Capítulo #12

| Hogar dulce Hogar |

El sonido rítmico de las pisadas de Dogday se mezclaba con el constante zumbido de las alas de Cat-bee, creando una melodía peculiar en el vasto lobby de la estación de juegos. Durante un buen rato, habían caminado en silencio, sumidos en sus propios pensamientos, hasta que finalmente emergieron nuevamente en la estación de juegos. Se encontraban a un lado del centro de control de las puertas que conducían a las diversas pruebas disfrazadas de juegos infantiles.

Dogday dejó escapar un suspiro cansado y se sentó en uno de los escalones azules del lugar. Su expresión reflejaba una mezcla de preocupación y complicación. Estaba sumido en la tarea de trazar un plan para llegar a la guardería, sabiendo que la estación principal era la única forma que conocía de ingresar a las instalaciones, pero al no poder ir por ese camino, tenía que pensar en una alternativa pronto.

(Los servidores tenían que estar justo en la guardería... maldita mala suerte...) —Maldecía en sus propios pensamientos su mala suerte—

Mientras Dogday se sumergía en la búsqueda de alguna alternativa, Cat-bee detuvo el constante zumbido de sus alas para posarse en el suelo, observando a Dogday con curiosidad. Aunque no quería interrumpir los pensamientos del perro, la atmósfera de la estación de juegos la ponía nerviosa.

Con una expresión inquisitiva, Cat-bee observó a Dogday, preguntándose qué planes estaba elaborando.

Dogday... —Llamaba la gata-abeja desde atrás para que el perro le prestará atención— ¿No deberíamos estar en un lugar menos... expuesto...? —Mirando a su alrededor con nerviosismo—

Tranquila, si algo quisiera atacarnos ya lo habría hecho antes de salir del túnel... —Respondía el perro en un intento de tranquilizarla—

Dogday simplemente miro las manos de su GrabPack, tenía una herramienta fundamental, pero no tenía un camino que seguir para bajar hasta la guardería, estaba realmente frustrado, no quería regresar sin haber completo su misión.

Pase tanto tiempo queriendo salir de ese lugar y ahora que quiero entrar no puedo... que problema...

Dogday dejó escapar sus pensamientos en voz alta, haciendo que Cat-bee volviera su atención hacia él. Esta vez, una expresión de sorpresa se reflejó en su rostro por un instante, hasta que recordó algo importante que Dogday le había mencionado anteriormente: su objetivo de llegar hasta la guardería. Fue entonces cuando Cat-bee logró visualizar una posible solución para el dilema en el que se encontraban.

Dijiste que querías llegar a la guardería... ¿verdad? —Preguntaba, aunque ya supiera la respuesta— Podríamos bajar usando el ascensor de transporte

—... —Alzando la vista con intriga y sin entender lo que decía— ¿Qué ascensor...? —Volteando a ver a la gata-abeja con confusión—

Bueno ya sabes... hay ascensores por todas las instalaciones, los científicos los usaban para mover experimentos de un lugar a otro sin alertar a nadie, a veces incluso los usaban para abastecer los suministros en distintas zonas

Los ojos de Dogday se abrieron de par en par al recordar la existencia de los ascensores. Era cierto, había olvidado por completo esa opción. Recordó claramente el día en que habían trasladado a Catnap de los laboratorios a la guardería utilizando uno de esos ascensores. También recordó algunas ocasiones en las que había visto a empleados transportando cajas con suministros para la escuela, la tienda de juguetes o la oficina de los consejeros a través de esos mismos ascensores. Todo lo que necesitaban era encontrar uno de esos ascensores que tuviera acceso directo a la guardería. La solución estaba frente a ellos, solo tenían que buscar el ascensor adecuado para continuar con su misión.

¿Sabes dónde hay uno que pueda llevarnos hasta la guardería? —Preguntaba el can con curiosidad mientras se ponía de pie—

Sé donde hay uno, aunque no nos lleva a la guardería directamente... —Explicaba Cat-bee algo temerosa de desilusionar al perro— Sé que hay un ascensor de mantenimiento que nos dejaría por fuera de la cúpula...

—Es mejor que nada —Respondía el can mientras se acomodaba el GrabPack en su espalda— Llévame hasta ese ascensor —Sonriendo con alegría al tener la solución—

—D-De acuerdo... —Algo sorprendida por la repentina sonrisa del perro—

. . .

