Capítulo #9
| Repercusiones |
—¡¿HICISTE QUÉ?! —Gritaba en tono molesto y de sorpresa al escuchar lo que Dogday tenía para decirle—
—... —Agachando la mirada, sus orejas y su cola en señal de arrepentimiento y culpa—
Dogday había perdido por completo el rastro de Catnap en la espesura del bosque. Sabía que buscarlo solo sería una tarea ardua y peligrosa, sobre todo con la oscuridad de la noche. Con urgencia en sus movimientos y preocupación en su mirada, Dogday se apresuró a la casa de Bobby Bearhug en busca de ayuda. Golpeó la puerta con fuerza, consciente de que necesitaba a alguien en quien confiar para resolver la situación.
Bobby, al abrir la puerta, mostró su molestia inicial por el golpe enérgico, pero al ver la expresión preocupada de Dogday, su actitud cambió de inmediato. La osita percibió la seriedad del momento y, aunque ofreció a Dogday pasar y explicar lo sucedido, el perro declinó y comenzó a contarle el incidente con Catnap.
La atención de Bobby se concentró en las palabras de Dogday, pero su sorpresa fue evidente cuando mencionó haber golpeado a Catnap. La mezcla de molestia y asombro en el rostro de Bobby reflejaba la gravedad de la situación. ¿Cómo había podido Dogday llegar a cometer algo tan inesperado y alarmante?
—Debería regresarte el golpe que le diste a Catnap justo en este momento Dogday —Expresaba la osita en tono molesto mientras miraba al can de forma seria en modo de represalia—
—Y-Yo no quise hacerlo... todo paso tan rápido... traté de disculparme, pero yo... lo vi tan asustado que no supe que hacer y solo salió corriendo...
Bobby estaba a punto de regañar nuevamente a Dogday, pero las palabras del canino resonaban con culpa y arrepentimiento, lo que logró disminuir un poco su molestia. La osita suspiró, calmándose gradualmente, y luego miró a Dogday con una expresión seria pero tranquila.
—Después hablaremos de lo que paso —Aclaraba la osita mientras entraba a su salada y buscaba un par de linternas, regresando tras unos cuantos segundos con una mirada de determinación— Vayamos por los demás y empecemos a buscar a Catnap
Ante las palabras de Bobby, Dogday solo asintió mientras tomaba la linterna que le entregaba, saldrían a buscar a su amigo y no regresarían hasta encontrarlo.
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—¡Catnap! —Gritaba Bubba Bubbaphant mientras alumbraba con su linterna—
—¡Nap! ¡¿Dónde estás?! —Gritaba Hoppy con cierta preocupación al no ver al gato por ningún lado en el bosque—
—¡Ven aquí gatito, gatito, gatito! —Gritaba Kickin mientras recibía una mirada de molestia por parte de Bobby— S-Solo me estaba asegurando de que no estuviera aquí... —Comentaba el pollo al notar que no era un buen momento para bromas—
—¿Dónde podrá estar...? —Preguntaba la unicornio estando preocupada por no encontrar al gato—
—No pudo haber ido tan lejos... ¿verdad? —Preguntaba Piggy algo insegura de sus propias palabras—
—... Espero que no... —Respondía Dogday con preocupación—
El grupo de criaturas sonrientes había estado buscando a Catnap durante varias horas. La luna se alzaba lentamente en el cielo, acercándose a su punto más alto, y aún no habían encontrado ni una pista del felino. Aunque no lo mostraran abiertamente, todos estaban empezando a sentir el cansancio. Lo que había sido una tarde divertida comenzaba a cobrar su precio ahora que el sueño se hacía presente. A pesar de la fatiga, seguían adelante con la determinación de encontrar a Catnap.
—Oye Dogday... —Llamaba el elefante al líder mientras se agachaba a revisar algo cerca del suelo— Dijiste que Catnap estaba sangrando por el golpe... ¿verdad?
