Capítulo #20

| ¡Gatos por doquier! |

El vacío infinito lleno de estática rodeaba a Luke, el gato de la suerte. Había pasado días ocupado gestionando los arreglos necesarios para el mundo televisivo, corrigiendo varios "bugs" y fallas gracias a la implementación de los servidores de respaldo que Dogday había logrado poner en marcha. Entre los ajustes finales, Luke se había concentrado en mejorar la participación de los NPCs con el grupo de las criaturas sonrientes, algo que había estado fallando últimamente.

El trabajo era arduo y minucioso, pero finalmente, Luke sentía que podía tomarse un respiro. Pensó que era un buen momento para enviarle una carta a Catnap, un detalle que había pospuesto durante mucho tiempo.

—Ya va siendo hora de visitarlo —murmuró el gato con una sonrisa mientras comenzaba a escribir la carta—

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de empezar, algo llamó su atención. A lo lejos, en el vasto mar de estática, un letrero parpadeaba con el nombre de una aldea: "Gatópolis". Luke se quedó pensativo por unos momentos, contemplando el letrero. Finalmente, una sonrisa apareció en su rostro, una idea brillante formándose en su mente.

—Creo que ya va siendo hora de realizar un episodio especial... —comentó con entusiasmo, las palabras cargadas de anticipación y emoción—

Luke se puso a trabajar de inmediato, escribiendo la carta con renovada energía mientras, en el lugar de "ideas descartadas", comenzaban a generarse casas de distintos tamaños y colores. Personajes diversos aparecían mágicamente, cada uno con un rol específico en la trama que Luke estaba planeando. Los recuerdos falsos otorgados por el televisor cobraban vida, listos para ser utilizados en este nuevo episodio especial.

Gatópolis empezaba a tomar forma, un lugar vibrante lleno de posibilidades y aventuras. Las casas, pintadas en una variedad de tonos vivos, se alineaban a lo largo de calles adoquinadas. Las tiendas y talleres, cada uno con su propio encanto único, daban al lugar una sensación de comunidad y actividad constante. Los habitantes, desde gatos aventureros hasta comerciantes sabios, se preparaban para participar en la historia que Luke estaba diseñando.

El felino de la suerte miraba con satisfacción cómo Gatópolis se llenaba de vida. La planificación meticulosa y la atención a los detalles eran evidentes en cada rincón de la aldea. Luke se imaginaba las interacciones entre los nuevos personajes y las criaturas sonrientes, anticipando los giros y vueltas de la trama que se desarrollarían.

Mientras terminaba de escribir la carta, Luke sintió una oleada de satisfacción. Sabía que este episodio especial sería memorable, un testimonio del poder de la creatividad y la imaginación. Con una última mirada a la floreciente Gatópolis, el gato de la suerte selló la carta y la envió, listo para embarcarse en la próxima fase de su plan.

En el vasto vacío, Gatópolis brillaba como un faro de esperanza y aventura, un mundo nuevo esperando ser explorado. Después de darle un último vistazo a su creación, Luke simplemente chasqueo los dedos para que toda la aldea desapareciera en un instante.

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Los primeros rayos de sol se filtraron a través de las cortinas de la casa de Crafty, bañando el sofá donde la unicornio y el perro dormían en una cálida luz dorada. Crafty fue la primera en despertar, sintiendo el suave ritmo del corazón de Dogday bajo su cabeza. Se sentía segura y protegida, como si nada malo pudiera suceder mientras él estuviera cerca.

La unicornio miró al canino por un instante, una dulce sonrisa se dibujó en su rostro mientras regresaba a cerrar los ojos para continuar con su sueño. Sin embargo, se dio cuenta de algo importante: ambos estaban abrazados.

Los ojos de Crafty se abrieron de nuevo rápidamente y sus mejillas se sonrojaron intensamente. Sin quererlo, había dado un paso demasiado grande con el perro... o al menos eso pensaba ella. Lo había invitado a su casa para dormir junto a él...

—(¡No puede ser! ¡No puede ser!) —pensó, mientras su mente se convertía en un caos de emoción, vergüenza y alegría. Su rostro estaba completamente rojo, y otro poco y sus orejas empezarían a echar humo por el calor que sentía.

La unicornio levantó su mirada con cuidado de no despertar al perro y finalmente lo observó dormir. Su expresión tranquila y serena le transmitía mucha paz. A pesar de su vergüenza, Crafty no pudo evitar sentir un calor reconfortante en su pecho. El miedo y la angustia de la noche anterior parecían haber sido solo un mal sueño ahora, disipados por la presencia calmante de Dogday.

Decidió levantarse con cuidado, tratando de no despertarlo. Se deslizó suavemente de su abrazo y se dirigió a la cocina para preparar algo de desayuno. Mientras esperaba que el café se hiciera, sus pensamientos seguían regresando a la noche anterior y al consuelo que Dogday le había brindado. La mezcla de emociones aún era fuerte, pero ahora estaba acompañada de una certeza reconfortante: pase lo que pase, Dogday estaría ahí para ella.