A Dogday y Cat-Bee no les llevó mucho tiempo encontrar la zona donde se ubicaba el ascensor de mantenimiento. Este ascensor estaba hábilmente oculto en una de las áreas secretas de la estación de juegos. Tras llegar al lugar, se enfrentaron a un pequeño rompecabezas para abrir la puerta que daba acceso al ascensor. Gracias al GrabPack, resolver el puzle fue bastante fácil. Una vez completado correctamente, una agradable tonada musical se reprodujo desde el GrabPack, indicando que habían resuelto el desafío con éxito.

Parece que logramos resolverlo —Indicaba Dogday al terminar de sonar la tonada de puzle superado—

—Fue más fácil de lo que creí... —Respondía la gata-abeja mientras observaba como las puertas del ascensor se abrían automáticamente— Solo trata de tener cuidado y estar alerta, el ascensor es algo viejo... 

Después de esa breve conversación, ambos entraron sin problemas en el ascensor. Dogday se encargó de pulsar el botón que indicaba "cúpula" en el panel de selección de pisos. Con ese paso, el ascensor se puso en marcha y comenzó a descender lentamente. Cat-bee era consciente de que les llevaría un tiempo llegar a su destino, así que intentó entablar una conversación con Dogday.

Entonces... —Comenzaba la abeja, llamando la atención del perro— ¿Por qué quieres llegar a la guardería...?

—Tengo una misión ahí, debo buscar una zona especifica dentro de hogar dulce hogar para activar una palanca...

La pequeña abejorro se sorprendió un poco porque Dogday le respondiera tan rápidamente y sin mucho problema, pensaba que no le gustaría hablar sobre su misión, pero parecía que no le importaba mucho al perro compartir su objetivo. De todos modos, Cat-bee no pudo evitar confundirse ante lo dicho.

¿Necesitas hacerlo por algo en especial...? —Preguntaba con curiosidad—

Es... complicado —Respondía el perro con algo de dificultad— Digamos que haciendo eso voy a poder salvar a mis amigos...

Cat-bee volvió a sentirse confundida al escuchar las palabras de Dogday. No comprendía del todo lo que decía, ya que había escuchado que las criaturas sonrientes habían desaparecido hace mucho tiempo, y que Catnap era el único que quedaba... algo que obviamente no era cierto al tener a Dogday frente a ella. Además, al detenerse a pensar con calma, le surgió otra duda: ¿no se suponía que Dogday era más grande? Aunque era más grande que ella, seguía siendo pequeño, casi como un niño de doce años.

Oye Dogday... No quiero tocar un tema sensible, pero tengo curiosidad... —Comentaba la abeja mientras se sentía algo nerviosa por el como iba a reaccionar el perro— No tienes que responder si no quieres, digo, nos conocimos hace tan solo una hora o tal vez dos, pero me siento intrigada... ¿No se supone que las criaturas sonrientes murieron hace años...?

Ante la pregunta Dogday no pudo evitar no mirarla con algo de sorpresa, Cat-bee pensaba que Dogday podría molestarse, pero su reacción la dejo algo perpleja puesto que no se esperaba su respuesta.

Pues sí, así fue —Respondiendo con una sonrisa— Todos estamos muertos, incluso Catnap...

...

Cat-bee se quedó boquiabierta al escuchar la afirmación de Dogday sobre que todos estaban muertos. Miró al perro con incredulidad y exclamó en tono cómico:

—¡¿Cómo que todos están muertos?! ¡Pero si estás aquí mismo frente a mí en este preciso momento! además, ¿por qué lo dices con tanta tranquilidad? ¡Es como si estuvieras hablando del clima o algo así! —Expresaba la gato-abeja con un tono de desconcierto—

Dogday no pudo evitar reírse para si mismo por la expresión de Cat-bee, al final simplemente suspiro para pasar a explicar un poco las cosas.

Es algo complejo de explicar... Nuestras versiones de cuerpos más grandes murieron, pero seguimos con vida, parece ser que nuestro tipo de experimento estaba conectado de una u otra forma con un televisor especial y ahora vivimos en un mundo simulado... es como vivir dentro de un programa infantil

Parecía un chiste, pero la expresión no cambio en lo absoluto, seguía mirando a Dogday de forma rara y algo graciosa a la percepción del mismo perro.