—S-Si... ¿Encontraste algo? —Preguntaba el can mientras se acercaba con prisa a Bubba—
—No es mucho, pero supongo que eso nos da un indicio de que esta cerca —Comentaba mientras alumbraba el pequeño rastro de sangre dejado en una de las plantas del bosque—
—¿Crees que estemos cerca de encontrarlo? —Preguntaba el perro con algo de esperanza—
—No lo puedo asegurar... pero basándome en lo que dijiste, tal vez Catnap simplemente avanzo en línea recta para escapar de ti —Comentaba el elefante mientras pensaba— Suponiendo que tu casa está en dirección al sur y esto es el norte... puedo suponer que se fue por ese camino —Explicaba el elefante mientras alumbraba el camino hacia adelante con su linterna—
—¿Y qué estamos esperando? ¡Vamos!
Dogday justo estaba por empezar a correr, pero repentinamente fue detenido por el brazo de Bubba que se interponía en su camino.
—¿B-Bubba...? —Preguntaba el can confundido por la acción del elefante—
Dogday dirigió su mirada hacia el elefante solo para ver que formaba una sonrisa complicada y tras de ella una ligera negación con la cabeza.
—Siento decir esto líder... —Comentaba el elefante en tono tranquilo— Pero no creo que sea buena idea que sigas buscando a Catnap
—¿Q-Qué? Pero quiero arreglar las cosas, fue mi culpa y quiero disculparme, Catnap estaba aterrado cuando me vio molesto y...-
—Es justo por eso que no deberías verlo —Era Bobby quien ahora interrumpía a Dogday— Si lo que dices es verdad, tal vez Catnap pueda llegar a escapar si te ve nuevamente... Sabemos que quieres disculparte con él, pero tal vez deberías darle tiempo
Dogday experimentaba una ligera opresión en el pecho. Aunque resistía aceptarlo, comprendía la razón de sus amigos. Sabía que aún debía enfrentar los recuerdos de su vida pasada y tratar de aceptarlos, pero no podía abandonar a Catnap a su suerte en un bosque tan vasto, especialmente de noche.
—... —Suspirando para posteriormente mirar al suelo unos segundos, levantando su mirada para ver a Bobby con preocupación— Solo prométanme que van a encontrarlo
Ante la condición de Dogday, Bobby solo pudo darle una sonrisa comprensiva y lleva de confianza.
—Lo haremos, ahora deberías ir a descansar, te ves más cansado que el resto y sabes que no me gusta ver a mi tonto líder exigirse demasiado
—De acuerdo... intentaré dormir...
Tras esa breve conversación, Dogday se despidió de todos por insistencia de Bobby y se dirigió hacia su casa. Cada paso lo alejaba más de la búsqueda del felino, lo cual lo afectaba, pero sabía que debía aceptar que tal vez su ayuda no era necesaria. Tenía que confiar en que Bobby y Bubba encontrarían a Catnap antes del amanecer, dentro de unas cuantas horas.
Después de unos minutos, Dogday llegó a su casa. Abrió la puerta y entró, sin sentirse realmente animado por estar allí. Avanzó hasta su habitación y se recostó en la cama. Aunque estaba acostado, no sentía sueño; era irónico, pues en ese momento desearía tener a mano el gas somnífero de Catnap.
Como no podía conciliar el sueño, se sumergió en sus pensamientos sobre sus recuerdos. No mencionó nada a Bobby ni a Bubba; entendía que ese lugar no era el mundo real, pero para los demás, sí lo era. Sentía una mezcla de curiosidad y aprehensión; por un lado, quería saber más, pero por otro, prefería dejar las cosas como estaban. Si todos llevaban vidas tranquilas, era porque se lo merecían. Incluso Catnap era diferente a como lo recordaba: no era un monstruo, no adoraba a ningún dios falso y no mostraba intenciones asesinas dentro de ese entorno.
Dogday suspiraba, esperaba no haber afectado su relación con Catnap por ese golpe... En ese mundo él era su mejor amigo y no quería cambiar eso. No quería tener que alejar al gato solo por un impulso causado por la recuperación de su memoria. Tras ese último pensamiento, el perro cerro sus ojos para tratar de dormir...
. . .
En una parte muy remota de SmileVille, en lo profundo del bosque, Catnap dormía boca abajo, con su cola enrollada alrededor de la rama donde se recostaba. Aunque no estaba en un sueño profundo, el sonido de lo que parecían ser gritos lo despertó. Abrió los ojos con precaución, siendo recibido por la deslumbrante luz de varias linternas apuntando hacia él.
