Capítulo #27

| Preocupación |

El gato sonrió al terminar de acomodar la maceta, colocando la flor que Bobby le había regalado en un lugar estratégico cerca de la ventana de la cocina, donde siempre tendría sol y podría darle agua cada vez que estuviera disponible. Al terminar, Catnap tomó nuevamente su libreta y lápiz, listo para visitar a Dogday. La mañana había avanzado rápidamente, y tras pasar un tiempo de calidad con Bobby, se sentía mejor respecto a lo sucedido el día anterior. Era un alivio ver que la osita no le guardaba rencor, pero aún tenía que disculparse con los demás por su comportamiento. Seguramente, Dogday le ayudaría, siendo no solo el líder, sino también un buen intermediario para resolver conflictos.

Sin perder más tiempo, Catnap salió de su casa, aunque notó que el cielo comenzaba a nublarse. Alzó una ceja mientras levantaba la mirada hacia el cielo, y justo en ese momento, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. Rápidamente, el gato regresó a la entrada de su casa para evitar mojarse.

"Genial", pensó el gato con sarcasmo. Catnap rodó los ojos y fue por una sombrilla. El mal tiempo no iba a impedirle visitar a Dogday.

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El felino caminaba por las calles de la aldea con una sombrilla y un impermeable amarillo con la forma de un gato, completo con un espacio especial para evitar que su cola se mojara. Era un atuendo bastante gracioso, pero también muy conveniente para la situación. Catnap avanzaba con rapidez, y tras unos pocos minutos finalmente llegó a la casa de Dogday.

Tocó la puerta suavemente, esperando que su amigo estuviera en casa. La lluvia no era tan intensa como la tormenta que había destruido la casa de Catnap al derribar un árbol, pero las gotas de agua aún lo ponían nervioso. Cuando Dogday abrió la puerta, su expresión abatida y sus ojos tristes fueron lo primero que notó Catnap. Había preparado un saludo y una petición para entrar, pero al ver la expresión de Dogday, el gato no pudo evitar mostrar una expresión de sorpresa.

Dogday había tenido una mañana difícil... no, difícil se quedaba corto; había sido un verdadero tormento.

El perro había regresado a su hogar luego de varios minutos de lamentos, se sentía terrible por hacer sentir mal a su amiga y se le notaba en la cara.

Hola Catnap... —Saludaba el perro sin muchos ánimos— Creí que estarías resguardándote de la lluvia...

—...

El gato se preocupo por su amigo, era muy raro verlo abatido... Sin perder el tiempo, quito el mensaje de saludo y escribía en su libreta un nuevo mensaje para mostrárselo a Dogday.

—"¿Estás bien?"

—... N-No lo sé... —Respondía el perro mientras bajaba la mirada—

...

Catnap formo una expresión todavía más preocupada que la anterior, Dogday realmente estaba siendo sincero. El gato escribió en su libreta otro mensaje y se lo mostro al perro, pero Dogday no hizo caso... estaba por tocarlo para llamar su atención, pero se detuvo al escuchar un leve sollozo venir desde el can.

... Snif...

Dogday no podía con la culpa, normalmente era él quien se encargaba de animar a sus amigos, pero en está ocasión... había hecho algo que nunca creyó que haría, había hecho llorar a uno de ellos. Los sentimientos negativos afectaban demasiado al perro... Tal vez era demasiado llanto para un simple rechazo de su parte, pero en realidad, el perro no solo estaba llorando por hacer sentir mal a Crafty, se estaba desahogando finalmente, tanto estrés acumulado por las cosas que sabía finalmente había alcanzado un límite y su cuerpo se lo estaba haciendo saber... No solo se sentía triste, se sentía débil, cansado y abatido.

Dogday no podía con la culpa. Normalmente, él era el que se encargaba de animar a sus amigos, pero esta vez había hecho algo que nunca pensó que haría: había hecho llorar a uno de ellos. Los sentimientos negativos lo estaban afectando profundamente. Quizás parecía mucho llanto por un simple rechazo, pero en realidad, Dogday no solo lloraba por haber herido a Craftycorn. Estaba desahogándose de todo el estrés acumulado, de las cosas que sabía y que lo agobiaban. Finalmente, había llegado a su límite, y su cuerpo se lo estaba haciendo saber. No solo se sentía triste, sino también débil, cansado y abatido.