Entonces... ¿Viven dentro de una pantalla...? —Preguntaba la abeja con curiosidad y confusión, intentando entender lo que el perro le decía—

—Eh... Digamos que si jeje, no creo poder explicarlo de forma tan detallada —Comentaba el can mientras rascaba su nuca y formaba una sonrisa algo complicada—

—... ¿Cómo es ese mundo simulado...? —Preguntaba la abeja con curiosidad—

Es un mundo muy alegre, es todo lo contrario a esté lugar... dentro de ese mundo no hay violencia, terror y tampoco existen los horrores que ocurrieron en esté lugar... —Decía el can con un tono más tranquilo—

Dogday se tomó un momento para explicarle a Cat-bee cómo era el mundo dentro del televisor. Con gestos animados y expresiones emocionadas, describió un lugar lleno de colores vibrantes, donde la alegría y la diversión eran el pan de cada día.

—Imagina un arcoíris que nunca se desvanece, donde cada día es una fiesta y cada noche una aventura— dijo Dogday, intentando transmitir la magia de ese lugar— En ese mundo, no hay lugar para el sufrimiento ni para los remordimientos, es como vivir en un eterno día soleado, donde los problemas se disuelven en la brisa fresca y todo se siente ligero y lleno de posibilidades

Cat-bee escuchaba atentamente, sus ojos brillaban con curiosidad e ilusión al imaginar ese mundo tan diferente al que había conocido.

—Debe ser maravilloso vivir en un lugar así —comentó ella con un brillo de envidia juguetona en su mirada—

Dogday asintió con una sonrisa cálida

—Lo es, realmente lo es. Aunque también tenemos nuestros momentos difíciles... —Comentaba mientras recordaba el incidente con Catnap— Pero estoy seguro de que podemos superarlos con las intenciones y palabras adecuadas...

Después de esas palabras llenas de magia, un momento de silencio se apoderó del ascensor. Dogday desvió la mirada hacia arriba, observando el indicador que marcaba el progreso del ascenso. Parecía que apenas habían avanzado la mitad del camino hacia la cúpula, lo que les dejaba tiempo para explorar otros temas de conversación. Con curiosidad y amabilidad, Dogday volvió su atención hacia Cat-bee, su compañera en ese viaje descendente, y decidió que era su turno de plantear una pregunta.

¿Puedo preguntarte algo... personal...? —Preguntaba el can, esperando saber la respuesta para realizar o no su pregunta principal—

C-Claro, supongo que es lo justo... —Respondía la gato-abeja con algo de sorpresa al escuchar su curiosidad—

No respondas si no quieres... —Advertía el can indicándole que su pregunta podría ser algo complicada para ella— En el túnel dijiste que eras la única que quedaba y que tenías miedo a quedarte sola... imagino que sucedió algo realmente malo... ¿verdad?

—... —Bajando la mirada hacia el suelo—

Dogday pudo notar que sus palabras parecían haber hecho sentir mal a la gato-abeja, el perro estaba a punto de disculparse con ella por la pregunta, pero no pudo decir nada porque repentinamente Cat-bee hablo en voz baja.

... ¿Puedo contarte un secreto...? —Preguntaba la abeja en un tono bajo—

El perro se desconcertó un poco por la pregunta, la voz de Cat-bee sonaba delicada y con algo de temor... Dogday no dijo nada, simplemente asintió y miro con atención a la abeja, indicándole que podía hablar.

Es importante... puede que incluso me odies... solo quiero que escuches todo lo que quiero decir... siento que debo decírselo a alguien...

Escucharé con atención... —Respondía el can con un tono bajo, pero sincero—

No soy alguien inocente... —Decía la abeja en un tono lleno de dolor y culpa— Antes de ser... esto... yo era una científica que trabajaba en el área de experimentación...

La revelación sacudió a Dogday de tal manera que casi sintió que sus piernas cedían bajo su peso. No esperaba una confesión tan impactante, algo que parecía ser una constante entre cualquier experimento, sin importar su forma, tamaño o nivel de inteligencia: el odio y la rabia desbordante hacia los científicos. El perro frunció el ceño con molestia al escuchar lo que Cat-bee había sido en el pasado.

... —Sin voltear a ver a Dogday, sabiendo que posiblemente estaría molesto— Mi trabajo consistía en preparar los informes para los altos mandos de la compañía, era la encargada de monitorear el avance de todos mientras pasaban por la transición de la experimentación... —Explicaba la gato-abaje con su mirada al suelo— Un día descubrí que estaba enferma, era una enfermedad terminal... estaba tan asustada que yo simplemente quería seguir viviendo así que tome una opción apresurada...

—... te ofreciste como sujeto de experimentación... —Susurraba el can—

Fui tan ingenua al pensar que los niños no sentían dolor, que cuando pasé por lo mismo que todos los experimentos llegaron a sufrir, simplemente quería llorar, quería gritar, quería morir... entendí que ese trabajo era simplemente horrible... pero ya era tarde...