El gato tardo unos cuantos segundos en acostumbrarse a la luz, pero en cuanto logro recordar que era lo que estaba haciendo en ese bosque, retrajo su cola para lograr subir a la rama y ver con cuidado a quienes pertenecían las linternas.
—¡Catnap! —Exclamaba Bobby en alivio al encontrar al gato—
Bobby finalmente avistó a Catnap subido al árbol, lo que le causó un gran alivio al encontrarlo. Las demás criaturas sonrientes se acercaron rápidamente al escuchar la noticia de que Bobby había hallado al gato. Mientras tanto, Catnap observaba las luces acercarse gradualmente, sintiendo un leve temor ante la posibilidad de que Dogday estuviera entre los que se aproximaban. Justo cuando estaba a punto de salir corriendo de nuevo, la voz de la osita lo detuvo en seco.
—¡E-Espera! ¡Dogday no está con nosotros! —Gritaba la osita con prisa al notar que el gato parecía alarmarse—
El grito de Bobby había dado sus frutos puesto que Catnap parecía relajarse un poco, no había bajado de la rama del árbol, pero por lo menos ahora solo estaba observando al grupo en silencio.
—Catnap, Dogday nos explicó lo que sucedió... —Comenzaba a explicar con tranquilidad Bobby mientras se acercaba lentamente para estar bajo el árbol en donde el gato se encontraba— Vinimos a buscarte porque nos preocupamos, no vamos a tratar de convencerte a volver a casa de Dogday, pero queremos pedirte que regreses a SmileVille con nosotros... el bosque es peligroso durante la noche y realmente nos preocupa que te pueda pasar algo...
El gato no decía nada, mantenía una expresión decaída... El resto del grupo solo podía observar al gato con una cara de preocupación.
—... ¿Dónde pasaré la noche...? —Preguntaba el felino con un tono decaído—
Los presentes no pudieron evitar sorprenderse, estaba claro que nadie había considerado aquella pregunta antes... Era un hecho que Catnap no se quedaría con Dogday, entonces alguien tenía que ofrecer su casa como refugio para el gato. Luego de unos cuantos segundos, Bobby pareció suspirar.
—Puedes quedarte en mi casa, al menos por esta noche no creo que haga daño —Respondía con una sonrisa de tranquilidad—
Aunque Catnap se sentía algo más tranquilo, aún no descendía del árbol. Había algo que lo preocupaba, pero decidió que era mejor abordar el tema directamente con Bobby cuando estuvieran a solas. No quería discutir detalles con todos presentes.
—¿Qué dices Catnap...? ¿Podemos ir a descansar? —Preguntaba en tono ligero para que Catnap bajase de ese árbol—
—... —Asintiendo lentamente mientras baja del árbol con cuidado—
En cuanto Catnap descendió del árbol, Bobby se acercó rápidamente y lo abrazó. El gato se estremeció ligeramente por el movimiento repentino; no estaba acostumbrado a recibir contacto físico de esa manera tan inmediata. Durante unos instantes, se sintió incómodo, pero esa sensación se disipó gradualmente para dar paso a una sensación reconfortante y cálida que lo hizo relajar los hombros y soltar un suspiro de alivio a la par que trataba de corresponder el abrazo de forma un poco torpe.
Bobby mantuvo el abrazo por unos segundos más antes de soltarlo con suavidad, pero su expresión seguía mostrando preocupación.
—Estamos aquí para ayudarte, Catnap... Solo no vuelvas a escapar de esa forma por favor, nos tenías a todos preocupados —La voz de Bobby era serena pero firme—
El gato no dijo nada, simplemente agacho sus orejas y asintió... durante el abrazo había logrado notar que las demás criaturas sonrientes lo miraban de forma tranquila. Todos parecían aliviados por haberlo encontrado. El gato no pudo evitar sentirse agradecido por la preocupación de Bobby y del grupo de criaturas sonrientes. Aunque seguía sintiéndose un poco inquieto por lo que había ocurrido con Dogday, también se sentía reconfortado al saber que tenía a sus otros amigos preocupándose por él.
Al notar que Catnap probablemente no diría nada más, Bobby miró al resto del grupo y asintió, indicando que era momento de volver a SmileVille. El grupo dio media vuelta en silencio y comenzó el camino de regreso a la aldea, con una sensación de alivio por haber encontrado al gato sano y salvo.
