado. A cada rato tenia dolores de cabeza intenso, pero también porque se debía a la amnesia que sufría, trataba de recordar cosas como por ejemplo su relación laboral con los que trabajaban con ella y para ella, ya que muchos de ellos se desconcertaron cuando la chica empezó a tratarlos bien, como si siempre hubiera sido así, de la noche a la mañana había cambiado e incluso se volvió un poco más distraída.

-Buen día Pepper.- saludo la chica. -¿Hay algún mensaje para mí?- pregunto.

-Sí, de hecho tiene varios- tomo unos papeles para leérselos.

-La chica de imprenta dice, Espero te mueras maldita perra, cada porquería que haces subes un piso más arriba de mi odio, púdrete.- dijo un poco nerviosa por como reaccionaria.

-Dios... Que horrible mujer.- dijo sin entender porque le decían eso.

-La otra es de la esposa del columnista del periódico de la ciudad y dice, Te voy a matar con tus malditas pantaletas, para que no se te vuelvan a olvidar entre los cajones del escritorio de Josep, estúpida zorra...- cambio otro papelito para seguir leyendo –Y luego dice que...-

-Sabes... Sera mejor que yo los lea.- le sonrió algo apenada y tomo los mensajes.

Leyó todo los mensajes y no sabía porque tanto odio le tenían, quiso dejar de pensar en eso y mejor seguir con su trabajo, ella ya tenía una idea de cómo hacer un cambio radical al mundo de la moda, en cómo aumentar los números de ventas de la revista, era algo totalmente diferente, pero algo que ninguna otra revista haría, pero nunca estaba mal para darle la vuelta a las cosas. A la hora del almuerzo fue a buscar a Sharon para invitarla a comer y quizá podía platicarle un poco más de cómo se hicieron amigas, pues cuando tuvo el accidente estuvo dos días dormida, al despertar no la fue a visitar porque estaba ocupada con el trabajo, solo fue su jefe para ver cómo estaba y después al estar de alta fue en busca de Bruce, por lo tanto en la fiesta no pudo hablar con ella, pues se la pasaron tomando y bailando.

Al llegar a su oficina tenía la puerta abierta y se escuchaba como hablaba con una compañera de su trabajo.

-Te veo muy confiada- comento una mujer.

--Lo estoy, sé que mi idea va a ganar.- dijo Sharon.

-Creí que era tu amiga-

-Solo lo es porque hay cosas de las que me puedo beneficiar, pero desde que escuche que el jefe está dispuesto a darle el puesto de subjefa, supe que ya era momento de que me tocara algo, es increíble que se lo dé a ella y a mí no, seguro obtuvo esa posibilidad acostándose con Rogers.-

-¿Tú crees?-

-Claro, es una zorra, se acostó con un columnista del periódico de la ciudad, y ha tenido aventuras con el esposo de la contadora, y con el novio de la recepcionista del Jefe.- comento. –Es una maldita, hasta ha robado ideas de otras personas y las despide para quedarse con el crédito.- bufa. –seguro por eso es que tiene tanta buena reputación, no tiene ideas propias y ahora que tiene amnesia se ha vuelto más distraída, va a fracasar y yo me quedare con su lugar y para que veas que hablo enserio, yo le ofrecí una mejor oferta a su fotógrafo y su diseñador me acaba confirmar que el hará el diseño de la porta y de las fotografías, así que se va atrasar en encontrar personal.-

-Eres increíble, las estas acabando poco a poco.-

Después de escuchar aquello Natasha se alejó de la puerta con los ojos cristalizados, regreso a su oficina, pero antes se detuvo y miro a su asistente que estaba a punto de irse a almorzar

-Pepper ¿Te puedo preguntar algo?-trato de que su voz no se notara cortada.

-Claro, señorita.-

-He sido una bruja con todos ¿Verdad?- soltó de repente y la rubia solo se quedó callada. –He sido mala persona ¿No es así?- insistió a lo cual la mujer solo asintió. –de acuerdo... Amm... Yo tengo que irme, cancela mi junta de las 3 y... Lo siento mucho, lo siento por todo.- fue lo último que dijo y entro a la oficina a tomar sus cosas y posteriormente salir de ahí e irse a su departamento.

En todo el camino trato de no llorar, estaba tan confundida y la cabeza le dolía demasiado. Al llegar la mujer empezó a dar vueltas por todo su departamento pensando en lo que había escuchado, lo que restaba de la tarde se la paso así, ni siquiera había comido. Sin darse cuenta la noche cayo, estaba en pijama mirando a la nada sobre el sillón de su casa; no iba a dormir esa noche así que miro la hora y apenas eran las 9 así que tomo un suéter, se puso unos tenis y salió, necesitaba despejarse y hablar con alguien, por lo tanto ya estaba a unos metros del edifico de Bruce cuando lo vio salir.

-Hey, Bruce- lo llamo y este volteo.

-Natasha, hola ¿Qué haces aquí?-pregunto.

-Bueno es que quería saber si querías ir a caminar un rato.-

-Claro solo déjame que voy a despedirme de- iba a terminar de decir cuando una mujer castaña de cabello largo salió del edificio y se colocó a lado de Bruce. –Natasha, ella es Wanda; mi novia.-

La pelirroja se quedó un tanto sorprendida y sin saber que decir, pero reacciono y extendió su mano hacia la mujer para saludar.

-Oh amm... Que gusto- sonrió levemente saludándola.

-Es un placer, Bruce me conto que fueron muy amigos desde los ocho años, es lindo que ahora se reencuentren.- hablo con una sonrisa.