Catnap se acercó más, poniendo una pata sobre el hombro de Dogday. El contacto silencioso fue reconfortante. Dogday levantó la vista y vio la sincera preocupación en los ojos de su amigo.

"No soy bueno consolando o ayudando con problemas... pero soy bueno escuchando" —Leía el mensaje de la nota que Catnap le mostraba— "¿Quieres contarme que sucede?"

El perro por un momento desvió la mirada, no estaba del todo seguro, pero sabía que necesitaba hablar de lo sucedido... no podía quedarse con todo el dolor él solo. Dogday no dijo nada y simplemente asintió, se aparto para dejar pasar al gato.

. . .

... —Dejando frente a Dogday una taza de té sabor vainilla—

Gracias... —Dijo el perro en voz baja—

El tiempo había pasado un poco, y la lluvia continuaba cayendo de forma lenta. Catnap se había quitado el impermeable y dejado la sombrilla cerca de la puerta de la entrada. Luego, Dogday se fue a sentar en la mesa del comedor, con la mirada triste y perdida. Sin decir una palabra, Catnap se dirigió a la cocina y preparó un té para Dogday. El perro se sorprendió un poco ante la acción del felino, pero no lo rechazó. En su lugar, aceptó el té que su amigo le había preparado.

Dogday envolvió la taza caliente con sus manos, el aroma a vainilla llenando el aire. La calidez de la bebida le brindó un pequeño consuelo en medio de su tormento emocional. Catnap se sentó frente a él, observándolo con atención, sus ojos llenos de empatía.

—Es un buen té —murmuró Dogday tras un sorbo, intentando ofrecer una sonrisa débil—

Catnap asintió, satisfecho de haber podido hacer algo, aunque pequeño, para aliviar el dolor de su amigo. Tomó su libreta nuevamente y escribió un mensaje breve.

"Temía darle demasiado dulzor"

—Está perfecto... gracias... —Respondía el can ante su duda—

El gato sonrió y asintió nuevamente. El silencio entre ellos no era incómodo, sino reconfortante. La lluvia continuaba cayendo, creando un ritmo suave y constante que acompañaba sus pensamientos. Dogday se permitió relajarse un poco, dejando que la calidez del té y la presencia de su amigo aliviaran parte de su angustia.

—"¿Quieres hablar de lo que pasó?" —escribió Catnap en su libreta y se la mostró a Dogday—

El perro suspiró y miró su taza, tomando un momento para ordenar sus pensamientos. Finalmente, asintió.

—Crafty... —comenzó Dogday, su voz baja y llena de tristeza— Dimos un paseo en la mañana, una cosa llevo a la otra y ella... confeso sus sentimientos... —Explicaba el can, mirando el líquido de su taza—

El gato se sorprendió un poco por lo que Dogday le dijo, no era un secreto para ninguno del grupo que la unicornio tenía sentimientos por el perro, pero no esperaba que CraftyCorn tuviera el valor de declararse... al menos no sin la ayuda de Bobby.

Y yo la rechace... —Terminaba de explicar el can lo sucedido— Ella deseaba tanto que correspondiera sus sentimientos, lo vi en su mirada, Catnap... —Decía el perro con culpa— Estaba destrozada, pero... y-yo no la veo de la misma manera... traté de ser lo más sincero con ella, no quería lastimarla y aun así lo hice...

La habitación se quedo en silencio, el perro sostenía su taza con ambas manos en busca de calor, el gato procesaba lo que Dogday decía, trataba de buscar una respuesta para su amigo, el amor y los sentimientos eran temas que el gato no conocía correctamente... Ni siquiera sabía como se sentía el mismo en ocasiones... ¿Cómo ayudar a alguien de esa forma cuando no te sabes expresar?

Catnap sabía que tenía que decir algo... Dogday se merecía un poco de consuelo, fue ahí cuando se le vino una idea a la mente... "¿Qué habría dicho Bobby en esta situación?" El gato se puso a pensar un poco, hasta que finalmente el sonido del lápiz trazando palabras sobre el papel era escuchado por Dogday.