Dogday despertó poco después, su olfato captando el aroma del café recién hecho. Se incorporó lentamente, estirándose mientras sus ojos aún se ajustaban a la luz del sol que inundaba la habitación.

—Buenos días, Dogday —dijo Crafty con una sonrisa, tratando de mantener la calma, aunque su corazón latía rápido—

—Buenos días, Crafty —respondió el perro, devolviéndole la sonrisa— ¿Dormiste bien?

—Sí, gracias a ti —admitió la unicornio, sintiendo una nueva ola de rubor en sus mejillas— Hice un poco de café... s-sé que no te gusta, pero es todo lo que tengo para desayunar... a-aunque no te preocupes, tengo algo de leche para endulzarlo un poco

—Claro, suena perfecto —dijo Dogday, levantándose para unirse a ella en la cocina—

Ambos fueron hasta la mesa de la cocina para desayunar, durante el desayuno no dijeron mucho, Dogday estaba ocupado en sus pensamientos... Mientras que Crafty se sentía un poco nerviosa, ver a Dogday desde tan temprano la ponía ligeramente tensa. Pero de una forma buena puesto que sabía que era por el cariño que sentía por él.

Dogday... Gracias por quedarte a dormir conmigo —Agradecía la unicornio con sincera— Perdón por haber ido a tu casa tan tarde...

—Tranquila —Respondía el perro con una sonrisa tras terminar de beber un sorbo de su café— actuaste por miedo, la pesadilla que tuviste debió ser muy horrible como para que fueras a mi casa

—De todas formas, me siento apenada por despertarte...

—No te preocupes por eso, sabes que siempre puedes contar conmigo si necesitas ayuda, incluso si eso significa despertar en mitad de la noche para apoyarte

Craftycorn bajaba un poco la cabeza con un sonrojo... Dogday era demasiado noble, era realmente un buen amigo. Ambos continuaron con su desayuno normal, hasta que el perro termino y observo el reloj de la cocina de Crafty, eran ya las nueve de la mañana, tenía que regresar a casa.

Bueno, tengo que ir a casa, Catnap no debería tardar en despertar y tengo que hacer su desayuno, ese gato no creo que pueda sobrevivir solo jaja —Bromeaba el can—

Dogday esperaba una sonrisa o una ligera risita por parte de Crafty, pero la expresión de la unicornio era la de alguien que sentía preocupación, el perro se había puesto de pie con la intensión de irse, pero al notar su expresión, no pudo evitar preguntarle a Crafty directamente.

¿Estás bien...? —Preguntaba el can con cuidado—

S-Si... estoy bien, solo... ten cuidado con Catnap, por favor —Encomendaba la unicornio— No quiero que te pase algo malo...

El perro se sentía confundido por sus palabras, pero entendía el motivo de su petición.

Me lo dices por lo que soñaste... ¿verdad?

Crafty asintió lentamente, sus ojos llenos de preocupación.

—Sí... no puedo evitar pensar en ello. Fue tan real, Dogday. La manera en que Catnap lastimaba a todos. No quiero que algo así pase en la realidad.

Dogday se arrodilló frente a ella, tomando sus manos con ternura.

Estaré bien —Aseguraba el perro— Catnap no hará nada malo y aunque así fuera, te prometo que estaré ahí para protegerlos a todos —Sonriéndole— No estaría tomando una siesta

—Solo... ten cuidado, por favor...

—Lo prometo —dijo Dogday con una sonrisa, apretando suavemente sus manos antes de levantarse— Ahora, será mejor que me vaya antes de que Catnap intente hacerse su propio desayuno y termine haciendo un desastre.

Crafty no pudo evitar soltar una pequeña risa ante la idea, aliviando un poco la tensión.

—Gracias, Dogday. De verdad.

—No tienes que agradecerme, Crafty. Nos vemos más tarde, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —respondió ella con una sonrisa—

Dogday se despidió con un gesto amistoso y salió de la casa de Crafty, la unicornio solo pudo verlo salir de su casa, en cuanto se quedó sola... Crafty formo una expresión ligeramente curiosa y confusa... Dogday había dicho lo mismo que Catnap dijo en su pesadilla. Él estaba durmiendo...

. . .

Dogday salió de la casa de Crafty y comenzó a caminar hacia su propia casa a ritmo alegre, mientras caminaba hacia su hogar, no podía dejar de pensar en lo que su amiga había compartido con él. Sabía que tenía que hablar con Luke sobre los recuerdos de Crafty y asegurarse de que todos estuvieran bien.

El perro logro llegar hasta su casa sin muchos problemas, justo cuando estaba por abrir la puerta, logro sentir algo debajo de su pata. Su vista se dirigió hasta el papel y simplemente lo levanto para comenzar a leer.