-Bueno él es el lindo, hizo tanto por mi.- por alguna extraña razón se sentía incomoda.- ¿Y tú también eres publicista?-

-Veo que se la pasaron hablando de mí.- dijo con un sarcasmo inocente.-No, yo soy reportera, trabajo en el noticiero de Brooklyn y justamente estábamos hablando de que Bruce me alcance después de la boda-dijo y beso la mejilla del rizado.

-¿B-boda?- tartamudeo un poco.

-Sí, dentro de dos semanas.-dijo la castaña. –En fin, tengo que irme, antes de que pierda mi vuelo.- beso a su prometido en los labios y después volteo a ver a la pelirroja. –Fue un gusto conocerte.- se despidió de ella y paro un taxi para después entrar en el e irse.

Ambos se quedaron en silencio viendo como el auto se alejaba, había sido incómodo para ambos, la rusa sintió algo de presión en su pecho.

-¿Aun quieres ir a caminar?- pregunto el mayor, observándola detenidamente.

-Claro- se cruzó de brazos y empezó a caminar junto a él.

La noche estaba fresca y había mucha gente de un lado a otro e incluso locales estaban llenos. Ambos iban por la acera, estaban callados, pero Bruce tenia curiosidad de saber que era lo que tenía, antes de que presentarle ella se veía algo decaída, iba hablar cuando la contraria se le adelanto.

-No puedo creer que vas a casarte.- dijo atenta con la mirada en sus pasos.-Y... sientes amm... ¿Qué es tu alma gemela? Ya sabes; cuando la ves ¿Sientes que tu mundo se detiene?-

-Hace mucho tiempo que no sentía eso por nadie, desde la preparatoria de hecho.-

-Yo no sabía que alguien te gustaba en la preparatoria.-

-Nunca te dije porque no era importante, de todas maneras no iba ser posible.- comento y se quedaron callados por un momento.

-Bruce- la pelirroja se paró en la esquina de una calle. -¿Qué fue lo que pasó con nosotros?- quería saber toda la verdad ya.

-Natasha eso ya no importa, fue hace muchos años.-se llevó las manos a sus bolsillos de su pantalón.

-Para mí sí, solo dime.- lo miro suplicante. –Por favor.-

Banner suspiro frustrado, había dicho que jamás iba a recordar aquello, pero ver aquella mirada no tuvo de otra que decirle. – ¿Qué es lo que recuerdas?-

-El día de nuestro cumpleaños, solo recuerdo que te dije que bajaras la pizza, no recuerdo nada más.

Suspiro y rasco su nuca. –Cuando baje escuche a Bucky hablar con sus amigos, él confeso que solo estaba contigo para obtener una beca deportiva, pues siempre aceptabas a hacer sus tareas y ese ensayo de historia era su pase para obtenerla e incluso también confeso que el andaba con Peggy al mismo tiempo que estaba contigo.- suspiro –Yo me le enfrente y le lance la pizza, rompí su trabajo y fue ahí donde empezó el pleito entre nosotros, tu bajaste y nos detuviste, entonces James en ese momento te dijo que estaba cansado de que fueras mi amiga y más mierda hasta que te termino, todos se fueron y yo trate de explicarte, pero explotaste, me dijiste que estabas cansada de mí y que me odiabas, después de eso tomaste el conejo de felpa que tarde en fabricarte en 4 semanas, lo degollaste y me lo lanzaste, después de ese día jamás volviste hablarme, me ignoraste como si no existiera, te cambiaste de salón al de Bucky; ustedes regresaron dos semanas después, duraron toda la preparatoria, ya en la universidad cada quien se fue a una diferente, desde entonces nunca más te volví a ver hasta ahora.- frunció los labios y miro de reojo a la pelirroja que estaba atónita a lo que acaba de decir, pudo notar que se mordía sus labios y tragaba saliva varias veces.

-Yo...- carraspeo por su voz entre cortada. –Bruce yo lo siento.- murmuro y levanto la mirada.

-Nat eso pasó hace mucho tiempo, ya no importa.- hablo con calma, aunque si le dolió recordar lo sucedido.

-No Bruce, basta... Deja de ser tan amable conmigo, no lo merezco ¿sí?- negó. – ¿Sabes qué tipo de persona soy ahora? ¿Sabes quién he sido durante estos años?- trato de calmarse. –Soy una mala persona, no tengo amigos de verdad, soy una mala hija, y-yo... Me he metido con hombres casados, en el trabajo me odian, he hecho cosas horribles... Soy una maldita, Bruce- empezó a llorar. –Me entere de que he sido una persona que yo ni siquiera conozco, quería saber todo lo que fui y era antes de perder la memoria, pero ahora... Creo me gustaría perderla de nuevo.- cerro sus ojos al momento que sollozo. – ¿Y sabes que es lo peor? Que ya no puede regresar el tiempo para evitarlo.- lo volvió a mirar y después empezó a caminar para volver a su departamento.

-Natasha, espera- La llamo pero ella solo se cruzó la calle y apresuro el paso.

La miro irse en silencio, estaba tan afectada y era entendible, darse cuenta de los errores que uno comete nunca es agradable cuando te abren los ojos. Se dio la vuelta para regresar a su departamento sin dejar de pensar lo que había pasado; verla de esa manera le removió algo dentro de él, recordó cuando la veía llorar cuando se caía con la bicicleta, cuando no le salían las cosas que con tanto empeño había hecho y cuando aquella vez que Bucky la termino. Ver aquellos ojos esmeralda cristalizados y nublados por la tristeza lo hacían sentir mal. Era claro que esa noche ninguno de los dos iba a dormir.

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