Las palabras de Cat-bee parecían lograr suavizar la expresión molestia de Dogday, siendo ahora una expresión de empatía la que lo remplazaba.

Pase por las pruebas y testeos necesarios... logre aprobar mis exámenes físicos y psicológicos, mi transición había sido simple, parecía que el tipo de experimento ayudo mucho con mi condición, luego de unos cuantos meses finalmente me incorpore a un enjambre de juguetes Cat-bee, esos pequeños juguetes intentaron preguntarme cosas, podía notar su miedo, preocupación y confusión... no sabían que estaba pasando y aunque yo conocía la verdad, preferí quedarme callada... —Explicaba mientras su voz parecía quebrarse ligeramente— Eran solo niños... snif... no se merecían lo que les paso...

—... ¿Qué sucedió con el enjambre...? —Preguntaba el can con curiosidad, intentando que siga con la historia—

La hora de la alegría... —Respondía con un tono vacío— Las alarmas comenzaron a sonar, los científicos corrían de un lado a otro intentando ocultarse, todo paso tan rápido que mi enjambre simplemente aprovecho la oportunidad y todos logramos escapar, nos escondimos en las sombras cercanas al techo en las zonas más oscuras de las instalaciones y todos pudimos observar desde ahí la masacre que todos los experimentos realizaron contra los humanos... Los días fueron pasando hasta convertirse en años, mi enjambre se las arreglo para conseguir algo de comida y lograr sobrevivir, justo como todos los experimentos, tuvimos que comer la carne de los cuerpos muertos de las personas durante los primeros meses, pero cuando el prototipo ordeno a los experimentos llevar los cuerpos a una zona profunda de las instalaciones... llego la hambruna...

—... —Mirandola con preocupación—

Todos los juguetes pequeños fueron victimas de los más grandes, mi enjambre fue cazado en cantidades abismales por los experimentos... Tuvimos que dispersarnos por todas las instalaciones, yo me alejé de mi grupo en cuanto vi a Mommy Long legs usar sus brazos para atrapar a la mayoría de Cat-bees... Estaba tan asustada que me escondí en un hueco de la pared por el cual solo alguien de mi tamaño podría ingresar, cubrí la entrada con un cartel promocional de Daisy la flor y me quedé escondida ahí por el resto de años posteriores...

Dogday seguía escuchando lo que la gato-abeja tenía que decir, su expresión era mucho más suave, aunque inicialmente la miro con molestia y furia, ahora parecía sentir su dolor, parecía comprender que estaba arrepentida y afectada por todo lo sucedido.

No quería morir a manos de otro experimento así que simplemente decidí esperar mi muerte por la falta de comida... para mi mala suerte descubrí que mi tipo de experimento no parece necesitar comida o agua para seguir generando energía vital... Snif... —Tratando de limpiar sus lágrimas— Y-yo... no quiero quedarme sola, tampoco quiero morir, pero no q-quiero seguir así... yo... no sé que hacer, no quiero seguir sufriendo y yo...

Cat-bee no pudo continuar porque fue silenciada por un repentino abrazo de Dogday, La gato-abeja permaneció estática al principio, sintiendo la suavidad reconfortante del pelaje del perro. Sin embargo, pronto las lágrimas brotaron de sus ojos, y se aferró a Dogday con toda la fuerza que sus emociones podían desatar en ese momento. Las lágrimas eran el desahogo de años de soledad, dolor y culpa, finalmente encontrando consuelo en un simple gesto de afecto y comprensión.

Ninguno de los dos tuvo conciencia del tiempo que permanecieron abrazados; podrían haber seguido así durante mucho más tiempo de no ser por el repique de las puertas del ascensor al abrirse. Con un movimiento lento, Dogday se separó de Cat-bee, y juntos salieron del elevador. Una vez afuera, se encontraron frente a la imponente cúpula de la guardería, observándola en silencio por un momento antes.

Deberíamos de seguir... snif... —Comentaba Cat-bee mientras empezaba a caminar en dirección a la cúpula—

El caminar de la gato-abeja fue detenido por unas palabras de Dogday que tomaron algo por sorpresa a Cat-bee.

Lamento mucho lo que sucedió Cat-bee... —Susurraba en tono delicado—

—... Esta bien... yo... quiero agradecer ese abrazo... realmente lo necesitaba —Comentaba en un tono ligeramente alegre y satisfecho mientras volteaba a verlo— Hacía años que necesitaba un abrazo...