"Buenos días Dogday, espero que no tengas nada planeado para el día de hoy, porque tengo una sorpresa para Catnap y para ti. Solo ustedes dos podrán venir ya que considero que puede ser más entretenido de esa forma. Dile a Catnap que tendrá que llevarte a Gatópolis para hablar con el nuevo líder de la aldea, eso servirá de excusa.

Firma: Luke MeowLuck"

Dogday levantó una ceja, intrigado por el mensaje de Luke. Una sorpresa sonaba interesante, pero ahora que conocía la verdad y el hecho de que Luke era una especie de entidad que manejaba su mundo, sentía curiosidad, sabía que Luke posiblemente tenía alguna razón detrás de su supuesta sorpresa. Decidió que lo mejor sería seguir el plan y ver qué tenía preparado el gato de la suerte.

Entró en la casa y encontró a Catnap todavía en la cama, envuelto en sus cobijas como un capullo.

—¡Buenos días, Catnap! —saludó Dogday con energía—

—Mmmm... cinco minutos más... —murmuró el gato, enterrando la cabeza en la almohada con cierta molestia—

Dogday sonrió y se acercó para sacudirlo suavemente.

—Vamos, Catnap, hoy nos espera una aventura —Comentaba el perro con tono alegre mientras sacudía ligeramente la carta— Y... —Continuaba hablando al notar que Catnap seguía sin levantarse— Viene directamente por parte de Luke

¿Uh?

El gato no pudo evitar sorprender al escuchar el nombre de su primo, Catnap abrió los ojos ligeramente a la par que levantaba su cabeza y notaba la carta que Dogday tenía en la mano. Finalmente, el felino se sentó en el sofá dejando ver su curiosidad.

¿Eso es una carta de Luke? —Pregunto el gato mientras se estiraba un poco— Llevo esperando una carta suya desde hace días y de la nada te llega a una a ti... ¿Qué dice?

—Pues...

Dogday miro la carta, pensaba mentirle a Catnap, pero al instante pudo notar que el mensaje cambiaba con una leve distorsión en las letras, se sorprendió un poco, pero suponía que Luke lo estaba ayudando a convencer al gato con una carta especial para él.

Eh... Es mejor que lo leas tú mismo —Entregándole la carta al gato—

Catnap tomó la carta y comenzó a leer el mensaje. Dogday observó atentamente, esperando ver una sonrisa o al menos alguna señal de entusiasmo. Sin embargo, la expresión de Catnap no cambió. No hubo ni una pizca de alegría en su rostro, sino una ligera mueca de disgusto.

—Gatópolis... —susurró el gato con molestia—

—Eh... —expresó el can, algo sorprendido y curioso— ¿Te molesta la idea de ir...?

El felino arrugó la carta y la dejó sobre el sofá, soltando un suspiro cansado mientras miraba a Dogday con cierto desinterés.

—¿Ya olvidaste lo que te conté en la fiesta de Craftycorn?

El perro trató de hacer memoria. Tardó unos segundos hasta que recordó la pequeña conversación que tuvo con el gato. "Mi hogar era un infierno," recordaba la frase dicha por el gato.

Oh... —Exclamo el perro al recordar ese detalle— Lo siento, no recordaba aquello exactamente...

—Gatópolis no fue un lugar feliz para mí —Respondió el gato apartando un poco la mirada— A todos les asustaba mi habilidad así que nunca logre encajar por completo ahí

Dogday asintió, comprendiendo el dolor detrás de las palabras de su amigo. Se acercó a Catnap y le puso una pata en el hombro, tratando de ofrecerle consuelo.

—Entiendo, Catnap. No quiero que revivas esos malos momentos... No tenemos que enfrentarlo si no quieres. Solo dime y nos quedamos aquí...

Catnap suspiró y miró a Dogday, apreciando su apoyo.

—No, Dogday. Luke me está pidiendo llevarte y eso pienso hacer, debemos ir. Además... no puedo dejarte solo en esa aldea... —Comentaba el gato mientras se ponía de pie— Eres un perro, vas a llamar la atención de alguna u otra forma

Ante lo dicho Dogday solo pudo sonreír y ambos comenzaron a prepararse para el viaje a Gatópolis. Dogday se aseguró de llevar algunos suministros esenciales, y Catnap, aunque algo reticente, se dispuso a guiarlo hacia la aldea.

Dogday dejo una carta en la puerta de su casa, para avisarle a cualquiera que fuera a buscarlo que no estaría en casa debido a motivos de "líder".

. . .

El viaje fue relativamente tranquilo. Dogday trataba de mantener la conversación ligera, hablando de recuerdos divertidos y pequeños detalles cotidianos para distraer a Catnap de sus pensamientos sombríos. A pesar de su esfuerzo, notaba que la tensión no desaparecía por completo del rostro del gato.

...