Catnap simplemente siguió al grupo de cerca, con Bobby a su lado pendiente de cualquier cosa que el gato pudiera necesitar en ese momento. El ambiente estaba tranquilo, solo interrumpido por el suave crujir de las hojas bajo sus pies mientras avanzaban por el bosque iluminado por las linternas.
. . .
—Puedes ponerte cómodo, siéntete como en casa mientras voy por unas cuantas frazadas para ti ¿de acuerdo?
—... —Asintiendo ante lo dicho—
—No me tardo
El gato observó a Bobby dirigirse a su habitación. Una vez que llegaron a SmileVille y se despidieron del grupo. Cada uno partió hacia sus respectivas casas para descansar después de la larga noche. Catnap caminó junto a Bobby Bearhug, sintiéndose un poco fuera de lugar al no estar en la casa del líder del grupo. Había pasado más de una semana durmiendo allí y parecía haberse acostumbrado a ese ambiente.
Catnap avanzó hasta el sofá y se sentó, esperando a que la osita terminara lo que estaba haciendo para poder hablar con ella. El ambiente estaba tranquilo, solo interrumpido por el suave murmullo de la noche que se filtraba por las ventanas entreabiertas.
—No es mucho, pero por lo menos te mantendrá caliente por si hace frio durante la noche —Comentaba la osita mientras llevaba consigo unas cuantas mantas para el gato, dejándolas sobre el sofá—
—Gracias Bobby...
—No es nada Catnap —Sonriendo de forma calida— Sé que es algo tarde y que tal vez estes algo cansado, pero... —Tomando asiento a su lado— ¿Te gustaría hablar sobre lo que paso...? —Bobby miró al gato con una expresión suave y comprensiva, dejando claro que estaba allí para escucharlo si él quería compartir algo—
Catnap quería contarle a Bobby Bearhug sobre lo sucedido con Dogday, pero se sentía confundido y no entendía por qué tuvo tanto pánico después del golpe que recibió en el rostro. ¿Cómo podría expresar eso? ¿Cómo podría explicarle a la osita que algo dentro de él lo hizo salir corriendo sin querer mirar atrás por ser presa del miedo?
—...
—...
Bobby pensó que tal vez era demasiado pronto para que Catnap quisiera hablar así que simplemente le dedico una sonrisa de comprensión.
—Si no quieres hablar esta bien, solo quiero entender que fue lo que paso... —Explicaba la osita de colgante en forma de corazón— Dogday me contó su versión de lo sucedido así que esperaba escuchar lo que sucedió desde tu perspectiva
—...
Catnap permanecía en silencio mientras Bobby intentaba animarlo a hablar. Aunque al principio parecía que el gato no quería abrirse, justo cuando la osita estaba a punto de retirarse para no incomodarlo, Catnap habló repentinamente.
—No sé qué sucedió... —Comenzaba a explicar el gato, frenando las intensiones de Bobby por retirarse— Me golpeo, vi la sangre brotar de mi nariz y yo... me asusté... sentí mucho miedo... pero cuando levante la mirada y vi la expresión molesta de Dogday, también me sentí culpable, era como si yo realmente mereciera ese golpe, no entiendo que sucedió Bobby...
Bobby escuchaba atentamente, preocupada por la confusión y la angustia en las palabras de Catnap.
—No puedo explicar por qué Dogday hizo lo que hizo... no es culpa tuya Catnap, el miedo te hizo dudar y fue el mismo susto del momento lo que hizo que salieras de su casa
—... Tal vez...
La sala quedo en silencio nuevamente mientras Catnap pensaba las palabras de Bobby... al menos así era hasta que el gato miro a Bobby con una expresión un tanto preocupada.
—¿Dogday está bien? —Preguntaba el gato con un poco de preocupación, pero sobre todo curiosidad—
—Algo preocupado, pero si... está bien —Respondía con una sonrisa— él también estaba asustado, vino corriendo para pedir ayuda para ir a buscarte...
—... ¿No está molesto conmigo...?