—Solo hice lo que sentí correcto, no podía dejar a una amiga sufrir de esa forma —Respondía el can mientras retomaba su camino junto a la gato-abeja—

... ¿Amiga...? —Preguntaba la abeja con curiosidad y confusión— Aún después de lo que te conté... ¿no me odias...? Fui participe de los experimentos y yo...

—No te odio, pareces arrepentida de lo que hiciste... además... todo el sufrimiento que logramos sentir, también lo llegaste a vivir por tu cuenta así que... pienso que eso es más que castigo suficiente —Interrumpía el perro de forma alegre mientras forma una sonrisa ligera para indicarle que no debe preocuparse— ¿Qué tal si dejamos ese ambiente deprimente y entramos a la guardería? Da algo de miedo el exterior

—S-Si... claro... —Formando una sonrisa mientras camina junto a Dogday— Hay que seguir avanzando

. . .

La gato-abeja y el perro exploraron los alrededores de la cúpula en busca de una entrada. Después de buscar un rato, finalmente encontraron una puerta de emergencia. Utilizando el GrabPack de Dogday, lograron abrir la puerta y adentrarse en la oscuridad del interior. Con la luz naranja de su mano, Dogday iluminó el camino y pudo ver claramente el entorno. Sin embargo, lo que encontraron dentro no era algo que Dogday quisiera ver. La expresión de Dogday pasó de la curiosidad inicial a un terror absoluto al descubrir lo que les esperaba allí.

¿Qué es esté lugar...? —Preguntaba Cat-bee mientras miraba una pequeña sala con paredes y suelo acolchados—

El PlayHouse... —Respondía el perro con un susurro de temor—

La respuesta de Dogday llamo la atención de Cat-bee, la abeja no pudo evitar dirigir su mirada hacia el perro y notar que su expresión parecía la de alguien que estaba viendo su peor pesadilla...

Dogday... ¿estás bien...? —Preguntaba con preocupación al ver su expresión—

N-No...

—... ¿Te da miedo esté lugar...? —Preguntaba con curiosidad al notar que el perro no quería entrar en la habitación—

... —Asintiendo con lentitud— No quiero entrar ahí... —Comentaba el perro mientras cerraba la puerta y lograba respirar aliviado— No estoy listo para entrar...

Cat-bee se sorprendió un poco por el cambio de actitud del perro, se le notaba asustado, realmente estaba aterrado de solo considerar la idea de entrar en el PlayHouse, no sabía el motivo, pero debía de ser algo relacionado con un recuerdo aterrador.

P-Podemos dar vuelta por otro lugar, recuerdo que una vez baje aquí para entregar un documento importante porque el teleférico no funcionaba así que corte camino por la tienda de juguetes... —Explicaba la abeja como camino alternativo— Es un poco más largo porque tenemos que subir por las escaleras de emergencia...

—Vamos por ese camino...

—De acuerdo, te guio...

Cat-bee no puso negación alguna y simplemente se adelanto un poco para guiar al perro por el camino correcto en búsqueda de la salida de emergencia que daba directamente a la tienda de juguetes. Durante el camino, la gato-abeja, sentía curiosidad... así que no pudo evitar querer hablar del tema.

¿Quieres... contarme por qué te asusta tanto ese lugar...? —Preguntaba con un tono de preocupación—

Tras la hora de la alegría... Catnap me mantuvo encerrado en ese lugar por muchos años, recuerdo que mi muerte fue ahí mismo en manos de los pequeños peluches que seguían a Catnap, se metieron en mi cuerpo y empezaron a comerme desde dentro... n-no quiero seguir hablando de eso si no te importa...

—P-perdón —Disculpaba la abeja al entender el motivo de que Dogday le tuviera miedo al PlayHouse— Solo sentía curiosidad, no era mi intensión que revivieras ese momento...

—... Esta bien, solo... busquemos la otra entrada...

Ambos siguieron adelante hasta que Cat-bee señaló la entrada que reconocía. Afortunadamente, la puerta estaba abierta, evitando la necesidad de forzarla como la anterior que llevaba al PlayHouse. Al abrir la puerta, Dogday confirmó que las palabras de la gato-abeja eran ciertas: debían subir unas largas escaleras de emergencia. Aunque el ascenso sería agotador, el perro prefería esa ruta mil veces antes que aventurarse nuevamente en el PlayHouse.

Los minutos fueron pasando mientras Dogday subía las escaleras.

Ya casi llegamos Dogday

—E-Es fácil para ti decirlo... aaahh... —Respirando mientras trataba de recuperar el aliento, subiendo los últimos escalones— Tu puedes volar... aahh...