—"A veces, ser sincero es lo más difícil, pero también lo más necesario. Crafty entenderá con el tiempo que actuaste con honestidad, y eso es algo que ella valorará, por muy doloroso que sea ahora mismo para ambos, creo que hiciste lo correcto al rechazarla, tú mismo lo dijiste, no sentías lo mismo que ella sentía por ti"

Dogday leyó las palabras y sintió un pequeño consuelo en ellas. A pesar de su dolor, sabía que Catnap tenía razón. Ser sincero había sido lo correcto, aunque el precio a pagar hubiera sido tan alto.

Solo espero que ella pueda perdonarme algún día... —Susurraba el can con tristeza—

"Solo el tiempo lo dirá"

—Supongo que si... —Formando una sonrisa ligera— Gracias por intentar animarme

"Para eso son los amigos, Dogday" —respondió Catnap en su libreta, acompañado de una cálida sonrisa—

El tiempo pasó, y la lluvia continuaba cayendo de forma lenta. El ambiente se llenaba con el suave sonido de las gotas golpeando el techo y las ventanas. La compañía de Catnap era un bálsamo para Dogday, que empezaba a sentirse un poco mejor. El perro en un momento dado no pudo evitar reírse al pensar en algo que le pareció gracioso.

"¿Dije algo gracioso?" —Preguntaba el gato algo confundido—

No es nada importante... —Respondía el can, con una sonrisa mucho más animada que antes— Solo me hizo gracia pensar que fuiste muy sentimental con esas palabras de consuelo

—... —Mirandolo de forma molesta—

Jeje vamos Catnap, tienes que admitir que ese tipo de palabras no van realmente contigo

—... —Escribiendo en su libreta— "Es la última vez que te apoyo en algo, perro tonto"

El gato parecía estar ofendido con las palabras de Dogday, pero realmente le causaba gracia pensar en lo mismo, el perro notaba eso y simplemente sonreía. Sabía que el gato no estaba hablando en serio.

.

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—Por cierto... —Hablaba el perro mientras terminaba su té— Olvide preguntar el motivo de tu visita...

—"Hola Dogday, Vine a pedirte disculpas por lo sucedido el día de ayer" —Mostrando la nota que tenía preparada—

Oh... ya veo —Respondía el can al momento de leer su nota— Bueno, no tienes que pedir disculpas... solo me gustarían unas cuantas explicaciones... Los chicos me dijeron que de un momento a otro atacaste a Bobby, ella me dijo que estaban hablando y que de la nada te perdiste en tus pensamientos...

—... —Asintiendo, pasando a escribir otra nota— "¿Prometes no molestarte por lo que voy a decir?"

—Eh... Claro, lo prometo, supongo... —Afirmando algo extrañado por su petición—

"No sé qué me paso, pero de un momento a otro sentí mucha molestia al ver a los demás... me sentí enojado y herido, sentí muchas ganas de lastimar a todos... es raro, lo sé, pero es la mejor respuesta que puedo dar..."

Dogday frunció el ceño, intentando entender lo que Catnap estaba tratando de decirle. A pesar de todo, él conocía a su amigo... por lo menos a la versión del televisor y sabía que no haría algo así sin razón.

—¿Te sentiste enojado y herido? —preguntó Dogday, buscando más claridad.

Catnap asintió de nuevo y continuó escribiendo:

—"Es como si algo dentro de mí se quebrará de un momento a otro. No podía controlar lo que sentía, y antes de darme cuenta, ya había reaccionado mal. No quería hacerle daño a Bobby, ni a nadie... es por eso que me encerré en la habitación"

—No lo entiendo del todo, pero... —Dogday hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas— Si te sentías así, ¿por qué no nos lo dijiste? Podríamos haber ayudado.

Catnap bajó la mirada, sintiéndose culpable.

"Sentí que estar solo era lo mejor"

El perro observó a Catnap detenidamente. Sabía que algo andaba mal... de repente, un pensamiento fugaz hizo surgir una leve idea que lo hizo sentirse curioso y preocupado a la vez. La voz de Catnap había cambiado, y ahora estaba empezando a sentir impulsos de ira y violencia.