—Entonces... —Hablaba Dogday en un intento de iniciar conversación— ¿Nos falta mucho para llegar?

—Mmmhh... No lo creo, Luke y yo tardamos en llegar a SmileVille porque tomamos un camino mucho más largo, tardamos todo un día, pero creo que podemos acortar distancia si vamos por el bosque, no creo que tardemos mucho

—De acuerdo...

—asintió Dogday.

Decidieron tomar el camino a través del bosque. Los árboles altos y frondosos proporcionaban una sombra refrescante y un ambiente tranquilo. Mientras avanzaban, el canto de los pájaros y el susurro de las hojas creaban una sinfonía natural que ayudaba a aliviar parte de la tensión de Catnap.

Dogday continuó hablando, relatando historias sobre sus amigos en SmileVille y las aventuras que habían tenido juntos. Catnap escuchaba, a veces con una sonrisa melancólica, otras veces con una risa suave, pero seguía adelante sin detenerse.

—Recuerdo cuando Craftycorn y yo intentamos organizar una fiesta sorpresa para Bobby Bearhug —contaba Dogday, riendo al recordar— Todo salió bien hasta que Piggy decidió probar el pastel antes de tiempo. ¡Fue un desastre!

Catnap soltó una risa genuina, la primera desde que habían comenzado su viaje.

—Eso suena como algo que Piggy haría —comentó Catnap, sacudiendo la cabeza con una sonrisa—

El camino por el bosque les permitió ahorrar tiempo, y pronto comenzaron a ver las primeras señales de Gatópolis. A medida que se acercaban, Catnap comenzó a ponerse más tenso nuevamente, Dogday sentía curiosidad ¿Qué clase de recuerdos le había dado el televisor como para sentirse tenso por regresar al que se suponía era su antiguo hogar ficticiamente hablando?

Finalmente, llegaron a las afueras de Gatópolis. La aldea era vibrante y colorida, con casas de todos los tamaños y formas. Los gatos locales se movían con gracia, llevando a cabo sus tareas diarias.

—Ahí está —dijo Catnap con un suspiro— Gatópolis.

Dogday se sorprendió un poco ante la primera impresión de la aldea, no era tan distinta a SmileVille, pero tenías cuantas diferencias muy claras, la primera de ellas era que todos los habitantes parecían ser gatos, no había ninguna otra especie de animal. El perro también logro observar que las casas parecían estar acolchadas... "Curioso" pensó el perro al recordar que el lugar favorito de Catnap para dormir tras la hora de la alegría era el PlayHouse pues tenía superficies acolchadas.

Vamos a ver a Luke directamente —Comentaba el gato sacando a Dogday de sus pensamientos— Prefiero estar tranquilo que rondar por la aldea

—De acuerdo

Con esas palabras, ambos caminaron hacia la entrada principal de la aldea. Tan pronto como pusieron un pie en Gatópolis, todos los gatos de los alrededores comenzaron a mirarlos con curiosidad. Algunos susurraban entre ellos, comentando sobre el regreso de Catnap y la presencia de Dogday. Estaba claro que la curiosidad y, en algunos casos, la desconfianza se mezclaban en las miradas que les dirigían.

Dogday trató de ignorar los susurros y observó su entorno. El pueblo era pintoresco, con casas de colores vibrantes y jardines bien cuidados. Los gatos se movían con agilidad, llevando a cabo sus tareas diarias, pero no dejaban de echar miradas furtivas a los dos visitantes.

En un momento, Dogday sintió la cola de Catnap enredarse en su brazo nuevamente. Al mirar a su amigo, notó que el gato mantenía la vista fija en el suelo, evitando cualquier contacto visual con los otros gatos. Era evidente que las miradas y los susurros lo incomodaban.

—Catnap, No dejes que te afecte lo que dicen —dijo Dogday en un tono reconfortante, intentando calmar a su amigo—

—No puedo evitarlo. Estar aquí me trae muchos recuerdos —respondió Catnap con un suspiro—

Dogday apretó suavemente el brazo de Catnap, ofreciéndole su apoyo silencioso. Continuaron caminando hasta llegar a la plaza central, donde Luke MeowLuck los esperaba con una gran sonrisa.

—¡Catnap, Dogday, bienvenidos! —exclamó Luke, abriendo los brazos en un gesto de bienvenida—

El gato de la suerte rápidamente fue a recibirlo con los brazos abiertos con la intensión de darles un abrazo, Catnap estaba feliz de ver a su primo mientras que Dogday solo podía sonreír ante la situación.

Me alegra ver que pudieran venir —Comentaba el gato con una sonrisa— ¿Qué tal estas Catnap? —Preguntaba con curiosidad— He querido visitarte estos días, pero he tenido mucho trabajo...

—Trato de adaptarme... —Respondía el felino con tranquilidad— Yo... quería darte tu colgante aprovechando la situación de hoy, pero...