Al llegar frente a la puerta, Cat-bee dejó escapar una pequeña risa antes de abrir la puerta y revelar lo que había al otro lado: una tienda caótica, repleta de figuras de juguete que representaban a las criaturas sonrientes de la compañía. La mercancía principal estaba centrada en las imágenes de estas criaturas, con platos, cuadros, dibujos y camisetas que mostraban a todos los integrantes, excepto a Catnap, quien era la clara excepción.

Los estantes estaban polvorientos y destrozados, había escombros de algunas cuantas librerías por el suelo junto con varias telarañas en algunos puntos de la tienda. Dogday y Cat-bee simplemente ignoraron el contenido de la tienda y se apresuraron a salir de ella para dar ahora con lo importante, la guardería... 

El paisaje era tal y cual el mismo que Dogday había tenido en ese sueño provocado por el gas somnífero de Catnap. Mientras el perro observaba todo a su alrededor, admirando que tanto había cambiado el lugar que ahora realmente conocía gracias a sus recuerdos; por otro lado, Cat-bee no pudo evitar expresar su sorpresa.

Qué lugar tan amplio... —Comentaba la gato-abeja mirando todo a su alrededor—

¿Nunca habías venido a la guardería mientras eras científica? —Preguntaba el can con curiosidad—

La mayoría no teníamos permitido vagar por otras áreas... especialmente si trabajábamos en los laboratorios, decían que era solo una distracción...

—Que estupidez —Exclamaba el perro mientras empezaba a caminar en dirección a hogar dulce hogar—

Dogday —Exclamaba sorprendida el nombre del canino—

¿Qué...? ¿Qué sucede...? —Preguntaba confundido al escuchar el tono de sorpresa—

Esa boquita... —Comentaba en tono molesto— ¿Es el ejemplo que le dabas a los niños?

—... ¿Me estas regañando por decir una maldición...? —Preguntaba el perro con confusión y sorpresa—

Sigamos avanzando, todavía debemos buscar lo que sea que busques en hogar dulce hogar ¿no?

—... —Observando como la gato-abeja se adelantaba con su habilidad de volar— Aah...

Dogday decidió no detenerse en la curiosidad de la tienda y siguió a Cat-bee hacia el edificio indicado. Al llegar a la puerta, tomó una respiración profunda antes de abrirla, el rechinar de la puerta hizo que Cat-bee se pusiera un poco tensa, pero no dijo nada y siguió a Dogday adentrándose en el lugar, al entrar lo primero que vieron fueron unas escaleras que parecían descender.

¿Por qué el edificio se ve normal, pero tiene unas escaleras que bajan directamente? —Preguntaba la gato-abeja con confusión—

Puedes intentar preguntarle a Eliot Ludwig ese detalle —Respondía el perro con diversión mientras bajaba por las escaleras—

Cat-bee no dijo nada, simplemente siguió al perro, Dogday parecía saber perfectamente por donde estaba yendo así que no lo cuestiono en lo absoluto. Tras abrir otra puerta, finalmente llegaron al lobby principal de la casa.

Hogar dulce hogar... —Exclamaba el can mientras admiraba todo el lugar—

Literalmente... —Bromeaba la abeja mientras miraba todo con detalle— ¿Qué estamos buscando exactamente?

—Tenemos que buscar una sala de servidores o una zona que parezca conducir energía eléctrica, tenemos que buscar una palanca con la etiqueta numérica "1953" —Respondía el perro mientras comenzaba a explorar el lugar—

¿D-Dogday? No te alejes tanto —Exclamaba la abeja mientras volaba rápidamente hasta donde estaba el perro—

Tranquila, Catnap no está aquí, ya te dije que esta muerto, justo ahora debe estar en el televisor

—Y-Ya te dije que no quiero quedarme sola... —Repetía la gato-abeja con algo de pena—

De acuerdo, solo trata de buscar con la mirada mientras yo exploró el lugar

Cat-bee asintió en silencio y se puso a buscar tal como le indicó Dogday. El perro iluminaba con su GrabPack las zonas oscuras, intentando encontrar la sala que Luke le había mencionado. Sin embargo, la búsqueda no resultó tan sencilla como esperaban. No había ninguna puerta sospechosa a simple vista, lo que los obligó a revisar cada rincón del lugar. 

Mientras realizaban su búsqueda, Cat-Bee logro ver un cartel algo desgastado que le llamo la atención.

