Prologo
Al despertar lo primero que vio fue el techo su habitación, ver el color blanco brilloso que lo recubría le molestaba a los ojos, cada vez que veía ese techo al despertar le incomodaba y molestaba, pero antes de seguir pensando en ello retiro la sabana con la que cubría su cuerpo y se levanto de la cama, dirigiéndose al baño para lavar su rostro.
- Finn, el desayuno está listo, ven rápido si no quieres que tus huevos se enfríen.
- Si mamá, ya voy.
Usando su mano real lavo como pudo su rostro, observándose en el espejo del baño, viendo la prótesis biónica a su lado derecho con algo de incomodidad antes de cerrar el grifo y dirigirse aun en pijama al comedor, sentía extraño aquella prenda de dos piezas, la camisa abotonada y el pantalón de tela, como si le diese comezón, llegando hasta la mesa donde su madre le esperaba solo con una taza humeante de su lado mientras que en su puesto, estaba el menú tradicional, algo de pan, algo de huevo revuelto, leche caliente y una fruta, siendo el caso de ese día en específico, una manzana.
- Manzana.
- (Feliz) Te gustan las manzanas, ¿No Finn?
- Un poco, son deliciosas, pero me preocupa un poco comerlas.
- ¿Preocupar? Si lo dices por las semillas puedo encargarme de trozarla por ti.
- No, no es eso, no te preocupes mamá.
Minerva se levanto de su siento y dio un beso a Finn en su frente antes de jugar un poco con su cabello.
- Bueno, mi pequeñín especial hoy volverá a la escuela, necesitas todas las fuerzas posibles para rendir en clases.
- (Avergonzado) Mamá, ya no soy un niño.
- Sigues siendo un tierno bebé para mí, aun puedo recordar lo regordete y risueño que eras.
- ¡Mamá!
- Bueno Finn, recuerda, las llaves están en el mueble cerca de la puerta, habrá un Minerva-bot cerca de la escuela por si te sientes muy presionado y necesitas un descanso, tus cuadernos están en...
- Mamá, tranquila, ya conversamos y revisamos todo ayer, puedes ir a trabajar tranquila, se dónde queda la escuela, con quienes debo hablar, mi horario y todo, será una agradable... aventura.
- Claro, por su puesto, una sana, divertida y segura aventura en tu nueva escuela, - Una lágrima cayo por la mejilla de Minerva. - Ay, lo siento hijo, es que... estoy tan emocionada.
Finn en ese momento la abrazo con calma.
- No te preocupes, ya estoy aquí.
Minerva no duró mucho más tiempo en casa antes de marcharse y dejar al muchacho solo, el cual observo con calma la casa antes de dirigirse a su cuarto y comenzar a vestirse, partiendo por ocultar su largo cabello bajo su gorra blanca, similar a la de Minerva, su madre y líder de la isla de los fundadores.
- Mamá se preocupa demasiado, se que puedo cuidarme solo.
Al levantar su vista pudo ver el patio de su hogar, principalmente observando el árbol que allí se alzaba.
- Se ve tan... simple.
No paso mucho antes de que se arreglase y saliese de su hogar, observaba las calles con calma de esa utopía que llamaba hogar, como las personas vivían sus vidas y realizaban sus días con total calma, cada pocas cuadras podía notar aquellos robots con la misma apariencia de su madre, no podía negar que le causaban un poco de escalofrió pero entendían que eran un bien necesario para la humanidad, su madre se encargaba de que todos estuvieran seguros en aquella isla, era una tarea loable y se sentía orgullosa de ella, su madre quien le había criado sola mientras protegía y cuidaba a los restos de su especie, la última ayudante y matriarca de los humanos.
- Mamá en serio es impresionante, siempre cuidándome... protegiéndome.
Un leve dolor de cabeza le hizo detener su caminar, intento disimularlo todo lo que pudo ya que si demostraba demasiado dolor muy seguramente tendría un ejército de Minerva-bots rodeándolo y lo último que quería era preocupar más a su madre en el primer día de "libertad" después de una semana de cuidados personalizados.
Ante eso se acerco a una tienda cercana, si no podía controlar el dolor de cabeza al menos podría fingir estar interesado en lo que fuese que aquella tienda vendiese, todo lo servía en ese momento con tal de aparentar buena salud, pero curiosamente al observar la tienda su cabeza se calmo ligeramente, contemplando los escaparates llenos de dulces, quizás era eso, su madre cuidaba mucho de su salud y su dieta, quizás... se sentía atraído al dulce, o no había consumido suficiente azúcar ese día, no estaba seguro.
- Dulces... hola amigos, ¿Qué tal su día?
Después de pensarlo por un momento tosió y se alejó de aquella tienda con el rostro enrojecido, agradeciendo que su cabeza se había controlado.
- Saludar a un dulce, que vergonzoso, espero nadie me viese.
Llego a la escuela no mucho después, el director había ido personalmente a su casa el día anterior en respeto a su madre para asegurarle que tendría una buena vida escolar y esa mañana lo espero con una enorme sonrisa en las puertas del edificio, agradeciendo que el hijo de Minerva hubiese decidido asistir a su institución.