—Lo rompiste —Interrumpía el gato— Tranquilo, no estoy molesto contigo, Dogday me dijo que fue un accidente

—¿Eh? —Exclamaba confundido— ¿Dogday te dijo?

—Eh... —Exclamando nerviosamente, Dogday—

Tuve contacto con él hace unos días... —Explicaba el gato con cierta vagancia— Tal y como sabes, estuve ocupado y bueno, necesitaba asesoramiento por parte de Dogday ¿no es así? —Preguntaba el gato con una sonrisa—

C-Claro... —Respondía el perro en un intento de seguir con su mentira— Luke buscaba... ¿consejos...?

—¿Consejos? —Preguntaba el felino con curiosidad— ¿Qué clase de consejos?

—Bueno... lo que pasa es que ahora soy...

—¡Líder Luke! —Gritaba una voz en tono preocupado que se acercaba a las espaldas del gato—

¿Líder? —Preguntaba el gato de las siestas con sorpresa—

Aaah... —Suspirando un poco, dándose la vuelta para atender el asunto— ¿Qué sucede Whiskas...?

Un gato color marrón atigrado se acercaba rápidamente a Luke con la intención de darle las noticias que circulaban por la aldea.

—¡Hay que tener cuidado! Dicen que un perro anda por la aldea... —Expresaba de forma preocupada— Debemos cuidarnos de ese... —Logrando ver a Dogday— P-Perro...

En ese momento, la preocupación en el rostro de Whiskas se convirtió en una mezcla de sorpresa y confusión al ver a Dogday de pie al lado de Luke y Catnap. El gato se quedó congelado, mirando al perro con los ojos muy abiertos.

—Eh... —empezó a decir Dogday, incómodo por la situación— ¿Hola? —Saludando de forma nerviosa—

Luke, notando la tensión, intervino rápidamente.

—Whiskas, no te preocupes... —Comentaba el gato con una ligera sonrisa— Este es Dogday, es un amigo de Catnap y mío, es líder de SmileVille y necesitaba hablar con él de forma urgente... —explicó con calma—

Whiskas parpadeó un par de veces, tratando de procesar la información.

—¿Catnap tiene un amigo... y es un perro...? —preguntó, incrédulo—

Curiosamente el gato de las siestas alzo una ceja a modo de molestia por la pregunta... parecía que se había ofendido.

Si... es mi amigo —Respondía el gato chitando y mirando en otra dirección— ¿Tienes algún problema con eso...?

—N-No, no, no —Negaba rápidamente el gato con nerviosismo al ver a Catnap molesto— S-Solo me sorprendió que tuvieras un amigo...

La "aclaración" hizo molestar todavía más a Catnap quien ahora dirigió su mirada a Whiskas a la par que parecía gruñir levemente y resoplar parte de su gas somnífero.

¡N-No lo quise decir de esa forma! —Aclaraba el felino con cierto nerviosismo—

El felino atigrado rápidamente se puso detrás de Luke para que pudiera defenderlo pues sabía que había hecho molestar a Catnap.

Ejem... —Aclarando su garganta para llamar la atención fuera de esa discusión— Creo que es mejor que vayamos a un lugar mucho más privado, debemos de conseguirles un par de habitaciones en la posada, deben estar cansados luego de su viaje para llegar hasta aquí ¿no?

—No estaría mal tener un lugar para descansar en la noche —Respondía Dogday sonriendo en un intento de dejar el tema anterior de lado—

Luke asintió y comenzó a guiarlos hacia la posada, ubicada en una calle tranquila cerca del centro del pueblo. Durante el trayecto, las miradas y susurros de los otros gatos continuaron, pero gracias a la presencia de Luke, las cosas parecían tranquilizarse.

Entonces... ¿Cómo fue exactamente que te hiciste líder de la aldea? —Preguntaba Catnap en un intento de dejar de lado la situación de los susurros y miradas—

—Bueno, fue un proceso interesante —comenzó a explicar Luke mientras caminaban— Para no hacer el cuento largo, digamos que fue casi por arte de magia —Expresaba el gato de la suerte con una sonrisa—

Catnap simplemente rodó los ojos mientras daba una sonrisa, al escuchar la respuesta.

Mejor hablemos de tu estancia en SmileVille —Decía el gato mientras observaba a Catnap con una sonrisa— ¿Cómo han estado las cosas por la aldea?

—Ha sido... interesante. SmileVille es un lugar peculiar, pero me he acostumbrado. Dogday y yo hemos pasado por algunas situaciones complicadas, pero siempre salimos adelante —dijo Catnap, lanzando una mirada ligera a Dogday—

Hemos tenido nuestros problemas, pero no fue nada que no se pudiese resolver

Comprendo... ¿Y qué me dices tú Dogday? ¿Qué te parece Gatópolis? —Preguntaba el gato con curiosidad—

Es bastante impresionante... hay gatos por doquier, no esperaba encontrar a tantos en un solo lugar

—Es un lugar solo para felinos así que eres algo así como un invitado de honor por ser solo un perro

—Pues gracias por invitarme —Respondía el can con una sonrisa—

. . .