—¿Molesto? No, claro que no —Negaba la osita con rápides— Creo que Dogday también necesita tiempo para procesar lo que pasó —comentó Bobby, tratando de brindarle más tranquilidad a Catnap— Conozco a ese perro lo suficiente como para decir que sin importar lo que hagas, él siempre se va a preocupar de alguna u otra forma por ti... —Explicaba con una sonrisa— Dogday tiene un corazón tan noble que no puede odiar a nadie, en su lugar se preocupa mucho por aquellos con los que discute
—... —Pensando en las palabras de Bobby—
—Creo que ya fue suficiente charla —Expresaba la osita mientras se ponía de pie— Es bastante tarde y creo que los dos necesitamos dormir
—Si... supongo que es verdad
—Trata de no pensar mucho en lo sucedido, mañana por la mañana te ayudaré a hablar con Dogday si es que quieres abordar el tema... ¿Entendido?
—Entendido... Descansa Bobby
—Buenas noches Catnap
Después de su conversación con Bobby, la osita se retiró a su habitación para descansar, dejando a Catnap solo en el sofá, perdido en sus pensamientos. Las palabras reconfortantes de su amiga lo habían calmado un poco, pero aún había una preocupación latente en su mente.
Catnap consideró la posibilidad de hablar con Dogday para evitar malentendidos futuros. Aunque no estaba enojado con el perro, estaba confundido por su reacción repentina. No podía dejar de pensar en la palabra que Dogday le había gritado cuando lo golpeó: "monstruo". ¿Por qué Dogday había dicho algo tan cruel?
El gato se sintió incómodo al recordar ese momento. No entendía por qué Dogday había reaccionado de esa manera, y eso lo dejaba con más preguntas que respuestas. Aunque quería resolver la situación, también temía que hablar del tema pudiera crear más tensiones o incomodidades entre ellos. Decidió tomarse un tiempo para reflexionar y calmar sus emociones antes de abordar el tema con Dogday. Mientras tanto, se prometió a sí mismo no dejarse llevar por las palabras hirientes y buscar una forma de entender lo que realmente había sucedido en ese momento tenso.
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[ . . . ]
El silencio reinaba en aquel lugar abandonado y olvidado por el tiempo, donde las sombras del pasado se desvanecían en la oscuridad, ya no como recuerdos, sino como relatos de horrores y eventos pasados en aquel rincón de penumbra.
En medio de la oscuridad, una habitación se iluminaba tenue y repetidamente por el resplandor del televisor encendido. En la pantalla, el logotipo de las criaturas sonrientes se repetía en bucle, ocasionalmente distorsionándose para revelar breves destellos de momentos pasados de los participantes del programa televisivo. La atmósfera era sombría, con cada parpadeo de la imagen recordando eventos que ya no eran más que recuerdos fugaces en la mente de quienes los habían vivido.
El televisor se distorsionó de repente, como si algo estuviera luchando por salir de la emisión. La estática cobró forma, configurando la silueta de un gato que emergía de la pantalla. En cuestión de segundos, el cuerpo del felino se materializó por completo, como si hubiera atravesado el umbral entre la realidad y la pantalla.
El felino abrió los ojos y rápidamente inspecciono su cuerpo, al ver que no había ninguna anomalía simplemente suspiro en forma de alivio.
—Menos mal, creí que me iba a desvanecer en el aire... —Exhalaba el alivio— El mundo real... —Observando todo a su alrededor— Se siente muy raro no ser solo estática fluyendo en una pantalla...
El gato de la suerte se encontraba fuera del televisor por primera vez, podía observar la textura del suelo bajo sus patas y lograr apreciar mejor el estado de aquella habitación. Sus ojos curiosos exploraron la habitación con meticulosidad, analizando cada rincón del cuarto. La atmósfera era sombría y desordenada, con muebles polvorientos y objetos olvidados esparcidos por doquier. Había un gran hueco en la pared de la entrada, parecía que algo había logrado derribarla.
Entre los objetos dispersos, divisó un colgante en forma de luna dorada que reposaba sobre el suelo. La vista de este objeto le hizo fruncir el ceño ligeramente, despertando una sensación incómoda en su interior. Sin embargo, decidió dejar de lado esa distracción momentánea, ya que tenía asuntos más importantes que atender en ese momento.