Que horrible

Dogday no pudo evitar escuchar el comentario de la gato-abeja así que se detuvo un momento a mirar lo que ella estaba mirando, era un cartel bastante curioso.

¿Qué cosa es horrible? —Preguntaba el can con curiosidad—

El cómo se encuentra ese Cat-bee —Respondía la gato-abeja— Es como si hubiera visto algo horrible

Supongo que no te favorece —Comentaba el perro con una sonrisa—

Ahora que recuerdo... —Comentaba Cat-bee mientras continuaba su camino con Dogday— ¿Las criaturas sonrientes no tenían carteles interactivos como el resto de juguetes? —Preguntaba con curiosidad— ¿Dónde están? Me da curiosidad escuchar sus voces

—Están esparcidos por el resto de la guardería, Catnap los oculto en lugares específicos hasta donde tengo entendido...

—¿Por qué? —Preguntando con confusión—

No tengo idea, supongo que simplemente estaba aburrido

Tras ese comentario Cat-bee simplemente formo una leve sonrisa, imaginar al gato de las siestas estar aburrido le genero algo de gracia. 

. . .

Después de varios minutos de búsqueda exhaustiva, ambos estaban cansados; Cat-bee ya no volaba, simplemente se mantenía al lado de Dogday mientras exploraban el lugar.

Dogday... —Llama la atención mientras la gato-abeja daba un ligero bostezo— Sé que quieres seguir buscando, pero ya examinamos gran parte de la casa, tal vez la sala no esté precisamente dentro de hogar dulce hogar... ¿No te gustaría descansar un poco y buscar mañana temprano...? —Preguntaba Cat-bee con un claro deseo de descansar—

Pero...

—Hay que descansar, mañana podemos buscar esa sala de servidores en cuanto despertemos, pero ahora tengo mucho sueño... y se nota que tu también quieres dormir... tus orejas están caídas y das bostezos grandes...

El cansancio se estaba apoderando de Dogday a pesar de su determinación inicial. La noche sin dormir por el incidente con Catnap, sumado al esfuerzo de recorrer nuevamente las instalaciones de Playtime Co., lo dejaba agotado. Finalmente, no tuvo más opción que suspirar y aceptar la idea de descansar.

—Está bien... pero primero debemos encontrar un lugar seguro para dormir —concedió Dogday, buscando un lugar adecuado para el descanso.

Después de inspeccionar un poco, encontraron una habitación que parecía perfecta. Había un colchón lo suficientemente grande para que ambos durmieran cómodamente juntos, varias almohadas mullidas y un espacio para el GrabPack de Dogday sin preocupaciones. La puerta estaba en buenas condiciones, lo que les permitiría cerrarla para evitar sorpresas desagradables durante la noche. Siempre era importante ser precavidos en un lugar como ese.

Creo que ya todo está listo —Cerrando la puerta y quitándose su GrabPack para dejarlo en el suelo—

Si... Gracias santo panal de miel, encontramos algo suave donde dormir... —Agradecía internamente Cat-bee mientras se recostaba— Hace años que no tocaba una cama...

—De todos modos, hay que estar alerta, no quisiera que algo nos tome por sorpresa, si escuchas cualquier cosa, trata de despertarme ¿de acuerdo?

—A la orden líder Dogday... —Bostezando tras esa pequeña broma— Descansa... —Cerrando sus ojos para tratar de dormir—

Descansa Cat-bee...

.

.

.

...

A pesar de que el entorno era perfecto para el descanso y Dogday sabía que necesitaba dormir, simplemente no podía conciliar el sueño. Miraba al techo, suspiraba y cambiaba de posición una y otra vez, pero el sueño se le escapaba. Se preguntaba si tal vez se había acostumbrado demasiado al humo rojo de Catnap, una teoría que le rondaba la mente. Sin embargo, no podía evitar mirar de vez en cuando hacia su GrabPack.

(Tal vez debería levantarme y seguir buscando...) —pensó, sintiendo la urgencia de continuar con la misión—

Sus pensamientos estaban siendo tomados en cuenta por su mente, si fuera por él, ya estaría buscando la sala de servidores, pero algo lo detenía... El perro no pudo evitar cambiar su mirada a su "compañera" y suspirar para posteriormente cambiar su mirada al techo nuevamente. Dogday no quería dejar sola a Cat-bee, podría ser una mala idea dejarla, si se llegaba a despertar y se daba cuenta de que no estaba en la habitación. Podría llegar a asustarse...

—(Estará muy asustada si me ve fuera de la habitación cuando despierte...) —consideró, preocupado por el bienestar de Cat-bee.