Al llegar a la posada, todos fueron recibidos por una gata blanca como la nieve que tenía un moño rosado en una de sus orejas. La gata estaba mirando una pequeña lista así que cuando escucho los pasos de la entrada alzo la vista solo para sorprenderse.

¡No puede ser! —Exclamaba la gata blanca con sorpresa y emoción—

No puede ser... —Exclamaba el gato purpura en un susurro molesto—

Dogday estaba por preguntar el motivo de sus expresiones tan distintas, pero repentinamente la gata se levanto de su asiento para saltar directamente hacia Catnap. El aterrizaje dio como resultado un abrazo de felicidad por parte de la gatita blanca mientras que Catnap solo trataba de separarse.

¡Gatito siestas! —Exclamaba alegremente la gatita—

¡Suéltame y no me llames así!

La escena en la posada se volvió aún más animada. Dogday observaba con curiosidad mientras Catnap intentaba liberarse del abrazo entusiasta de su amiga.

—¿Quién es ella? —preguntó Dogday con cierta curiosidad—

Se llama Snowy —Respondía el gato de la suerte de forma sonriente ante la escena— Es una amiga de Catnap... —Acercándose al perro para susurrarle— Es algo así como Bobby Bearhug en esté lugar...

—Entiendo... —Susurrando en respuesta—

¡Suéltame Snowy! —Gritaba el gato purpura con molestia—

¿Por qué? Tu olor a lavanda es tan relajante, te extrañe mucho gatito siestas

—Snowy, lo estas desesperando —Intervenía el gato de la suerte— Ya sabes lo que pasa cuando se molesta, te ves obligada a tomar una siesta

—Eh... Jeje, lo siento... —Soltando a Catnap mientras reía nerviosamente— Perdón, me deje llevar... ¿Uh? —Notando al perro a un lado de Luke— ¡Un perro! —Exclamaba sonriente la gata al ver a Dogday—

Después de la sorpresa inicial, Dogday sonrió amablemente ante la reacción de Snowy.

Hola, Snowy. Mucho gusto en conocerte —saludó el perro de manera cortés— Me llamo Dogday

Snowy, emocionada, dio unos pasos hacia Dogday para inspeccionarlo con curiosidad, examinando su pelaje y su cola con gran interés. A la gata ni siquiera le importaba el espacio personal de Dogday puesto que lo estaba observando de muy cerca.

—Eres muy peludo y grande, tus orejas son enormes. ¡Nunca había visto a un perro de verdad! —Exclamaba la gata con una sonrisa— ¿Eres un chihuahua? No, no... ¿Un Husky? ¡OOOHH! —Exclamaba con una bocanada de aire— ¡¿Eres un tucán?!

—Eso ni siquiera es una raza de perro... —Susurraba Luke con cierta gracia—

E-Eh... B-Bueno, se supone que soy un Cocker Spaniel —Respondía el perro mientras retrocedía un poco impresionado por su actitud—

¡Que genial! Oh, espera, déjame revisar —Acercándose a él para hundir su rostro en su pecho—

¡¿Q-Qué haces?! —Pregunto el can con sorpresa y algo de rareza—

Hueles a vainilla... —Susurraba la gata mientras lo abrazaba— Tan dulce~

Catnap no pudo más y uso su cola para apartar a la gata del pecho de su amigo.

Snowy, fue suficiente, lo estas incomodando

—Aawww... —Expresaba la gata en decepción— Por favor, solo quiero abrazarlo un poco, se ve que es esponjoso~

—... E-Es algo energética... —Comentaba Dogday con algo de sorpresa y ligera pena—

—Supongo que me pase un poco con su código en esa parte de su personalidad... —Susurraba el gato de la suerte hacia Dogday—

¡Por favor gatito siestas! ¡Déjame ir con perro días! —Suplicaba la gata con ojitos tiernos—

¿P-Perro días? —Preguntaba algo tomado por sorpresa, Dogday—

No —Respondía directamente el gato de las siestas— No voy a dejar que te acerques a incomodarlo

—¡Por favor! ¿Por qué no quieres que me acerque? ¿Es tu novio o algo? ¡Yo lo respeto! ¡Es más! ¡Hacen linda pare...-

—Snowy —Interrumpía el gato de la suerte con una mirada algo seria— Deja de ser tan parlanchina, estamos aquí porque Dogday y Catnap necesitan una habitación, ya tendrás tiempo de convivir con ambos más tarde o el día de mañana

Ante el regaño de Luke, Snowy pareció tranquilizarse un poco y Catnap aprovecho para soltarla, parecía que había entendido que debía comportarse.