Dogday se puso a pensar un momento, ensamblando las piezas del rompecabezas. Bobby le había mencionado que el gato presentaba signos de temor hacia la sangre. Pensó en la actitud del gato y en el supuesto "pasado" generado por el televisor, su pasado solitario. Recordó las varias ocasiones siniestras que Catnap había tenido durante su estancia en su casa. Dogday no era tan listo como Bubbaphant, pero de un momento a otro entendió qué estaba pasando con el gato. Catnap no estaba recuperando sus recuerdos; lo que estaba recuperando eran las emociones que llegó a sentir durante su vida en la guardería.

Todo cobraba sentido de cierta manera si se ponía a pensarlo con más cuidado. El gato sentía emociones muy ligadas a su vida pasada.

El perro se había quedado en silencio, Catnap alzo la vista nuevamente para ver a su amigo, pero solo se topo con la mirada perdida del can, parecía estar pensando en algo realmente importante. El felino simplemente se quedó observándolo, al menos así era hasta que Catnap dirigió su mirada hacia la ventana y se dio cuenta de que la lluvia había parado, sin embargo, ya era de noche.

"La lluvia se detuvo, creo que debería dejarte descansar, se ve que pasaste un día difícil" —escribió Catnap en su libreta, notando que la noche había caído mientras hablaban—

Dogday asintió levemente, todavía sumido en sus pensamientos. Había sido un día lleno de emociones fuertes y revelaciones sorprendentes, y necesitaba tiempo para procesar todo.

—Descansar no suena nada mal... —respondió Dogday, mostrando una leve sonrisa de agradecimiento— No te molesta que mañana vaya a visitarte... ¿verdad?

El gato se sorprendió un poco ante la pregunta y sin poder contener su confusión le escribió una nota.

"¿No irás a ver a Crafty?"

... —Suspirando con pesar— Quiero darle algo de espacio y tiempo, siento que lo necesita, aunque me duela, no puedo ir con ella ahora... solo sería más doloroso para ella, además quiero hablar contigo de unas cuantas cosas a solas el día de mañana... tengo algo muy importante que decirte

Ante lo dicho el gato ladeo la cabeza con más curiosidad.

"¿Por qué no me lo dices ahora?"

—Quiero encontrar las palabras adecuadas, Catnap... es algo bastante serio

—"¿Me dirás por lo menos de qué trata?"

—Digamos que es algo referente a ti...

Dogday no dijo nada más y simplemente dio una sonrisa ligera, el perro quería distraer sus pensamientos con lo sucedido con Craftycorn, y conociendo al Catnap de ahora... tal vez hablar con él primero sobre su vida pasada no era tan mala opción como pensaba, tendría que pensar seriamente en cómo explicarle todo lo que hizo, no sería fácil contarle al gato que en su vida pasada fue un completo monstruo y asesino, pero confiaba en que lograría encontrar las palabras adecuadas.

Descansa Catnap, mañana tendremos una conversación muy rara, pero necesaria

El gato asintió y se levantó de la mesa, tomando su sombrilla y el impermeable. Se despidió con un gesto amistoso antes de dirigirse hacia la puerta. La tranquilidad de la noche era palpable, la lluvia había cesado, y solo el sonido de las gotas residuales caía suavemente desde los tejados de las casas. Catnap caminaba sin hacer mucho ruido, con la prisa justa para llegar a casa antes de que el mal clima pudiera empeorar nuevamente.

El camino a casa estaba iluminado por la luz tenue de los faroles, creando sombras danzantes que acompañaban sus pensamientos. A medida que avanzaba, sus pasos resonaban en las calles vacías, reflejando la calma de la noche. Catnap sentía una mezcla de alivio y cansancio después de la conversación con Dogday. ¿Así se sentía Bobby cada que ayudaba a alguien? Era agotador...

. . .

Al llegar a casa, abrió la puerta con cuidado y colgó sus cosas en el perchero que estaba justo al empezar las escaleras. Suspiró profundamente, dispuesto a subir las escaleras y descansar, cuando de repente sintió un leve mareo.

Sujeto su cabeza con fuerza mientras su gas rojo salía involuntariamente. Las paredes comenzaron a girar y, antes de que pudiera reaccionar, todo comenzó a volverse confuso y muy difuso... sus garras saltaban y se enterraban en la pared al intentar apoyarse para no perder el equilibrio, aunque claramente fallo en su intento, sus ojos se mostraban aterrados y desconcertados.