Pero algo lo detenía. Dogday miró a Cat-bee, su "compañera", y suspiró de nuevo antes de volver a mirar al techo. No quería dejarla sola, especialmente si ella se despertaba y se daba cuenta de su ausencia. Podía imaginar lo asustada que estaría.

Era curioso cómo en tan solo unas pocas horas, Dogday había desarrollado un cariño especial hacia Cat-bee, sin duda ahora la consideraba una amiga, pero no entendía el motivo de porque la acepto tan fácilmente incluso sabiendo que antes era una científica. Quizás era porque le recordaba de alguna manera a Craftycorn.

Un pensamiento fugaz cruzo por su mente... sus amigos y Catnap... tenían que saber la verdad, pero ¿de qué forma podría decirlo? ¿pensarían que estaba loco y lo encerrarían en un manicomio? ¿Su camisa de fuerza sería incomoda o sería perfecta para él? ¿Catnap le cortaría nuevamente las piernas por conocer la verdad? ¿Piggy se comería a Kickin y Bubba por la noticia? ¿Qué diablos estaba pensando? Ya ni siquiera sabía que estaba pensando, no estaba formando sus pensamientos con claridad. No quería darle más vueltas al asunto; lo único que necesitaba en ese momento era dormir urgentemente, su mente ya comenzaba a divagar...

Mientras el perro trataba de dormir sin obtener un tipo de resultado... la voz de Cat-bee lo sorprendió un poco.

No puedes dormir... ¿verdad? —Preguntaba Cat-bee en un tono algo ligero, aparentemente somnoliento—

... No... ¿te desperté? —Preguntaba el perro algo culpable—

No dejas de suspirar y moverte buscando la posición adecuada para dormir... —Respondía la gata dejando en claro que llevaba un rato despierta—

Lo siento... —Respondía el can con algo de pena—

Tranquilo... De todas formas, imaginaba que no ibas a poder conciliar el sueño, algo te molesta... y no es precisamente relacionado con la sala que buscamos... ¿verdad? —Preguntaba la gato-abeja mientras se sentaba para voltear a verlo—

... —Asintiendo con lentitud— Mis amigos, las demás criaturas sonrientes, no recuerdan nada de lo sucedido, no recuerdan sus vidas como experimentos y tampoco nada de lo sucedido durante la hora de la alegría, mi corazón me dice que tengo que decirles la verdad, pero mi mente esta comenzó a pensar que es una mala idea... Viven tan felices sin saber los horrores de Playtime Co y me da miedo tomar una decisión equivocada...

—... —Pensando la situación que Dogday estaba pasando— Bueno... no entiendo completamente la situación, pero no deberías cargar todo el peso de esa decisión tu solo, ¿por qué no les preguntas directamente?

—¿Preguntarles...? —Preguntaba el can con confusión al no entender lo que Cat-bee trataba de aconsejarle—

Podrías reunirlos y decirles que tienes una noticia importante, decirles que tienes algo serio por contarles, pero podría afectar toda su vida y cambiar su perspectiva de la realidad tal y cual la conocen... de esa forma puedes asegurarte de quienes quieren saber la verdad y quienes prefieren ignorarla...

El perro escucho el consejo de Cat-bee... no sonaba como una mala idea, de hecho, sonaba a una solución bastante conveniente. Era una respuesta simple, finalmente tenía la respuesta frente a él.

No lo había pensado de esa forma... Gracias Cat-bee —Agradeciéndole con una sonrisa—

Lo que sea por un amigo —Sonriendo, para volver a recostarse— Ahora trata de dormir Dogday, se ve que lo necesitas

—Trataré...

Dogday observó cómo Cat-bee volvía a acostarse para conciliar el sueño, agradeciendo internamente el consejo de su nueva amiga. Sin embargo, otro pensamiento fugaz cruzó su mente: ¿qué pasaría con Cat-bee una vez que él completara su misión y regresara al televisor? Dejarla sola era una preocupación nueva que se sumaba a sus pensamientos. Sin embargo, rápidamente comenzó a considerar una solución. Hablaría con Luke; quizás podría garantizar la seguridad de Cat-bee y permitirle vivir en el mundo televisivo junto al resto de las criaturas sonrientes. Así, Cat-bee no tendría que enfrentar la soledad nunca más. Estaba decidido: Cat-bee iría con él al mundo televisivo.

El perro no pudo evitar formar una sonrisa ante la idea... ¿Quién lo diría? Tal vez al final serían un grupo de nueve criaturas sonrientes. 

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