Lo siento... puede que me haya emocionado un poco... —Se disculpaba la gata con algo de pena—

Esta bien —Aclaraba Dogday— Supongo que puedo entenderlo...

—Bien, ya que las cosas están más tranquilas... Snowy ¿las habitaciones?

—Oh, claro, claro...

Tras esas palabras Snowy simplemente regreso a su asiento en la recepción para posteriormente buscar una llave con un pequeño letrerito de madera con el número siente marcado en él.

La habitación es número siete —Entregándole la llave a Dogday— Toma perrito días, cuídala bien

—Gracias Snowy —Aceptando las llaves— ¿Está bien si vamos a ver? —Volteando a ver a Luke—

Claro, de hecho, mi plan era que pudieran descansar un poco, mañana por la mañana podemos hablar, ya es un poco tarde... —Aclaraba el gato— Catnap —Dirigiéndose a su primo— Luego hablaremos del colgante ¿te parece bien?

—... —Asintiendo con lentitud—

Después de eso tanto Dogday como Catnap caminaron con dirección a su habitación, llegaron hasta la puerta y simplemente abrieron la puerta para observar a detalle la sala en donde se hospedarían.

Al abrir la puerta, Dogday y Catnap se encontraron con una acogedora habitación decorada con tonos cálidos y detalles hogareños. Había dos camas bien arregladas, una pequeña mesa con sillas, y una ventana que ofrecía una vista encantadora del jardín trasero de la posada. Una lámpara suave iluminaba el espacio, creando una atmósfera tranquila y relajante.

—Parece un buen lugar para descansar —comentó Dogday, dejando su equipaje junto a una de las camas— ¿Qué te parece, Catnap?

El gato purpura asintió, observando el lugar con un suspiro de alivio.

—Está bien. Al menos aquí podemos relajarnos sin que nos molesten demasiado

—Supongo... ¿Seguro qué estas bien? Has estado más callado de lo normal desde que salimos de SmileVille...

—Estoy bien —Respondía el gato— Solo tengo muchas cosas en mente...

Dogday asintió, comprendiendo que su amigo necesitaba su espacio.

. . .

Gatópolis estaba cubierta por la oscuridad de la noche, todos los gatos dormían en tranquilidad mientras en la posada donde se encontraban Catnap y Dogday, el sonido de la respiración de ambos era todo lo que se podía escuchar. Al menos así era hasta que Catnap se levantó de su cama con cuidado. Silenciosamente, se puso su colgante y salió de la habitación, necesitando un poco de aire fresco.

Caminó por los pasillos silenciosos de la posada, sus pasos apenas audibles en el suelo de madera. Salió al jardín trasero, donde las flores se mecían suavemente con la brisa nocturna. La luna brillaba en el cielo, iluminando el jardín con una luz plateada y creando un ambiente tranquilo y sereno.

Catnap respiró profundamente, sintiendo cómo el aire fresco llenaba sus pulmones y aliviaba parte de la tensión que sentía. Se sentó en un banco de piedra, observando el cielo estrellado y dejando que sus pensamientos fluyeran libremente.

Todo lo que recordaba de Gatópolis era ver a los gatos tenerle miedo, apartarlo y dejarlo de lado mientras ellos se divertían. Estos recuerdos le pesaban en el corazón, pero lo que Catnap no sabía es que eran falsos, implantados por el televisor. Su mente estaba atrapada en una ilusión que le afectaba profundamente.

Perdido en sus pensamientos, Catnap no se dio cuenta de la figura que se acercaba hasta que oyó una voz suave y familiar.

—Parece que el gato de las siestas no puede dormir, ¿eh? —comentó Luke con cierta sonrisa, acercándose a su primo—

Catnap levantó la vista, sorprendido y un poco aliviado de ver a Luke. Forzó una sonrisa, intentando ocultar la angustia que sentía.

—Sí, algo así —respondió Catnap, mirando de nuevo al cielo estrellado— Solo necesitaba un poco de aire fresco.

Luke se sentó junto a él, observando el jardín iluminado por la luz de la luna. La brisa nocturna era suave, y el ambiente estaba lleno de un silencio tranquilo que contrastaba con el torbellino de pensamientos en la mente de Catnap.

Hay algo que te preocupa ¿verdad? —Preguntaba Luke con curiosidad—

... Todos aquí me tienen miedo o se apartar de alguna u otra forma por culpa de mi gas —Comenzaba Catnap a hablar— Hacen que me sienta como un monstruo... ¿Qué pasa si Dogday empieza a verme de la misma forma? ¿Qué pasa si mis nuevos amigos también me ven como un monstruo? Ver a todos mirarme o susurrar cosas de mi hace que me sienta... furioso...

Luke miró a Catnap con empatía y comprensión. Sabía que Catnap estaba lidiando con emociones complicadas y que esos pensamientos podían ser devastadores. No era su culpa, el televisor había transformado los recuerdos de los laboratorios en un pasado doloroso para el gato en esa nueva realidad...