Con movimientos sigilosos y cautelosos, el gato avanzó por la habitación abandonada, procurando no hacer ruido que pudiera atraer la atención de cualquier presencia indeseada en aquel lugar olvidado. Cada paso era calculado, cada movimiento medido para evitar ser detectado en aquella misión crucial: encontrar la sala de servidores que controlaba su propia simulación. Sorteando los objetos abandonados y el polvo acumulado en el suelo, el felino avanzó con destreza hasta llegar a una pared desgastada. Con un rápido vistazo a su alrededor para asegurarse de que no había peligros inminentes, se deslizó por un hueco en la pared, adentrándose en un pasillo largo y oscuro.
El ambiente estaba impregnado de un silencio inquietante, solo interrumpido por el eco de sus propios pasos y el crujir de la suciedad bajo sus patas. Las paredes mostraban signos de abandono y desgaste, como testigos mudos de años de negligencia y olvido.
El gato avanzó con determinación por el pasillo, el gato podía percibir la estática generada por los servidores entonces no le fue mucho problema llegar hasta la habitación en donde estaba lo que buscaba con tanta importancia.
—Servidores #1953 —Leía el gato lo que estaba puesto en el cartel apenas legible por el deterioro— Ese soy yo, debe ser aquí, primer paso casi listo, luego sigue hogar dulce hogar y todo estaría arreglado
El gato no lo pensó demasiado y trato de abrir la puerta para entrar en la sala de servidores, sin embargo... lago sucedía, justo cuando trato de tomar la manija de la puerta para abrir la puerta, su cuerpo entero se distorsiono y se desvaneció en el aire...
. . .
—¿Eh...? —Exclamaba el gato al notar que estaba nuevamente en el limbo de ideas descartadas del televisor—
El gato, atónito, miró a su alrededor al darse cuenta de que había regresado al limbo de ideas descartadas dentro del televisor. Su expresión de sorpresa y molestia era evidente mientras se acostumbraba de nuevo a la sensación de energía estática que envolvía su cuerpo en ese entorno digital.
—¿Qué diablos...? —Murmuró, sin poder contener su desconcierto. Estuvo tan cerca de acceder a la sala de servidores, pero algo en el proceso lo había hecho regresar a este lugar familiar y frustrante— ¿Por qué regrese tan...? —Deteniendo sus palabras al observar la salida de ese mundo televisivo— Claro... las reglas... —Suspirando con resignación— Maldición, creí que habían cambiado junto con el reinicio...
El gato suspiró con resignación, recordando las limitaciones impuestas por el sistema digital en el que se encontraba atrapado. Había creído que, con el reinicio del sistema, algunas cosas habrían cambiado, pero lamentablemente no era así. La sensación de haber sido detenido en su intento de llegar a los servidores lo hacía sentir frustrado. Luke solo pudo sentarse en el suelo para pensar detenidamente las cosas.
—Voy a tener que pedir ayuda... —Comentaba el gato con frustración— No quería tener que involucrar a ninguno de ellos en esto... pero no me queda opción...
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La luz brillante de la mañana se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando de dorado el ambiente tranquilo de la habitación de Dogday. Sin embargo, a diferencia de otros días llenos de energía y entusiasmo, el perro líder de las criaturas sonrientes no parecía estar de ánimo para levantarse y enfrentar el nuevo día.
Los rayos del sol acariciaron su rostro, pero Dogday simplemente se giró en la cama, escondiendo su rostro entre las suaves sábanas. Después de los acontecimientos de la noche anterior, el deseo de permanecer allí, lejos de cualquier preocupación, era fuerte en él. Pero, en lo profundo de su mente, un pensamiento persistente lo empujaba a salir de su refugio de confort y enfrentar lo que debía ser enfrentado: tenía que hablar con Catnap sobre lo sucedido.
Se dirigió a la cocina con pasos decididos, preparando su desayuno habitual con eficiencia. Sin embargo, antes de que pudiera dar el primer bocado, un golpe en la puerta interrumpió su rutina matutina.
—¡Un momento! —Gritaba el can mientras dejaba las cosas en la cocina—
Dogday se levantó con determinación y se plantó frente a la puerta, respirando profundamente mientras se preparaba para lo que vendría. Esperaba que fuera Catnap quien estuviera al otro lado, pero su sorpresa fue considerable cuando abrió la puerta y se encontró con Luke, su primo felino, mirándolo desde el marco de la entrada.