Una vez en su salón, Finn observaba algo confundido al resto de estudiantes mientras el profesor hablaba.
- Este es Finn Campbell, hijo de la señora Minerva, por favor preséntate muchacho.
- Hola... bueno, el maestro ya dijo mi nombre pero igualmente, soy Finn Campbell, hijo único, un placer.
El adulto algo incomodo termino forzando una sonrisa.
- Jeje, ¿Alguien tiene una consulta para el señor Campbell aprovechando su presentación?
Y una muchacha con un gorro de gato levanto la mano.
- ¿Por qué la señora Minerva jamás dijo que tenía un hijo?
El profesor iba a responder algo indignado, pero Finn levanto su brazo robótico en señal de calmar al adulto y, con una expresión neutra, contesto.
- He estado acompañando a mamá a las otras islas durante mi infancia, pero últimamente tuve un accidente muy grave y mamá decidió que lo mejor era empezar una vida más normal y tranquila aquí.
Un chico con un gorro de oso fue el que levanto la mano esta vez.
- ¿Así fue como perdiste tu brazo?
- Mi brazo, algunos dientes y la memoria.
El salón al unisonó suspiro sorprendido.
- No recuerdo nada de mi vida hasta hace una semana, ni tampoco recuerdo mucho de la isla, así que les agradecería que me pudiesen ayudar a recuperar mi vida como un humano, así que les pido que no tengan un trato especial conmigo por mamá ni nada, solo que me traten por quién soy, Finn el hu... - Un poco de migraña volvió a aparecer, pero pudo ocultarla rápidamente. - Campbell.
A la distancia, desde el exterior a través de la ventana, un Minerva-bot observaba el salón, fijándose detenidamente en todo movimiento de todo humano presente en esa habitación, sobre todo de Finn cuando sus ojos comenzaron a brillar de un intenso rojo y amarillo intermitente.
- Alerta de nivel 2, alerta de nivel 2.
Dicho esto, el Minerva-bot se volteó en dirección hacía el edificio principal de la isla cuando se quedó inmóvil por un momento, girando su cabeza rápidamente por un momento antes de que sus ojos se apagasen.
- Nueva máxima recibida, vigilar Finn Campbell y proteger a toda costa, reasignando prioridades, computando posibilidades, trayectoria fijada para las próximas 72 horas, calculando curso de acciones en base a nueva máxima.
Dicho eso continuó su observación, fijándose nuevamente en el muchacho conocido como Finn.
Mientras tanto en el edificio principal algunos transeúntes miraban ligeramente asustados al ver como este temblaba cada cierto tiempo, siendo el lugar cercado por peligro de derrumbe mientras varios androides entraban al complejo, el cual amenazaba con caerse en cualquier momento.
Dentro de las instalaciones, varias Minerva-bot rodeaban a un ser considerado como anómalo y un peligro para la humanidad, teniendo todas preparados potentes anestésicos para ser suministrados a la entidad pero incapaces de cumplir con su misión debido a los erráticos movimientos y golpes que este lanzaba, mandando a volar a la mayoría de los robots que tenían la desdicha de acercarse lo suficiente.
Siendo golpeados por la masa amarilla elástica la cual solo se estiraba.
- (Atontado) ¡Fiiiddd! ¡Debedme ved a mi hedmadito! ¡Fiiidddd!
Un Minerva-bot estaba observando a la distancia calculada en la cual los golpes erráticos de la criatura mágica no alcanzaban y evitaba a los demás robots que eran lanzados a volar por los golpes.
- Los receptores calibrados a nivel 3 no surgen efecto suficiente en la criatura, solo terminaron con su capacidad de razonamiento, los inmunopresores no tienen efecto en la elasticidad de su tejido, se procede a prueba #213 para supresión del objetivo.
- ¡¡¡Fiiiiiidddddd!!!
En ese momento 3 Minerva-bots lograron inyectar en una masa de piel amarilla suelta una serie de químicos, provocando que finalmente la criatura cerrase sus ojos y su cuerpo volviese a compilarse, tomando la forma de un perro de color amarillo.
- F..Fidd...
La celda volvió a cerrarse en ese momento y las Minerva-bot comenzaron a reparar los daños ocasionados por la criatura, siendo el momento en el que el robot que se había apartado momentos antes camino hasta quedar frente a la celda de la durmiente criatura.
- Prueba #213 para supresión y eliminación de criatura N°3, nombre clave "Jake el perro", fallida, capacidad para recopilar información sobre las otras 2 entidades desconocidas en la isla, negativa, actualización de máxima programa Minerva-bots, prioridad máxima, proteger a toda costa a Finn-Campbell, prioridad subsecuente, capturar o silenciar entidades externas.
En ese momento, los ojos de todos los Minerva-bots de la isla se iluminaron de un intenso rojo por un momento.
- Nuevas máximas establecidas, no te preocupes Finn, mamá te cuidará.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top