No eres un monstruo, el gas somnífero es un parte de ti y eso no tiene por qué definirte

—Es difícil no pensar así cuando veo cómo reaccionan los demás... —murmuró Catnap, con la mirada perdida en el cielo estrellado— Es raro... —Pasando a observar sus garras— Tuve problemas con Dogday hace poco y lastimé a una de mis amigas por accidente, pero... ver sangre en mis garras me hizo sentir extraño...

—¿A qué te refieres con extraño? —Preguntaba el gato de la suerte con curiosidad—

... Sentí miedo de mi mismo... —Respondía el gato en tono bajo—

Catnap seguía mirando sus garras, tratando de procesar sus emociones.

—No quiero lastimar a nadie más... —Susurro Catnap con algo de preocupación—

Luke solo podía observar a Catnap con cierta preocupación... aquellas palabras le recordaban al Catnap que estuvo en la primera versión de ese mundo televisivo. Tal vez era su propia imaginación o tal vez el gato realmente conservaba parte de las emociones vividas en aquella realidad.

El gato de la suerte solo pudo colocar su mano en el hombro de Catnap para llamar su atención y sonreírle ligeramente.

No dejes que esos pensamientos se apoderen de tu mente...

—... —Suspirando—

... Creo que es mejor que vayas a dormir, mañana hablaré temprano con Dogday de unos temas importantes de líder, tal vez puedas pasar tiempo con Snowy

—Ugh... —Exclamaba el gato en desagrado— Prefiero dormir todo el día

—Jeje si... supongo que si... Pero si te sientes mejor, tal vez descubrirás que pasar tiempo con ella no es tan malo. Quién sabe, tal vez te sorprendas.

Catnap frunció el ceño, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

—Supongo que no tengo muchas opciones —dijo con un tono de resignación mezclado con un toque de humor— Está bien, intentaré pasar tiempo con Snowy si eso ayuda a despejar mi mente.

—Eso es todo lo que puedo pedir —respondió Luke, dándole una palmadita en la espalda— Ahora ve a descansar

Con eso dicho, Catnap asintió y caminó de regreso a la posada. Le tomó poco tiempo llegar, y al abrir la puerta, lo primero que vio fue a Dogday durmiendo. El perro estaba roncando ligeramente, ajeno a todo, lo que hizo que Catnap sonriera con ternura.

Con cuidado de no hacer ruido, Catnap se dirigió a su propia cama. Se quitó el colgante y lo colocó en la mesita de noche. Mientras se recostaba, sintió que una sensación de calma empezaba a envolverlo. Observó a Dogday una última vez, pero esta vez una imagen ligeramente perturbadora apareció ante sus ojos.

La visión de un Dogday demacrado se hizo presente... Al can le faltaba la mitad inferior de su cuerpo, su pelaje estaba polvoriento y salpicado de sangre, y tenía ataduras en sus extremidades y cuello. Catnap no se dio cuenta de que susurró algo de forma inconsciente.

—Hereje... —susurró—

Catnap cerró los ojos y sacudió su cabeza un poco para apartar esos pensamientos. Cuando finalmente volvió a abrirlos, parpadeó varias veces y notó que Dogday estaba en su cama, durmiendo y roncando suavemente. El gato decidió ignorar lo que había visto, convencido de que su mente solo estaba jugando con él.

—Luke tiene razón... necesito descansar... —susurró Catnap para sí mismo mientras se recostaba—

Poco a poco, dejó que el agotamiento se apoderara de él, esperando que el sueño lo envolviera y lo liberara de sus preocupaciones. A medida que su respiración se hacía más lenta y profunda, los pensamientos oscuros comenzaron a desvanecerse, y Catnap se sumergió en un sueño reparador, listo para enfrentar lo que el nuevo día pudiera traer.






Nota del autor: Hey c.c/

Esté capítulo en realidad es algo así como la primera parte, iba a subir todo el capítulo completo, pero sentí que tal vez era demasiado, así que se divide en dos... sin embargo, eso no es lo que quería decir

Veo que a muchos les gusto la interacción que tuvieron para elegir los capítulos así que les dejaré elegir 4 cosas de la historia. Dos de esas cosas tendrán importancia en la historia de forma directa mientras que las otras dos serán capítulos especiales

ESTO ES IMPORTANTE.

La decisión que van a tomar a continuación afecta directamente la historia.


[ Catnap se distorsiona ]

-Si

-No


[ Craftycorn tiene más pesadillas ]

-Si 

-No


Ahora pasarán a votar por los capítulos especiales, recuerden que solo pueden votar por dos (Y en está ocasión solo habrán dos selecciones)

| La caja musical |

| Código fuente |

| Dogday dice... |

| Olor a rosas |

| ¡Piggy, Piggy, no te lo lleves! |

| No deberías estar aquí |


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