—¡Buenos días Dog...! ¿Dogday? —Preguntaba el gato con sorpresa al ver la apariencia del can—
Dogday no se había dado cuenta de que su pelaje estaba desaliñado y desordenado, con notorias ojeras bajo sus ojos que revelaban su cansancio. Era evidente que el perro no había tenido una buena noche de sueño.
El gato quien inicialmente tenía una sonrisa en su rostro, ahora tenía una expresión de preocupación y sorpresa.
—¿Luke...? —Preguntaba el can con sorpresa al ver al gato parado frente a él—
—Aja, el mismo —Respondía mientras intentaba ignorar la apariencia del can— Buenos días... o en tu caso solo días, parece que no estas pasando una buena mañana
—...
El can se encontró con un torbellino de preguntas. ¿Por qué Luke estaba en su puerta? ¿Acaso tenía algo que ver con el incidente en el que Catnap resultó herido? ¿O quizás estaba buscándolo para una visita casual? ¿O tal vez para discutir esos recuerdos confusos que últimamente lo atormentaban? Dogday se sintió abrumado por la incertidumbre y la falta de respuestas claras.
—Mmmhh pareces realmente perdido... —Pasando una mano frente a su rostro para que reaccione— Hay algo raro en ti...
—¿Eh...? —Expresaba el can al reaccionar—
El gato de la suerte fijó su mirada en los ojos de Dogday, con un ceño ligeramente fruncido que denotaba su curiosidad por la falta de atención del perro. Dogday, al notar la intensidad de la mirada de Luke, desvió un poco la suya, sin darse cuenta de que esa acción sería la clave que le daría al gato la respuesta que buscaba.
—Ya lo recordaste... —Susurraba el gato con sorpresa a la par que formaba una sonrisa— ¡Recuperaste tus recuerdos! —Expresaba con euforia—
—Lo sabías...
Dogday se sorprendió y se sintió aún más confundido al darse cuenta de que el gato estaba al tanto de su situación con la memoria. Mientras tanto, el gato de la suerte simplemente asintió con una sonrisa, mostrando su alegría al ver que el perro había recuperado sus recuerdos.
Pero...
Luke enseguida cambio su actitud al ver que Dogday parecía muy confundido... cambio su actitud alegre por una un poco más preocupada y seria.
—¿Qué es lo último que recuerdas? —Preguntaba el gato con curiosidad, temiendo que su suposición fuera correcta—
—¿Lo ultimo que recuerdo...? —Preguntaba confundido—
—De la guardería Dogday ¿Qué es lo último que recuerdas? —Preguntaba el gato de forma más directa—
El perro busco en su memoria e indirectamente toco sus muñecas al recordar lo doloroso que eran aquellas correas...
—Mi... muerte... —Respondía el can con complicación—
Dogday tuvo problemas para dar su respuesta, al buscar en su memoria, el momento en que aquellos peluches con la apariencia de sus amigos ingresaron en su cuerpo se hizo presente... Pudo recordar perfecta el dolor al sentir que esos peluches lo devoraban por dentro y posteriormente usaban su cuerpo como un títere...
—¿No recuerdas nada más...? —Preguntaba el gato con preocupación—
—Recuerdo despertar un día en SmileVille y actuar como si nada... mis amigos e incluso Catnap no parecen ser los mismos...
—No recuerdas nada de lo que paso... —Susurraba el gato con preocupación—
—¿Qué más debería recordar? —preguntó Dogday, su expresión reflejando una mezcla de confusión y sorpresa por las palabras del gato—
El gato noto que el perro parecía sentir curiosidad, quería respuestas...
—Es complicado... —Respondía el gato— Escucha, sé que tienes muchas preguntas ahora mismo, puedo explicarte todo con detalle, pero primero necesito que me ayudes con algo muy importante y peligroso, no miento cuando digo que es algo de vida o muerte
Las palabras de Luke parecían tomar por sorpresa a Dogday, el perro seguía confundido, no estaba entiendo nada de lo que estaba pasando...
—Si me ayudas, prometo explicarte todo, prometo responder las dudas que puedas llegar a tener ¿Me ayudarás? —Extendiendo su mano en espera de que Dogday confirme el trato—
El perro se detuvo un momento a pensarlo, no sabía si era buena idea, pero realmente quería saber lo que sucedía...
