Capítulo II

Un fuerte y destellante punto rojo en el cielo llamó la atención de aquella pequeña de tan solo ocho años de edad quien se estaba bañando de noche en aquel estanque. Ella salió del agua dejando visible a la vista una fuerte y pronunciada marca en su espalda, como si de una garra que atravesó su piel con fervor se tratará.

Poniendo su túnica larga trepo aquel árbol encontrándose con una mujer de cabellos dorados, quien le sonrió al instante.

-Hola.

-¿Quién es usted?

-¿Este es tu lugar especial? Siento molestar.

-¿Quién es?, ¿una guerrera perdida? Puedo sentir una presencia…

Sonrió- Solo soy una viajera, no te molestes. Por otro lado, -observo aquel destello en el cielo- mira eso niña. La luz del atardecer.

-Sentí que esa estrella me llamaba. –la pequeña la observo deslumbrar entre tanta oscuridad.

-Al fin nació… nuestra luz del sol.

-¿Luz del sol?

-Bueno, será cosa de él, volverse una gran luz. –Sonrió con nostalgia- ¿mil años?, ¿o dos mil?  -cerro sus ojos rendida- qué más da, espere tanto…

-Tal como pensé, usted es... achu… -estornudo, ocasionando que la mayor bajara para buscar aquel abrigo de la menor y dárselo.

-Si te mojas tanto en la madrugada, te refriaras… -su mirada se posó en su pequeña espalda- tienes algo muy feo ahí. –sonrió para animarla- Cuando crezcas probablemente desaparezca.

-No me importa que lo haga. Pero las personas de la aldea ponen un rostro triste al verla, por eso decido bañarme a estas horas, cuando nadie puede verme. –abrió sus ojos apenada- ¡Eh hablado más de la cuenta! Hacer que baje la guardia al apenas conocernos… -ver aquella desconfianza que la distingue de cualquiera, hizo sonreír a Yerin- ¿Quién eres?

-¡Eunbi! 

-¡Pequeña Hwang!

-¡¿Dónde estás?!

Al oír aquellas voces, la mayor emprendió camino.

-Adiós niña…

-Usted… ¡usted es…!

-Si hay oportunidad, nos volveremos a ver. –sonrió para desaparecer de aquellos pequeños y brillosos ojos.

(…)

Una pequeña pelota llegó a los pequeños pies de aquel niño que cargaba una gran mascara en su pequeño rostro. Este la levanto viendo a sus costados en busca del dueño.

-Te la doy –volteo encontrando aquella sonrisa en aquel delicado rostro de cierto modo sucio por el peso de un gran recorrido transcurrido- Es un regalo.

-Ah, gracias –reverencio con torpeza haciendo que la pelota caiga de sus manos devuelta aquella bella joven de cabellos dorados, quien con la misma sonrisa se la dio en mano, el pequeño titubeo- Eh…

-¡Yoongi deja de perder el tiempo por ahí!

-Si…

-Siento haberte entretenido. –el pequeño de cabellos azules volteo a verla- Cuida de él y si nos vemos de nuevo, juguemos juntos –sonrió para acariciar su cabello y alejarse de ahí.

-¿Quién era? –pregunto Woozy con rostro serio al acercarse al menor.

-Me dio esto –mostro la pelota entre sus manos.

-¿Era una vendedora? –negó el pequeño.

-Era el dragón amarillo…

-¿Qué estás diciendo? –cuestiono con el ceño fruncido, para el niño voltear a ver por donde se fue.

(…)

En aquella madrugada fría y oscura, la puerta de esa escondida y deteriorada casa se abrió de repente, con sigilo. Yerin poso sus ojos contrictados en aquel pequeño de cabellos verdes, que se encontraba encadenado durmiendo sobre aquellas mantas en el suelo frio; más grande fue su sorpresa al poder apreciar los rasgos definidos de aquel que tanto anhelaba en su corazón, que tanto amaba, Kim Taehyung a quien no lograba olvidar.

-Probablemente… te molestarías si sabes de esto. –susurro conteniendo sus lágrimas para con su capa inclinarse a tierra, a su altura y poder cubrirlo con ella- Que idiotas... –acaricio su cabello con tanto amor, con tanta ternura en su largo y duradero corazón- detener en tu sangre el poder del dragón verde, como si fuera posible… -entre cerro sus ojos entendiendo porque le costó tanto trabajo encontrarlo, y con cierta impotencia en su corazón por no poder hacer nada más por él; por el amor de su vida.- No es algo que pueda hacer cualquiera… -las lágrimas brotaron sin ella consentirlo.

Ver que cada uno de sus hermanos han renacido en distintas personas, en distintas carnes, no podía comprender como era posible que él siguiera siendo el mismo; el Taehyung que ella conoció, de quien se enamoró, a quien tuvo que ver partir y resignarse a volverlo a encontrar.

Aunque no comprendía, estaba agradecida de volver a verlo luego de tantos años, de tanta espera y pena. Su corazón se estremecía al tener su pequeño y delicado rostro entre sus manos, sin quererlo una lágrima resbalo de su mejilla cayendo en la del pequeño muchacho.

-Te volveré a ver pronto, lo prometo… Tae, mi dulce Tae Tae… aun te amo tanto… -sonrió con alegría, y aquellas lágrimas eran símbolo de amor absoluto, de gratitud para con su rey Kim.

Antes de que aquel joven pudiera abrir sus ojos, beso su frente y se alejó del lugar.

(…)

El espíritu del rey Kim ha aparecido de nuevo. No sé si es para proteger el trono, al país; para generar uno nuevo o tal vez, habrá regresado por los hermanos dragones que aún le están esperando.

Seguiré mi viaje, uno largo y agotador pero quizás, tal vez por un pequeño grano de esperanza, con la llegada de este nuevo Kim podré conocer el significado de mi existencia.

Tal vez mi deseo pueda volverse realidad…

-Después de todo, Yerin es buena esperando. –sonrió observando el horizonte, recordando las nuevas oportunidades, los futuros encuentros y el renacimiento del amor de su vida.

Kim Tae Hyung, espera un poco más… llegaré a ti en el momento justo… te amo.

No lo hice triste y no pude agregar la petición de paloma, espero te guste Pequeña. A petición de:

DamarisGarcia45

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