El gato cayó al suelo, su cuerpo débil y su mente desorientada. Estaba viendo imágenes que no entendía, lugares oscuros, zonas abandonadas y deterioradas por el tiempo, manchas de sangre y juguetes masacrados en distintas zonas... Una frase se repetía una y otra vez en su mente.

"Él nos hará libres"

Catnap subió débilmente las escaleras arrastrándose con dificultad, al llegar al piso de arriba vio una completa oscuridad que se sentía sofocante, no era la oscuridad a la que estaba acostumbrando, casi sentía que había algo acechándolo así que siendo presa del miedo encendió las luces con un fuerte golpe de su cola en la zona del interrumpir eléctrico.

En cuanto las luces de la sala se encendieron; los susurros en su mente comenzaban a aparecer.

"Asesino"

"Monstruo"

"Experimento"

"Culpable"

El gato no se daba cuenta de ello, pero su gas somnífero comenzó a esparcirse por toda la habitación, su sonrisa poco a poco se intensificaba, podía sentir que todo a su alrededor se hacía más pequeño... o tal vez era él quien estaba creciendo, algo le estaba sucediendo y no era nada bueno...

. . . . .

. . .

.

Date prisa Bobby, Nap se dormirá si no llegamos pronto a su casa —Apresuraba la coneja a su amiga—

Hoppy caminaba junto a Bobby en dirección a la casa de Catnap, la coneja tenía una idea en mente, el día anterior nadie pudo pasar tiempo con su amigo felino debido a lo sucedido, ese ataque de violencia asusto un poco a todos, pero Hoppy no estaba molesta con el gato, más bien estaba preocupada... Fue gracias a eso que estuvo todo el día ocupada, buscando una forma de distraer y alegrar al felino, ¿cuál fue su mejor idea? Tener una pijamada sorpresa con el gato. Incluso fue a llamar a Bobby para, de esa forma seguro el gato se sentiría mucho más tranquilo en compañía de sus dos amigas más queridas.

Ya voy, ya voy —Decía la osita con tono levemente molesto— Esto de aquí pesa y es incómodo de llevar, por eso voy lento

Al contrario de Hoppy, quien solo llevaba una mochila con una manta y una almohada, Bobby llevaba con ella una mochila con los mismos objetos que Hoppy junto con una caja de cartón llena de cosas para la pijamada, había juegos, algunos snacks como palomitas, chocolates y panecillos, además de llevar un regalo especial para Catnap, una maseta con tres rosas de distintos colores, una color blanco, una color morado y una color rojo.

¿Quién lleva flores a una pijamada? —Preguntaba la coneja con una sonrisa—

S-Solo quiero darle al especial, es todo, en la mañana hablamos un poco y se llevo una lavanda, así que pensé que tal vez podría gustarle tener un par de rosas —Explicaba la osita con una sonrisa algo nerviosa—

Bobby no mentía; realmente quería darle algo especial a Catnap. Aunque el verdadero motivo de dicho regalo era ver la reacción del gato. Los nervios venían ligados a ver cómo reaccionaría. Luego de la visita de Catnap y la conversación con Piggy, pasó el resto de la tarde pensando en cómo responder a la pregunta que ahora rondaba su mente. ¿Sentía algo por el felino? Ella sabía de sobra cómo identificar sentimientos en otros, pero su corazón era confuso cuando pensaba en el gato. Lo veía como un amigo, pero a la vez sentía que era alguien especial, por muy callado, silencioso y confuso que fuera.

Mientras caminaban, la luna llena iluminaba el camino, dándoles una luz suave y plateada. La brisa nocturna acariciaba sus rostros y el aroma a tierra mojada aún persistía en el aire. Hoppy, siempre animada, intentaba mantener la conversación ligera para calmar los nervios de Bobby.