El perro se detuvo un momento a pensarlo. No sabía si era una buena idea, pero realmente quería saber lo que sucedía. La curiosidad y el deseo de desentrañar los misterios que lo rodeaban eran más fuertes que sus dudas.
—Está bien, acepto ayudarte —respondió Dogday finalmente, estrechando la mano de Luke con determinación— Pero quiero que sepas que espero respuestas claras y completas después de esto
—Las tendrás Dogday, pero primero necesito llevarte a otro lugar
Para sorpresa del perro, el cuerpo de Luke parecía cargarse de estática, y Dogday se asustó un poco al sentir cómo esa estática pasaba a su propio cuerpo a través del apretón de manos que seguían manteniendo. El can no pudo hacer más que cerrar los ojos por inercia justo antes de que ambos desaparecieran en un destello de luz. Sin embargo, no se fueron sin dejar rastro, ya que una carta misteriosa pareció materializarse en el suelo justo frente a la entrada de la casa del perro.
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—... —Sujetando su cola con algo de nerviosismo— No estoy seguro de esto Bobby...
—Tranquilo, llamaremos a su puerta y hablaremos con él —Respondía la osita con tranquilidad en un intento de calmar los nervios Catnap— Estaré contigo en todo momento, todo saldrá bien
Bobby y Catnap caminaban a paso lento hacia la casa de Dogday. Habían empezado el día temprano, desayunaron juntos y luego se encaminaron hacia la residencia del perro. La intención era que Bobby hablara con Dogday sobre lo sucedido la noche anterior, mientras Catnap escuchaba las disculpas del perro. Después de eso, el gato decidiría si quería seguir viviendo con Dogday o prefería mudarse a casa de Bobby u otra de sus amistades.
Llegaron sin contratiempos a la entrada de la casa. Catnap estaba detrás de Bobby, quien tocó la puerta con determinación, esperando una respuesta del can.
—¡Dogday! Soy Bobby, ¿puedes salir? Tenemos que hablar de lo que sucedió... —Golpeando la puerta, pero enseguida notando que estaba abierta— anoche... Que raro... Dogday nunca deja la puerta de su casa abierta apenas iniciar el día...
—...
—¿Dogday? ¿Estás en casa? —Preguntaba la osita mientras entraba con cuidado a la casa del perro—
El gato se sintió intrigado por la expresión de su amiga. Observó cómo la osita entraba con cuidado a la casa del perro para buscarlo. Catnap estaba a punto de seguirla cuando notó algo bajo su pata. Al bajar la mirada, descubrió que era una carta. La levantó sin problemas y la abrió con curiosidad para comenzar a leer lo que estaba escrito en su interior.
"No estaré en casa por un rato, tuve que salir de forma imprevista para ayudar a un amigo con un problema, no sé cuanto tiempo pueda tardarme así que me disculpo si me necesitan para algo urgente.
Firma: Dogday"
El gato levanto una ceja en señal de confusión, ¿Dogday había salido temprano? ¿Por qué no lo encontraron mientras caminaban por la aldea?
—No parece estar en casa... —Comentaba Bobby mientras salía de la casa al terminar su búsqueda— Es raro, ni siquiera tomo su desayuno, sigue servido en la mesa de la cocina... ¿Uh? —Notando que el gato tenía una carta en sus manos— ¿Qué es eso Catnap?
—Una carta... parece que Dogday salió de improviso —Explicaba mientras le entregaba a su amiga la carta—
—Mmmhhh... Qué raro... —Leyendo el contenido de la carta— ¿Era tan importante salir a ayudar que ni siquiera tomo su desayuno? —Preguntaba la osita con confusión— Dogday es descuidado, pero por lo menos toca un poco su desayuno...
—Supongo que tendremos que esperar...
—Si, supongo que si... —Mirando al gato con una ligera sonrisa— Tranquilo, en cuanto regrese vendremos a hablar con él para solucionar las cosas ¿de acuerdo?
—... —Asintiendo ante la pregunta—
—Por ahora deberíamos encontrar la forma de distraernos... Mmmmhh... Oh, ya lo tengo... ¿Te gusta el beisbol Catnap? —Preguntando con una sonrisa—
—... ¿Beisbol...? —Alzando una ceja en señal de intriga—
. . .
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