La coneja no era tonta, sospechaba que su amiga sentía algo por el felino, realmente quería preguntar, pero no quería parecer tan obvia

—¿Crees que Nap se sorprenderá? —preguntó Hoppy, más por romper el silencio que por curiosidad—

—Espero que sí. Quiero que se sienta mejor después de lo que pasó ayer —respondió Bobby, ajustando la caja en sus brazos— Hablamos un poco y me dijo que ya estaba más tranquilo, de cualquier forma, no quiero que eso lo vaya a afectar de alguna manera

—Suena bien... y ese regalo que llevas... ¿No crees que es algo...? Mmmhh... —Buscando las palabras adecuadas— ¿Libre a interpretación?

—¿A qué te refieres? —Preguntaba la osita—

Bueno... No sé si lo recuerdas, Bobby, pero hace ya un buen tiempo me dijiste que las flores son un regalo especial que solo se puede dar en dos situaciones, cuando alguien necesita consuelo o cuando alguien quiere expresar sus sentimientos de alguna forma...

—No tienes que pensarlo demasiado Hoppy —Comentaba la osita con cierto sonrojo— Y tampoco hace falta que seas tan... indirecta, sé lo que tratas de hacer y la respuesta es... tal vez

—¿Tal vez? —Preguntaba la coneja perdiendo su emoción por un tono algo más confuso— ¿Eso qué significa?

—Estos últimos días es cierto que he visto a Catnap con otros ojos, pero no quiero apresurar las cosas —Sonriendo— El amor es algo muy hermoso, Hoppy, pero también es algo peligroso... siempre me gusta compararlo y verlo como un juego de cartas, si haces una mala jugada, puedes perderlo todo por una corazonada

—Suena muy complicado... No sabía que el amor podía verse de forma tan compleja... —Expresaba la coneja algo apenada por no tener la misma visión que su amiga—

Es distinto para todos, tal vez sea por eso que Kickin no nota tus señales jeje

—Auch... que golpe tan bajo... —Quejaba la coneja con un sonrojo y algo de molestia, aunque manteniendo su sonrisa—

Hay que darnos prisa, ya casi llegamos

Sin decir una palabra más, pero portando una sonrisa, las chicas llegaron hasta la entrada de la casa de Catnap.

Bien, espero que no esté durmiendo —Comentaba la coneja—

No lo creo, las luces de la sala están encendidas, las vimos cuando caminábamos hacia aquí

—Podría dormir con las luces encendidas, Crafty lo hace de vez en cuando ¿lo olvidas?

—Es cierto...

Mientras Bobby dejaba la caja en el suelo para descansar un poco, Hoppy se acerco para llamar a la puerta.

¡Catnap! ¡Sorpresa! ¡Vinimos a tener una...-

Justo cuando la coneja dio el primer golpe, la puerta se abrió dejando ver que no estaba cerrada.

Pijamada... —Termino su frase con extrañeza al encontrar la puerta abierta— ¿Dejó la puerta abierta?

—... —Formando una expresión de preocupación— ¿Catnap? —Pregunto la osita mientras se apresuraba a entrar—

En cuanto Bobby pudo entrar, logro apreciar mejor la entrada principal, había una sombrilla y un impermeable amarillo colgados en el perchero, pero lo que le preocupo a la osita fue encontrar tirados en el suelo la libreta junto al lápiz que usaba para escribir.

—¿Qué encontraste? —preguntaba Hoppy mientras ingresaba junto a Bobby, cargando ella la caja que la osita dejó afuera—

—La libreta y el lápiz de Catnap estaban en el suelo. Algo no está bien... —dijo Bobby, recogiendo los objetos—

Eso tampoco es buena señal —Dijo Hoppy mientras señalaba el pequeño rastro de humo rojo bajando por las escaleras—

Su gas somnífero... —Susurro Bobby mientras dejaba usaba su mano derecha para tapar su nariz— Trata de no respirarlo, Dogday dice que su gas es demasiado poderoso, te hace dormir al instante...

Hoppy asintió mientras dejaba la caja en el suelo y cubría su nariz con una de sus manos al entender que el ambiente se ponía intrigante y preocupante, Bobby simplemente se adelantó, su instinto protector se había activado. Subió las escaleras que llevaban hasta sala, donde las luces estaban encendidas, pero no había rastro de Catnap.

—Catnap, ¿dónde estás? —llamó Bobby, su voz llena de preocupación—

—¿Qué paso aquí...? —Preguntaba Hoppy con sorpresa mientras miraba a su alrededor—

Bobby no lo había notado por la preocupación, pero la habitación estaba cubierta por gas residual, al ser demasiado denso, estaba en el suelo, sin mencionar que había marcas de zarpazos en el sofá morado de la sala...

Hay que encontrar a Catnap...

Bobby dejo la libreta y el lápiz del felino en el sofá mientras se quitaba la mochila junto a Hoppy para comenzar a buscar por toda la casa al felino, Hoppy fue a buscarlo en las habitaciones colindantes de la sala mientras que Bobby se apresuró a entrar en su habitación, pero todo lo que encontró fue rastros de arañazos en algunas paredes junto algunos objetos tirados de forma errática...

Bobby miro la habitación de Catnap hecha un completo desastre... estaba claro que algo le había sucedido al gato. Repentinamente algo llamo la atención de Bobby, la ventana de la habitación estaba abierta y justo en el piso estaba el colgante de luna que siempre llevaba Catnap... eso solo la pudo preocupar más.

¡Hoppy! —Gritaba la osita para llamar a su amiga—

¿Qué sucede? —Preguntaba la coneja mientras se asomaba por la puerta de la entrada de la habitación— ¿Lo encontraste? —Acercándose hasta su amiga—

No... Solo encontré su colgante... —Decía la osita mientras observaba la ventana abierta— Creo que...-

La osita no pudo terminar su oración porque ambas chicas lograron escuchar el sonido de pasos apresurados en el tejado, acompañados de leves rasguños, lo que indicaba que algo con garras se movía arriba. Se miraron alarmadas y rápidamente asomaron la cabeza por la ventana en dirección al techo. Justo en ese momento, vieron cómo una sombra enorme saltaba del tejado con fuerza, aterrizando a unos cuantos metros del bosque. La oscuridad de la noche ocultaba la figura, pero ambas pudieron distinguir claramente la cola de un gato de color morado.

¿Viste lo mismo que yo? —Preguntaba la coneja con una expresión confusa y preocupada—

Catnap —Confirmo la osita mientras sujetaba el colgante de luna— Hay que seguirlo —Saliendo con prisa del cuarto—

¿Seguirlo? —Notando que salía de la habitación— ¡Bobby! ¡Espera!

La coneja siguió a Bobby por la casa hasta que finalmente llegaron a la entrada, en donde la detuvo para hablar con ella.

Bobby —Sujetándola del brazo para detenerla— Espera un momento... No podemos entrar al bosque de noche, es peligroso

—Catnap nos necesita... Es nuestro amigo ¿en serio piensas que lo voy a dejar solo? —Refutaba la osita con una mirada molesta—

Sé bien que es nuestro amigo, pero algo no anda bien... ¿Qué no viste el tamaño de esa cosa?

—Viste su cola, ¿Quién más tendría una cola de color morado si no era Catnap?

—Bobby... No quiero discutir, escucha, sé que estas preocupada, yo también lo estoy, pero no podemos ir las dos solas y menos de noche

—Pero... Catnap...

—Por favor... —Suplicándole— Mañana podemos pedirle ayuda a los demás, por favor no vayas a buscarlo ahora mismo...

Bobby suspiró con resignación mientras sujetaba con fuerza el colgante del felino, sintiendo la urgencia de salvar a su amigo, pero comprendiendo la sensatez en las palabras de Hoppy. El peligro del bosque nocturno era real, y aventurarse sin más ayuda podría empeorar las cosas.

—Está bien... —aceptó finalmente, con una mirada de preocupación— Mañana temprano, vamos por los demás y lo buscamos juntos.

Gracias...

Hoppy asintió, aliviada, y abrazó a su amiga. Ambas miraron una vez más hacia el bosque oscuro, con la determinación de buscar a Catnap al amanecer.









Nota del autor: Hey c.c/

Les ofrezco una disculpa por la tardanza para actualizar, la idea era actualizar hace dos días, pero las cosas en el trabajo se pusieron algo intensas, estuve literalmente teniendo un horario laboral de 12 horas entonces ya se podrán imaginar que no me daba tiempo de revisar el capítulo.  Esperemos que estos días sean más tranquilos.


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